Reportajes

28 Festival de Alicante: lo que podemos esperar (II)

José-Luis López López
miércoles, 5 de septiembre de 2012
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Continuando con este repaso a la 28 edición del Festival de Música de Alicante, pasó ahora a comentar la programación a partir del 24 de septiembre.

El último concierto sinfónico del 28 FMA tendrá lugar el lunes 24 (ADDA; Sala Sinfónica, como los anteriores) a cargo de la JONDE, conducida por Miguel Romea, director titular de la Orquesta Joven de Extremadura (OJEX), creada por la Orquesta de Extremadura (OEX), que, por cierto -buena noticia- se ha salvado del ERE extintivo puesto en marcha por la Junta de Extremadura, mediante un acuerdo firmado el pasado 1 de agosto con la Consejería de Educación y Cultura regional, en el que los músicos aceptan la rebaja del 7,5 % de sus sueldos.

El programa es francamente atractivo: Gerok (forma marcada del pronombre en euskera gu, “nosotros”, que significa “nosotros/as mismos/as” en español) de la compositora vizcaína Isabel Urrutia (Algorta, 1967), su primera obra orquestal (2007), que recibió ese año el IV Premio de Composición de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS). Ese premio supone que todas las Orquestas miembros de la AEOS la estrenen en sus temporadas habituales. La primera que lo hizo fue la Orquesta de Galicia, y nosotros tuvimos la ocasión de escuchársela a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla el 20 de mayo de 2009, bajo la dirección del polaco Michal Nesterowicz. Con unos 13 minutos de duración, esa interpretación por grupos orquestales (nos recordó a un concerto grosso) se distinguió por su variedad tímbrica, aunque sonó algo seca: esperamos que, tras haber corrido la pieza por toda España, en esta ocasión las promesas que encerraba se hagan realidad.

Forbidden Tonic (“estreno absoluto” se dice en el programa dado a conocer por el Gabinete de prensa del INAEM), de José Luis Greco (Nueva York, 1953) de quien se ha dicho que su música es “pura alquimia”, el cual vivió en los Países Bajos diez años, y en Madrid desde 1994, aunque mantiene el contacto con Holanda y EE.UU. En cuanto a la obra, conocemos un CD suyo que contiene un título Forbidden Tonic, for orchestra (Triptych, Part 3), Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, director Adrian Leaper, sello ASV, 2002, 17:44 min. ¿Se trata de la misma obra, o de una continuación posterior? Ya se aclarará la cuestión.

En cuanto al Concierto para percusión (1997) de Jonathan Harvey (Sutton Coldfield, cerca de Birmingham, 1939), con una duración de poco más de 13 minutos, es una pieza fascinante, que cuenta con el extraordinario Juanjo Guillem (Catarroja, Valencia, 1965), que ya conocemos de anteriores Festivales de Alicante.

Por último, primera vez en España de Terra memoria (20 min), para cuarteto de cuerdas (2006; es su segundo de este género, tras Nymphea, 1987), de Kaija Saariaho, nacida en Helsinki el 14 de octubre de 1952 (¡qué ocasión perdida -no sé si por fuerza mayor: si no es así, es una verdadera pena: bien presente que estuvieron su música y su persona en el entonces Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante de 2002- para rendirle un gran homenaje!). Residente en Francia desde 1982, es uno de los/las mayores compositores/as de nuestro tiempo.

Ese mismo día, pero dos horas antes (18.30) del concierto orquestal de la JONDE, habremos visitado, por primera vez en esta edición, la “vertiginosa” (por la enorme inclinación de las filas de butacas) Sala de Cámara del ADDA. La Academia de Música Contemporánea de la Jonde, dirigida por José Antonio Trigueros y Francisco Valero-Terribas, ofrece el primero de dos programas, supuestamente “menores” (en algunos casos, de eso nada): Impromptu (6 minutos) del joven zaragozano Jorge Sancho; Las aguas lustrales, para cuarteto de cuerdas (1993), con una duración de 13 minutos, de Diana Arismendi (Caracas, 1962), una de las más conocidas compositoras actuales venezolanas; Memoria (10 minutos), para flauta, clarinete, fagot, 2 violines y cello, de Jorge Fernández Guerra (Madrid, 1952: otro homenaje pendiente), uno de los compositores más destacados de su generación, Premio Nacional de Composición 2007, director del (lamentablemente) extinguido (por el Gobierno anterior) Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, y del Festival de Alicante (FIMCA-FMA) desde 2001 a 2010…; Anagnórisis II: Aurora expropiada (12 minutos) de Irma Catalina (Cuenca, 1980): todos estrenos absolutos, salvo la obra de D. Arismendi, que merecen una intensa atención por parte de los verdaderos amantes de la música contemporánea.

El martes 25, “ecuador” del Festival, hay tres citas musicales. A las 12.00 h., en Casa Bardín, audición-estreno de la obra ganadora del XIX Concurso de Creación Radiofónica INAEM-Radio Clásica 2012 (que desconocemos en el momento de escribir estas páginas).

A las 18.30 h., el segundo concierto de la Academia de Música Contemporánea de la JONDE, bajo la misma dirección (Trigueros y Valero-Terribas): dos encargos del 28 FMA y dos estrenos absolutos. Mercedes Zavala (Madrid, 1963), Cançons de l’aire, sobre un haiku de Salvador Espriu, para flauta (muta a flautín), oboe, clarinete en Sib, fagot, trompa en Fa, violines I y II, viola, cello; Rosa Ferrer (Benicarló, 1983), Espígol d’estiu (10 minutos); César Aliaj Gorihsti, Conservatorio Superior de Salamanca, de origen albanés, estudios en Ginebra, …ce silence est dense (14 minutos); y el jovencísimo valenciano Javier Martínez Campos (1989), Am Ufer des Rheins.

Culmina la jornada, a las 20.30 h., en la sala de Cámara del ADDA, una de las mejores Orquestas de cámara de España… y de más allá; uno de los proyectos más originales y distintos de los últimos quince años de la música española: la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza (OCAZ), conocida coloquialmente como “Grupo Enigma” (OCAZEnigma, juntando sus dos nombres). Bien merecería esta formación, con 16 miembros solistas, dirigida por Juan José Olives, tocar en la Sala Sinfónica del ADDA. El programa incluye dos estrenos absolutos y dos obras más, de gran calado todas: Septimino, del gran Carles Guinovart (Barcelona, 1941); Sinfonía de cámara, del no menos grande Jesús Villa-Rojo (Brihuega, 1940), son los estrenos. Y Variations and Finale (1958) para diez instrumentos, del oxoniense Humphrey Searle (1915-1982), probablemente la mejor obra de cámara de su extensa producción (18 minutos). Finalmente, Sinfonietta (1932, Op. 1) de Benjamin Britten (1913-1976) para diez instrumentos (flauta, clarinete, oboe, fagot, trompa y quinteto de cuerdas; o pequeña orquesta de diez cuerdas: 15 minutos). Calidad contrastada de cuatro maestros del siglo XX, con una interpretación, apostamos, inmejorable.

Miércoles, 26: ADDA, Sala de Cámara, 20.30 h.: El reconocido Cuarteto francés Diotima, de extenso repertorio, pero muy volcado en la música contemporánea (ha estrenado numerosas obras) compuesto por Yun-Peng Zao, violín 1º y 2º; Guillaume Latour, violín 1º y 2º ; Franck Chevalier, viola; y Pierre Morlet, cello, interpretará dos estrenos en España: Lurralde (Territorio), escrito en 2011 (24 minutos), de Ramón Lazcano (San Sebastián, 1968), y Cuarteto nº 4 (2011) de Thomas Simaku, nacido en Albania en 1958 y asentado en Inglaterra (Universidad de York), más dos “clásicos” contemporáneos: Toshio Hosokawa (Horoshima, 1955), Silent Flowers (1998); y Arnold Schönberg (1874-1951), Cuarteto nº 4 (1936, la tercera pieza de este Festival anterior a 1940).

Jueves, 27: ADDA, Sala de Cámara, 20.30 h. Otra ilustre formación española, el Sax Ensemble, que surge en 1987 con el objetivo de potenciar la creación y difusión de la música contemporánea. Se trata de un grupo de cámara flexible, integrado, como base, por flauta, clarinete, violín, cello, cuarteto de saxofones, piano, percusión y música electroacústica, pero que cuenta, en los casos necesarios, con la participación de otros instrumentos de viento, cuerda y voz en muchas de sus actuaciones. Dirigido en esta ocasión por José Luis Temes, y con Francisco Martínez como saxofón solista, afronta seis obras de compositores españoles. Tres son de Xavier Montsalvatge (1912-2002), una de las figuras claves de la música española en la segunda mitad del siglo XX (doble homenaje, por los 100 años de su nacimiento y los 10 de su muerte): Quadrivi per tres Stradivarius (1983), Efimer rèquiem a la tonalitat (1999) y Pequeña suite burlesca (1935, la cuarta del Festival anterior a 1940), para violín y flauta, oboe, clarinete y fagot (5 minutos), que obtuvo el Premio “Felipe Pedrell”.

Le acompañan -buena compañía- Luis de Pablo (1930), con Dibujos (1980), para flauta, clarinete, violín y cello (12 minutos); el estreno absoluto de Benet Casablancas Pastoral (concertino para saxo contralto y ensemble); y Tomás Marco, Como la mar océana (2006), para flauta (muta a piccolo), clarinete bajo (muta a clarinete en Sib y luego a clarinete requinto en Mib), saxo tenor (muta a saxo contralto), piano, percusión, violín y cello.

El viernes 28, penúltimo día, hay, a las 12.00 h., en el Museo Alicantino de Arte Contemporáneo (MACA) una performance de Esther Ferrer (San Sebastián, 1937). El concierto “grande” de ese día, esta vez en el Teatro Principal, a las 20.30 h., sustituye a una de las dos actuaciones inicialmente previstas de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, con notable desventaja. Podemos decirlo, porque conocemos bien a la ROSS e incluso el programa previsto para sus dos conciertos, auténticos colofones gloriosos del 28 FMA si no se hubiesen cancelado por motivos económicos; y también conocemos, en directo, la obra que ocupa su lugar este día: Maquinofobiapianolera (correctamente, Maquinofobia Pianolera) con Carles Santos y la Orquesta Mecánica CaboSanRoque. La escuchamos el pasado 13 de mayo (hubo dos representaciones: el 12 y el 13) en el Teatro Central de la Isla de la Cartuja de Sevilla, dentro del Ciclo de Música Contemporánea que se celebra allí todos los años, entre febrero y mayo. Ya conocemos la genialidad de Carles Santos (Vinaròs, 1940). De hecho, clausuró por todo lo alto el 25 FMA, en 2009, con Piturrino fa de músic; pero entonces contaba, además de con su piano, con el Grup Instrumental BCN 216 (12 miembros, entre ellos la espectacular Almudena Martínez, trompeta) y con los equipos del Teatre Lliure.

Sin embargo, en Maquinofobia Pianolera está su piano, sí, que toca sin descanso, con estilo repetitivo; pero sólo le acompaña el gigantesco artefacto de unos tres metros de alto y diez o doce de largo, lleno de ruedas, palancas, luces y toda clase de artilugios, que se encienden y apagan, hacen ruido pianístico y de todo tipo, con alguna intervención de dos chicos y una chica en la máquina (que más bien parece estar autoprogramada).

Un divertimento agradable y estruendoso, con mucha fuerza rítmica, sin duda notable; sin embargo, ¿tiene la dimensión artística para ser la pre-despedida de un Festival como este? No cabe duda, que, entre la escasez presupuestaria y la de tiempo, esta sustitución parece algo improvisada. Y, dado que, cuando lo oímos en Sevilla duró poco más de una hora, Carles Santos y la “máquina” de CaboSanRoque tendrán que repetirse más largamente para alcanzar la duración adecuada, suponemos, de un concierto de “casi despedida” en el Teatro Principal alicantino.

Sábado 29: día de la clausura del 28 FMA. A las 12.00 h., Teatro Arniches, Cine-Concierto: Proyecto Man Ray. El famoso estadounidense Man Ray (1890-1976), como es bien sabido, fue un artista multifacético que destacó, sobre todo, en la fotografía (de la que fue uno de sus máximos innovadores), así como en la pintura, filmes, objetos, collages, dibujos, diseño publicitario, moda… Como pionero del dadaísmo y del surrealismo, se caracteriza por sus propuestas irracionales e incongruentes, llenas de erotismo y provocadoras de escándalo. En su línea, y aprovechando diversos materiales de su producción, este Proyecto, con el barcelonés Medín Peirón encargado de las instalaciones (informática y electrocústica), y su maestro de piano, el francés Jean-Pierre Dupuy, con piano y piano de juguete (un juguete, en efecto, de una tres octavas, pero muy utilizado en composiciones “serias”) sonarán diez obras (piano y/o electroacústica), dos estrenos absolutos, y las demás por primera vez en España: Anna Bofill (Barcelona, 1944), pianista, compositora y arquitecta: Le retour à la raison; Autoportrait; José Iges (Madrid, 1951), compositor, artista intermedia, arte sonora, arte radiofónico, música electroacústica, instalaciones: Poison; Eduardo Polonio (Madrid, 1941), pionero de la música electroacústica en España: Etoile de mer (2009); Medín Peirón: Objeto para ser destruido; Danger/Danger; Le retour à la raison; Etoile de mer; Oriol Graus (Barcelona, 1957): Corrida. Idílico; Adolfo Núñez (Madrid, 1954), autor del libro de referencia imprescindible Informática y electrónica musical: Emak-Bakía (título de un film de 18 minutos dirigido por Man Ray en 1926, en inglés Basque for Leave me alone). En verdad, para los auténticos “locos” por la música contemporánea, una bacanal visual y sonora.

Y llega la velada de la Clausura definitiva del 28 FMA, ADDA, Sala de Cámara, 20.30 h. No es una despedida imponente, como hubiera sido la de la Sinfónica de Sevilla; pero se ha procurado encontrar un adiós exquisito, recurriendo a los Solistas del Ensemble Modern (EM) y a obras de los más destacados autores de finales del siglo XX y del XXI. El EM es uno de los más destacados grupos de cámara de Europa y el mundo, con sede en Frankfurt a. M. Fundado en 1980, por iniciativa de estudiantes de la Jüngen Deutschen Philharmonie, con el fin de interpretar, estrenar y difundir la música de nuestros días, en la actualidad consta de 19 solistas de ocho nacionalidades diferentes: en orden alfabético, Alemania, Argentina, Bulgaria, Gran Bretaña, India, Japón, Polonia y Suiza.

Mas ahí radica la cuestión: ¿qué significa “solistas? ¿Cuántos solistas? Ahora se hace patente el estrecho margen de tiempo y presupuesto para su contratación: en realidad, a la vista de las obras programadas, vienen sólo ocho solistas de los diecinueve: los necesarios para piano (y clavecín), oboe, clarinete, trompa, trompeta, violín, viola y cello. Un concierto de cámara que es más bien de “mini-cámara”: de sus seis piezas, una sóla para cuatro intérpretes, dos para tres, una para dos, y dos para uno (naturalmente, repetidos en ocasiones). En el orden anunciado, Thomas Adès (Londres, 1971), Sonata da caccia (1993), en 4 movimientos, para oboe barroco, trompa y clavecín (12 minutos); Luciano Berio (Italia, 1925-2003), Sequenza X (1984), para trompeta y piano amplificado (15 minutos); Heinz Holliger (Suiza, 1939), Cinddaredd-Brenddwyd (2005), para trompa (6 minutos, 30 segundos); Beat Furrer (Suiza, 1964), Ferner Geasang (2009), para clarinete, violín, viola y cello (7 minutos, transcripción de la escena 4 de su ópera Wüstenbuch); Isang Yun (Tongying, Corea del Sur, 1917-Berlín, 1995), Piri o P’iri (1971; su nombre es el del oboe coreano), duración 11 minutos; y György Ligeti -pronúnciese “Lígueti”, por favor‒ (1923-2006), Trio (1982), en cuatro movimientos, para violín, trompa y piano (21 minutos).

En resumen: los organizadores han recurrido, como el año pasado, a orquestas, grupos y entidades más o menos “de la casa” (ONE, JONDE, Academia de Música Contemporánea de la JONDE, Radio Clásica) orquestas de cámara e intérpretes españoles (OCAZEnigma, Sax Ensemble, Carles Santos y CaboSanRoque, los participantes en el “Proyecto Man Ray” salvo Dupuy, la performer Esther Ferrer), y, como invitados de fuera de España, el británico BCMG dirigido por Knussen, el francés Cuarteto Diotima, y los ocho solistas del Ensemble Modern. En cuanto a la programación, únicamente echamos de menos un homenaje más importante a Kaija Saariaho, en su 60º aniversario. Pero, en fin, el resultado global es más que digno. Hasta el 21 de septiembre.

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