Bajo la alfombra de Enrique Granados

43] Eduardo Conde Giménez

José María Rebés
viernes, 5 de octubre de 2018
Grandes almacenes El Siglo (1908) © Dominio público Grandes almacenes El Siglo (1908) © Dominio público
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La figura de Eduardo Conde ha sido evocada siempre como la del mecenas imprescindible en el inicio de la carrera de Enrique Granados. Ciertamente lo fue, pero seguramente él se sintió más como un padre que como un protector artístico.

Eduardo Conde Giménez nació en Madrid el 2 de mayo de 1838, siendo bautizado dos días más tarde en la Parroquia de San Ildefonso de la capital. En aquel tiempo aquella era una de las iglesias más importantes de la ciudad, la misma en la que se casó veinte años más tarde la poetisa Rosalía de Castro. Está situada en la plaza que lleva el nombre del santo, en la que confluyen las calles Corredera Baja de San Pedro y Corredera Alta de San Pedro. Fue hijo de un músico que abrió un almacén de música en las cercanías de la Plaza Mayor de la capital más o menos por la época en la que nació su hijo Eduardo. En aquella zona de la ciudad se congregaban todos los comercios de ese estilo, las editoras de música, los comercios de venta de partituras y de instrumentos musicales. Era habitual en esos tipos de comercios que editaran y vendieran además partituras e instrumentos. Igual pasaba en Barcelona y otras ciudades, siendo usualmente regentados estos almacenes de música, como se los denominaba, por músicos. Francisco Conde Guillamó, padre de Eduardo Conde, había nacido en la Cartagena española a mediados del año de 18051. Contrajo matrimonio con la catalana Maria Ximénez Rafecas. El apellido de ella aparece como Ximénez en documentos de la época y su nombre también aparece en algunos documentos como Mariana. La escritura Ximénez se corresponde a la de Jiménez en el mismo sentido en el que el país centroamericano lo escribimos indistintamente como México o como Méjico. En cualquier caso, el apellido varió a Giménez en el hijo Eduardo. Por último, en algunas de las inscripciones de nacimiento de los seis hijos de Eduardo Conde consta Mariana Giménez como nacida en Lleida y en otros como nacida en Tarragona. El bisnieto del mecenas de Granados, Luis Conde Moragues, indica que su tatarabuela Mariana nació en Tarragona y que era hija de tarraconenses, José Ximénez y María Rafecas2.

El almacén de música en Madrid del cartagenero Francisco Conde tuvo varias ubicaciones diferentes. En 1845 tenía la tienda en el número 4 de la calle del Carmen cuarto segundo “de la izquierda”, muy cerca de la Puerta del Sol3Este anuncio nos da una pista muy interesante acerca del negocio de Francisco Conde: «almacén de instrumentos y de música militar». Posteriormente, en mayo de 1846, aparece en el número 18 de la calle de la Montera cuarto segundo4. El cambio de una tienda a la otra no supuso un gran desplazamiento, apenas 200 metros. Dos años más tarde se había trasladado al número 3 de la Bajada de Santa Cruz (cuyo nombre oficial era el de calle de Esparteros), asociado ahora con el músico Mariano Martín Salazar (*-1890). El último anuncio en el que aparece la tienda con el título de “almacén de Conde y M. Salazar” apareció en la primavera de 1851. Entonces el negocio pasó a denominarse “almacén de Martín Salazar”, desapareciendo para siempre la figura de Francisco Conde. Al tiempo, se anunciaba la venta de pianos de las grandes marcas (Érard, Pleyel, Debain, Boisselot) por parte de Mariano Martín Salazar, una actividad que desarrollaría durante muchos años, hasta al menos 1867, siempre con el negocio radicado en Esparteros, 3. A la par, continuó con la edición de música, dentro del grupo Unión Artística Musical. 

Justamente fue en 1851 cuando Eduardo Conde, que a la sazón debía tener trece años, se trasladó a vivir a La Habana. Parece algo más que una casualidad que coincida la fecha con la desaparición del músico Francisco Conde de los anuncios de almacenes musicales de la ciudad de Madrid, aunque su nombre aparece en 1852 en un documento de Escalafón de Infantería del Ministerio de la Guerra, bajo el epígrafe «Fondo de Música – Francisco Conde – Fábrica de esta Corte». Acerca del hijo Eduardo, dice Luis Conde que «llegó a La Habana con un hermano mayor que se había embarcado con él, llevando el dinero para ambos»5. Entró allí a trabajar en unos almacenes de Ramón Herrera y Sancibrián (1812-1885)6, un empresario y militar que en 1876 vería confirmado por el rey Alfonso XII el título de conde de la Mortera que le había concedido el rey Amadeo de Saboya en 18717, entre otras cosas por su ayuda a la causa española en la sublevación independentista cubana de 1868. Herrera era oriundo de la población santanderina de Liencres y había emigrado a Cuba de joven, con 17 años8. Allí hizo una verdadera fortuna con negocios como los almacenes de paños, azucareros, cerveceros y la fundación y explotación de navieras. Fue el fundador del Banco Español de La Habana, senador real y alcalde de la capital cubana, además de un mecenas del ejército, con varias donaciones en diferentes años y con la puesta a disposición del ejército de sus buques para el transporte de tropas. Su primer barco fue el Pájaro del Océano, adquirido en 1856. Se trataba de un barco a vapor de paletas laterales, con dos palos para velas opcionales9. Cuando en 1851 llegó Eduardo Conde a La Habana, Ramón Herrera era ya algo más que un próspero comerciante de almacenes de paños, en asociación con su concuñado Alonso Jiménez Cantero. En 1850 había dejado el negocio en manos de sus sobrinos José y Cosme Blanco Herrera, llegados de la Península al ser llamados por su tío para hacerse cargo de los almacenes. Ramón Herrera fue también oficial del V Batallón de Línea de La Habana y del Cuerpo de Voluntarios de la Isla de Cuba. Su ingreso en ese cuerpo se produjo el 27 de mayo de 1850, con el grado de teniente, alcanzando el de coronel en diciembre de 1862, con un total de 27 años de servicio10. Como se ve, su ingreso en el Cuerpo de Voluntarios coincidió con la cesión de la gestión de sus negocios de paños a sus sobrinos, poco antes de la llegada de Conde a Cuba.

Toda esta información acerca de la persona para la que trabajó Eduardo Conde en La Habana tiene el interés de centrar la atención en un punto que, hasta ahora, ha escapado en las biografías del compositor Enrique Granados: Eduardo Conde pudo bien conocer a la familia Granados en La Habana. No es impensable que un capitán de infantería, como Calixto Granados Armenteros, conociera a otro militar de la Habana, como es el caso de Ramón Herrera, ni que su mujer, Enriqueta Campiña, fuera cliente del almacén de paños de Herrera, un local en el que se vendían prendas importadas de Cataluña. En ese caso, bien pudieran haber conocido también a Eduardo Conde en La Habana, aunque es una posibilidad no documentada.

En La Habana Eduardo Conde conoció a Pablo de Puerto Arrey (1833-1912), con quien trabó una amistad de por vida. Con el tiempo serían además concuñados, al casarse Conde con Cecilia Gómez del Olmo Saavedra, y Puerto con su hermana Manuela Gómez del Olmo. Ambas hermanas eran hijas de Dionisio Gómez del Olmo y de Josefa Saavedra Ruiz. Él era apoderado de Ramón Herrera, según antiguas biografías de Eduardo Conde y había nacido en Requejo (Santander), ella era natural de La Habana, y en esa ciudad nacieron sus cuatro hijos: Cecilia, Manuela, Manuel y Ricardo. En todas las inscripciones de nacimiento de los hijos Conde-Gómez del Olmo se indica que el abuelo Dionisio Gómez del Olmo García había nacido en Requejo (Santander)11, aun cuando en numerosos documentos se indique que lo hizo en Salces. Ambas poblaciones están separadas únicamente por unos cuatro kilómetros siguiendo el cauce del río Ebro. Ricardo Gómez del Olmo formaría terna con Conde y Puerto en la futura aventura de la creación de los Almacenes El Siglo en Barcelona, mientras que Manuel probablemente permaneció en La Habana.

Entre 1859 y 1864 Eduardo Conde realizó varios viajes a los EE. UU. enviado por Dionisio Gómez del Olmo a Nueva York, algunos durante el periodo de la Guerra de Secesión (1861-1865). En aquellos viajes tuvo la oportunidad de aprender inglés y de conocer los métodos utilizados en los almacenes del país. Tras ese periodo, Conde contrajo matrimonio con Cecilia Gómez del Olmo en Cuba. En 1868 estalló la primera Guerra de Cuba. Poco tiempo antes de ese levantamiento, las familias de Eduardo Conde y de Pablo de Puerto, junto con Ricardo Gómez del Olmo y la del padre de los hermanos, Dionisio Gómez del Olmo y Josefa Saavedra, se trasladaron a vivir a Barcelona. El motivo se desconoce, bien pudiera ser a causa de la incertidumbre de la situación política o bien por un deseo comprensible de retornar a la Península por parte de los nacidos en ella. Al tratarse de un retorno en familia se podría conjeturar que algún problema importante les hizo cambiar a todos drásticamente de lugar de residencia, pero en ausencia de documentos, así como también de una tradición oral familiar que apoye una u otra posibilidad, solo podemos constatar que en 1867 ya se habían traslado a la ciudad condal. No parece que Dionisio Gómez del Olmo se implicara en negocios en su nueva residencia, viviendo posiblemente de rentas, como se indica en la inscripción de defunción de su esposa. El fallecimiento de Josefa Saavedra Ruiz se produjo, a los 43 años, el 22 de febrero de 1868, en Barcelona12. 

El primer hijo de Eduardo Conde, Dionisio Conde Gómez del Olmo, nació en Barcelona el 5 de marzo de 1869. Según el registro de nacimientos, su madre tenía entonces 24 años, lo que sitúa el nacimiento de ella en 1844 (entre marzo y diciembre) o 1845 (entre enero y marzo). En la inscripción del nacimiento del tercer hijo, Eduardo Francisco Primitivo, acaecido el 27 de noviembre de 1871, su madre figura con 26 años, lo que podría confirmar el nacimiento entre diciembre de 1844 y marzo de 1845. Cuando nació el cuarto hijo, Horacio Ricardo Pompeyo (conocido como Ricardo), el 18 de diciembre de 1873, ella tenía 28 años. Entre ambos nacimientos falleció de pulmonía crónica en Barcelona, el día 20 de marzo de 1873, Dionisio Gómez del Olmo García, el abuelo de los niños13. En su registro de defunción consta de nuevo Requejo como su lugar de origen, no Salces, y se anotan también los nombres de sus padres: Dionisio Gómez del Olmo, nacido igualmente en Requejo, y de María García del Barrio, sin indicación de origen. El domicilio que consta es el mismo que el de la familia de su yerno Eduardo Conde, en Paseo de Gracia número 81, a donde debió trasladarse tras morir su esposa. La primera hija del matrimonio Conde-Gómez del Olmo fue Josefa (Pepita) Luisa Teodora, nacida el 1 de abril de 1870. La segunda hija, que murió con pocos meses de edad, fue Cecilia Carmen Lutgarda, nacida el 16 de junio de 1875 y fallecida a causa de una erisipela el 20 de enero de 1876. Poco más de un año más tarde del triste fallecimiento de Cecilia, nacería el último hijo del matrimonio, Alfredo Pablo Benito, el día 21 de marzo de 1877.

Los orígenes de los Almacenes El Siglo, fundados por Eduardo Conde y Pablo Puerto, con participación de Ricardo Gómez del Olmo, se remontan a 1869. En ese año Eduardo Conde estableció algún tipo de relación comercial con el camisero leridano Lluís Agulló Ferreri, diez años más joven que él, situando el negocio en la calle Comercio, muy cerca de la Rambla de Santa Mónica. La relación comercial acabó, según su bisnieto Luis Conde, a más tardar en 1872, con la venta de la parte de Agulló a Eduardo Conde. Lo cierto es que en las inscripciones de nacimiento de los hijos de Agulló (tres, habidos entre 1872 y 1875) sigue figurando como profesión del padre la de camisero. A finales de 1872 Luis Agulló solicitaba planchadoras para su taller, situado en la calle (pasaje, hoy en día) Dormitorio de San Francisco, de Barcelona14. Su taller se siguió anunciando, cambiando de domicilio hasta que, en 1884, Agulló abrió un comercio de camisería y lencería denominado “La Cubana”, sito en la calle de San Pablo, donde antes tenía su taller de confección, “especializado en las confecciones para los mercados de Ultramar”. Ciertamente, La Vanguardia le mencionaba en 1884 como «persona conocidísima en esta capital por los muchos años que viene dedicando a la exportación de aquellos géneros para las provincias de Ultramar, principalmente»15. Esta dedicación podría dar una pista del trabajo desarrollado inicialmente por Eduardo Conde en Barcelona, o del medio por el que conoció a Agulló, y quizás el nombre de “La Cubana” apunte a una de las zonas preferidas del comercio de Agulló. Sería fácil especular con una relación profesional de Eduardo Conde y Agulló, previa a la llegada a la Península del primero, pero carecemos de pruebas documentales. Para acabar de centrar la fecha de creación de los Almacenes El Siglo, es de gran ayuda un anuncio de los almacenes en el que se lee «El Siglo fue fundado en 1871». 

En 1876 la empresa “Conde, Puerto y Compañía” participó en la Exposición Internacional de Filadelfia16, lo que indica que ya entonces tenía una estructura importante. En esa exposición coincidió su empresa con la de otra persona ligada a la vida de Granados: la de Jean Achon, padre de José Achón, concuñado de Granados. El negocio de Achon era de géneros de algodón estampados17. Dos años más tarde Conde participó en la Exposición Universal de París de 1878, con su negocio de camisería, “en extenso cuadro” (superficie), según la prensa18. También coincidió allí con Jean Achon y ambos obtuvieron medallas de plata en sus respectivas categorías, Conde como “camisería” y Achon como “hilos y telas de algodón”19. Aun no habían creado la marca de negocio “El Siglo”. La mayoría de los documentos que evocan la historia de los almacenes, dan como año de su fundación el de 1881, a pesar de lo comentado acerca de la propaganda del almacén indicada más arriba. El año 1924 La Vanguardia publicaba una breve noticia acerca de la visita a los almacenes del príncipe de Asturias, Alfonso de Borbón y Battenberg. En la crónica se narraba el saludo del príncipe al director del centro, Antonio Bonmatí, que llevaba en ese momento 45 años como trabajador de la empresa, lo que significa que había comenzado en la empresa en 1879. En 1881 el Anuario del comercio de Barcelona daba al comercio todavía el nombre de camisería de Conde, Puerto y Compañía, situándolo en la Paseo del Comercio, números 1 y 2. Pero el 1 de febrero de ese año se abrió el nuevo local, ya como Almacenes El Siglo, en la Rambla de los Estudios número 5, con accesos también por la calle Xuclá, números 10 y 12. El 14 de febrero de 1882 el Ministerio de Estado publicaba en la Gaceta de Madrid el nombramiento de Caballeros de la Real y Distinguida Orden de Carlos III de los tres socios de los almacenes: Eduardo Conde, Pablo de Puerto y Ricardo Gómez del Olmo. 

En 1900 falleció la esposa de Eduardo Conde, Cecilia Gómez del Olmo, víctima de un desgraciado accidente doméstico. A primeros de abril de ese año vertió accidentalmente una botella de gasolina que estaba en una despensa de su casa. Había entrado en la despensa a oscuras de noche y seguramente no vio el envase, cuyo contenido empapó su ropa. La mala suerte quiso que una criada de la casa entrara en la despensa, alarmada por el ruido, llevando consigo un quinqué encendido, cuya llama prendió la gasolina. Ambas mujeres quedaron envueltas en llamas. Eduardo Conde acudió respondiendo a sus gritos, consiguiendo apagar el fuego envolviéndolas con mantas. Contó con la ayuda de su yerno, el arquitecto Leocadio de Olavarría, casado con Pepita Conde, quienes vivían en el domicilio de los Conde-Gómez del Olmo. A los pocos días, el 24 de abril, falleció Cecilia Gómez del Olmo. Más de tres mil personas acompañaron al día siguiente en la parte pública del entierro al cortejo fúnebre, camino del Cementerio del Este. La prensa no indica la presencia del compositor Enrique Granados, en aquel momento en Barcelona, pero no podemos dudar que estuviera en la comitiva. 

El tercer socio, Ricardo Gómez del Olmo, falleció soltero el 9 de septiembre de 1906, en la población de Sarrià, no absorbida todavía por Barcelona20. Participó en la sociedad, pero su nombre no aparecía en el título de la misma. El último día del año de 1912 falleció Pablo de Puerto Arrey, amigo y socio de muchos años de Eduardo Conde. En este caso sí que nos consta la participación de Granados en la comitiva del entierro, el 1 de enero de 1913, junto con las familias Conde, Gómez del Olmo y las familias políticas de Eduardo Conde, Genové, Garriga y Olavarría21. El ataúd fue inicialmente conducido en hombros por trabajadores de “El Siglo”. El mecenas y protector de Granados, Eduardo Conde, falleció el 27 de marzo de 1914, en su casa Vil·la Cecilia. Granados estuvo también en la comitiva del entierro, junto a muchas personalidades y las familias del fallecido22

La tradición y las palabras que dejó escritas Enrique Granados apuntan a que el mecenazgo de Eduardo Conde se debió a la capacidad pianística del joven leridano. A ello pudieron ayudar algunos factores más, dejando de lado si Conde tenía capacidad suficiente como para juzgar la calidad del joven leridano en las interpretaciones a piano: Conde era hijo de músico y nieto de militar (aunque no oficial), además de haber vivido en La Habana y de haber trabajado en el negocio de otro militar, el conde de la Mortera. Granados era músico y además nieto, hijo, hermano y cuñado de militares23, la mayoría nacidos en Cuba y de alta graduación. Por último, el padre del pianista había ya fallecido no hacía mucho cuando Conde tomó bajo su protección al joven Granados. Todo ello pudo pesar a la hora de asumir un rol paternal con él, patente también en el hecho de que el compositor pusiera a su primer hijo, nacido en 1894, el mismo nombre de pila que su mecenas, Eduardo, sin que ningún antepasado cercano de la familia Granados tuviera ese nombre. Más tarde, en 1887, Conde encargaría a Granados la formación de sus hijos, los cuales no eran mucho menores que el profesor. Granados nació en 1867, Dionisio Conde en 1869, Pepita en 1870, Eduardo en 1871, Ricardo en 1873 y Alfredo en 1877. El hecho de convertirle en el «profesor más caro de Barcelona» denota un trato paternal, más que un encargo profesional, poniendo bajo su tutela jóvenes de su misma generación. 

 
 
Notas

1 Fue bautizado en la Iglesia Mayor de Cartagena. Registro de Nacimientos, Libro 2º de 1885, registro 36. Era hijo de Bartolomé Conde Medina, de Córdoba, y de Agustina Guillamó Manzanares, de La Mata (Orihuela). Consta en el Registro Civil de Girona un matrimonio en 1850 de Agustín Conde con Maria Dolores Guardiola, siendo él hijo de Bartolomé Conde y Agustina Guillamó. Podría ser un hermano de Francisco Conde Guillamó. Otro hermano, este confirmado, fue José Fulgencio, nacido en Cartagena el 25 de diciembre de 1807.

2 Conde Moragues, Luis. Grandes Almacenes El Siglo 1872-1953, Gráficas Trialba, Barcelona, segunda edición, 2014, ISBN 978-84-941058-0-7, p. 27.

3 El Boletín del Ejército, Año III, número 396, 10 de diciembre de 1845, p. 8.

4 Diario oficial de avisos de Madrid, Año CXLI, número 284, 12 de octubre de 1898, p. 1.

5 Conde Moragues, Luis. Grandes Almacenes El Siglo 1872-1953, Gráficas Trialba, Barcelona, segunda edición, 2014, ISBN 978-84-941058-0-7, p. 29.

6 Ramón Casimiro de Herrera y de Sancibrián, hijo de Manuel de Herrera y de Anselma de Sancibrián, nació el 3 de marzo de 1812 en Liencres, según su partida de bautismo. En el expediente militar consta como nacido el 12 de marzo de 1812 en “Mortera, provincia de Santander, Capitanía General de Castilla la Vieja”, hijo de Manuel y de Anselma. El apellido aparece claramente como Sancibrián en la inscripción, pero en algunos documentos se le menciona como San Cibrián o como San Cebrián. Falleció el 29 de junio de 1885 en La Habana, sin descendencia.

7 El Ministerio del Interior indica su creación en el reinado de Alfonso XII, el 20 de enero de 1876, no habiéndose producido con anterioridad la inscripción oficial del título. El nombramiento de 1876 no aparece tampoco en la Gaceta de Madrid. En el Museo de la ciudad de La Habana se expone un uniforme de Ramón Herrera. En el texto que acompaña al uniforme se indica que Herrera animó a sus tropas a pedir la pena de muerte para 8 estudiantes de Medicina que formaban parte de los sublevados, quienes serían fusilados en 1871.

8 En 1829 figuraba ya como dependiente de un comercio en La Habana.

9 En aquella época convivían barcos de hélices con los antiguos de ruedas de paletas.

10 Datos del expediente militar de Ramón de Herrera Sancibrián, Archivo General Militar de Segovia.

11 El libro de confirmaciones sacramentales de Requejo, celebradas en la Iglesia de Santueno, en su inscripción de los días 24 y 25 de agosto de 1821, da la lista de los hermanos Gómez del Olmo García: Manuel, Dionisio, Miguel, María y Teresa, hijos de Francisco Gómez del Olmo y de Antonio García del Barrio.

12 Registro de Defunciones de Barcelona, año 1868, número de registro 1478 del folio 370. Se indica el domicilio de Lauria, 61, primer piso, que no es el domicilio donde moriría su marido años más tarde. Como profesión se indica “Rentas”. Sus padres fueron José Saavedra, gallego, y Cecilia Ruiz, de las islas Canarias. Consta un viaje desde La Habana a Nueva York con llegada en mayo de 1868 en el que dos pasajeros se llaman D. Gómez y E. Conde, coincidiendo la edad del primero con la de Dionisio Gómez del Olmo. Este viaje, siendo posterior a la muerte en Barcelona de Josefa Saavedra, plantea dudas acerca de la identidad de ambas personas.

13 Registro de Defunciones de Barcelona, año 1873, número de registro 2677.

14 Según la tradición, Francisco de Asís estuvo en Barcelona en 1211, durmiendo en un hostal de peregrinos. La calle donde estaba aquel hostal se acabó llamando Dormitorio de San Francisco.

15 La Vanguardia, 7 de marzo de 1884, p. 4.

16 La Llumanera de Nova York, año III, número 16, agosto de 1876, p. 1.

17 La Gazeta de Madrid, año CCXVI, número 86, 27 de mayo de 1877, p. 842.

18 La Época, año XXX, número 9.344, 24 de junio de 1878, p. 3.

19 La Gazeta de Madrid, año CCXVII, número 308, 4 de noviembre de 1878, pp. 337-338.

20 La Vanguardia, 16 de septiembre de 1906, p. 1.

21 La Vanguardia, 2 de enero de 1913, p. 2.

22 La Vanguardia, 29 de marzo de 1913, pp. 6-7.

23 La única hermana de Granados, María de la Concepción Granados Campiña, se casó en Cuba con el militar Antonio Ibáñez Gonzalez-Sarabia antes del nacimiento del compositor leridano, permaneciendo en la isla hasta después del nacimiento de sus cuatro hijos: Antonio, Elvira, Concepción y Matilde. La familia se trasladó a vivir a Barcelona en 1881, a la Rambla de Cataluña, número 124.

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