Bajo la alfombra de Enrique Granados
5] Religiosidad, devoción y lenguaje común
Xoán M. Carreira
La Constitución Española de 1876 restaura la monarquía borbónica -a la cual otorga carácter sagrado-, incluye a los arzobispos como senadores de derecho propio y a los obispos como posibles senadores y declara que "la religión católica, apostólica y romana, es la del Estado. La Nación se obliga a mantener el culto y sus ministros" según prescribe el artículo 11 de dicha Constitución, el cual prohibe sin excepción alguna "otras ceremonias ni manifestaciones públicas que las de la religión del Estado” y restringe al círculo de lo privado cualquier otro sistema de creencias siempre que mantenga "el respeto debido a la moral cristiana."
Puesto que la Constitución de 1876 estuvo vigente hasta 1931, toda la vida adulta de Enrique Granados (1867-1916) se desarrolló en un estado confesional cuyo Código Penal consideraba delitos la publicación de opiniones contrarias a las de la jerarquía eclesiástica y las críticas a la misma, así como toda actividad pública o privada que dicha jerarquía eclesiástica considerase escandalosa. La imputación de dichos delitos implicaba el procesamiento, condena y castigo, tal y como sufrieron en carne propia artistas como Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín, Vicente Blasco Ibáñez, Apel.les Mestres o Gabriel Miró, estos dos últimos miembros del círculo íntimo de Enrique Granados, quien residió siempre en España y estuvo sometido a sus leyes, al contrario que sus amigos Isaac Albéniz o Ricardo Viñes quienes disfrutaron de las ventajas de vivir en Francia, una república aconfesional y laica.
Los estados confesionales condicionan todos los aspectos de la vida cotidiana de sus ciudadanos, como puede comprobar el lector encendiendo su televisor o leyendo cualquier periódico de hoy. Sin embargo, cuando los biógrafos de Granados intentan determinar sus sistemas de creencias no sólo renuncian a utilizar los instrumentos y métodos de la historia de las mentalidades, también hacen caso omiso de un hecho obvio: la España de Granados era un estado confesional. Este es el proceder de Walter Clark cuando -sin argumentos ni pruebas- afirma que "Granados era un católico fervoroso y escribió numerosas obras de inspiración religiosa. En las pocas colaboraciones con Miró, se evidencia su temperamento devoto."1
El objetivo del presente artículo no es realizar un análisis epistemológico del metodo histórico de Clark, pero me parece pertinente y relevante señalar que Clark utiliza indistintamente los conceptos fervor,2 devoción3 y religiosidad4 que parece considerar sinónimos, mientras que renuncia al uso de espiritualidad,5 un concepto que posee una enorme importancia en el arte, cultura y sensibilidad de la Belle Époque pues es una variable determinante de las opciones estéticas de los artistas de la época. Opciones que resultaba imposible desarrollar del mismo modo en Barcelona que en Londres, Nueva York o París.
Una confusión conceptual semejante se produce cuando Clark etiqueta los géneros musicales de inspiración religiosa practicados por Enrique Granados sin tener en cuenta que estos géneros no son universales y que todo estudio sobre los mismos ha de tener en cuenta su contextualización teológica, incluso dentro del universo del cristianismo, así como los conflictos ideológicos, culturales y sociales durante la Belle Époque entre las Iglesias Reformadas -creadoras y desarrolladoras del concepto Kirchenmusik- y la Iglesia Romana, que entendió la necesidad de normativizar esta cuestión a consecuencia de los cambios geoestratégicos subsiguientes a la guerra francoprusiana y la constitución del Deutsches Kaiserreich. Desde la perspectiva católica, estos son los cuatro géneros musicales de inspiración religiosa, de los cuales sólo tres se deben considerar géneros de musica religiosa:
- Música Sacra es un concepto jurídico creado por el Derecho Canónico en la Belle Époque. Fue acuñado por la Ordinatio de musica sacra (7 de junio de 1894) dirigida por León XIII a los obispos italianos y adquirió carácter normativo con la publicación del Motu Proprio tra le sollecitudini (22 de noviembre de 1903) de Pío X, el primer documento que legisla la identificación entre el término Música Sacra y su noción como música esencial para un individuo o una comunidad desde un punto de vista religioso.6
- Música litúrgica es un concepto funcional referido estrictamente a los repertorios musicales vinculados normativamente a los rituales litúrgicos, ligados a funciones litúrgicas específicas y contextualizados en momentos particulares de la liturgia.
- Música religiosa es un concepto funcional referido a los repertorios musicales formados por textos religiosos u oraciones.
- Música espiritual es un concepto estético referido a cualquier repertorio musical que aspire a la elevación del espíritu, con independencia de su carácter profano o religioso. Es un concepto ajeno a la práctica religiosa y a la legislación canónica, es irrelevante que tenga texto o sea instrumental y no es esencial para los individuos o las comunidades.
Granados y la música religiosa
Si consideramos estas variables resulta hiperbólico afirmar que Granados compuso numerosas obras de inspiración religiosa tal y como escribe Clark. En el catálogo total de 150 obras de Granados sólo constan tres de inspiración religiosa y las tres de diverso género:
- El himno mariano Salve Regina a cuatro voces con acompañamiento de órgano es una antífona escrita para presentar a un concurso de música litúrgica convocado en enero de 1896.
- L'herba de l'amor, pregària en estil gregorià a tres voces infantiles con acompañamiento de órgano es una ingenua pieza infantil de música religiosa -con texto profano y en catalán- compuesta como obsequio a los niños de la Escolanía de Monserrat tras una visita a dicho monasterio en febrero de 1914.
- La Escena religiosa para violín, órgano y piano (s.d.) es una composición ocasional escrita para ser tocada durante el funeral de la esposa de un mecenas.7 Conceptual y funcionalmente se trata de una obra de música espiritual que sólo podría etiquetarse como música religiosa en el mismo contexto en el cual se admite "pulpo" bajo la etiqueta de "animal de compañía".
Clark vuelve a equivocarse al aludir a las pocas colaboraciones con Miró de Granados, puesto que estas "pocas" se reducen a una única colaboración titulada La cieguecita de Betania (El portalico de Belén),8 Es una pieza breve de teatro musical infantil escrita con destino una representación privada protagonizada por los hijos de ambos artistas durante las fiestas navideñas de 1914. Las obras de inspiración religiosa de Granados y su relación con Gabriel Miró, serán objeto de próximas entregas de la serie Bajo la alfombra de Enrique Granados.
Aunque estas evidencias serían suficientes para negar verosimilitud a la afirmación de Clark, Granados era un católico fervoroso, lo cierto es que -sin que en ningún caso se aporte prueba alguna acerca de su sistema de creencias- la reivindicación del fervor católico de Granados aparece en casi toda la bibliografía de referencia sobre este artista, tal y como destaca Miriam Perandones quien afirma que dicha profunda religiosidad "se puede constatar a través del epistolario" de Granados.9
"Le pedí a Dios cosas muy buenas"
Parece, pues necesario estudiar las pruebas de la religiosidad de Granados aportadas por su epistolario. Tras una meticulosa relectura de las cartas firmadas por Granados he realizado un vaciado de todas las frases susceptibles de ser consideradas como expresiones de devoción y religiosidad. En consecuencia he excluido de este vaciado tanto los vocativos -¡Dios mío!, ¡A Dios gracias!, ¡Bendito sea!, ...- los usos metafóricos afectivos -alma mía, mi cielo, ...- y las metáforas eróticas -a tu lado me siento en el paraíso, ¿Dejas que te posea, cielo?, ...-, estas últimas de frecuente uso en la correspondencia conyugal de Granados. Al final de mi artículo reproduzco las alusiones religiosas extraídas del epistolario de Enrique Granados. Las conclusiones de mi estudio son tan evidentes como sencillas:
1. Las alusiones religiosas en el epistolario se circunscriben al trienio 1892-95, con tres únicas excepciones, una de las cuales es una broma sarcástica.
2. En las cartas del trienio se debe distinguir entre usos religiosos, usos devotos, usos sociales y usos eróticos del lenguaje religioso común.
3. Sobre un total de quinientas cartas sólo treinta contienen alusiones religiosas: veintiseis dirigidas a su esposa Amparo Gal, tres a sus suegros, una a sus hijos y otra a un íntimo amigo de la familia.
4. Ninguna carta fuera de este círculo familiar contiene alusión religiosa de ningún tipo.
5. Granados no era timorato en términos religiosos, como resultaba habitual dada la mentalidad española de la época, a juzgar por las frecuentes mezclas de símbolos religiosos y erotismo en las cartas a su esposa, la cual las acoge de buen grado y con humor: "¿Te dicen mis flores que yo te quiero? Dios bendiga a las flores que cumplen lo que yo les mando."
6. Granados escribe a sus futuros suegros teniendo presente que eran personas devotas mostrando una actitud respetuosa sin por ello dejar de manifestar que él no lo es: Viejita, Ud. que es buena cristiana abrácese a la cruz, cosa que yo no sé cómo hacerlo.10
7. Las expresiones de devoción de Granados se limitan a la época del noviazgo y a los primeros tiempos del matrimonio cuando Granados dependía económicamente de sus suegros. Refuerza esta idea el hecho de que Granados destaca su asistencia a misa o sus rezos devotos en frases independientes casi como si presentase un informe, mientras que cuando Amparo alude a sus prácticas religiosas lo hace en el marco de su vida cotidiana: Mi vida la misma que de costumbre [...] esta mañana misa, esta tarde toda en casa.11
8. Estos informes a Amparo Gal sobre la observancia del deber de asistencia a misa y la práctica de diversas devociones desaparecen casi totalmente después de 1895, cuando Amparo ya conocía bien a su esposo y sabía qué cabía esperar de él en este aspecto.
9. El resto de las alusiones de Granados a sus rezos y devociones están relacionados con la alegría ante el nacimiento de su primogénito, la enfermedades propias o de su sobrinita de dos años, problemas familiares, peligro de muerte en altamar, etc. O sea, lo que en lenguaje religioso se llaman "momentos fuertes".
10. De la lectura del epistolario de Granados no se deduce la profunda religiosidad, reivindicada por Miriam Perandones.
De nuevo he de recordar que Enrique Granados era ciudadano de un estado confesional. Para bien y para mal, Granados pertenecía a esa generación que Philip Larkin imaginó en High Windows envidiando la libertad de los nacidos en los años 1920:
"Eso será vida;
nada de Dios, ni de sudar en la noche
pensando en el infierno, o teniendo que ocultar
lo que opinas del pastor. Él y sus amigos
se deslizarán, maldita sea, libres como pájaros."
Cartas a Amparo Gal
Año 1892
Carta nº 9. "Pobrecitos angelitos de Dios!"
Carta nº 15. "Hoy he acompañado al padre Almonacid a la iglesia de la Concepción donde predica el mes de María. Le he dado la noticia [se refiere a la boda de Amparo y Granados] y me ha dicho que ya lo se, que tiene muy buena mano, que todavía no ha oído decir a ninguno de sus protegidos maldito sea el cura que me casó."
Carta nº 23. "Por Dios dime muchas cosas ricas"
Carta nº 30. "Hoy en la misa he rogado mucho a Dios por nuestra felicidad, y le he pedido que mi Titín [Amparo] se acuerde del pobre Quique que tanto la quiere. Cielo de mi vida, no me quedan más que ocho días de martirio, después de éstos podré mirar tus ojitos, podré apretar tu mano, podré de palabra decirte lo muchísimo que te quiero, podré adorarte mejor." "Vengo de atravesar tres montañas, he cogido una flor en el pico de cada una de ellas. La flor amarilla está cogida al borde de un precipicio de rocas. Pensando en Dios y queriéndote a ti no se cae nadie."
Carta nº 38. "¿Te dicen mis flores que yo te quiero? Dios bendiga a las flores que cumplen lo que yo les mando."
Carta nº 40. “El canónigo señor Ribas nos ha hecho un sermón en la capilla, no ha dicho ni más ni menos que lo que estoy cansado de pensar.” “Pienso siempre que cuanto más me rebajen los hombres más me ensalzará Dios. Y si los hombres me hicieren justicia serían bien recibidos por Dios, y quiero a Dios y quiero todo lo bueno. Aunque sea un triste pecador soy digno de su misericordia porque yo quiero vivir en Él. Él nos quiere a los dos, cielito mío.”
Carta nº 45. “Tengo una esperanza muy grande; ayer martes entré por intuición, no sé qué me llevó al templo a aquellas horas, veníamos de Borg-Madame, y yo de noche, cuando me bajé del coche y me quedé en la calle de Sta. María, me dio la corazonada de entrar en el templo. Presentaba para mi un aspecto hermosísimo y triste, había en un altar un Cristo iluminado por un cirio. Ayer me arrodillé delante de aquel Cristo, presintiendo algo sin saber lo que era. He rogado un poco y me ha parecido que me oía …” “Al llegar a casa me he encontrado con tu carta, pero como he visto a Dios hace un momento, tengo mucha esperanza en lo de mi vida, tengo mucha esperanza de que la Nenín irá bien [su sobrina Pilar Achón Gal, nacida en 1890]. ¿He rogado ayer por su alma o por su vida? Ay, Titicos, hasta que llegue el correo no puedo estar tranquilo.”
Carta nº 49. “No puedes figurarte la alegría que me has dado con la noticia de que Nenín está fuera de peligro. Creo mucho en que Dios me ha oído mis ruegos la otra noche. ¡Figúrate qué casual! ¡Entrar yo en el templo en los momentos en que tal vez la Nenín estaba tan grave!”
Año 1894
Carta nº 66. “Llego ahora mismo de misa, la que he oído toda de rodillas, que es para mi un sacrificio pues ¡como no todo es carne!”
Carta nº 68. “Ayer me pasé media tarde en la iglesia, hacía la fiesta de Santa Teresa de Jesús. Había uno que predicaba muy mal y tenía facha tonto, pero yo ni menos le escuché. Pensé mucho en ti y le pedí a Dios cosas muy buenas.”
Carta nº 70. “Las risitas de mi hijo me llegan al alma, me dan alegría, me consuelan y me calman. Es un ángel que Dios nos ha dado para endulzar un poco las penas que hay que pasar en la vida. Que Dios le haga hombre, luego padre y que lo que sea su mujer, que no será la mitad de mi Amparo, le de un hijito que sea tan mono como él es, y que se ría como él se ríe ahora.”
Carta nº 85. “Rezo todos los días para que Dios el Grande me conceda la dicha de hacerme hombre que es toda la recompensa que les puedo dar a mis suegros.”
Carta nº 88. “El asunto [del drama Torrijos] es hermoso, reza a Dios para que guste.”
Año 1895
Carta nº 106. “Adiós esposa sagrada que Dios me ha dado, ni siquiera de pensamiento te falta el que te adora a ti.”
Carta nº 137. “Si Dios no quiere que me lleve la plaza [de profesor] buscaré mi vida de una u otra manera, yo sé que tengo un porvenir (si no me muero).”
Carta nº 159. “El otro día imploré mucho a la Virgen de los Dolores para que me pusiera bueno y nos hiciera felices.” “¡Hoy Domingo de Ramos! Los nenes con sus palmitas, ¡qué monos! ¡Y los abuelitos disfrutando! ¡Quién pudiera estar ahí!.”
Carta nº 161. “Si Dios me da vida y salud te prometo que has de ver lo que hago, que Dios me dé salud.”
Carta nº 164. “Hace mal día y no sé si podré visitar alguna iglesia, sentiré no poder hacerlo.”
Carta nº 179. “Aquella noche en que contemplamos juntos la imagen de Dios, nos dimos las manos para unir nuestras dos almas.”
Carta nº 184. “Mañana oiré Misa de Campaña. En vez de ir a una iglesia la oiré al aire libre por ser el 2 de mayo.”
Carta nº 185. “Mañana dos de mayo en vez de oír misa en la iglesia voy al monumento donde arman un altar y dicen misa toda la mañana al aire libre. Será imponente, al alzar se me figura que el cuerpo de Dios ha de elevarse hasta perderse en el cielo azul.”
Carta nº 187. “Mañana o pasado quiero ir a confesar y comulgar, pues ya estoy en disposición de hacerlo. Rezo, amor mío, rezo todos los días que sea que no sea mes de mayo, y cumpliré lo que me dices.”
Carta nº 189. “Mañana quiero ir a confesar y comulgar y compraré dos medallas de los Desamparados, y las haré bendecir y te mandaré una para que cuando tengamos la dicha de vernos las cambiemos. Tú me darás la que hayas llevado en tu pechito y yo te daré la mía.”
Carta nº 190. “He estado buscando las dos medallas de los Desamparados y no las he encontrado, y te mando una crucecita para que la lleves en el pecho y, cuando yo vaya, ¿me la dejarás llevar a mi?”
Carta nº 194. “He hecho bendecir esta medallita y esta cruz para que las lleves siempre en el pecho. En ellas he depositado todo mi fervor, todo mi cariño, las he besado mucho y la he rezado para que me quieras, por ellas sabrás si yo te adoro.”
Año 1914
Carta nº 421. "Titín mía: yo creo que las emociones de estos días me tienen medio enfermo. ¿Tú sabes todo lo que lo representa todo esto para nosotros? ¡Creo que muy pronto ya podré creer que dejo para ti y mis hijos una fortuna! Ya habré cumplido y luego que Dios haga de mí lo que quiera."
Cartas a otros destinatarios
Año 1892
Carta nº 46. (A la familia Gal-Lloberas) “Queridos viejitos: ¡qué disgusto! […] Paulita [madre de Nenín]: fía en Dios, él te atenderá. Viejita, Ud. que es buena cristiana abrácese a la cruz, que ella la consolará mucho, cosa que yo no sé cómo hacerlo porque participo del sentimiento de Uds.”
Carta nº 48. (A la familia Gal-Lloberas) “Rezo mucho por Nenín, no puedo decirles más.”
Año 1895
Carta nº 155. (A Francisco Gal) “Viva San Francisco de Paula, que éste le dé un sinfín de alegrías al papaíto.”
Año 1908
Carta nº 281. (A Tonicos) "Lo que más me gusta de este mundo son los curas y las monjas. Si yo fuera cura me casaría con una monja y si fuera cabra me casaría con un cabrón ... como Bentel."
Año 1915
Carta nº 465. (A sus hijos) "Desde que salimos de Cádiz que solo deben emplearse 10 dias hasta N. York hemos empleado 15. Solo tuvimos unas cortas horas de reposo y lo demás un temporal deshecho. Creímos mamá y yo no volveros a ver. Una tarde vuestra madre y yo nos abrazamos y rezamos para que Dios os guiara. Ha sido terrible"
Notas
Walter Aaron CLARK, "Enrique Granados. Poeta del piano", Barcelona: Editorial de música Boileau, 2016, p 178
"Fervor": Celo ardiente hacia las cosas de piedad y religión, RAE, "Diccionario de la lengua española", edición del tricentenario.
"Devoción", Práctica piadosa no obligatoria, RAE, "Diccionario de la lengua española", edición del tricentenario.
"Religiosidad", Práctica y esmero en cumplir las obligaciones religiosas, RAE, "Diccionario de la lengua española", edición del tricentenario.
"Espiritualidad", Naturaleza y condición de espiritual. "Espiritual", Dicho de una persona: Muy sensible y poco interesada por lo material, RAE, "Diccionario de la lengua española", edición del tricentenario.
Nicolas SCHALZ, 'La nozione di musica sacra', in "Rivista Liturgica", 1972-2, pp 183-207
Enric GRANADOS, "Religious Works", revisión de Douglas Riva, Barcelona: Editorial de música Boileau, 2008
CLARK, "Enrique Granados", pp 177 y 231
Miriam PERANDONES, "Correspondencia epistolar /2892-1916) de Enrique Granados", Barcelona: Editorial Boileau, 2016, p 24
Carta nº 46, de Enrique Granados a la familia Gal-Lloberas,1 de septiembre de 1892.
Carta nº 43, de Amparo Gal a Enrique Granados, 28 de agosto de 1892.
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