Reino Unido
Deambulando con Tito
Agustín Blanco Bazán
Julia Riley (Sextus)
© 2011 by ETO (English Touring Opera)
© 2011 by ETO (English Touring Opera)
Al corazón de una entusiasta audiencia londinense llegó la ETO en una sala de singular idiosincrasia, desconocida para los turistas que normalmente no tienen tiempo para entrar en las raíces del mundo teatral británico. Ubicado en un barrio trabajador de izquierdas y multiétnico, el Hackney Empire es una fastuosa reliquia victoriana, con un bar al final de la platea. Está permitido llevar bebidas a las butacas mientras se disfruta ya sea de una ópera o de las variadísimas manifestaciones artísticas, desde las legendarias pantomimas de fin de año hasta comedias, teatro y danza. Así fue alguna vez el Covent Garden cuando el Tristan e Isolda dirigido por Beecham con Flagstad y Melchior, alternaba con una pantomima de Caperucita Roja. Y así sigue siendo el Hackney, con una audiencia diferente por su autenticidad y su desenfado. Durante la segunda parte pude aliviar con un vaso de buen tinto el torrente de emociones desatado por el menage a trois de Tito, Sesto y Vitelia, mientras olfateaba algo de ese tufillo típico de la cerveza en manos de mis vecinos. Al ser de plástico, los vasos no hacían ruido.
La calidad de la Clemenza di Tito de la ETO fue excelente, comenzando por una regie capaz de desmentir las acusaciones de estatismo que normalmente recibe esta ópera, porque Conway propuso una acción dramática ubicada en la década de 1930 que se desarrolló con el suspenso de una trama policial. El inicio de la obertura es sincronizado con una Vitelia agitada que maquina buscando entre documentos y escribiendo cartas, mientras se para a admirar una coraza de armadura que perteneció a su padre, cuyas cenizas finalmente esparcirá en “non piu di fiori”, cuando se mira por ultima vez en la coraza en la cual ha insistido en reflejarse durante sus constantes maquinaciones a lo largo de la obra. Al descubrir el amor, Vitelia abandona finalmente la dictadura paterna.
Julia Riley (Sextus) y Mark Wilde (Titus)
© 2011 by ETO (English Touring Opera)
© 2011 by ETO (English Touring Opera)
La ambigüedad sexual de Tito y su amor por Sesto es expuesta con una profundidad psicológica y una delicadeza escénica que justifica un viaje a Inglaterra solo para ver el recitativo donde el emperador trata de extraer de su amigo la razón por la cual este ha querido matarlo: el propósito de Tito de acercarse a la intimidad del corazón de Sesto traiciona su amor por este, los celos de no ser correspondido en conflicto con la culpabilidad que Sesto siente por poder retribuir el amor de su amigo. La escena se convierte así en un dúo de amor que sirve de eje al desenlace final, cuando el pueblo homenajea a un Tito en uniforme militar, tieso y despersonalizado luego de haber jugado su última carta emocional fallida, antes de refugiarse y congelarse en el estéril poder político. Hasta Publio fue aquí un personaje de siniestra y cómica vena en su empeño de espiarlo todo en busca de evidencia no solo para destruir cualquier conspiración sino para afianzar su propio poder.
Del Sesto de Julia Riley solo se puede objetar que no marcó como Berganza o Bartoli, las acciacaturi en ‘Parto’. Aparte de ello su voz es digna de cualquier casa internacional por su impostación, lirismo, color, expresividad y fuerza de ataque. Para más, actuó un Sesto masculinamente creíble en su caminar, y sus alternativas de compostura y desesperación.
James Conway: La Clemenza di Tito
© 2011 by ETO English Touring Opera)
© 2011 by ETO English Touring Opera)
El resto del reparto alcanzó similar calidad profesional desde la voz plateada y soberano squillo de la Vitelia de Gilliam Ramm hasta la claridad y fuerza de proyección del Tito de Mark Wilde. Todos actuaron como consumados artistas profesionales en esta compañía ambulante, incluidos el coro de doce personas caracterizando mujeres y hombres de la calle, oficinistas, policías y agentes de seguridad que aparte de espiar incitan a dar vivas a Tito. Y todos se movieron con espontaneidad y sin mirar una sola vez al director de orquesta (Richard Lewis), que dirigió un Mozart magnífico en su combinación de tiempos aireados y a la vez tensos, variedad de color y sincronización con los cantantes. Y aunque irrite decirlo, vaya una vez más: las casas de ópera españolas e italianas envidiarían el color, la precisión y la calidad de solistas de la tropa instrumental de la ETO, un fruto de la intensa educación musical que en Gran Bretaña ya comienza en la primaria.
La tropa de la ETO sigue su camino hasta mayo con un doble programa de Tabarro y Gianni Schicchi en italiano y El fantástico señor Zorro una opera nueva para niños en la cual harán de árboles los párvulos de las escuelas locales de las ciudades a las cuales llegue esta refrescante caravana de ópera viva. La ETO incluye en su temporada de otoño Xerxes y Flavio (también de Haendel) y The Fairy Queen de Purcell.
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