Bélgica
Los bandidos al poder
Jorge Binaghi
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Tal vez no funcionó también como el año pasado con Zampa confiar la dirección de orquesta y concertación a un experto del barroco que se dedica también a otros terrenos. No todos son Christie. Malgoire es un excelente maestro, pero se lo notó sobre todo empeñoso y empeñado. Si la orquesta (al igual que el coro) sonó bien, faltó chispa, esa misma ironía que estaba en la escena, y sobró seriedad ya desde la obertura.

Momento de la representación
© 2009 by Opera Royal de Wallonie
© 2009 by Opera Royal de Wallonie
En cambio, brillaron los cantantes. Sumi Jo no estará en su momento vocal más radiante y algún sobreagudo de su gran escena del segundo acto la puso en dificultades, pero se trató sólo de un momento, y tanto su figura como su actuación y su canto (siempre un tanto almibarados) aquí se encontraban justificados. Tarver es un tenor rossiniano cuyo nombre suena cada vez más, y con razón. Tiene elegancia y gracia y canta muy bien (su aria del tercer acto, que es otro momento de gran compromiso vocal, no le causó ningún problema). El segundo tenor (también como en el caso de Zampa un tenor lírico) tuvo menos suerte que en el título de Hérold. Figueroa es apuesto y canta correctamente, pero la voz es muy pequeña y de escasa proyección.

Momento de la representación
© 2009 by Opera Royal de Wallonie
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Los motores del argumento son los nobles ingleses a los que el protagonista despoja al principio de la obra, pero no totalmente, y cuya persecución le resultará fatal. Doris Lamprecht, de canto a veces algo brusco, es una cómica notable y lo mejor que puede decirse de su ‘pareja’, Molonot, es que le dio la réplica a su misma altura. Pavesi cantó muy bien la no muy extensa ni comprometida parte del padre de Zerlina, y los dos secuaces fueron una delicia, aunque vocalmente se destacó más Dolié, un barítono que parece muy prometedor.

Momento de la representación
© 2009 by Opera Royal de Wallonie
© 2009 by Opera Royal de Wallonie
Como queda dicho, público entregado y un lleno completo para el último en versión escénica de la temporada, que también es el último que sube a escena en la Opéra Royal de Wallonie antes de los dos años de cierre por renovación y modernización. Ya están prontos los lugares alternativos para las temporadas próximas.
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