Reportajes
Crudo Amor, el nuevo disco de Forma Antiqva
Mikel Chamizo
La pasada semana se presentó en el madrileño Museo Chicote el último disco del conjunto español de instrumentos de época Forma Antiqva, editado por el sello Winter & Winter y dedicado a los duetti da camera del compositor veneciano Agostino Steffani (1654-1728). La presentación contó con la presencia y un pequeño concierto de los músicos implicados en el CD: los hermanos Aarón, Pablo y Daniel Zapico al clave, guitarra y laud, respectivamente; la violonchelista Ruth Verona y las voces de Carlos Mena y Eugenia Voix. Antes de la interpretación Aarón Zapico, director artístico de Forma Antiqva, explicó algunos detalles sobre la gestación del disco.
“Crudo Amor no es solo un disco, es un proyecto que nació hace cuatro años y que, por cómo lo hemos llevado a cabo, creo que es uno de los mejores que hemos hecho”, afirmó Zapico. “Su germen se remonta a Alemania en 2012, cuando estábamos tocando a trío en el festival de Ludwigsburg y su director nos propuso volver el año siguiente, con un repertorio aún por definir. En 2013 Cecilia Bartoli presentó a Steffani ante el gran público, aunque los profesionales ya lo habíamos estudiado y era relativamente conocido. Se nos ocurrió entonces recuperar estos dúos, que contienen una música maravillosa y que nos daban la oportunidad de juntarnos con músicos muy conocidos desde hace tiempo. Y también, por primera vez, con Carlos Mena y Eugenia Boix”.
Zapico definió como “coral” el trabajo que habían realizado en torno a la música de Steffani. “En Forma Antiqva siempre intentamos cumplir a rajatabla una premisa: que cualquier músico que invitemos a colaborar, sea como mínimo igual de bueno que nosotros y a ser posible mucho más, para que podamos aprender de ellos. También huímos de determinadas prácticas, como ocurrió en el CD dedicado a las Cuatro Estaciones de Vivaldi, en las que no había un solista y un grupo que lo acompaña sino un totum revolutum en el que el violín entraba y salía de la orquesta constantemente. Intentamos que todos los proyectos sean muy corales y este también: no son dos cantantes que están siendo acompañados por un ensemble, ni un director tiránico que dice cómo debe hacerse cada cosa. Somos seis personas que estamos haciendo música juntos y que intentamos, y creo que lo logramos, que se nos ponga la carne de gallina mientras lo hacemos”.
Esta actitud camerística también se ha trasladado al aspecto técnico de la grabación, según explicó el productor Stephan Winter. “Hemos intentado recrear un ambiente da camara, de músicos tocando juntos en un pequeño espacio, en una habitación. Queríamos recoger el intimismo y la compenetración vinculada a esta práctica de una forma que resultase muy natural, y para ello hemos utilizado un solo micrófono que recoge la sonoridad de conjunto con gran detalle, en vez de captar varias fuentes diferentes y crear después la mezcla en el estudio”.
El disco recoge un repertorio inédito en el mercado discográfico y se erige en ocasión perfecta para seguir profundizado en el legado de Agostino Steffani, un personaje fascinante que además de músico fue obispo y diplomático. “Agostino Steffani, más conocido como Gregorio Piva en el mundo de la escena lírica, se ocultó bajo muchas máscaras”, explica María Sanhuesa Fonseca, autora de las notas al programa del CD. “Personaje barroco donde los haya, en él convivieron el cantante -probablemente un castrato, con una hermosa voz de tiple que el Conde Tattenbach había descubierto en San Marcos de Venecia-, compositor, obispo, vicario apostólico, confidente... incluso el diplomático que llevó a cabo delicadas funciones de mediación en varias cortes alemanas hasta dejar casi por completo en la sombra su carrera musical. En la sombra, o no tanto. La música de Steffani fue muy admirada, hasta el punto de que un joven Haendel poseía una copia manuscrita de sus duetti da camera, a los que imita en sus propios dúos, escritos entre 1708 y 1712. Muy en su estilo, elegante y diplomático, Steffani reconoció el enorme talento de aquel joven Haendel al que consideró con razón su sucesor operístico”.
En cuanto a los duetti da camera, prosigue Sanhuesa que “escritos a la manera de los de Giovanni Clari (1720) como cantatas a dos voces con continuo, son un hito en el desarrollo de la música vocal profana entre Carissimi y Haendel. Abarcan la mayor pate de su carrera como compositor, y son un desarrollo de la cantata solística italiana del moento, enriqueciéndola con juegos de contrapunto vocal, a la manera de los dos violines solistas de la sonata a trío. Se caracterizan por sus melodías flexibles, un contrapunto elegante y un equilibrio formal perfecto. Su estilo puede compararse al de Stradella, Corelli, Alessandro Scarlatti o el joven Haendel. La mayor parte de estos duetti fueron compuesto antes de 1702. Amorosos y bucólicos, como la cantata italiana de cámara de la época, los duetti utilizan varias combinaciones vocales -soprano y contralto-soprano y tenor, soprano y bajo- con contínuo, y pueden estructurarse hasta en seis parte, entre solos y dúos”.
La salida a la venta del disco, que ya está disponible, va acompañada de una gira de Forma Antiqva, Boix y Mena por algunas ciudades españolas y europeas, donde presentarán el programa dedicado a Steffani.
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