Reportajes
Un joven talento del violín
Johnny Teperman

“Un muchacho sencillo y extremadamente musical” fueron las palabras que utilizó el director italiano Massimiliano Caldi para definir a Fabián Cáceres. El joven violinista chileno fue el ganador del Concurso de Jóvenes Solistas de la Orquesta Sinfónica de Chile, cuyo premio consistió en tocar como solista con esta importante agrupación orquestal del país.
La ocasión se produjo el pasado 26 de octubre en el Teatro Universidad de Chile, durante el vigésimo tercer concierto de la Temporada que condujo el maestro italiano, y Cáceres, quillotano de sólo 16 años, cumplió una impecable presentación como solista del Concierto para violín del compositor alemán Max Bruch.
Además de la pieza de Bruch, con la actuación de Cáceres como solista, el Preludio de la ópera Cavallería Rusticana de Pietro Mascagni y la Sinfonía nº 2 de Ludwig van Beethoven redondearon este agradable concierto, de total aprobación para unos mil espectadores y que se repitió al día siguiente.
Acerca del trabajo realizado con el joven violinista, Caldi manifestó: “Hemos establecido una relación muy buena, una comunicación amena y directa. Estoy seguro de que hará una carrera fabulosa”, señaló.
Fabián Cáceres, un talento musical infantil y juvenil, inició sus estudios a los 7 años con el profesor Javier Cornejo Vélez. En 2009 ingresó al Instituto Escuela Moderna de Música, donde actualmente es alumno del profesor Jorge Marambio, destacado violinista de la Sinfónica de Chile. El violinista, de gran manjejo instrumental, exhibió una ejecución perfecta, llena de matices; y además estuvo sereno, relajado y tocó con gran previsión en su rol de solista. Cáceres declaró que en un futuro quiere perfeccionarse en Alemania o Rusia y conseguir un puesto en la Sinfónica de Chile.
Esta es la segunda vez que Massimiliano Caldi actúa como director invitado de la Orquesta Sinfónica de Chile. En su debut durante la Temporada 2011, la destacó como “una orquesta de gran calidad, profesionalismo y tradición, capaz de interpretar con igual competencia obras desde el periodo barroco al contemporáneo”. Ahora dice que está aún más emocionado porque el programa le gusta y lo motiva mucho y porque ya conoce a los músicos. “Se ha producido un ambiente grato; la atmósfera acá es fantástica, hay una ambición muy saludable por crecer en conjunto entre los músicos, hay sentido de grupo”, sostuvo. El concierto se completó con el hermoso Preludio de la ópera Cavallería Rusticana, de Pietro Mascagni, con excelente trabajo de las cuerdas y muy especialmente con los bronces y la percusión.
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