Discos

Representar la música

Daniel Martínez Babiloni
miércoles, 23 de agosto de 2017
Czernowitzer Skizzen. Barcelona Clarinet Players: Manuel Martínez Mínguez, Javier Vilaplana González, Martí Guasteví Olives y Alejandro Castillo Vega. Alexander Kukelka: Czernowitzer Skizzen. Orpheus. 2017. CD grabado en Tasso Laboratori de Son en febrero de 2016. Duración: 41’27’’
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Bucovina es una región histórica que hoy se encuentra entre Ucrania y Rumanía. En la parte ucraniana su centro administrativo es Chernivtsí, Czernowitz en alemán. La región fue uno de los núcleos fundacionales de Moldavia, después pasó al Imperio Austrohúngaro y en 1940 fue ocupada por el Ejército Rojo. Un cuarto de su población era judío. Czernowitz es sinónimo de tolerancia y mestizaje. Junto a Moldavia y Besarabia, Bucovina es la cuna del klezmer, la música de los judíos askenazí desarrollada principalmente en el periodo de entreguerras, con numerosas influencias de otras regiones de la zona: esa koiné con la que se encontró Béla Bartók. Generalmente es una música festiva utilizada en bodas y ceremonias religiosas. Se dice que el glissando con el que comienza la Rhapsody in Blue de Gershwin es una rémora del clarinete klezmer. Tras el Holocausto, a la vez que entró en decadencia, la diáspora de los supervivientes la llevó a fusionarse con todo tipo de géneros musicales. Itzhak Perlman y Don Byron, entre otros, la hicieron visible en sus respectivos ámbitos. El postcolonialismo la puso aún más de relieve, esta vez con carácter lamentoso y reivindicativo.

El abuelo de Alexander Kukelka (1963) procedía de Bucovina. Kukelka es un compositor austríaco de música para cine, teatro y televisión, además de regidor, pianista y escritor. En esa herencia enraíza, junto a su esposa, proyectos como el Neues Wiener Musik Theater desde la necesidad de enriquecer la escena austriaca en base a programas de teatro musical para los que escribe el texto, la música y dirige. Uno de ellos es Die Reise nach Alt-Mamajestie oder Der beste Witz ist Czernowitz (2004). Pero no es el único trabajo inspirado en las tradiciones de la zona. Hay que añadir las composiciones camerísticas Czernowitzer Skizzen (2004) y Bukowina Tänze (2006).

Czernowitzer Skizzen [Bosquejos de Chernivtsí] es una suite en doce partes para cuarteto de clarinetes sin alusión argumental alguna, aunque pretende recrear idealmente la historia y el carácter de sus habitantes. Un aspecto que los Barcelona Clarinet Players (BCP) potencian al interpretarlo a modo de sufriente e imaginario paisaje sonoro. En la presentación de la obra en el Ateneu Barcelonès, en noviembre de 2015, ahondaron en este asunto al intercalar entre los movimientos versos de Paul Celan, nacido en Chernivtsí, recitados por Arnau Pons. El cuarteto fue grabado por el Vienna Clarinet Connection, en vivo (Extraplatte 2006) y en estudio (Gramola Records 2012). Para el ensemble catalán supone un viraje importante y consciente con respecto a su primer disco, Toma café, sobre arreglos de Pedro Iturralde. Sin embargo, su estética no se resiente ni lo más mínimo.

El trabajo es minucioso, de buena calidad de audio y preciosos colores en el cuarteto. Los músicos barceloneses adoptan para sí los estilemas del canto salmódico del jazan con naturalidad y muestran una amplísima variedad de ornamentos para destacar los característicos giros melódicos (dreydlekh) o gritos, susurros y gemidos (krekhts) propios de esta música. La gama dinámica es amplia, desde pianísimos extremos (Nº 6 y 7) a sonoridades grandes en las que se estiran las armonías y el fraseo (Nº 4 y 9). Éste está presente hasta en las velocidades más endiabladas que aproximan la obra al carácter de las bandas balcánicas (Nº 7) o en la gracilidad de una danza que nos acerca a las Rapsodias húngaras de Liszt para dibujar una simpática línea melódica (Nº 5). No falta rigor ni flexibilidad rítmica (Nº 2), ni un irónico vals (Nº 3). Pero lo que más destaca es el carácter cuasi teatral de la interpretación que nos lleva a intuir desde la grabación la calidad y creatividad performativa del conjunto. Es un aspecto que pone de manifiesto el video clip promocional dirigido por Ibai Abad y coproducido por el Auditori de Barcelona, residencia del cuarteto. Los BCP representan la obra desde un concepto global, las más de las veces quejumbroso, que languidece aún más en sus últimos movimientos. No obstante, estos jóvenes músicos no parecen cómodos en el lamento y menos, conformes. En el movimiento Nº 10 se atisba un rayo de luz. Una esperanza puesta en todo lo bello que el ser humano ha podido generar a pesar de las atrocidades cometidas. ¿Un aviso? 

Los próximos trabajos discográficos de los Barcelona Clarinet Players ya se están cociendo. Enric Palomar ha compuesto para ellos piezas como Égloga que grabarán con el cantaor Pere Martínez. No hace mucho grabaron en el ADDA de Alicante los respectivos encargos a Joan Magrané, Josep Maria Guix, Carlos de Castellarnau, Bernat Vivancos y Raquel García-Tomás. Atentos a Offertorium.

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