Sondra Radvanovsky es una soprano que si bien no llega a la popularidad de otras colegas con las que se codea en los primeros teatros, no tiene nada que envidiar a estas; es más, la calidad de su instrumento está muy por encima de la media actual. Poseedora de unos mimbres privilegiados que ha ido dominando a lo largo de una carrera que atesora ya varias décadas, asombra la magnitud de una voz que llena la sala sin el más mínimo problema y es capaz de plegarse a placer con una técnica sólida y un gran gusto. A todo esto se suma la singularidad de un timbre argénteo que es rápidamente reconocible y una capacidad de transmitir y ganarse al respetable por su inmediatez y desparpajo. Con todo esto, es lógico que el público del Teatro de la Maestranza se rindiera a sus pies nada más comenzar el recital que abría su pequeña gira española,…
Comentarios