Reportajes

Land of hope and glory.......?: BBC Promenade Concerts 2016

Eduardo Benarroch
viernes, 30 de septiembre de 2016
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El texto del título se debe al poeta A. C. Benson, pero su fama mundial se debe a que Edward Elgar le compuso música, y a sus consecuencias con esta música en los Proms me referiré brevemente mas adelante. Muchos melomanos en la Península Ibérica y en muchos otros países europeos son asiduos visitantes a los “Proms”, porque ademas de la calidad de los conciertos, les resultan simpáticos y ecualizadores. Todas las clases juntas e intermezcladas con un solo propósito, el de disfrutar de la música a muy alto nivel. Por seis euros se puede gozar de conciertos como algunos que detallaré más adelante; eso sí, hay que estar rodeado de similares melómanos muy apretaditos en la “Arena”.

La atmósfera no podria ser más inglesa, muy relajada, el publico gusta de aplaudir a las orquestas extranjeras cuando afinan sus intrumentos. Muchos músicos no saben como reaccionar, creyendo (erróneamente) que el público se esta burlando de ellos, algo que jamas ocurre en este contexto, pero sí abunda una atmósfera de igual a igual. Las orquestas extranjeras deben aprender esto y aquellas que lo hagan tocarán mejor porque captarán el ambiente, como lo hizo una vez la Filarmonica de Berlin con Abbado en una Novena de Mahler impresionante.

Las entradas más caras tampoco son caras, y por unos setenta euros se puede sentar comodo en las plateas o en los palcos. No hay que olvidar que el Royal Albert Hall donde tienen lugar los proms principales, es una empresa privada que no pertenece a la BBC, quien lo alquila para conciertos, como muchas orquestas y empresarios. Es un honor ser invitado a este festival de música sin par y sin igual en todo el mundo.

Olvídense del Brexit, con el arte no hay Brexit, la música nos une a todos por encima de cualquier organización temporal, mientras se hagan estas cosas a este nivel estaremos todos vinculados. Al final de todos los conciertos, y puede haber hasta tres Proms en un día en diversos auditorios esparcidos por Londres (hubo uno en un parque de estacionamiento), voluntarios con baldes plásticos amarillos recogen donaciones cuyos montos son anunciados al dia siguiente a viva voz, sincronizada por esos mismos voluntarios: el mensaje siempre comienza con un llamado Arena to audience...... “arena al publico”.... “¡ hasta ahora hemos recaudado mas de 100,000 libras !”

En esta nota habrá cuatro comentarios de cuatro orquestas juveniles, todas diferentes, y creadas con metas distintas. Me apetece mucho escuchar conciertos con orquestas jovenes, en este caso el 6 de agosto con la National Youth Orchestra of Great Britain creada con el objeto de dar experiencia a 164 músicos entre los 13 y 19 años con directores de fama internacional. La gran mayoría de los artistas profesionales que comparten el escenario no cobran por hacerlo. En esta reencarnación (los integrantes cambian todos los años) hubo mayoría de mujeres en las cuerdas y esto dio un sonido diferente a toda la orquesta. Hace tiempo que vengo observando este aspecto que en mi opinion favorece el sonido, dandole mas brillo, liviandad e intensidad sin provocar dureza o chillidos.

El estreno londinense de una obra llamada Gravitational Waves de la holandesa Iris Ter Schiphorst, propuso un encuentro espacial entre dos agujeros negros. La orquesta, parte de la cual usaba máscaras blancas para diferenciar los dos agujeros, oscilaba en sentidos opuestos al tocar. La música en sí era agradable, poderosa, a veces inmensa, como para demostrar la intensidad generada por ese encuentro estelar donde los agujeros se funden uno con el otro.

El tema del concierto era tambien estelar, con Also Sprach Zarathustra de Richard Strauss, cuya conexión resultaba a través del film de Stanley Kubrik 2001 , a space odyssey. Edward Gardner brindó una lectura medida, nunca exagerada, dejando que el resto de la obra fuera de interes (la mayoria se concentra en el impresionante comienzo). Quizas habría que perdonar a Richard Strauss quien comentó a la orquesta durante el primer ensayo al terminar la Sinfonía Alpina en 1915: “al fin he aprendido a orquestar”. Resulta contradictorio observar que Also Sprach Zarathustra (compuesta en 1896) contiene una orquestación compleja, atractiva y que anticipa muchos de los temas que serían incluidos en posteriores óperas. ¿Se habría olvidado de esto Strauss? ¿O sólo queria cubrir algunas deficiencias dramáticas de la obra posterior?

El concierto concluyó con una de las obras favoritas de los Proms: Los Planetas de Gustav Holst, con el agregado de Pluto, obra que fue compuesta por Colin Matthews en 2000 (cuando Holst compuso Los Planetas, Plutón no habia sido descubierto, y ademas en realidad tampoco es un planeta). Gardner y sus excelentes jóvenes músicos sacaron los abundantes colores orquestales e intrigantes ritmos con seguridad. Es algo que sin duda deleitará a los oyentes por mucho tiempo, ya que están grabando esas dos obras para el sello Chandos. 

Otra orquesta un poco menos juvenil, pero con metas muy diferentes se presentó en la sala el 17 de agosto. La West East Divan Orchestra es ya una favorita de estos conciertos y más cuando se presenta con una solista del calibre de Marta Argerich. La ovación que estos jovenes recibieron junto a su fundador y director Daniel Barenboim fue conmovedora. El tema del concierto era puramente musical, Liszt y Wagner, con Martha Argerich luciéndose en forma exuberante con técnica impecable en el Concierto para piano y orquesta nº 1 de Liszt y compartiendo un bis a cuatro manos con Barenboim. El concierto había comenzado con una obra de Jörg Widman llamada Con brio, de reflejos beethovenianos muy bien logrados. El resto del concierto fue dedicado a Wagner con pulidas y típicamente enérgicas versiones de la Obertura de Tannhäuser, Viaje de Sigfrido por el Rin y Marcha Fúnebre, más la Obertura de Los Maestros Cantores de Nuremberg por parte de Barenboim y sus dedicados músicos. 

El lunes 29 de agosto se presentó una de las grandes orquestas alemanas, la Leipzig Gewandhaus, bajo la batuta de Herbert  Blomstedt. Los promenaders adoran a los directores de edad que todavía conservan su energía física y mental, y Blomstedt la posee a carradas. El programa fue todo Beethoven, comenzando con una exquisita versión de la Obertura Leonora No 2. Aquellos que dicen que hoy no es posible distinguir el timbre de una orquesta sacarán otras conclusiones al escuchar el sonido del llamado de la trompeta. Típico del sonido abierto y cálido asociado con los bronces de Leipzig, y con más de un toque ruso, que es típicamente más abierto y amplio. András Schiff es un pianista virtuoso, tocó el Emperador en forma minuciosa y brillante, si es que uno gusta de ese tipo de interpretación técnica. La Sinfonía en La mayor (la séptima) recibió una lectura abrupta, muy rítmica, con gestos también abruptos por parte de Blomstedt que se reflejaban en el sonido de la orquesta. Es interesante notar que la Obertura Egmont, ofrecida como bis, fue lo más logrado del concierto, que tuvo, con reparos, un muy alto nivel interpretativo.

La tercera orquesta juvenil es también diferente a las dos anteriores, La Gustav Mahler Jugendorchester, fundada por Claudio Abbado hace 30 años. Se presentaron con una cantata de Bach, Ich habe genug, cantada en forma superaburrida por Christian Gerhaher; y una lectura de la Novena sinfonía de Bruckner en la versión original incompleta. Esta fue una lectura tremenda, llena de dinamita. Jordan es un director puntilloso, le gustan las cosas exactas y bien ensayadas. Esta función no fue una excepción, algo que cayó bien con esta conmovedora obra. Los miembros de la orquesta, provenientes de toda Europa, brillaron en todas las secciones, especialmente los metales, llamando la atención las dulces cuerdas dominadas una vez mas por mujeres.

La última orquesta juvenil de la temporada fue la Simon Bolívar, de Venezuela. Al ver y escuchar a esta orquesta nadie se daría cuenta en qué estado precario se encuentra ese pais. Al contrario, todo espectador pensaria que Venezuela es la Suecia de Sudamérica, con un gobierno progresista y una sociedad que se preocupa por las artes. Sea como sea la realidad, estos jóvenes brindaron interpretaciones pulidas, llenas de energía, humor y belleza, también por parte de algunas de sus integrantes femeninas. Es una de las orquestas favoritas de los promenaders y por eso recibieron una larga y conmovedora ovación. Ofrecieron la première absoluta en los Proms de las Bachianas Brasileiras nº 2, y una expresiva, Daphnis & Chloe Suite No 2, llena de exquisitos matices. Gustavo Dudamel es un director serio, no dado a extremos interpretativos y siempre se mantiene al margen, lo importante para él es resaltar el valor de esa orquesta extraordinaria, que muchos otros paises más estables envidian, aunque nunca hacen lo necesario para lograr algo similar. 

Hasta este punto faltaba algo no solamente muy bueno, sino algo realmente extraordinario, y ese momento llegó traido por Daniel Barenboim y su Berlin Staatskapelle el 5 y el 6 de septiembre. Desde que ofrecieron un Anillo memorable en esta misma sala, esta orquesta se siente en su casa y el público responde de la misma manera, tratándolos como amigos, algo muy raro con orquestas extranjeras. Barenboim tocó el Concierto para piano en Do menor (nº 24) de Mozart con una suavidad, delicadeza y tensión unidas por un cerebro musical de calidad, dejando atrás aquellas interpretaciones musculares. En este caso, Barenboim fue a la raíz de la obra, tambien al dia siguiente con el Concierto en Re mayor (nº 26) “La Coronación”. Este parecía un Barenboim mucho más contemplativo, lleno de sutilezas, melancolía, sumados a una técnica impecable.

Dos sinfonias de Bruckner completaron ambos conciertos sucesivos. El primero destacó una extraordinaria versión de la Sinfonía en Re bemol mayor, (nº 4), la Romántica, en la versión de 1880 de Nowak. Esta es la sinfonía que contiene un programa, aunque parcial y en cierta forma ni el mismo Bruckner se adhiere a el. La orquesta reacciona a cada gesto de Barenboim como si fueran (y quizas sean) una extensión de sus ideas repentinas, los contrastes entre pianissimo y fortissimo fueron enormes, pero predominó el chiaroscuro, los contrastes internos entre secciones, revelados al oyente con perfección de conocimiento a fondo de la partitura. La Sinfonía en La mayor, (nº 6) es la única sinfonía que Bruckner no revisó, sintiéndose cómodo con ella toda su vida. Esta es la sinfonía donde Bruckner quiso demostrar (con éxito) su conocimiento y dominio del contrapunto, algo por lo que habia sido injustamente criticado. En esta sinfonía reina el tecnicismo, y Bruckner parece decir a sus críticos, “les voy a enseñar lo qué es contrapunto”...... Barenboim no necesita enseñarlo, el también lo sabe bien, y con su maravillosa orquesta brindaron un sonido especial, cuerdas suaves pero con intensidad, metales de sonido redondo, maderas exquisitas, quizas sea hoy en dia una de las mejores orquestas de todo el mundo, superior al sonido duro y a veces brutal de sus primos filarmónicos. 

El 7 de septiembre, pisándoles los talones a los berlineses, se presentaron los sajones de la Staatskapelle Dresde con su director principal Christian Thielemann. Habiendo escuchado dos conciertos para piano de Mozart las dos noches anteriores, y en forma tan magistral, no habia razón para programar una combinacion similar de Mozart y Bruckner, pero asi se hizo. Daniel Trifonov es un pianista técnicamente brillante, pero no hubo forma de olvidarse de Barenboim. El Concierto para piano y orquesta en Do mayor (No 21) es más conocido por la película Elvira Madigan, y así lo tomó el público, quizás en forma superficial y con demasiado volumen, algo esperado. La segunda parte fue dedicada a Bruckner, con la Sinfonía en Re menor, (nº 3), en la versión Nowak de 1876-7: esta es la versión donde se extirpan las citas wagnerianas de la primera versión de 1873, una ocasión desastrosa. La première había sido dirigida por el mismo Bruckner ya que el director original había fallecido, pero Bruckner no era un buen director de orquesta y la sala se vació durante la función y cuando Bruckner salió a recibir su aplauso su orquesta también se ausentó dejándolo solo con tres o cuatro espectadores. La Tercera sinfonía es una obra sin embargo espectacular, con muchas ideas originales, el Andante por ejemplo contiene una cita de La Valquiria (la única cita wagneriana que no fue extirpada). Pero Bruckner también revela sus orígenes, y en el Scherzo se encuentra un tremendo ritmo impetuoso típicamente bruckneriano y de la Alta Austria. 

El segundo concierto el 8 de septiembre de esta orquesta también con Thielemann, fue un concierto al revés. Me explico. Se comenzó con una extraordinaria interpretación del Concierto para violin y orquesta en Re mayor de Beethoven. El intérprete era Nikolaj Znaider. Aparte de la calidad técnica de su versión, Znaider tocaba un violín Stradivarius llamado “Kreisler” porque perteneció al violinista Fritz Kreisler. Fue conmovedor escuchar las cadenzas de Znaider (que eran las cadenzas de Kreisler) tocadas en el mismo violín, que no importa cuan piano toque el instrumentista el sonido ¡siempre surge claro y sin forzar, como si se tuviera un pequeño amplicador adentro!

La segunda parte comenzó con una obra técnicamente interesante de Max Reger, Variaciones y Fuga sobre un tema de Mozart. Es una obra poco conocida, de relativo interés musical, y que no resalta las virtudes de esta orquesta. La última obra del programa consistió en Till Eulenspiegel, una obra que generalmente (y hasta este momento) era siempre programada al comienzo del programa, nunca al final. Esta obra permitió escuchar el fabuloso y particular sonido de las trompas de esta orquesta, la favorita de Richard Strauss. Interpretativamente Thielemann posee muchas virtudes, pero es un director errático, sus gestos tienden a ser neuróticos y se comporta en el podio en forma inmadura, ¿quizás se haya sentido incómodo en el vasto recinto del Royal Albert Hall?

Por último, el 9 de septiembre, el dia anterior a la gran festividad exuberante llamada The last night of the Proms, que se televisó por todo el mundo, se contó con una exquisita versión del Réquiem de Verdi, dirigida por la excelente directora americana Marin Alsop al frente de la Orchestra of the Age of Enlightment. Alsop es una directora de mucha experiencia, habiendo dirigido por muchos años la Orquesta Sinfónica de Bournemouth, al sur de Inglaterra,. Con el coro juvenil de la BBC ubicado en forma de abanico gigante por detrás de la orquesta sobre el palco que bordea con el órgano, se contó con un sonido pleno pero fresco, mucho más liviano pero al mismo tiempo por momentos de menos sutileza que un coro de adultos profesionales. Esto no habla en detrimento, sino explica el sonido, que convenció en forma plena. Alsop tomo las secciones en forma coherente, no fue un Requiem lento, y los bronces fuera de escena por una vez sonaron bien sincronizados. Por su parte, los bronces en escena incluían el cimbasso, que da un sonido tan especial a las secciones solemnes. Cuatro solistas bien elegidos dieron relieve a esta “ópera” concertante. La soprano Tamara Wilson destacó en todo el registro, con una voz aparentemente liviana pero penetrante sin ser metálica, y un agudo excelente y seguro sin pérdida de color, No hubo problema de passaggio tampoco. La mezzo Alisa Kolosova posee una voz más íntima, de muy buen estilo, sin desbordes operáticos y por eso se llevó bien en los duos con la soprano. Dimitri Pittas reemplazó a último momento al tenor anunciado, cumpliendo un muy buen trabajo, sólo en el registro agudo tiende a apretar y perder color, pero es un tenor que sabe bien su música y no desentonó. Dejo el bajo para el final por muchas razones porque Morris Robinson es un hombre inmenso en escena, inquieto, con una voz típica de su raza, oscura, rellena, redonda. La emisión tiende a ser despareja, a veces el volumen es reducido, a veces parece que puede dar más, mucha parte de su voz se encuentra adentro, pero si sale se tendra un bajo de condiciones excepcionales. 

Con este concierto terminó mi ciclo de Conciertos Promenade. Es siempre algo especial escuchar conciertos en los Proms, el público más atento del mundo y el público que disfruta cada instante de esa música sin esnobismo. Vuelvo al comienzo, Land of Hope and Glory sera una canción inglesa que se refiere a la Inglaterra postvictoriana, pero en el contexto de los Proms es la tierra de todos nosotros, los que amamos la música. Hasta el proximo año.

PD- Me parece oportuno informar a los lectores que pueden acceder libremente sin infringir copyright a la mayoria de los Conciertos Promenade a través del BBC Radio iplayer, que son archivados por 30 dias después de cada concierto.

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