Artes visuales y exposiciones

Andreas Gursky, un "compositor" que "pinta"

Juan Carlos Tellechea
martes, 5 de febrero de 2013
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Andreas Gursky (Leipzig, 1955), uno de los más destacados (y mejor pagados) fotógrafos del momento  a nivel internacional, cuyas obras, verdaderas "composiciones pintadas", son codiciadas por  coleccionistas de todo el mundo, realiza su primera exposición en el Museo Kunstpalast de  Düsseldorf (oeste de Alemania), del 23 de septiembre de 2012 al 3 de febrero de 2013 (originalmente estaba prevista hasta el 13 de enero de 2013, pero fue prolongada por la gran demanda de público. 

Sus imágenes en color, colmadas de belleza, trasponen ampliamente con su creatividad las fronteras entre la pintura y la fotografía artística. A veces, simples instantáneas, procesadas con tecnología digital, se convierten de pronto en un cuadro de dimensiones considerables (3,07 x 2,37 metros) que deja asombrados a los espectadores.

Poner pie de foto.

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Pintura

"Sin embargo, hace ya largo tiempo que se ha empancipado de la fotografía", indica Wismer. "Ahora realiza cuadros con fotografía, pero independientemente de este género artístico. Los elabora componiendo fotos o fragmentos de fotos tomadas" con su cámara.

La presente muestra, titulada simplemente Andreas Gursky, presenta una selección de 60 obras que abarca desde las series producidas en la década de 1980 hasta las más recientes: Ocean (2010), con espectaculares vistas tomadas por satélite sobre el Atlántico; y Bangkok (2011), un cuadro en el que logra un notable grado de abstracción con los reflejos de luz y sombra captados en las aguas del río Phraya que atraviesa serpenteante la capital de Thailandia.

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Composición

"Lo que hago no es fotografía pura", explica Gursky, quien entre 1978 y 1981 se formó además con Otto Steinert, uno de los más importantes fotógrafos alemanes de postguerra, en la Escuela Universitaria Folkwang de Diseño en Essen. "Todos mis cuadros se apoyan en una experiencia visual directa, a partir de la cual desarrollo una idea que someto a un examen de calidad de imagen en mi taller y finalmente a una elaboración de gran exactitud en la computadora", señala.

Abstracción

Uno de los cuadros de gran formato domina una de las salas del museo. Se titula 99 centavos (2001) y muestra una vista panorámica de un inmenso salón de ventas de un supermercado con ofertas de productos a ese precio. El trabajo de Gursky, quien desde 2010 es profesor de la Academia de Arte de Düsseldorf, donde dicta clases sobre creatividad libre, fue comprado por un coleccionista en una subasta internacional de arte por 2,26 millones de dólares.

Otro cuadro, Rin II (1999), una imagen tomada desde una ribera del río homónimo con una franja de cesped en primer plano, se ha convertido en la fotografía más cara de la historia al alcanzar en 2011 la cifra récord de 4,3 millones de dólares (unos 3,19 millones de euros) en una puja en Christie's.

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Resolución

Sirven de base a estos trabajos, generalmente, fotos captadas con técnicas analógicas, debido a que la resolución puede ser muchas veces superior a la de las tomas con cámara digital. La suma de los motivos y sus partes produce una composición integral que no muestra ni objetividad documental ni perspectiva subjetiva, sino una especie de síntesis de estructuras visuales.

Este es el caso de Bahrein (2005), un cuadro compuesto con fragmentos de fotografías tomadas en el circuito de automovilismo de fórmula I de Sakhir en ese país del Golfo Pérsico y montadas especialmente para conformar una imagen de abstracción figurativa geométrica. En otras imágenes parece querer evocar el arte informal.

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Engaño

Gursky juega con la objetividad, aspecto que durante largo tiempo distinguiera a la fotografía. Todos sus cuadros están conformados por montajes y reiteraciones. Visto superficialmente, el artista parece restablecer el orden estructural. Todo está sujeto a una composición estrictamente concatenada. Los objetos y los espacios son forzados por medio de líneas horizontales a ofrecer un modelo y todo parece homogéneo.

Sin embargo la reiteración seriada de Gursky es engañosa. Sus montajes muestran claramente que no hay imágenes o escenas válidas. Su reivindicación sobre la verdad se limita a establecer que el hecho ha ocurrido, aunque la forma en que éste es captado fotográficamente puede ser muy variable. Sus montajes y composiciones tienen como tema subyacente el ser y el aparentar, la verdad y la escenificación y nos llevan a una nueva valoración del papel de la fotografía artística en la era digital.

Asociaciones

En cada una de las obras de Gursky el espectador reflexiona, establece asociaciones, se plantea interrogantes y críticas a la modernidad en su conjunto: la sociedad consumista, la cultura pop, la arquitectura, la contaminación medioambiental, el cambio climático, la conformación del paisaje. Su mirada distante, reforzada a través de la precisión del gran formato obtenido con la cámara, hace referencia simultáneamente a lo anónimo de la existencia moderna y a la permutabilidad de los sitios y las localidades en las modernas sociedades industriales.

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