Cuando uno escucha a un mismo tenor con poco más de 48 horas de diferencia y haciendo un repertorio relativamente similar, no espera encontrar grandes diferencias estilísticas entre un concierto y otro. Y sin embargo, Christoph Pregardien rompió la norma. Si en esu primer concierto predominó Schumann junto a los muchos más modernos lieder de Mahler y Killmayer, en una aproximación musical más bien desenfadada -con el Ensemble Kontraste sustituyendo los acompañamientos orquestales [leer reseña] de un modo muy interesante-, en este segundo concierto su acompañante era Andreas Staier con un piano de época, y el centro del concierto estaba en las canciones chopinianas, acompañadas de otras pertenecientes a algunos de los compositores que más influyeron en su estilo: Mozart, Beethoven y Schubert. El concierto se abrió con seis canciones de…
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