Estados Unidos
Robert Xabier Rodríguez, un fenómeno musical tejano
José A. Tapia Granados

El buscador indica que Robert Xavier Rodríguez no ha sido nunca mencionado en Mundoclasico.com. Deduzco de ello que muy probablemente el nombre de este compositor será tan desconocido para los lectores de la revista como lo era hasta hace poco para quien esto escribe. Sin embargo, en el mercado discográfico hay disponibles un buen número de grabaciones de este compositor tejano que, por otra parte, ha recibido un buen número de premios y tiene una extensa obra que ha sido objeto de evaluaciones críticas muy positivas.
El concierto que aquí se reseña, que tuvo lugar en la sala pequeña del Carnegie Hall, comenzó con una Semi-Suite para piano a cuatro manos que interpretaron conjuntamente el compositor (que subió al escenario ayudado por muletas) y el pianista Jeff Lenkov. La obra es una pieza para disfrute de un pianista experto y uno novato, ya que una de las partes (la que interpretó Rodríguez) es de ejecución extremadamente sencilla, pensada para un principiante que se limita a tocar un acompañamiento de pocas notas y que de vez en cuando pone el punto final a una frase. Según el programa del concierto, la Semi-Suite comienza con un 'All-Purpose Rag', sigue con un 'Limerick', un 'Jig' y un 'Tango' y acaba con la repetición del 'All Purpose Rag'. Un limerick es una poesía corta, de contenido humorístico muchas veces y rima ripiosa casi siempre (como por ejemplo en español, aquellas coplillas sobre el Conde de Romanones). Un jig es una danza popular irlandesa, relacionada con la giga italiana y española. Tras las obvias resonancias jazzísticas del rag, las inflexiones burlonas del limerick y los ritmos danzantes del jig, yo no oí ningún tango, parece que fue omitido. En cualquier caso la Semi-Suite, que contiene un enorme humor y probablemente será un excelente instrumento didáctico, fue recibida con risas y entusiasmo por el público.
El resto del programa interpretado por Jeff Lenkow siguió con una Fantasía Lussuriosa de fluctuantes contornos y deliciosas insinuaciones. Completó la primera parte una Estampie en la que una melodía medieval es usada como base para una serie de variaciones en siete movimientos.
En la segunda parte del concierto a una breve Hot Buttered Rumba de gozosos y animados ritmos afrocubanos siguió la obra titulada Seven Deadly Sequences, en la que a partir de temas del canto gregoriano -el Dies irae y el Ave Maria- Rodrَíguez ilustra los siete pecados capitales, cada uno seguido de una referencia musical evocadora del castigo correspondiente según Dante: descuartizamiento para el orgullo, inmersión en agua helada para la envidia, inmersión en aceite hirviente para la codicia… La última obra del concierto fue el estreno de la obra titulada Caprichos, en la que Rodríguez busca su inspiración en Goya. 'El niño, el pájaro, los gatos y el señor Scarlatti', 'La gallina ciega', 'La maja desnuda y vestida y otra vez desnuda', 'El sueño de la razón produce monstruos' y un 'Fandango de los duendecillos' son los cinco movimientos de esta obra cuya duración se acerca a la media hora y que muestra la enorme maestría de Rodríguez para integrar influencias diversas y para evocar emociones de todo tipo.
En una recepción tras el concierto tuve la oportunidad de conversar brevemente con el pianista, a quien le comenté que su sobrecogedora interpretación de “El sueño de la razón produce monstruos” había sido en algunos momentos frightening y él me contestó que la música es realmente frightening. Claro que la poderosa interpretación de Lankov posibilitó que lo fuera, de la misma manera que trajo enormes dosis de sensualidad, gozo y ritmo en otros momentos del concierto.
Robert Xabier Rodríguez (1946) fue discípulo de lumbreras de la vanguardia musical como Nadia Boulanger y Elliot Carter, pero su obra integra influencias muy diversas entre las cuales la de la música popular, particularmente el jazz y la música afrolatina, parece ser tan importante como la del serialismo y todos los ismos musicales europeos del siglo pasado. El resultado, por lo poco que conozco, que es solo lo que oí en este concierto y la estupenda obra Oktoechos, parece ser de una enorme riqueza. De alguna manera Robert Xavier Rodríguez me hizo pensar en Erwin Schulhoff, otro compositor que integrando influencias diversas alcanzó enormes logros compositivos con un lenguaje musical que va mucho más allá de cualquier epigonismo.
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