España - Madrid

Un placer sonoro

Juan Krakenberger
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Madrid, miércoles, 27 de octubre de 2010. Sala Sony de la Fundación Albéniz. Grupo Barroco: Neus Puig y Rui Borges (flautas), Bengú Aktan (oboe), Alber Catalá (fagot), y Yago Mahúgo (cembalo). Profesor: Hansjörg Schellenberger. J. S. Bach, Sonatas en Trío para dos flautas y bajo continuo BMW 1039 y 1036. J. J. Quantz, Trío-sonata para oboe, flauta y bajo continuo. G.P.Telemann, Cuarteto para dos flautas, fagot y bajo continuo. Ciclo ‘Da Camera’. Ocupación de la Platea: 95%
0,0001306 Desde hace casi 10 años, el ‘Grupo Barroco’ se halla en activo, bajo la experta dirección del Profesor Schellenberger. A estas alturas, se trata de un grupo de jóvenes que ya merecen ser considerados como profesionales de valía, y cuyo afán de seguir perfeccionándose les honra. Porque, realmente, los resultados de sus interpretaciones fueron espléndidas, en todos los aspectos: lo puramente musical, lo sonoro, el fraseo, la perfecta afinación y la estupenda coordinación de voces, no siempre fácil en esta música polifónica, donde la imitación y el contrapunto juegan un rol preponderante.

Obras de J. S. Bach (1685-1750), J. J. Quantz (1697-1773) y G. P. Telemann (1681-1767), todas contemporáneas, nos demostraron como -a pesar de ceñirse al mismo estilo de esa época- la diversidad creativa de estos grandes maestros no tenía límite. Si bien la forma de todas las obras es la misma, o sea, cuatro movimientos (Lento/Rápido/Lento/Rápido), la riqueza melódica, la variedad de ritmos, la expresión -ora alegre, ora pensativa o contemplativa- nos impresionan y sorprenden cada vez de nuevo.

De las dos Sonatas en trío para dos flautas y bajo continuo BWV 1039 y 1036, me sonó muy familiar la primera, y esto se debe a que también se ejecuta para viola de gamba y teclado, y otras combinaciones instrumentales, como por ejemplo transcripciones para violoncello o viola, y esto se escucha con cierta frecuencia. Ignoro cuál es la versión original, pero también cabe que Bach la presentara en diversas instrumentaciones. Ya el primer tema del ‘Adagio’ inicial consiste en una melodía genial, que arrebata los sentidos. En esta ocasión, dos flautas, un fagot y un cémbalo nos ofrecen una versión sonoramente enormemente atractiva, mucho más interesante que otras combinaciones instrumentales. El segundo movimiento es alegre, y ofrece una complicada polifonía, cuya presentación fue impecable. El tercer movimiento se inicia sin el fagot, que luego pasa a tocar notas largas que subrayan figuras arpegiadas tranquilas de las flautas. Este breve movimiento hace como preludio para el cuarto movimiento, un ‘Presto’ donde el fagot asume la tercera voz en un entramado contrapuntístico fascinante. Muchos aplausos premiaron esta preciosa versión.

Acto seguido, el mismo cuarteto tocó la otra Sonata BWV 1036, menos conocida, pero también de gran atractivo. De esta sonata se destaca netamente el cuarto movimiento, en ritmo ternario, y de secciones A-B-A, de las cuales A es rápida y B mucho más lenta. Los problemas de coordinación que esto ocasiona fueron resueltos de forma soberbia por el conjunto, enormemente seguro y de gran calidad. Los cuatro músicos tuvieron que salir varias veces para recibir los cálidos aplausos de los asistentes.

Después del intervalo, sonó otra Trío-sonata, esta vez para oboe, flauta y bajo continuo, a cargo de fagot y cembalo, obra del célebre flautista Johann Joachim Quantz. Música muy agradable y bien escrita, se inició con un ‘Andante moderato’ que nos sirvió un bonito diálogo entre oboe y flauta, seguido de un ‘Allegro’ muy movido, un ‘Larghetto’ de líneas melódicas imitadas, para terminar con un ‘Vivace’ muy bien fraseado, y con unos rubati muy sugestivos. No cabe duda de que Quantz supo aprovechar la diferencia de sonoridad entre oboe y flauta. ¡Excelente versión!

Para terminar, una obra de Telemann, bajo la calificación de Cuarteto, nuevamente para dos flautas y fagot, más bajo continuo a cargo del cembalo. Los tres instrumentos de viento tienen voz activa, en un lenguaje contrapuntístico magistral. Hay pasajes en los cuales las dos flautas acompañan al fagot, que lleva entonces la voz cantante. El último movimiento es un ‘Allegro’ brillante, que en forma A-B-A-B nos presenta dos ideas -una algo más tranquila- que llevan a un final victorioso. Excelente música, muy bien presentada.

La actuación del bajo continuo -a cargo del cémbalo- que no se distingue claramente cuando tocan los instrumentos de viento, pero cuyo color y armonías son indispensables para el conjunto, fue muy meritoria: su contribución a la coordinación del conjunto resultó ser muy eficaz. Habíamos presenciado un concierto de gran calidad, de buena música, y los asistentes manifestaron de viva voz su satisfacción. ¡Así da gusto!
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