España - Castilla y León
Clausuradas las VIII Clases Magistrales de Eutherpe
Roberto San Juan

Con sendos conciertos celebrados los días 16 y 17 de septiembre en el Auditorio Ciudad de León se clausuró brillantemente la octava edición del curso para pianistas, directores y jóvenes orquestas que, organizado anualmente por la Fundación Eutherpe presidida por Margarita Morais, se celebró en León entre el 10 y el 17 de septiembre.
Tanto por su cometido como por su desarrollo, este curso es una rara avis en el panorama musical español, al ofrecer de manera simultánea clases magistrales para pianistas y para jóvenes directores de orquesta. Durantes las sesiones del curso ambos ultiman juntos la preparación de un repertorio centrado, fundamentalmente, en conciertos para piano y orquesta que son presentados ante el público durante las dos últimas y maratonianas jornadas en las que se celebran los conciertos de clausura.
Como en pasadas ediciones, el maestro Bruno Aprea, quien contó con la colaboración de Francesco Lanzilotta como asistente, fue el responsable de las clases de dirección, mientras que la parte pianística estuvo a cargo del maestro Joaquín Soriano. Éste último, por cierto, no pudo asistir, desgraciadamente, a las últimas sesiones del curso debido a problemas de salud.
En la presente edición participó la Joven Orquesta Provincial de Málaga, agrupación integrada originalmente por 200 jóvenes músicos con edades comprendidas entre 10 y 26 años, de los que 82 se desplazaron a León. Su director titular es Ángel Luis Pérez Garrido. Antes de que la orquesta se incorporara a los ensayos, y al igual que en pasadas ediciones, para las primeras sesiones del curso se contó con el experto pianista acompañante José Gallego.
Cuatro fueron las obras interpretadas el día 16 de septiembre, comenzando por el mozartiano Concierto nº 23 en La mayor KV 488, obra en la que la joven pianista mallorquina Julia Martínez se mostró muy segura y solvente, con una técnica exquisita y refinada musicalidad. En el podio se alternaron Josu de Solaun -en una de las primeras incursiones públicas de este excelente pianista en el mundo de la dirección- y Ernesto Rodríguez-Monsalve, un riguroso y detallista director vallisoletano.
A continuación se escuchó el Concierto nº 2 en La mayor de Liszt, con Carlos Marín como solista. Este jovencísimo pianista madrileño superó con excelencia la prueba que para todo intérprete supone presentarse por primera vez en público para tocar como solista un concierto con orquesta. Además de una poderosa técnica, Marín mostró una madurez intelectual sorprendente, que parece dejar en evidencia ciertas limitaciones e incongruencias del sistema educativo musical español, que no le permite matricularse todavía en un Conservatorio Superior por no tener la edad (¡ni la titulación!) mínimas requeridas para ello. En el podio, el joven director cordobés José Santofimia realizó un buen trabajo, manteniendo el control de los tempi en ciertos pasajes donde, de no ser así, existe el riesgo de caer en un constante accelerando. Antes del descanso todavía sonó una pieza más, si bien parcialmente: el tercer movimiento de las Noches en los Jardines de España, de Falla. Desde el podio el alicantino Antonio Lajara derrochó energía y ganas; Julio Jesús Gonzalo, joven pianista toledano, respondió con solvencia y estilo.
Uno de los grandes atractivos del programa se reservó para la segunda parte, con la interpretación del infrecuente Concierto nº 2 en Si b menor, Op. 66 de Giuseppe Martucci (Capua, 1856-Nápoles, 1909). Se trata de una obra en tres movimientos, de gran dificultad para la orquesta y extraordinariamente exigente para el solista, con una sucesión de pasajes virtuosísticos que, sin duda, constituyen un escollo casi insalvable para no pocos pianistas. Josu de Solaun, en su faceta 'natural' de intérprete, realizó una lectura magistral de la pieza. En el podio se sucedieron Antonio Lajara, enérgico director de amplio gesto y marcado carácter -quien estuvo al frente del ‘Allegro giusto’ inicial-, y Georgina Sánchez, una joven vallisoletana que es, además, una excelente cellista. Con Georgina al frente, el segundo movimiento, ‘Larghetto’, fue un derroche de expresividad y musicalidad pura y sincera. La obra concluye con un ‘Finale: Allegro con spirito’ donde la joven directora manejó acertadamente la masa orquestal, poniendo de relieve los sutiles juegos tímbricos presentes en ciertos pasajes. Excelente colofón para un extraordinario concierto.
La segunda jornada de clausura, celebrada el día 17 de septiembre, comenzó con el Concierto nº 3 en Do menor de Beethoven, una obra en la que se alternaron dos pianistas y dos directores. En el primer movimiento, ‘Allegro con brío’, el gaditano Álvaro Corral dio muestras de sus buenas dotes en el podio, estando acompañado por la pianista asturiana Noelia Fernández, quien demostró un claro dominio de la obra con un sonido bello y muy cuidado. El ‘Largo’ central sonó magnífico en la versión de Sofya Melikyan, una pianista armenia habitual en los cursos de Eutherpe y cuya interpretación, sutil en matices e intensa por la hondura de sus sentimientos, resulta siempre de extraordinaria belleza. Buen trabajo el realizado por el director asturiano Omar Majbour al frente de la orquesta, tanto en el movimiento central como en el tercero y último, un ‘Rondó: Allegro’ que sonó en un tempo algo más lento del habitual.
En esta sesión se repitió el Concierto nº 2 en La mayor de Liszt, escuchado en el día anterior, si bien con otros intérpretes. La joven pianista polaca Aleksandra Jablczynska ofreció una buena versión de esta pieza, bajo las indicaciones del director boliviano afincado en Italia Daniel Eduardo Montes, que demostró conocer la obra a la perfección. Tras el descanso, la directora madrileña Blanca Trabalón se situó al frente de la orquesta y del coro leonés ‘Ángel Barja’ para afrontar la última obra del programa: la Fantasía coral de Beethoven, que contó con la participación del excelente pianista de origen ucraniano Yegor Schevtson. Buen trabajo el realizado por el coro que dirige Aitor Olivares y destacadas las intervenciones de los solistas vocales Elena Martín y Carla García Mayer (sopranos I y II), Nuria Blázquez (mezzosoprano), Jorge Rodríguez-Norton y Alejandro Díaz Gil (tenor I y II) y Javier Landete (bajo).
No quisiera concluir esta reseña sin hacer referencia al intenso trabajo desarrollado por los componentes de la Joven Orquesta Provincial de Málaga. Tuve ocasión de asistir no sólo a los conciertos de clausura, sino también a los ensayos y a varias de las sesiones del curso y pude constatar, así, un claro progreso que se hacía palpable día a día. Los jóvenes músicos supieron responder con elevadas dosis de entusiasmo, energía y muchas ganas tanto a las exigencias del maestro Aprea como a las de los directores que se sucedieron en el podio, demostrando esa versatilidad y capacidad de adaptación tan necesarias en un músico de orquesta. Más allá del intenso trabajo que aún resta para dominar piezas de esta envergadura, teniendo en cuenta que se trata de jóvenes estudiantes, la orquesta dio lo mejor de sí misma en una iniciativa de elevado valor formativo.
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