España - Valencia

Del tiempo y la memoria

Daniel Martínez Babiloni
jueves, 4 de agosto de 2016
Valencia, martes, 5 de julio de 2016. Centre Cultural La Beneficiència. La música en temps d’Ignacio Pinazo. Wagner: Idilio De Sigfrido. Voro García: Des de l’ombra a la llum. Debussy: Prélude à l'après-midi d'un faune. Manuel de Falla: El amor brujo (1915). Ensemble Festival Resonàncies. Joan Enric Lluna, director. Aforo: 300 Asistencia: 95 %
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En la ciudad valenciana de Godella se celebra desde hace ocho años el Festival Internacional Residències de Música de Cambra. Joan Enric Lluna, músico inquieto y clarinetista de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, es su director. El encuentro nació con la vocación de acercar la música de cámara a la sociedad, sin elitismos, por lo que, además de conciertos, algunos abiertos a la participación de aficionados y estudiantes, convoca sesiones formativas con reputados instrumentistas, debates y mesas redondas. Su octava edición ha contado con la colaboración, entre otros, de Fabio Biondi, co-director titular de la OCV, junto a Roberto Abbado, y firme partidario del acercamiento de dicha institución a otras entidades y organismos musicales valencianos, como así nos comentaba hace unos días.

El concierto que aquí reseñamos tuvo lugar en el Centre Cultural La Beneficiència de Valencia y como eje, la música compuesta en tiempos de Ignacio Pinazo (1849-1916). En su primera época Pinazo pintó grandes lienzos de temática histórica pero paulatinamente aligeró el trazo y difuminó la pincelada para retratar, antes que Sorolla, desnudos, instantáneas de la vida cotidiana o la playa de la Malvarrosa. Esa espontaneidad de trazo, así como su tratamiento de la luz es lo que Voro García recoge en la obra de encargo del festival, Des de l’ombra a la llum. Y es que el compositor valenciano es Hijo de la luz y de la sombra, por lo que la relación entre luz-música y espacio-música está muy presente en su producción. Títulos como Música/Arquitectura, Figures sonores a escena, Cuando la luz de ese día… o Figuras que despiertan en la luz, interpretada en la última edición del festival Ensems por la Orquesta de Valencia, dan una idea de dicha preocupación.

Ignacio Picazo: Escena de playaIgnacio Picazo: Escena de playa 

Des de l’ombra a la llum comienza con sonoridades tenebrosas y oscuras. Sobre ellas aparecen destellos metálicos que dan paso a una textura melódica que superpone la voz a los diferentes instrumentos en un sinuoso trazado a modo de figura-sombra. El juego entre tensión y distensión lo consigue el autor alternando secciones de mayor densidad con otras más ligeras: manchurrones sonoros que mirados a distancia conforman un todo inteligible. De este material y de los versos de Vicente Alonso parte la reflexión que propone García. ¿La pintura detiene el tiempo? ¿No es la memoria perceptiva lo que queda finalmente? “Ja sé que la bellesa és l’ull que la mira”1. En definitiva, la pintura, como la música, es tiempo y es memoria. La interpretación del Ensemble del Festival estuvo muy cuidada. Lástima que la acústica de la iglesia neobizantina diera al traste con el esfuerzo de Vanessa García en expresar el texto.

Ignacio Picazo: Fauno (desnudo infantil)Ignacio Picazo: Fauno (desnudo infantil) © Museo Nacional del Prado

Hablamos de memoria, y eso es precisamente lo que pretendía este concierto. En la década de 1870 Pinazo realiza sus primeras exposiciones, viaja a Roma y pinta sus primeros cuadros históricos. El día de Navidad de 1870, Richard Wagner le regala a Cosima la partitura Saludo de cumpleaños sinfónico, conocido después como Idilio de Sigfrido. De él, Lluna hizo una lectura emotiva, cercana a aquella “dulzura doliente” de la que hablaba Ángel Fernando Mayo. No obstante, en más de un momento se le calaron los tempi restando continuidad al discurso. Para sonorizar la etapa impresionista del pintor se eligió Prélude à l'après-midi d'un faune de 1894, el cual resultó bonito en sonoridad y de proporciones sinfónicas, con destacadas intervenciones de flauta y clarinete solistas. La primera versión de El amor brujo cerró el concierto. Esta gitanería fue compuesta un año antes de que muriera Pinazo. Aquí se interpretó sin partes vocales, con vigor, pero con falta de definición en algunas de las figuras rítmicas de la “Danza del fin del día” (después “Danza del fuego”) y del “Intermedio” (“Pantomima” en la versión de concierto). El ensimismamiento al que llevó Lluna los pasajes lentos redondeó un paisajismo sonoro acorde con la temática del concierto.

Notas

Ya sé que la belleza está en el ojo que la mira. Verso de Eixida de missa a Godella (Salida de misa en Godella) . Poema de Vicente Alonso.

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