Discos
Tres décadas de excelencia
Paco Yáñez
¿Cómo resumir el siglo musicalmente más heterogéneo de la historia en poco más de veinte CDs? La verdad es que la tarea es compleja y casi me atrevería a decir que cualquier selección propuesta resultaría incompleta o parcial. Partiendo de esta premisa básica tenemos que comprender la selección realizada por el Schönberg Ensemble de Ámsterdam, selección en la que no sólo influyen criterios musicológicos, sino la relación y cercanía del conjunto holandés a unos determinados compositores y estéticas; lo que hará a más de uno echar de menos ciertos nombres, algo que, al tiempo, nos hará descubrir nombres que quizás habíamos pasado por alto hasta ahora. Paralelamente, todo intento de hacer un poco más accesible la complejidad musical de ese período de la historia de la música no parece sino loable, y esto es, precisamente, lo que el Schönberg Ensemble se propone con esta magnífica edición.
El Schönberg Ensemble, con ya más de treinta años a sus espaldas, es uno de los ensembles punteros en la interpretación de música contemporánea en Europa, a cuyo desarrollo han contribuido decisivamente mediante su colaboración activa con diversos compositores, así como a través de una labor de difusión cultural única, que ha dado lugar a numerosísimos estrenos. Ello ha propiciado el mantener y elevar el conocimiento e interés que Holanda en general, y Ámsterdam en particular, demuestran por este repertorio; ya desde los tiempos en que la contemporaneidad tenía el nombre de Gustav Mahler -también presente en este repaso al siglo XX-. Con una dilatada carrera discográfica, el Schönberg Ensemble extiende su producción con esta caja de 22 CDs, 1 SACD y 4 DVDs con la que permiten descubrir y/o conocer un poco mejor una interesante selección de obras de la pasada centuria (si bien nos encontramos alguna pieza del XIX y otras del XXI). Como al comienzo señalaba, siempre echaremos de menos nombres como Debussy, Ravel, Strauss, Berg, Hindemith, Shostakovich, Lachenmann, Feldman, Cage, Reich, Xenakis o tantos otros, pero la propuesta es lo suficientemente interesante, amplia y heterogénea como para permitir comprender un poco más la variedad de lenguajes y estilos que constituyó, como pocas otras, una marca arquetípica de ese complejo siglo; tan parejo en avances humanos de todo tipo como en destrucción indiscriminada.
En todo caso, el protagonista indiscutible de este lanzamiento es el propio Schönberg Ensemble, al que se unen otra serie de ensembles holandeses para la ejecución de piezas de gran efectivo orquestal, así como diversos solistas para los más variados instrumentos y registros vocales. La dirección es también compartida por varios maestros, si bien en la mayoría de las obras recae en esa figura de auténtico rango cultural en Holanda que es el pianista, director y compositor Reinbert de Leeuw (1938). Es él el alma mater de este ensemble, así como el mentor fundamental de su desarrollo artístico, ya desde su nacimiento en la década de los setenta. Veamos, así pues, que nos ofrece esta magnífica y atractiva selección.
CD 1. Arranca esta edición con un CD, como no podía ser de otra forma, dedicado a Arnold Schönberg (1874-1951). Se trata de una de las especialidades del grupo holandés y el motivo de que se reunieran hace ya tres décadas. Las lecturas de Reinbert de Leeuw son realmente notables, firmando una gran Kammersymphonie Nº1, entre las grandes de la discografía, aunque sin llegar al milagro del Ensemble Modern con Peter Eötvös (RCA 09026 61179 2). También muy notable, entre los mejores de la discografía, el Lied der Waltaube.
Pero lo que realmente es digno de mención y conocimiento es la versión del magistral Pierrot Lunaire (1912) en la voz de Barbara Sukowa. La actriz/cantante hace todo un alarde vocal y dramático, en una de las versiones más expresionistas y personales disponibles de esta pieza. Sus registros abarcan el recitado, la narración, el canto, el Sprechgesang... todo con un fantástico sentido y adecuación al texto. Me atrevo a decir que estamos ante la interpretación más original en el apartado vocal, secundada de forma magnífica por los músicos del Schönberg Ensemble en una de las mejores versiones que he escuchado de esta composición; versión, por cierto, ya muy alabada por la crítica en su momento.
CD 2. Continuación lógica en esta mirada retrospectiva al siglo XX es la figura de Anton Webern (1883-1945). Discípulo de Arnold Schönberg, está considerado por muchos musicólogos y compositores como la mayor influencia en el movimiento de la Avantgarde centroeuropea de la posguerra, desde sus propuestas serialistas. Para este segundo CD, se ha seleccionado su obra coral de cámara, a través de un conjunto de trabajos que permiten escuchar la evolución de sus propuestas, desde su aún tonal Entflieht auf leichten Kähnen op. 2 (versiones de 1908 y 1914), hasta sus Dos Lieder op.19 (1926), obra ya serial y de una complejidad polifónica realmente notable. No es el Webern más asequible, pero su audición, en estos pequeños haikus de palabra y música, es una muestra ejemplar de su concisión en el discurso y de su enorme agudeza para condensar la expresión.
Sobresalientes las versiones de la soprano Dorothy Dorow, el Nederlands Kamerkoor y el Schönberg Ensemble, todos a las órdenes de Reinbert de Leeuw. Se trata, seguramente, de la más interesante alternativa a las magníficas versiones de Pierre Boulez en su antológica integral Webern para Deutsche Grammophon (457 637-2). Si las versiones del francés están dominadas por la concisión extrema y una claridad cristalina en los timbres, las de los holandeses aportan un plus de expresionismo y emotividad a estas obras. Ello no obvia una magnífica calidad técnica, así como un elevado refinamiento instrumental y la creación de un ambiente adecuadísimo para cada canción, dotando a las obras de una modernidad muy destacable.
CD 3. Este tercer CD podríamos titularlo ‘Mahler a través del caleidoscopio’, pues en él encontramos dos arreglos de partituras mahlerianas debidos a Arnold Schönberg y a Reinbert de Leeuw. En ellos la voz es el punto de mira y está respetada tal como figura en la partitura original de Gustav Mahler (1960-1911), pero a su alrededor, como si de un caleidoscopio se tratara, toda la música original cambia y adquiere nuevas formas que siempre hacen atractiva su audición desde estas nuevas perspectivas. Conocía ya el arreglo de Schönberg, del cual hay una magnífica lectura por los Arditti (Montaigne MO 789011), pero no éste de de Leeuw que, sinceramente, poco aporta a la obra, al no desligarse en exceso del texto original, cosa que sí hace, con mucho más vuelo poético e imaginativo, en el DVD 21, a partir de lieder de Schumann y Schubert. Versiones notables, en todo caso, con voces adecuadas a la moderna dirección que plantea de Leeuw, pero que no nos hacen olvidar al insuperable Fischer-Dieskau o a Janet Baker.
Similar procedimiento se aplica a los Maeterlinck Gesänge, de Alexander Zemlinsky (1871-1942), en arreglo de Reinbert de Leeuw, Erwin Stein y Leonard Stein, que también recibe una notabilísima lectura; como lo es la del Slopiewnie, de Karol Szymanovski (1882-1937), ambas con Rosamary Hardy en la parte vocal.
CD 4. La afinidad del Schönberg Ensemble con la música de Janácek era ya conocida por su excelente grabación de la música coral del checo realizada por de Leeuw con su grupo para el sello Philips (442 534-2), hace ya unos años. En el cuarto CD de esta edición, y con el mismo coro, el Nederlands Kamerkoor, vuelve a bordar un magnífico monográfico del que es, según Milan Kundera, el mayor creador checo junto con Franz Kafka; con una estupenda versión del Diario de un desaparecido, en arreglo de Geert van Keulen para ensemble; instrumentación dedicada al propio Schönberg Ensemble que respeta el sentido y color original de la obra. No posee el idiomatismo de las versiones checas, pero el nivel técnico es excepcional, sobre todo en maderas y metales, esas dos familias orquestales para las que Janácek compuso con especial maestría. La interpretación del tenor Christoph Homberger es técnica y expresivamente magnífica y los complementos vocales, de nuevo, a una sobresaliente altura.
CD 5. Como veremos más adelante -sobre todo en el caso de Henze (CD 11)-, el Schönberg Ensemble es un conjunto con un especial talento para abordar el neoclasicismo que recorrió el siglo XX y que tiene uno de sus pilares en Igor Stravinsky (1882-1971). El disco dedicado a este genio ruso es una joyita para no perdérsela. De entrada, tenemos interpretaciones todas a un nivel altísimo, cuando no directamente referenciales, como es el caso del Introitus (1965) o de Mass (1944-47), expuesta en vientos y coro con una delicadeza estructural, tímbrica, y una profundidad espiritual de ley. Es un Stravinsky clarísimo, técnico y transparente, hasta con un toque de humor muy pertinente en el ruso. También grandísimas lecturas de Abraham and Isaac (1962-63), a la altura de Knussen para Deutsche Grammophon (447 068-2), y de la Cantata (1951-52), ligeramente por debajo de la excepcional lectura de Salonen (Sony SK 46667). Todo ello en un CD parte de cuyo contenido ya había sido editado por Philips en su momento y que ahora, afortunadamente, se recupera en esta edición.
CD 6. Dedicado íntegramente a Darius Milhaud (1892-1974), este sexto CD nos propone tres obras del compositor francés creadas al comienzo de su muy fructífera década de los años veinte: la ópera de cámara Les Malheurs d’Orphée (1924), La Création du monde (1923) y Saudades do Brazil (1920-21; aquí en un arreglo de Elmer Schönberger del año 1990). Se trata de versiones muy frescas y joviales, en las que los elementos expresivos priman de forma notable, dotando de una gran vivacidad a las tres partituras. Las presencias melódicas no europeas, ya sean jazzísticas o cariocas, están muy adecuadamente desarrolladas por el Schönberg Ensemble, un conjunto que tiene en la versatilidad una de sus mayores virtudes. Susan Narucki y William Dazeley en las voces desarrollan un trabajo muy convincente y teatral, arropados con una exquisita técnica por el conjunto holandés, todos al mando de Reinbert de Leeuw.
CD 7. El Schönberg Ensemble siempre ha prestado una gran atención a la música anglosajona, y este séptimo CD es una buena muestra, con obras de Ruth Crawford Seeger (1901-53), de su marido Charles Seeger (1886-1979) y de Percy Grainger (1882-1961). Todas las interpretaciones de estas obras de cámara son bellísimas y sobresalientes a nivel técnico. Destacaría el trabajo realizado en las piezas de Ruth Crawford-Seeger, con versiones que se sitúan entre las mejores disponibles en el mercado; siempre con el sello de modernidad del conjunto holandés, que sabe calibrar la importancia que esta música tiene como antecedente de tantas tendencias en los Estados Unidos.
CD 8. Este CD, dedicado a dos de las figuras fundamentales de la música francesa del siglo XX, no es precisamente el más logrado de la edición a nivel interpretativo. Con versiones en todo caso correctas, se queda muy lejos de las interpretaciones referenciales de estas obras. En el caso de las Trois petites liturgies de la Présence divine (1943-44) de Olivier Messiaen (1908-1992), ni el trabajo orquestal ni el coro se acercan a las excelsas cotas conseguidas en su día por Kent Nagano para Erato (0630-12702-2), en un CD antológico con un refinamiento y adecuación al lenguaje de Messiaen que en esta edición no aparecen de ese modo. Gerard Bouwhuis se muestra también muy por debajo de Yvonne Loriod en cuanto al piano; sobre todo en sentido.
La versión del Rituel (1974-75) de Pierre Boulez (Montbrison, 1925), me parece mucho más interesante que la del Messiaen; con un apartado técnico más acertado y una mayor afinidad a la pieza y a su carácter elegíaco, de canto fúnebre por Bruno Maderna. Muy interesante el trabajo de los percusionistas y la dirección. En todo caso, para conocer la que considero versión referencial acúdase al propio Boulez en Sony (SMK 45839).
CD 9. Nos presenta este noveno CD la primera versión disponible en formato SACD del monumental Gruppen (1955-57) de Karlheinz Stockhausen (1928-2007). De por sí, ello ya constituye una noticia digna de mención, pues Gruppen es una composición que juega de forma esencial con la proyección del sonido desde tres fuentes distintas, así como con su interacción en el espacio (del público) intermedio. Para esta versión en vivo, grabada en el Concertgebouw de Ámsterdam el 3 de septiembre de 1995, se formó un auténtico dream-team de conjuntos de música contemporánea holandeses, dirigiendo el evento Reinbert de Leeuw, Oliver Knussen y Robert Spano. El resultado es realmente notable, con una ejecución que va creciendo a medida que avanzan los compases, y en la que destacaría el gran trabajo de metales y percusión, con pasajes técnicamente impresionantes en la segunda mitad de la obra. En todo caso, no me hace olvidar esta versión la conducida por Abbado (Deutsche Grammophon 447 761-2), de mayor cuerpo sonoro, gracias a ese milagro que son los Berliner Philharmoniker.
CD 10. El décimo CD de esta edición recoge, íntegramente, obras de György Ligeti (1923-2006) en versiones que ya fueron publicadas en su día en el Ligeti Project de Teldec. Son interpretaciones bien conocidas entre los seguidores de la música contemporánea, y muy apreciadas por crítica y público. Melodien (1971) y el Concierto para violín (1990-92) reciben, en mi opinión, las mejores lecturas disponibles en el mercado en manos de los holandeses, conducidos por Reinbert de Leeuw; auténtico experto en la música de cámara de Ligeti. Destaca la excelente ejecución al violín de Frank-Peter Zimmermann, haciendo alarde de sus prodigiosas facultades técnicas en uno de los conciertos más complejos en cuanto a demanda técnica en el repertorio para violín de la segunda mitad del siglo XX.
Esas maravillosas obras que son Aventures (1962) y Nouvelles Aventures (1962-65), piezas capitales donde las haya en lo que a voz se refiere en la Avantgarde, son interpretadas en este CD en una de sus versiones de referencia, junto con la de Salonen (Sony SK 62311). Si en las versiones del director finlandés prima la claridad tímbrica y un exquisito refinamiento técnico; en las de los holandeses prima el expresionismo de las obras y su ironía casi irreverente. Vocalmente no tengo duda en que ésta es la mejor versión disponible hoy en día. Incluso Omar Ebrahim, presente en ambos CDs, parece mejorar su anterior lectura con Salonen, con una acción vocal realmente endiablada y de una perfección técnica deslumbrante. Una joya de CD, éste, por lo tanto.
CD 11. Magnífica, sin paliativos, la interpretación de la ópera de Hans Werner Henze (Gütersloh, 1926) Elegy for Young Lovers (1961). Obra de estilo neoclásico con fuertes apuntes stravinskianos, en esa misma dirección incide la versión de Oliver Knussen, uno de los mejores traductores del personal lenguaje de Henze, que aquí consigue retratar esa melancolía y nostalgia por el pasado, a la vez que afirmar los elementos modernos de la obra en el momento de su estreno; apoyado en un Schönberg Ensemble idóneo para este repertorio y que juega de forma exquisita con la sutileza del lenguaje del alemán. Las maderas, por citar una sección orquestal, excelsas en este trabajo. El elenco vocal está fantástico en todos sus papeles, resaltando las profundas ambigüedades de los personajes, así como de forma muy destacada el conflicto generacional entre padre e hijo, y todo el conjunto de alusiones sexuales que se dan cita de forma más o menos explícita. Una nítida grabación pone al efectivo instrumental en un primerísimo plano, haciendo de ésta una grabación indispensable para esta ópera.
DVD 12. El primer DVD de esta edición ciertamente no tiene desperdicio. Se trata de la ópera Aus Deutschland (1980-81), del compositor argentino Mauricio Kagel (Buenos Aires, 1931); un trabajo que él define como Lieder-oper, al explorar un camino intermedio entre el Lied y la ópera, en lo que supone una nueva experimentación del inquieto e iconoclasta enfant terrible de la Avantgarde. Como su nombre indica, Aus Deutschland es un recorrido por la historia y la cultura alemana, con especial protagonismo para el Lied del romanticismo, que aquí genera, con sus textos (Müller, Heine y Goethe) y su música (Schubert y Schumann), motivos temáticos para las 27 escenas de la obra, que en realidad son un collage de situaciones histórico-artísticas más que una ópera con trama convencional. El protagonismo de voz y piano es enorme, con numerosos pasajes a dúo, como cabría esperar del planteamiento Lied-ópera, si bien la orquestación resulta muy sutil y refinada, así como el uso de los coros, con momentos muy logrados. La pieza tiene pasajes de irreverente parodia y sátira, como aquéllos en los que Goethe transforma sus textos en canciones estilo yankee, o como cuando el escritor romántico practica sexo en escena; por no citar a Schubert destruyendo sus partituras; o encuentros cercanos a la necrofilia entre la muerte y la doncella. El conjunto resulta muy interesante, por lo novedoso de su planteamiento y por la fina reflexión de Kagel sobre el discurso y la ‘verdad’ histórica, para él siempre objeto de (sana) duda. Recordemos que en su estreno (1981), esta ópera fue calificada por algunos críticos y medios como una ‘blasfemia’, lo cual no la hace sino más interesante si cabe.
El reparto vocal es soberbio, como la ejecución del Schönberg Ensemble a las órdenes de Reinbert de Leeuw. Conjunto y director holandés son en la actualidad uno de los máximos exponentes en la interpretación de la obra de Kagel, como se viene escuchando en sus numerosos registros de su música para Montaigne y Winter&Winter. La puesta en escena, de Herbert Wernicke, es soberbia, y refleja la decadencia y ruina del tiempo pasado, así como del Lied abandonado, mediante una pila de pianos arrojados en escena y un juego simbólico constante con las imágenes y mitos de la época.
El DVD se presenta en formato 16:9, con un sonido y una calidad de imagen magníficos, provenientes de la NPS holandesa (1997). El único ‘pero’, es que dispone tan sólo de subtítulos en holandés, siendo la ópera cantada en alemán.
CD 13. Isang Yun (1917-95) es, seguramente, el compositor coreano más conocido en el viejo continente. Numerosos son los solistas de primer nivel que han incorporado sus obras a su repertorio, como Siegfried Palm o Eduard Brunner; estando presentes sus trabajos en los programas de formaciones como el Ensemble Modern o el Schönberg Ensemble. La música de Yun, como la de Takemitsu o Hosokawa, supone un cruce de influencias y una estimulante fusión de estilos, entre su oriente natal y el occidente de adopción (especialmente en el caso de Yun, que tuvo que ‘refugiarse’ en Alemania tras ser encarcelado y condenado a muerte en Corea del Sur, acusado de colaborar con los vecinos del norte; condena anulada tras una ola de protestas internacionales).
La preocupación de Yun por cada tono, por la esencia de cada timbre, de cada dinámica, por la individualidad de cada sonido, está presente en las cuatro obras registradas en este CD. De ellas, el Schönberg Ensemble estrenó en su día el Kammerkonzert I (1990), así como Quartett (1992), a ellos dedicada. No es casual este hecho, pues la música de Yun encuentra en los holandeses a unos intérpretes idóneos, por su refinamiento técnico y tímbrico, así como por su suavidad y fluidez musical. La música de Yun rehuye de grandes aristas, de contrastes excesivos, requiriendo intérpretes que jueguen con la serenidad y con un discurso muy enlazado, muy homogéneo, aspectos que el Schönberg Ensemble borda, como casi siempre, a las órdenes de Reinbert de Leeuw.
CD 14. Interesantísimo este CD, dedicado a uno de los grandes compositores de nuestro tiempo: György Kurtág (Lugos, 1926), un músico de personalidad inconfundible, como dan muestra las obras aquí presentadas. La primera de ellas es su Messages of the Late Miss R.V. Traussova (1976-80), la pieza que lo dio a conocer mayoritariamente en occidente y que recibe aquí una notable versión que no nos hace olvidar la que considero referencia para esta obra a cargo del Ensemble Modern con Peter Eötvös (Sony SK 53290). En lo vocal, Natalia Zagorinskaya está muy correcta pero no a la altura técnica de Rosamary Hardy (con Eötvös, Sony), ni a la de Adrienne Csengery (con Boulez, Erato) en lo expresivo.
Grabstein für Stephan (1978-79/89) también conoce una correcta lectura en manos de de Leeuw, pero ni resulta tan moderna y radical como la de Peter Eötvös (Col legno WWE 31870), ni tan sentida, fúnebre y equilibrada como la de Claudio Abbado (Deutsche Grammophon 447 761-2). No me acaba de convencer la premura de la guitarra en las series iniciales, ni la planificación de las entradas de las sirenas, o ciertos pasajes a tutti, algo forzados musicalmente, donde se podría le dotar de más sentido.
Así pues, la joya de este CD -y una de las joyas de esta edición- es el Samuel Beckett-What is the Word (1991), que conoce una lectura realmente extraordinaria y referencial; quizás por encima de la del propio Abbado (Deutsche Grammophon 437 840-2). La lectura de de Leeuw es de una perfección entre voces y timbres instrumentales increíble, además de contar con un elenco vocal fascinante en cada una de sus entradas y juegos de multiplicación sonora; en lo más alto a nivel técnico y expresivo en todos los aspectos. Versión, por lo tanto, obligatoria para los amantes de esta maravilla vocal.
CD 15. Interesante disco éste dedicado a mostrar la rica heterogeneidad que reinó en el pasado siglo en la música italiana. De esta nacionalidad son los cuatro compositores seleccionados en un CD de correcta interpretación a nivel musical por parte del Schönberg Ensemble, pero que no resulta de los más destacados de la edición a nivel de versiones. Los Canti di prigionia (1938-41), de Luigi Dallapiccola (1904-75), están expuestos con una terrible desolación y oscuridad por parte de de Leeuw, tan terribles como el periodo histórico en que fueron escritos; sin embargo carecen del refinamiento técnico y expresivo de un Salonen en Sony (SK 68323), para mí la versión referencial. Otro tanto podríamos decir del Corale (1981) de Luciano Berio (1925-2003), algo blando en esta lectura si la comparamos con la soberbia versión de Boulez (Sony SK 45862), de mayor altura técnica y lenguaje más incisivo y moderno. Luigi Nono (1924-90) no es quizás el compositor más afín al sonido y credo estético del Schönberg Ensemble, como estas Canciones a Guiomar (1963) dan fe. Más cercano se encuentra el Schönberg Ensemble a la estética de Luca Francesconi (1956), del cual nos ofrecen Inquieta limina (1996), un breve y emotivo homenaje a Berio en el cual se hacen audibles los principios tan diversos y enriquecedores que Francesconi despliega en sus trabajos, que suponen ya la llegada de una generación nueva a Italia.
CD 16. El 6 de febrero de 2006 Mundoclasico.com publicaba un obituario de la compositora Galina Ustvolskaya (1919-2006) a cargo de José Luis López López, al conocer la noticia de su muerte. En aquel artículo, José Luis López no dudaba en colocarla en el ‘Olimpo’ de los grandes compositores del pasado siglo, al tiempo que señalaba las palabras de la rusa en las que precisaba que “no hay ningún lazo entre mi música y la de cualquier otro compositor, vivo o muerto”. En sus líneas, López destacaba al Schönberg Ensemble como uno de los mejores especialistas en la obra de Ustvolskaya, en concreto por el CD del sello Philips (442 532-2), así como por sus conciertos en vivo con sus obras.
Con estos precedentes, no es de extrañar la excelencia del CD 16 de esta colección, dedicado íntegramente a la compositora rusa, a través del Octeto (1950), el Trío para clarinete, violín y piano (1949) y la Sonata para violín y piano (1952). Nos encontramos con versiones técnicamente muy matizadas y bien construidas, en las cuales se enfatiza el carácter sombrío y dramático de las obras, así como sus elementos rítmicos obsesivos y pertinaces; construidos por momentos casi como si de una gran marcha fúnebre colectiva se tratara, especialmente en el caso del Octeto. El Trío y la Sonata son interpretadas con un aire plenamente shostacovichiano, alternando una fina ironía con una paleta cromática tan gris como desesperanzada en sus agonizantes compases finales.
CD 17. Como en el caso de Janácek, el Schönberg Ensemble ya había firmado para Philips (442 531-2) un magnífico monográfico con obras corales de Sofía Gubaidulina (Chistopol, 1931). Este CD presenta la misma grabación de Now always snow (en aquel disco de Philips presentada bajo la denominación alemana Jetzt immer Schnee), por lo tanto ya conocida y, como digo, excelentemente ejecutada a nivel vocal e instrumental, como no podíamos esperar menos del grupo dedicatario de la obra. Con igual excelencia interpretativa se desarrolla también una pieza de fuerte exigencia como es Stimmen...verstummen... (1986). Su recorrido presenta una composición que transita por muy diferentes estados anímicos, entre fortísimos ataques orquestales y fases de refinada y casi estática meditación. La ejecución es admirable, y en ella el ensemble holandés se ve acompañado de formaciones como el Asko Ensemble o el Nieuw Ensemble, entre otras, para desplegar el efectivo que semejante propuesta requiere, en la que los metales brillan con luz propia, con un dominio técnico impecable.
CD 18. Este CD nos ofrece una refinada e impresionista orquestación a cargo de Elmer Schönberger de las Cuatro canciones Balmont (1913) de Nikolay Obukhov (1892-1954). El original para piano y voz es revisado en 1994 explotando la enorme potencialidad en colorido que las canciones originales poseen. En su arreglo para 19 músicos, Schönberger logra unas resonancias tímbricas que parecen proyectar aún en más voces el número de ejecutantes implicados, con un tratamiento del color que posee reminiscencias de Scriabin y apunta definitivamente a un Messiaen.
Estrenada pocos meses después del ataque terrorista del 11-S, The last freedom (2001) es un ejemplo característico de la obra de Alexander Raskatov (1953); un trabajo en el que se une una ‘belleza áurea’ y tonal a una restauración de los trabajos de los futuristas soviéticos de los años veinte. Textos eslavos, hebreos, latinos y poemas de Dmitri Prigov, se unen en una composición que, según su autor, cobra nuevos significados tras el 11-S, como señala su título, tomado de la poetisa Ana Ajmatova, así como una estructura dominada por motivos fúnebres desde los que la música emerge en siete cuadros que nos señalan el arte de los sonidos como el auténtico campo de la libertad posible.
El ucraniano Vladimir Tarnopolski (Dnipropetrovsk, 1955) nos ofrece su Foucault’s Pendulum (2004), una obra característica de su actual investigación acústica, en la que la posmodernidad se entiende como una búsqueda de nuevos lenguajes tonales a través de procedimientos de consonancia y disonancia. Basada en la obra literaria homónima de Umberto Eco, Foucault’s Pendulum -un encargo del propio Schönberg Ensemble- es una obra muy críptica, en la que la organización del sonido se va conformando poco a poco a través de una nebulosa sonora, de un magma en el que emergen estructuras que crean fuertes tensiones y entre las que se vislumbran motivos de ordenación; leyes que, como las de la naturaleza, sustentan un entramado de rica heterogeneidad.
Las interpretaciones de las tres obras son extraordinarias vocal e instrumentalmente, de una claridad y nivel técnico sobresalientes, así como reveladoras de piezas poco frecuentes en el repertorio contemporáneo, por lo menos en formato CD.
DVD 19. Claude Vivier (1948-83) es uno de los compositores más desconocidos y misteriosos de la segunda mitad del siglo XX. A ello contribuye una vida llena de episodios oscuros, desde su propia aparición en un orfanato cuando era un bebé, hasta su asesinato a cuchillazos por un ‘chapero’ en su piso de París, precisamente cuando componía Glaubst du an die Unsterblichkeit der Seele? (1983), obra que quedó inacabada en el momento en el que uno de los protagonistas mata a otro de una puñalada en el corazón. Músico de enorme talento, en estos dos DVDs (publicados originariamente por Opus Arte) podemos ver un interesantísimo documental de una hora de duración sobre el compositor, dirigido por Cherry Duyns en colaboración con el Schönberg Ensemble y de Leeuw, uno de los mayores expertos en su obra, después de que Ligeti se la descubriera. Para de Leeuw la música de Vivier es un “trabajo fuera de serie. Algo sustancial, que cambia la forma en la que entiendes la música”. De obligado conocimiento para todo el interesado en la figura del canadiense, este documental recorre su vida, investiga sus movimientos casi en solitario por Europa, así como los conflictos y problemas originados por su homosexualidad, su carácter y sus cuestionamientos religiosos; liturgia ésta religiosa que fue sustituida por la musical.
Completa los DVDs una magnífica versión y edición de la ‘ópera’ Rêves d’un Marco Polo, obra que nos muestra el gran interés de Vivier por las culturas orientales, así como la identificación del canadiense con los personajes apátridas y en cierto modo solitarios. La lectura de alguno de sus textos así nos lo muestra: “Soy el forastero marginado. Mis descubrimientos, viajes e historias se consideran invenciones”. Rêves d’un Marco Polo fue montada en dos jornadas por de Leeuw y Pierre Audi, a partir del drama musical Kopernikus y de diversas piezas compuestas por Vivier entre 1977 y 1983, en una suerte de Summa artis vivierensis que conforma Marco Polo. La muerte está omnipresente en la obra, así como ecos estilísticos de las óperas de Ligeti y Stockhausen, referencias inevitables, como tantas otras que Vivier saca a la luz en este trabajo “antiintelectual y emocional”, pero muy conceptual y lleno de citas a la historia de la música y a figuras como Hölderlin, Luther King, Lewis Carroll, etc. La versión de Reinbert de Leeuw con el Schönberg Ensemble y un grupo de excelentes cantantes, grabada en Ámsterdam en 2004, es magnífica, así como la escenografía de Audi y la realización de imagen.
El documental (1997) está servido en formato 4:3, con una aceptable calidad de imagen; mientras que la ópera es 16:9, con una calidad de imagen y sonido tan extraordinarias como la interpretación; lo cual completa uno de los picos de esta edición, en sus más de 4 horas de duración. En los dos casos, hay disponibles subtítulos en castellano.
CD 20. El vigésimo CD de la Schönberg Ensemble Edition nos presenta una de las ‘especialidades de la casa’; la música de Louis Andriessen (1939). Son muchas las ocasiones en las que el ensemble holandés ha interpretado y grabado música de este compositor y, con dichos precedentes, era de esperar una magnífica versión como esta que nos encontramos de De Tijd (1981)
De Tijd (El tiempo), explora en sus 40:58 minutos de duración el concepto de tiempo y su representación a través del sonido y la palabra. Andriessen toma para esta obra un texto de las Confesiones de San Agustín, y une parte vocal e instrumental en un continuo incesante de acordes en ligeras variaciones que da la sensación de proyectarse intemporalmente en el espacio. Al Schönberg Ensemble se une el Asko Ensemble y un coro femenino, que canta su parte de forma magistral, con una sugerente modulación de dinámicas y cromatismos, que hacen que la versión adquiera una fluidez, dentro del estatismo que supone la obra, magnífica.
DVD 21. Tras el éxito de crítica y público que supuso la versión del Pierrot Lunaire a cargo de Barbara Sukowa y Reinbert de Leeuw en los años ochenta (versión que podemos escuchar en el primer CD de esta edición), ambos artistas deciden crear una obra que los reúna de nuevo. Esta será Im Wunderschönen Monat Mai (2003), compuesta por de Leeuw (1938) en estrecha colaboración con la actriz/cantante. La obra consiste en la unión de diversos lieder de Robert Schumann y Franz Schubert, fundamentalmente provenientes del Dichterliebe y del Winterreise, a los que se suman diversas sonoridades debidas a estos compositores, como las del Quinteto para cuerdas D 956, o al propio de Leeuw. Dividida en tres partes de siete Lieder enlazados, realmente podemos hablar aquí de una ‘metacomposición’, similar al Schuberts Winterreise (1993) de Hans Zender (1936), si bien con mayores libertades que las que tomó el alemán a la hora de alterar la estructura y nexos de los temas. El trabajo de Reinbert de Leeuw es aquí mucho más audaz que el desarrollado con los Kindertotenlieder mahlerianos (CD 3), resultando una composición más interesante y personal, a la par que mucho más imaginativa y desligada de la estructura y estilo de los lieder originales, a los que la partitura de de Leeuw va y vuelve constantemente.
Pero la gran protagonista de la obra y de la realización del DVD es, sin duda, Barbara Sukowa. Con un trabajo que va de la declamación al canto, pasando por un reiterado Sprechgesang de inspiración schönbergiana, su implicación con la obra es total, llegando a momentos en los que su rostro y su voz se quiebran completamente, fruto de la profunda interiorización de estos Lieder, a menudo tan desoladores. La actriz centra también los bellos planos de este DVD, soberbiamente dirigidos por Cherry Duyns en la sala Felix Meritis de Amsterdam entre el 8 y el 10 de diciembre de 2004. Servido en 16:9, con subtítulos en inglés, la calidad de imagen y sonido es excelente. La intimista y poética realización, así como una magnífica iluminación y fotografía, no hace sino potenciar los valores de la obra, así como el carácter camerístico de la misma; en una versión excelente de una composición difícilmente imaginable en la voz de otra intérprete que no sea su dedicataria.
CD 22. Interesante disco éste para comprobar hasta qué punto el siglo XX supone una convivencia de lenguajes sincrónicos a pesar de la grieta provocada por la Segunda Guerra Mundial; que afectó a buena parte de los compositores holandeses en cuanto a su formación en los lenguajes del vanguardismo histórico o de la avantgarde posterior a la conflagración (movimientos ampliamente representados e esta edición), marcando un claro antes y después en las diversas rutas estéticas.
Jan van Vlijmen (1935-2004) toma ese hecho histórico como referencia para fijar su atención en el Holocausto, narrado a través de textos de los supervivientes y de las palabras del Inferno de Dante. Con estas bases literarias Inferno (1991-93) se construye sobre tres grupos vocales y cuatro grupos orquestales (divididos internamente), que conforman una música en la que el lamento, el canto fúnebre, el requiem, priman sobre la visión de la devastación (ya consumada). Ecos de Schönberg y Stravinsky se hacen audibles fundiendo en la música esos extremos que tan bien conoció el ser humano, en otras claves bien distintas, a mediado del pasado siglo.
Jan van de Putte (1959) se incardina de lleno en la contemporaneidad, con una obra digna heredera de los avances musicales de la posguerra. Es schweigt (1993-96) se conforma a base de fonética, palabras sin sentido, recitativo numérico y sonidos instrumentales que parecen moverse entre los límites del sueño, la pesadilla y la vida cotidiana, describiendo esas fronteras que Putte dice traspasar para llegar a “tierra de nadie”, a lugares en los que resuene el espacio interior desolado y arruinado.
Versiones soberbias y plenas de sentido las del Schönberg y Asko Ensemble, acompañados por un acertado Nederlands Kamerkoor, bajo la batuta de de Leeuw.
CD 23. Magníficas interpretaciones, sin paliativos, las de este CD dedicado a la música de John Adams (1947), Duke Ellington (1899-1974) y George Antheil (1900-59). Comienza el disco con una extraordinaria versión de la Chamber Symphony (1992) de Adams, comprendida por el Schönberg Ensemble y de Leeuw con una perfección ejemplar, destacando el cruce de caminos que esta obra supone entre tantas estéticas (Schönberg, Nancarrow, Stravinsky, Antheil, etc.), así como su virtuosismo técnico, su denso contrapunto o los variadísimos patrones rítmicos que la recorren. Scratchband (1996) está dirigida por el propio Adams, con la perfección habitual que despliega en la dirección de sus propias obras; todo un festín sonoro en la que las voces instrumentales suenan con una claridad muy destacable. De Duke Ellington se presenta una excelente versión de The Tattooed Bride, en la que al Schönberg Ensemble le acompañan los Houdini’s, convirtiendo al grupo de músicos -dirigido por Adams- en una auténtica ‘Big band’ de sonido tan vivo como técnico. Para no perdérselo. Concluye el CD con el enigmático Ballet mécanique, George Antheil, en su versión de 1953. De curiosas e insospechadas sonoridades, el Schönberg Ensemble hace gala de su perfección y su versatilidad para desplegar los particulares timbres y motivos rítmicos de esta obra. Todo el CD goza de un sonido espectacular, que no hace sino mejorar su disfrute.
CD 24. El penúltimo CD de esta edición está dedicado a uno de los compositores contemporáneos más interpretados y populares en Europa, Wolfgang Rihm (Karlsruhe, 1952). Este inquieto y prolífico músico está representado por obras que abarcan 24 años de su creación, desde Erscheinung (1978) a Die Stücke des Sängers (2000-01), y que por lo tanto nos muestran una importante secuencia de su proceso de maduración. En las diversas combinaciones para grupos de cámara y solistas (voz, piano y arpa) que se presentan en este CD, podemos comprobar las características básicas de Rihm, tales como su profundo interés por la superposición de estructuras, el timbre y el ritmo como cualidades básicas de la composición; así como su manejo del expresionismo y el sentimiento como materia prima y básica de la obra musical.
Las interpretaciones del Schönberg Ensemble, dirigido por Reinbert de Leeuw (un director cuya musicalidad siempre me ha parecido idónea para la obra del de Karlsruhe), y acompañados por solistas de la talla de la soprano Rosemary Hardy o la pianista Marja Bon, son realmente impresionantes y están desgranadas con una técnica, una claridad, una fuerza y un sentido rítmico excelente. Me han gustado mucho sus versiones de Triptychon (1991-96) y Chiffre I (1982), que pondría a la altura de las mejores en CD, y que no hace sino reafirmar la afinidad del ensemble holandés con la música del compositor alemán.
CD 25. Concluye este interesantísimo recorrido por la música del siglo XX con un CD que recoge obras de diversos compositores holandeses del presente. A Elmer Schönberger (1950) lo habíamos escuchado ya en esta edición en su papel de orquestador, si bien ahora este crítico musical y compositor nos presenta una pieza íntegramente suya: Dovemansoren (2002; rev. 2005). Conducida por Micha Hamel, tanto el Schönberg Ensemble como el cuarteto vocal dan buena muestra en su notable interpretación de las fuertes influencias recibidas de la música de la primera mitad del siglo XX en la obra de Schönberger; con ecos del propio Weill o del último Berg.
De Klaas de Vries (1944) se recoge su Vers la flamme/Eclips (1992), a partir de la obra homónima para piano de Alexander Scriabin (1872-1915), que sirve de arranque a esta composición. Con una carácter meditativo, sereno, místico y mágico, en la línea del más puro Scriabin se desarrolla una obra en la que nos encontramos al compositor Thomas Adès al piano, incidiendo en todos estos elementos de forma muy elocuente.
De los compositores holandeses aquí presentes es el más joven Michel van der Aa (1970), de quien escuchamos su Attach (2000), parte de su Preposition Triology, de la cual ya forman parte Just Before y Between. En Attach escuchamos la omnipresente electrónica en la obra de este creador, ya sea en banda pregrabada o en los instrumentos acústicos jugando a imitar sonidos de síntesis electrónica con los que dialogan casi en un cruce de caminos entre un Schaeffer, un Ligeti y un Varèse; todos ellos creadores de obras electrónicas que han influido a van der Aa. El Schönberg Ensemble, de nuevo dirigido por Hamel, se comporta como un verdadero mecanismo de relojería y precisión, despojado de cualquier atisbo expresivo o emocional; en una lectura tan lógica como impecable, en la que Hamel llega a esbozar ciertos dejes humorísticos.
Por último, encontramos a Guus Janssen (1951), que nos presenta su Klotz (1994), una música casi tan quebrada como la de van der Aa, aunque de lógicas bien distintas. Su obra parece construirse a partir de música de baile americana de salón, con ecos del charlestón o dejes del jazz; todo ello sometido a un proceso de improvisación constantemente truncada muy atractivo, en el que el violín de Marijke van Kooten se llena de sentido, de ecos melódicos, de pasos de baile súbitamente cortados y de excelentes entradas. La presencia del hi-hat, tocado por el propio Janssen, legitima aún más una versión soberbia de una música que dialoga con el ayer desde su actualización constante a las formas tímbricas y melódicas de hoy.
En resumen, estamos ante un recorrido apasionante que nos permitirá profundizar un poco más en la complejidad de un período histórico irrepetible, y del cual la mayoría de nosotros somos un producto cultural, a través de un conjunto de interpretaciones ejemplares y en muchos casos totalmente referenciales. La cuidada edición, que incluye un libreto en holandés e inglés de 628 páginas (con los textos de las obras), así como una bella, moderna y manejable presentación de los CDs, ordenados en progresión cronológica de compositores/as, así como un sonido magnífico en todas las grabaciones, no hacen sino redondear uno de los productos discográficos más sobresalientes aparecidos en los últimos años en el repertorio contemporáneo. La recomendabilidad es, por lo tanto, obvia, y la satisfacción con esta edición casi garantizada.
Este disco ha sido enviado para su recensión por el Schönberg Ensemble
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