Costa Rica
Del rey a la plebe
Andrés Sáenz
Desde sus modestos comienzos como una actividad de índole local, el ahora Festival Internacional de Música Barroca, cuya duodécima edición se inauguró el martes 25, en Santa Ana, ha crecido e incluye hoy en día intérpretes y grupos de rango internacional.
Concebido e impulsado por el educador y musicólogo Jorge Luis Acevedo, junto con la Escuela Municipal de Artes Integradas (EMAI), otra magna obra artístico-cultural que él también fundó con el esclarecido patrocinio de la Municipalidad de Santa Ana, el Festival se lleva a cabo en la centenaria iglesia parroquial de esa progresiva comunidad.
Los intérpretes. Ahí se presentó, el miércoles 26 de octubre, el grupo español de música antigua La Ritirata, formado por los jóvenes Josetxu Obregón, en violoncello barroco, Tamar Lalo, en flauta dulce, e Ignacio Prego, en clavecín.
El nombre del grupo es un homenaje a Luigi Boccherini (1743-1805), el principal exponente de la música instrumental italiana durante la segunda mitad del siglo XVIII, quien por largo tiempo estuvo al servicio de la realeza española. Entre sus composiciones más famosas está el quinteto de cuerdas La música nocturna de las calles de Madrid, y su último movimiento lleva ese nombre.
Programa. Pero el repertorio del concierto de La Ritirata se centró en las composiciones más antiguas del Renacimiento y el Barroco y tenía como título Hispaniae Musica: Al servicio de reyes y nobles, bien que las puertas de la iglesia parroquial de Santa Ana estaban abiertas a todos gratuita y democráticamente y los bancos se llenaron, como suele ocurrir en todas las presentaciones del Festival, con simples parroquianos sin títulos hidalgos.
De modo que los plebeyos asistentes fuimos deleitados por La Ritirata con interpretaciones que buscan un acercamiento estilístico a las prácticas interpretativas de épocas pretéritas.
Casi todas las piezas del programa tenían una duración corta, a menudo con un movimiento lento inicial de visos melancólicos o contemplativos, seguido de una danza movida y alegre.
Se oyeron composiciones de, entre otros, Bartolomé de Selma y Salaverde (c. 1580-c. 1640), cuya Canzona III a soprano solo inició el concierto y dio ocasión a Tamar Lalo de mostrar los tonos límpidos de su flauta de pico soprano.
Buena parte de los números involucró a los tres integrantes, aunque se escucharon piezas de ese mismo compositor y de Domenico Gabrielle (1659-1690) y Giuseppe Maria Jacchini (1670-1727) para el resonante violonchelo barroco solo de Josetxu Obregón, así como de Antonio de Cabezón (1510-1566) y Juan de Cabanilles para los dedos ágiles de Ignacio Prego en el clavecín solo.
También para clavecín solo, no podían faltar las anónimas Folías de España, una melodía sobre la que incontables compositores barrocos de distintas naciones elaboraron diferencias o variaciones.
Redondearon el programa obras de Andrea Falconieri (1585-1656), cuya La suave melodía, junto con las Recercadas sobre tenores italianos, de Diego Ortiz (c. 1510-c.1570), concluyeron la función y ofrecieron nueva oportunidad para que la señorita Tamar Lalo mostrara su maestría, esta vez en los tonos más melifluos de la flauta dulce en sol.
De propina, La Ritirata respondió a los aplausos entusiastas con una Chacona, de Benedetto Marcello, y un extracto presto de alguna de las selecciones interpretadas.
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