Musicología

Clementina de Boccherini: edición crítica

Miguel Ángel Marín
lunes, 10 de junio de 2013
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Introducción1

Como es sabido, Clementina es la única zarzuela compuesta por Boccherini y una de sus pocas obras destinadas al teatro. Resulta llamativo que, pese a su prolongada estancia en España, esta zarzuela y el villancico G539 –conservado incompleto– representen los únicos acercamientos del compositor a géneros de tradición estrictamente española (aunque la música de la zarzuela esté repleta de elementos italianizantes), seguramente porque tenían difícil acomodo en el mercado musical europeo con el que Boccherini estaba tan familiarizado. Esto explica que ambas composiciones respondieran a encargos muy concretos y que tuvieran una difusión escasa. De hecho, de esta zarzuela solo conocemos dos fuentes conservadas en Berlín (fuente B) y en Madrid (fuente M) que no presentan ninguna diferencia estructural relacionada con los números musicales, su orden o los versos puestos en música. Este carácter excepcional de Clementina dentro del corpus boccheriniano y la ausencia de un número de opus otorgado por el compositor justifican que no aparezca en ninguno de sus catálogos autógrafos.

Tampoco el catálogo organizado por número de opus de Alfredo Boccherini y Calonje publicado en 1879 incluye esta obra ni ninguna otra vocal, aunque sí es citada en otra sección.2 En su clásica biografía de 1851, Louis Picquot pudo mencionar la zarzuela gracias a la información proporcionada por Fernando Boccherini (padre de Alfredo), añadiendo que la incursión teatral de Boccherini era entonces una “circonstance ignorée de tous ses biographes”.3 A partir de ese momento, todos los biógrafos que inevitablemente partieron de Picquot mencionaron la obra, aunque siempre de modo superficial y algo confuso. Domenico A. Cerù (1864) se refirió a ella como “un melodramma intitolato La Clementina4 y Hans Michael Schletterer (1882) como “eine azione drammatica per la festa dei Comizi”.5 Giuseppe Malfatti (1905) y Giovanni Rosadi (1906) persistieron en identificarla como una “azione drammatica” vinculada a la celebración de la Festa della Tasche para la que Boccherini, efectivamente, había compuesto La confederazione de’ Sabini con Roma en 1765.6 Este error lo subsanó definitivamente Arnaldo Bonaventura (1931), quien fue también el primero en referirse con propiedad a esta obra como zarzuela.7

Composición y estreno (1786-1787)

Clementina fue compuesta en 1786, seguramente finalizada durante el otoño, a partir de un libreto de Ramón de la Cruz. Tanto la música como los versos fueron un encargo de la Condesa-duquesa de Benavente María Faustina Téllez Girón y Pérez de Guzmán (1724-1797), viuda del XI Conde Benavente Francisco Alonso Pimentel y Borja. Esta comisión hay que enmarcarla en la proximidad que tanto el compositor como el dramaturgo tuvieron con las casas de Osuna y Benavente, en particular con la hija de Faustina Téllez. En efecto, en marzo de 1786 Boccherini entró como “director y compositor” al servicio de María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel y Téllez Girón (1750-1834), XII Duquesa de Benavente y Marquesa de Peñafiel. Según la documentación conocida, la relación contractual de Boccherini con esta Marquesa terminó en diciembre de 1787, sin que consten las razones que expliquen la brevedad del paso del compositor por esta casa nobiliaria.8

Por la Advertencia que publicó De la Cruz en su edición impresa del libreto de Clementina (1788), se deduce que el poeta la gestó en poco tiempo: “la escribió [su autor] en el corto término de un mes”, una premura que seguramente también afectaría al compositor. Una anotación realizada en el siglo XIX en la fuente B señala que la composición se realizó “en 41 días”, quizá recogiendo que en origen pudo haber sido proporcionada por el propio compositor (véase Descripción de las fuentes). Boccherini, además, reutilizó material temático procedente del “Minueto” de su Quinteto de cuerda en Re menor Op. 25 nº 1 G 295 (1778) para el “Andante” central de la Obertura instrumental de Clementina. Esta reutilización también pudo ser un guiño a su instruido público, seguramente conocedor de este quinteto publicado en Viena solo dos años antes. La zarzuela se ensayó los días 16, 25, 30 y 31 de diciembre de 1786 bajo la supervisión de Boccherini9 y el estreno tuvo lugar en el palacio de la propia condesa de Benavente, situado en la calle de Alcalá. Según la misma Advertencia de De la Cruz, la zarzuela “solo se representó a fines del año de 1786”. Sin embargo, un testigo presencial fechó el estreno el 3 de enero de 1787. José de Anduaga y Garimberti, un oficial de la alta administración, narraba así sus impresiones sobre esta obra en una carta fechada el 1 de enero enviada a Bernardo de Campo, entonces embajador de España en Londres:

“La tía Faustina [Téllez] nos dio también aquella noche [30 de diciembre de 1786] el ensayo general de la Clementina originalmente de Dn. Ramón de la Cruz con música del famoso Boccherini a quien ha tomado a su servicio la Marquesa de Peñafiel [María Josefa Pimentel]. Es muy graciosa esta zarzuela así por la letra como por la música. Y el miércoles, esto es, pasado mañana estamos convidados para asistir a la representación. Los actores son los criados de las tres casas de Benavente, Osuna y Peñafiel, y el papel de Clementina la hace Damasa (de la de Osuna) que le desempeña muy bien”.10

Del tono de esta carta y del probable espacio físico disponible, está claro que el estreno fue una función privada ante unas pocas decenas de personas. Según De la Cruz, “la magnificencia de dicha señora excelentísima en sus funciones, y la numerosa concurrencia a ellas de todos los cuerpos más ilustres, más elevados y más instruidos nacionales y extranjeros que adornan la corte, son bien notorias”. La fuente M permite identificar qué miembros de la administración y servicio de estas casas nobiliarias emparentadas participaron en el estreno de la zarzuela (véase Descripción de las fuentes). Seguramente buena parte de los instrumentistas que estrenaron Clementina procedían de la orquesta de María Josefa Pimentel, activa entre aproximadamente 1781 y 1792. Todo indica que cantantes e instrumentistas fueron dirigidos por el propio Boccherini.11 No consta que la zarzuela volviera a representarse en el palacio de la Condesa o de algún otro miembro de la familia en Madrid.

Representaciones públicas

Años después del estreno privado en el palacio de la Condesa de Benavente, una obra titulada Clementina se puso en escena en el teatro público de los Caños del Peral los días 5, 6, 8 y 12 de enero de 1799.12 Aunque la documentación conocida no menciona expresamente la autoría, puede asumirse con seguridad que fue la versión de Boccherini y De la Cruz. Había sido habitual que las obras teatrales encargadas por la Condesa se representaran en un teatro público antes o después del estreno privado en su palacio. Así había ocurrido poco antes con El día de campo y El Extranjero, ambos de De la Cruz con música de Blas de Laserna y Giuseppe Ponzo respectivamente. Es más, la misma fuente musical del estreno privado de esta última zarzuela fue utilizada en la representación pública en el Teatro del Príncipe a comienzos de 1786.13 Todo indica que también en esta reposición de Clementina se utilizó la misma fuente musical que en el estreno privado exactamente doce años atrás, lo cual implica el consentimiento, si no la implicación, de la familia Osuna-Benavente. Aunque la Condesa había fallecido dos años antes, las Casas de Osuna y Benavente habían mantenido una estrecha relación con la gestión del Teatro de los Caños durante la década de 1790,14 lo que sin duda facilitaría la reposición de Clementina justo en este teatro. La fuente M contiene también los nombres de los cantantes que participaron en la representación en los Caños en 1799 (véase Descripción de las fuentes). La lista de compañías operativas en los teatros de Madrid durante los últimos quince años del siglo XVIII revela que en ningún momento estos cantantes formaron parte de la misma compañía. Esto parece confirmar que no fue la compañía “española” establecida en los Caños desde la temporada 1797-98 –conviviendo con otra compañía para la ópera italiana– la que interpretó Clementina, sino una formada ad hoc para la ocasión entre los cantantes más renombrados de la escena madrileña de finales del siglo XVIII. Existe además otro factor determinante para explicar la reposición de Clementina precisamente en los Caños en 1799: la presencia de Giovanni Gastone Boccherini (1742-después de 1798), el polifacético hermano del compositor, quien en los años 1796-98 parece que actuó como coreógrafo y poeta oficial de los Caños.15

La prensa local no recogió ninguna noticia o crítica sobre esta puesta en escena, pese al hecho excepcional que suponía la interpretación en la escena pública madrileña de un compositor como Boccherini, de notable fama pero esencialmente restringido a los espacios privados. Sin embargo, coincidiendo con el día de la última representación (12 de enero de 1799), apareció en el Diario de Madrid una réplica anónima a una crítica firmada con el pseudónimo de “El Español” (publicada los días 13 y 14 de diciembre) en la que se reivindicaba la españolidad de Boccherini, justo en un momento de intenso debate público sobre la esencia de la música española. Seguramente no sería casualidad que estos comentarios coincidieran con dos circunstancias excepcionales: la representación de esta zarzuela –la obra del género más genuinamente español de todo el catálogo boccheriniano– y el único momento de la prolongada estancia de Boccherini en España en el que su música tuvo una verdadera proyección pública en Madrid.16

Estas circunstancias hacen que la cierta circulación que tuvo Clementina más allá de Madrid tengan un interés particular. Hasta la fecha se tienen noticia de dos representaciones, cuyos detalles están por documentar: una en Valencia del 27 al 29 de enero de 1796 y otra –hasta ahora inadvertida– nada menos que en la ciudad de Lima (Perú) un día de Pascua de un año no precisado al parecer anterior a 1800.17

Clementina en la posteridad

Tras un discreto olvido de la música y la figura de Boccherini, en la década de 1870 su figura suscitó un cierto interés en los círculos musicales madrileños. De entonces datan las primeras interpretaciones del famoso “Minueto” (generalmente en versión orquestal) y la publicación en 1879 de la primera biografía en español relativamente sustancial escrita por su biznieto, Alfredo Boccherini y Calonje.18 Ese mismo año el periódico La Época anunciaba el supuesto descubrimiento de la zarzuela:

“Se habla mucho en los círculos artísticos de un hallazgo importante, y que es muy posible dé ocasión a una verdadera solemnidad teatral, pues se trata de la ópera cómica del célebre maestro Bacchesini [sic], letra del inmortal D. Ramón de la Cruz, estrenada a fines del siglo pasado en el palacio de la duquesa de Benavente, y que hace tiempo se presentó en escena, titulada Clementina”.19

Cabe pensar que el “hallazgo” al que se refería la prensa era la copia que entonces se conservaba en el archivo familiar mencionada por Alfredo en su biografía. Si hubo intentos por reponer la obra entonces en Madrid, no constan que se llevaran acabo, pues la zarzuela permanecería inédita hasta las distintas representaciones de la segunda mitad del siglo XX (entre otras producciones: Florencia 1951, Múnich 1960, Madrid 1985, Barcelona 2002, Lucca 2005, Aranjuez 2008 y Madrid-Bilbao 2009).20

Clementina como obra teatral

En términos dramatúrgicos, Clementina responde a las características de la zarzuela de finales del siglo XVIII: una trama con elementos costumbristas que combina partes habladas con distintos números musicales, mayoritariamente arias da capo a solo y dúos, pero también coros, recitados, coplas y un rondó, en sintonía con la habitual mezcla formal en este género. En la elección de temas, argumentos, formas musicales y personajes (serios y cómicos), la zarzuela dieciochesca integra rasgos propios del dramma per musica italiano, del dramma giocoso goldoniano (a partir de la década de 1760) y de la comedia en la gran tradición del teatro del Siglo de Oro.21 La obra se ajusta con rigor a la convención de unidad de acción, tiempo (aproximadamente nueve horas) y lugar (en la casa madrileña de don Clemente), como el propio autor del texto se encarga de enfatizar en su Advertencia. Además, los personajes siempre entran y salen de escena por razones conocidas y las intervenciones musicales son con frecuencia justificadas por la trama de la narración, como la afición o el aprendizaje musical de algunos personajes, otorgándole al drama las necesarias dosis de verosimilitud que reclamaban los teóricos. Los dos actos de la zarzuela se articulan en 40 escenas (19 y 21 en cada acto) en los que participan nueve personajes con un total de 19 números musicales (10 y 9 en cada acto). Tres de los personajes sólo hablan (un paje, Clemente y el Marqués, aunque los dos últimos entonan dos frases musicales en el nº 10) mientras que seis cantan y hablan: cuatro femeninos (Clementina, Narcisa, Damiana y Cristeta) y dos masculinos (Urbano y Lázaro). Cada uno de estos seis personajes interpreta un aria a solo en cada acto, dando lugar a doce arias entre las que se intercalan intervenciones concertantes: tres dúos, un trío y tres sextetos (además de dos recitativos acompañados).

Las fuentes contemporáneas emplean de modo intercambiable los términos “zarzuela” y “comedia” al presentar la obra, una ambigüedad terminológica también presente en los documentos de la época. Tampoco hay un uso sistemático en la formulación del título Clementina, en ocasiones precedido del artículo en fuentes cercanas al compositor. La falta de fijación en la época y la existencia de una tradición reciente aconsejan mantener el título sin el artículo.

La preparación de esta edición crítica se remonta a comienzos de 2009, cuando Pilar Tomás, bajo los auspicios de la Fundación Caja Madrid, promovió una nueva producción de la zarzuela basada en mi edición. Durante la preparación de este trabajo he recibido la inestimable ayuda de varios colegas: Loukia Drosopoulou (Cardiff), José Máximo Leza (Salamanca), Miguel Huerta (Madrid) y Judith Ortega (Madrid), así como Ascensión Aguerri Martínez (Biblioteca Municipal de Madrid), Roland Schmidt-Hensel y Julia Neumann (ambos en la Staatsbibliothek de Berlín) y el personal de la Biblioteca de la Universidad de La Rioja. De modo muy particular, Christian Speck y Andrea Marcon requieren una mención especial por sus numerosas observaciones. Juan Antonio Rodríguez asumió con profesionalidad y paciencia el proceso de copia. Sin la extraordinaria generosidad de Jeanine Dunning esta edición no hubiera podido ver la luz.

ÍNDICE

Prefacio a la edición
Introducción
Sinopsis y libreto
Personajes y plantilla orquestal

CLEMENTINA, ZARZUELA EN DOS ACTOS, G 540

Obertura. Allegro vivo assai - Andantino con moto - Tempo di prima

ACTO PRIMERO
Nº 1. Introducción (Terceto)     Doña Narcisa, Cristeta y Don Lázaro
Allegretto gracioso Huid, corazones, huid
Nº 2. Aria     Doña  Narcisa
Allegro giusto Del tiempo los rigores
Nº 3. Aria    Don Lázaro
Allegro vivo Soy puntual y comedido
Nº 4. Duetto    Doña Clementina y Doña Damiana
Tempo di minuetto Blanca paloma
Nº 5. Aria    Doña Clementina
Andante lento ¡Ay, de mí!
Nº 6. Duetto [4 bis]    Doña Clementina y Doña Damiana
Tempo di minuetto Duda si vive
Nº 7. Aria    Doña Damiana
Allegro con moto Incauta mariposa
Nº 8. Aria     Cristeta
Allegro Con una buena cara
Nº 9. Aria    Don  Urbano
Andantino ma con un poco di moto El amante que se queja
Nº 10. Finale      Todos
Allegro La comida está servida

ACTO SEGUNDO
Nº 11. Copla    Doña Clementina
Amoroso ¡Almas que amor sujetó…!
Nº 12. Rondó a seis     Doña Clementina, Doña Damiana, Doña Narcisa, Cristeta, Don Urbano, Don Lázaro
Allegro e con moto Para que los placeres
Nº 13. Aria     Cristeta
Allegro e con moto Quien libre ha vivido
Nº 14. Aria     Don Lázaro
Allegro maestoso Sabrá por mis lecciones
Nº 15. Aria     Doña Narcisa
Andante Cruel, injusta
Nº 16. Aria     Doña Damiana
Tempo di minuetto ma con un poco di moto Vos sois su padre y Si las pasiones
Recitativo     Doña Clementina y Don Urbano
Allegro ¿Amor? ¿Amor? ¿Y llanto?
Nº 17. Duetto     Doña Clementina y Don Urbano
Largo affettuoso No imploro tus piedades
Recitativo     Don Urbano
Grave ¡Oh, natural amor!
Nº 18. Aria     Don Urbano
Allegro Hablándome al oído
Nº 19. Coro final     Todos
Allegro Huid, corazones, huid

Aparato crítico
Descripción de las fuentes
Crítica de las fuentes
Historia de los manuscritos: usos, propietarios e intérpretes
Copistas e interrelación de las fuentes
Indicaciones de forma y tempo
Criterios editoriales específicos
Lista de variantes

Notas

Esta edición crítica se enmarca en los Proyectos de I+D HAR2008-00636 y HAR2011-22712 del Ministerio español.

Boccherini L B. Este catálogo, supuestamente basado en uno anterior del compositor, reproduce una advertencia en un italiano defectuoso quizá tomada del documento original “Nota. Non s’includone le vocali, ne i concerti e sonate a solo che i autore ha scrito per diferenti stromenti, particolarmente per il violoncello. Rinovato l’anno 1797”. En p. 27 se indica que Clementina era la “única ópera” de Boccherini.

PicquotN, pp. 178 y pp. 156-157 respectivamente.

Cerù, Domenico A. Cenni intorno alla vita e le opere di Luigi Boccherini. Lucca: Tipografia Fratelli Cheli, 1864, p. 55.

Schletterer, Hans Michael. Luigi Boccherini. Leipzig: Breitkopf und Härtel, 1882, p. 145.

Malfatti, Giuseppe. Luigi Boccherini nell'arte, nella vita, nelle opere, 1805-1905. Lucca: Tipografia Alberto Amedei, 1905: “Un’azione drammatica per la feste dei Comizi in Lucca, che ritiensi essere la Clementina” en p. 33 y “Spartito in 2 atti dell’opera Clementina” en p. 40. Rosadi, Giovanni. Luigi Boccherini compositore. Lucca: Tipografia Alberto Amedei, 1906: “E poi, nell’occasione delle feste dei Comizi, un’azione dramática verseggiata da Don Ramon de la Crux (sic), dal titlo Clementina” en p. 13.

Bonaventura, Arnaldo. Boccherini. Milano: Edizioni Fratelli Treves, 1931, pp. 55-56.

Fernández-Cortés, Juan Pablo. La música en las Casas de Osuna y Benavente (1733-1882). Un estudio sobre el mecenazgo musical de la alta nobleza española. Madrid: Sociedad Española de Musicología, 2007, pp. 174-75.

AHN (Archivo Histórico de la Nobleza), Toledo, Osuna-Cartas, leg. 390-3 (17 de febrero de 1787), citado por Marín, Miguel Ángel. "La zarzuela Clementina di Luigi Boccherini", en Ramón de la Cruz: Clementina, edición y traducción de N. Lepri. Florencia: Collana Secoli d’Oro Alinea, 2003, pp. 15-36, en p. 25. Aunque el documento de pago no lo especifica, este extremo lo aclara la carta referida en la nota siguiente.

Archivo General de Simancas, Estado, leg. 8157, citado por Myers Brown, Sandra. “‘Cartas de España’: noticias musicales en la correspondencia diplomática, Madrid-Londres, 1783-1788", Revista de Musicología 32:1, 2009, pp. 411-428, en p. 424, y reproducida completa en Juan Pablo Fernández-Cortes. Mujeres y música en la Casa Ducal de Osuna (siglo XVII-XIX). Coordenadas y documentos para un estudio. Madrid: Sociedad Española de Musicología, 2011, p. 81.

Para una reconstrucción parcial de la plantilla orquestal, véase Marín, “La zarzuela Clementina”, en p. 23.

Andioc, René and Mireille Coulon. Cartelera teatral madrileña del siglo XVIII. Toulouse: Presses Universitaires du Mirail, 1996, p. 661.

Marín, “La zarzuela Clementina”, en pp. 27-28 y la bibliografía citada en nota 29.

Cotarelo y Mori, Emilio. Orígenes y establecimiento de la ópera en España hasta 1800. Madrid: Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1917, pp. 332 y 357; Cortés, La música en las Casas de Osuna, pp. 291-311.

Luin, E. I. “Italiani per il mondo. Giangastone Boccherini”, Rivista Italiana del Teatro, vol. 2:4, 1943, pp. 63-66. Sobre la relación de Giovanni Gastone con España, véase Cotarelo y Mori, Orígenes y establecimiento de la ópera, p. 395.

Marín, Miguel Ángel, “Escuchar la música. La academia, el concierto y sus públicos”, en Leza, José Máximo. La música en el siglo XVIII (=Historia de la música en España e Hispanoamérica, vol. 4). Madrid: Fondo de Cultura Económica, en prensa.

Respectivamente Zabala, Arturo. La ópera en la vida teatral valenciana del siglo XVIII, Valencia, Diputación Provincial, 1960, p. 219, y Juan Sixto Prieto, “Operas y ballets en Lima Colonial”, Ensayos de Música Latinoamericana, La Habana: Casa de las Américas, 1982, p. 73.

Para este asunto y una evaluación de esta biografía, véase Marín, Miguel Ángel. "'Par sa grâce naïve et pour ainsi dire primitive': images of Boccherini through his early biographies", in Boccherini Studies, vol. 1, edited by C. Speck. Bologna: Ut Orpheus Edizioni, 2007, pp. 279-323, en pp. 314-319.

La Época, 30 de mayo de 1879. Agradezco a Juan José Carreras haber compartido conmigo este valioso documento.

La única edición musical publicada hasta ahora es Luigi Boccherini, Clementina, revisión y adaptación del texto por Jacinto Torres, transcripción musical por Antonio Gallego. Madrid: Consorcio Madrid Capital Europea de la Cultura, 1992.

Un agudo análisis teatral sobre Clementina en Profeti, Maria Grazia. “Ramón de la Cruz, la ‘Clementina’ e il teatro dei Secoli d’Oro” in Ramón de la Cruz: Clementina, edición y traducción de N. Lepri. Florencia: Collana Secoli d’Oro Alinea, 2003, pp. 7-13. Para aspectos más particulares véase también, Angulo Egea, María. “La zarzuela Clementina de Ramón de la Cruz y Luigi Boccherini. Una pieza de salón”, Marco Mangani et alii, eds., Luigi Boccherini. Estudios sobre fuentes, recepción e historiografía, Madrid: Biblioteca Regional de Madrid, 2006, pp. 157-164; Gallego, Antonio. "La Clementina, de Boccherini", Revista de Musicología 10:2, 1987, pp. 633-639; y Gallego, Antonio. "La Clementina y Le nozze de Figaro: un asedio comparativo a dos obras teatrales de 1786", en Luigi Boccherini en el segundo centenario de su muerte, 1743-1805. Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 2007, pp. 55-72. Sobre la zarzuela como género en esta época, cfr. Leza, José Máximo. “El teatro musical”, en Javier Huerta, dir., Fernando Doménech y Emilio Peral, coords., Historia del Teatro Español, vol. 2, Del siglo XVIII a la época actual, pp. 1687-1713, en 1700-1706.

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