Discos
Muti vs. Muti
Alfredo López-Vivié Palencia
Sergei Prokofiev: Suite de Romeo y Julieta. Chicago Symphony Orchestra. Riccardo Muti, director. Productor: David Frost; ingenieros de sonido: Tim Martyn, Charlie Post, Shawn Murphy. Un disco compacto de 49 minutos de duración, grabado en vivo en el Orchestra Hall de Chicago en octubre de 2013. CSO Resound. CSOR 901 1402.
9,59E-05
En sus siempre amenas notas de la carpetilla, Phillip Huscher recuerda las razones históricas por las que la Orquesta Sinfónica de Chicago puede reclamar como suya la música de Sergei Prokofiev: allí le trajo en 1918 el legendario Frederick Stock (a la sazón titular de la orquesta), con ellos tuvo lugar el estreno mundial en 1921 del Tercer Concierto para piano y de El Amor de las tres Naranjas, y también los “Chicagoers” se encargaron de la première americana de una selección de Romeo y Julieta (aún nunca escenficado) en 1937. Por su parte, Riccardo Muti ha paseado desde siempre esta partitura por escenarios incontables (sin ir más lejos, aquí se dio cuenta de su interpretación en el debut canario de la Chicago Symphony a comienzos de este año). Y también por los estudios de grabación: no hay más que recordar su registro referencial con la Orquesta de Filadelfia para EMI publicado en el ya remoto 1981 (por de pronto, cabe indicar que mientras en EMI se incluían las dos suites del ballet completas, en CSO Resound faltan los dos primeros números de la primera suite, es decir, unos seis minutos de música).
Naturalmente, el resultado de semejante combinación es espléndido; toda una lección de virtuosismo orquestal, de precisión rítmica, y de sonido grande. El célebre arranque de “Capuletos y Montescos” suena impresionante, con un Muti especialmente atento al juego tímbrico de la percusión en el intermedio lento; la escena del balcón es pura ensoñación, igual que el número de los amantes antes de su separación; y cuando uno cree que el conjunto de trompas no puede tocar mejor que en “La muerte de Tebaldo”, resulta que se superan a sí mismas en “Romeo ante la tumba de Julieta”.
Sin embargo, la escucha comparativa del registro pensilvano hace inclinar mi balanza hacia éste. Siendo ambas orquestas estupendas, Chicago ocupa –antes y ahora- un puesto más alto en el escalafón que Filadelfia; y en la calidad técnica de sonido se nota que han pasado treinta años entre una y otra grabación; pero en mi opinión Muti entonces recogió con mucha más pasión el espíritu de la obra, ese vivir deprisa y morir joven que da, por ejemplo, más vértigo que opulencia a la “Muerte de Tebaldo”, más inocencia que exhibición a “La joven Julieta”, y más desesperación que desolación a “Romeo ante la tumba de Julieta”.
Este disco ha sido enviado para su recensión por la Orquesta Sinfónica de Chicago.
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