Reportajes

Brahms en las manos liberadoras de Pizzolante

David Coifman
lunes, 5 de agosto de 2013
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El domingo 26 de mayo de 2013 el afamado pianista venezolano Arnaldo Pizzolante se presentará en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá (Colombia), interpretando el Segundo concierto para piano op. 83, del compositor alemán Johannes Brahms (1833-1897), con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, dirigida por el maestro Irwin Hoffman.

Pizzolante ocupa hoy día el lugar más alto en el panorama pianístico venezolano, con una larga y reconocida trayectoria nacional e internacional de más de 30 años de carrera profesional. Su libertad de conciencia, sólo sometida a los dictámenes del estudio diario del instrumento musical, le ha permitido renovar su repertorio hasta convertirse en uno de los pocos pianistas venezolanos que repiten, cada año, su participación con las más importantes orquestas del país. Razón por la cual se ha presentado en 38 ocasiones tan sólo con la prestigiosa y más antigua institución musical venezolana, la Orquesta Sinfónica de Venezuela (OSV), sumando así más de 200 presentaciones como solista invitado por las importantes orquestas nacionales con las que ha estrenado obras como el Concierto de Alexander Scriabin, bajo la dirección de Georg Schmoehe y la OSV; la Totentanz de Franz Liszt, bajo la batuta de Alfredo Rugeles; la Sinfonía Turangalila de Olivier Messiaen dirigida por Rodolfo Saglimbeni; el Concierto de Igor Stravinsky, con Eduardo Marturet como director y la Filarmónica de Caracas; el Concierto para dos pianos y orquesta de Vaughan-Williams, junto al pianista Carlos Duarte y la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas; y el Requiem para un idiota del también compositor Carlos Duarte, con la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, bajo la dirección del maestro Rodolfo Saglimbeni. Ha sido solista invitado por la Agrupación de Música Contemporánea de la Universidad de Indiana, la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica, la Orquesta Sinfónica de El Salvador y la Orquesta Filarmónica de Cali. Esta exigencia anual de renovación de su repertorio para orquesta que caracteriza el espíritu de recreación interior de Pizzolante lo ha llevado este año a deleitarnos con su magnífica interpretación del Segundo concierto para piano del compositor alemán Johannes Brahms, con el que se presentará ante el exigente público colombiano a finales del próximo mes de mayo.

Tras conocerse la noticia en Caracas, el pianista ha recibido una oleada de ofertas por las prestigiosas orquestas venezolanas, motivándolo a abrir el justo espacio y tiempo para interpretarlo también ante su público venezolano, en la ciudad de Coro, los primeros días del próximo mes de mayo. Al finalizar estos eventos, Pizzolante participará además en otros compromisos adquiridos, destacando su participación en el Festival de Música de Cámara de la Escuela de Música Mozarteum Caracas, entre los días 1 y 15 de junio de 2013. Y, con particular interés, en los conciertos que se ofrecerán en Caracas a propósito del 10 aniversario que se cumple este año de la desaparición física del eminente pianista y compositor venezolano Carlos Duarte. Único repertorio, el de Duarte, que permanece como un leitmotiv junto con la renovada oferta musical anual de Pizzolante. Al fin y al cabo, hablamos también del máximo representante vivo conocedor a fondo, como partícipe del proceso creador del artista, de la trascendente escuela musical venezolana que Duarte legara a través de sus enseñanzas pianísticas y exigentes composiciones.

El público nacional e internacional, amante de la mejor música, y en particular quien subscribe estas breves notas, agradecen al pianista Arnaldo Pizzalonate los aires de libertad musical que nos regala cada año cuando el hostil contexto político de nuestro país se habría impuesto, a cualquier otro, como una fácil excusa en la desaparición del espíritu de renovación interior del artista, tan necesario como sabemos a la interpretación del arte pianístico universal. Un modesto artista que, lejos de desear el fácil reconocimiento internacional que se gana con el respaldo mancomunado de sistemas políticos, económicos y musicales, se ha mantenido ajeno, y de manera sin duda indiferente, a cualquier presión mediática, activo dentro del imperecedero diálogo con la sociedad que lo reconoce y sigue como indiscutible representante de la mejor interpretación del arte pianístico venezolano. El más auténtico, además, porque no se adquiere ni se sostiene en el mercado de intereses económicos que subyace en todos los “sistemas” opresivos, sea éste política, social, artística o musical, cuyos destinatarios son siempre las masas consumistas inconscientes. El libre arte musical de Arnaldo Pizzolante nos permite recordar a diario el sinfín de grandes artistas nacidos, para nuestro orgullo, de la ahora más que nunca preciada democracia venezolana.

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