Estados Unidos

Una estupenda Quinta de Mahler

José A. Tapia Granados
viernes, 10 de abril de 2015
Filadelfia, sábado, 28 de marzo de 2015. Auditorio Verizon, Kimmel Center. Michael Daugherty, Reflections on the Mississippi. Gustav Mahler, Quinta sinfonía. Carol Jansch, tuba solista. Orquesta de Filadelfia, dirigida por Gianandrea Noseda.
9,31E-05

Reflejos sobre el Misisipi,que con unos veinte minutos de duración formó la primera parte del concierto, es realmente un concierto para tuba y orquesta. Estructurada en cuatro movimientos con títulos descriptivos -”Bruma” (Mist), “Furia” (Fury ),“Oración” (Prayer) y “Barco de vapor” (Steamboat)-, la obra,que se estrenó hace tan solo dos años,es de estética decididamente postserial, alejada de todo vanguardismo o extravagancia excepto en la elección del instrumento solista. La tonalidad predomina y se oyen a menudos ritmos rápidos de clara inspiración en el folk estadounidense. La originalidad del esquema y el trabajo conjunto de solista y orquesta logran algunos momentos notables, pero no parece que la obra vaya a pasar a la historia como el primer concierto para tuba y orquesta realmente digno de inclusión en el repertorio. La solista, Carol Jansch, hizo una labor notable y regaló una propina que más que demostrar mostró (porque demostrar no se puede) las posibilidades solista de la tuba.

En la segunda parte, el plato fuerte del concierto, la Quinta de Mahler, puso de manifiesto la capacidad de Giannandrea Noseda para interpretar el repertorio orquestal del siglo XX. Noseda, a quien he tenido el gusto de oír excelentes interpretaciones de Los planetas y de la Sexta de Prokofiev, es enormemente riguroso en lo técnico, consigue cierres orquestales perfectos en los silencios y en los finales de movimiento, lleva a cabo dinámicas sobrias y tiene además una gran capacidad para poner de manifiesto las emociones musicales. En esta ocasión me llamó la atención su habilidad para extraer la placidez y el sentido de detención del tiempo que por ejemplo son tan claros en algunos momentos del segundo movimiento de la Quinta de Mahler,y en todo el famosísimo Adagietto.

Por supuesto que todo ello fue también posible por la calidad de esta Orquesta de Filadelfia, en la que merece mención principal Jennifer Montone, cuya intervención como trompa en el tercer movimiento de la sinfonía fue impecable.¡Qué suerte poder oír una interpretación tan sobria y a la vez tan rigurosa y emotiva de esta sinfonía en la que sucesivas audiciones demuestran que el famosísimo Adagietto es tan solo una de las muchas joyas enterradas en este enorme tesoro!

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