Ópera y Teatro musical

El 'sublime femenino' en Bellini (8): Elvira de 'I Puritani'

Paco Bocanegra
viernes, 22 de diciembre de 2000
0,0004957 I Puritani, melodrama serio en tres actos o partes. Libretto de Carlo Pepoli, basado en el drama histórico Têtes rondes et cavaliers (1833) de Jacques-Arsène-Francois-Polycarpe d´Ancelot e Boniface-Xavier Saintine, inspirado en la novela Old Mortality de Walter Scott, traducido al italiano con el título I Puritani di Scozia.Primera representación: París, Théâtre Italien, 25 de enero de 1835. Intérpretes principales: Giovanni Battista Rubini (Arturo), Antonio Tamburini (Riccardo), Luigi Lablache (Giorgio), Giulia Grisi (Elvira), señora Amigo (Enrichetta).El destino romántico de BelliniLos últimos años de Bellini son también los de su éxito en Europa, pues sus óperas se representan exitosamente en las principales capitales: Viena, París, Londres... Es una vida llena de incidencias, que sitúa a Bellini en el centro de una espiral cada vez más vertiginosa. A su progresivo afianzamiento como 'el nuevo Rossini' del continente se suman acontecimientos de orden personal: la ruptura con Giuditta Turina, ahora oficialmente repudiada por su marido después de la sonada polémica con Romani, se consuma durante su estancia en la ciudad inglesa en 1833.La conquista de París se inicia ese mismo año, precedido por el clamor que Il Pirata, Norma, La Sonnambula e I Capuleti e i Montecchi habían producido en Londres, gracias en buena medida, a la presencia de la mítica soprano Maria Malibran. El ambiente musical parisino se hallaba dividido entre quienes adoraban su música, como Meyerbeer, o aquellos que desde una postura nacionalista y de tintes intelectuales la repudiaban, encabezados por Héctor Berlioz. La táctica de Bellini consistió desde el comienzo en un progresivo acercamiento a su compatriota G. Rossini, a la sazón residente en París y figura del máximo prestigio en Francia. Se introdujo también en la activa vida social de la metrópoli a través del círculo de la exiliada aristócrata italiana Cristina di Belgioioso, donde trabó relación con las principales personalidades de la cultura de entonces: V. Hugo, Chopin, De Musset, G. Sand, Liszt...Fue en este salón donde conoció al conde Carlo Pepoli, quien finalmente compondría el libretto de su próxima ópera. La búsqueda del tema fue laboriosa, hasta que Bellini se decidió por el drama histórico Têtes rondes et cavaliers, de J. A. F. Polycarpe d´Ancelot e Boniface-Xavier Saintine, inspirado en la novela Old Mortality de Walter Scott y traducido al italiano con el título I Puritani di Scozia en 1822. La elaboración del mismo fue muy accidentada, pues la sintonía del compositor con este nuevo colaborador distaba de la que le había unido a Felice Romani. Mientras tanto, las óperas de Bellini se representaban en París con mucha fortuna, lo que aumentaba la expectación por conocer su nueva obra.El estreno se produjo el 24 de enero de 1835 y fue un triunfo total que abría una nueva etapa en su carrera. I Puritani es su ópera más cuidada, compleja y ambiciosa. Son cualidades reflejadas en su riqueza armónica e instrumental, necesarias para dar soporte a un argumento de mayor complejidad respecto a libretti anteriores, caracterizado por la estrecha correlación entre los dos temas que dominan la ópera, uno de tono heroico-militar y el segundo lírico-sentimental. Por otra parte, y a pesar del viejo esquema de opera seria sobre la que se basa la estructura de la obra, es evidente el deseo de establecer un continuum musical frente a la vieja tradición de los números cerrados. A ello contribuyen los recitativos y ariosi de la ópera, equiparables a los de Norma, y al uso de temas que vienen anticipados en la introducción como en La Sonámbula.Un capítulo importante en la composición de estos Puritani es la versión que de la ópera realizara Bellini al mismo tiempo para el teatro San Carlo de Nápoles y que nunca llegaría representarse. Contiene diversas partes cortadas en las primeras funciones parisinas como Se il destino a te m'invola del trío del primer finale o la cabaletta del final de la ópera Sento, o mio bell'angelo. La protagonista en el teatro partenopeo habría sido de nuevo la española María Malibran, y, a pesar de que finalmente esta producción no saldría adelante, la personalidad de la diva ejerció alguna influencia sobre la versión de París, pues para ella se compusieron expresamente varios fragmentos, amén de la mencionada cabaletta, la polaca del primer acto Son vergin vezzosa o parte de la escena de la locura. Sin embargo, el dúo Giorgio/Riccardo del final del segundo acto se elaboró exclusivamente para París y determinó por su extensión la separación de la ópera en tres partes, al parecer por consejo de Rossini.Bellini, sin embargo, no viviría lo suficiente como para disfrutar de la nueva situación, pues muere el 23 de septiembre de ese año en circunstancias que nunca llegaron a aclararse. Durante sus últimos días se le mantuvo aislado de sus amigos en una villa de las afueras de París, perteneciente a una extraña pareja de apellido Levys. Al parecer estaban unidos por asuntos financieros con el compositor, cuya muerte les benefició al no tener que abonar deudas; tampoco contribuyó al esclarecimiento del asunto el hecho de que los Levys desaparecieran abandonando a Bellini cuando estaba agonizante. La autopsia realizada excluyó, no obstante, el envenenamiento, y vino a confirmar el precario estado de salud de Bellini, que sufría anomalías intestinales años antes de la muerte.Los funerales y las manifestaciones de duelo tanto en París como en Milán, Nápoles o Catania fueron impresionantes. Enterrados con gran pompa en el cementerio parisino de Père Lachaise, sus restos se trasladaron años después a Catania. Con su muerte prematura, Bellini cumplía uno de los ritos de las figuras románticas de su tiempo y se unía en el selecto grupo de genios desaparecidos en plena juventud, como Pergolesi, Mozart o Schubert.La tramaActo I.Escocia, siglo XVII. Castillo en los alrededores de Plymouth, cuyo señor es Lord Valton, del bando puritano. Sir Ricardo Forth cuenta a su confidente Bruno cómo se siente despechado por la inminente boda de la hija de Valton, Elvira, con Lord ArturoTalbot, seguidor de los estuardos.Habitaciones de Elvira en el castillo. Esta cuenta a su tío, Sir Giorgio, su predilección por Arturo antes que por ningún otro. El anciano le relata cómo gracias a su intercesión su padre ha consentido en esposarla con Arturo, a lo que esta responde con una explosión de alegría (dúo: Sai com´arde in petto mio... Sorgea la notte folta).Salón de armas del castillo. Arturo ofrece regalos a Elvira, entre ellos un hermoso velo blanco. Se dispone a partir para Londres para trasladar a una prisionera, supuesta espía de los estuardos, cuando reconoce en ella a Enriqueta de Francia, viuda del rey Carlos I, y le promete salvarla ocultándola bajo el velo de Elvira, pues la joven, inocentemente, le ha pedido que se lo pruebe para ver cómo le sienta (cavatina y cuarteto: Ah, si, son vergin vezzosa). En la fuga tiene una disputa con Ricardo, que los deja huir con la esperanza de que Arturo quede desprestigiado ante todos. Elvira, creyéndose traicionada, enloquece (solo y concertante: Oh! Vieni al tempio).Acto II.Giorgio Valton narra el triste estado de su sobrina en presencia de Riccardo. Aparece ésta, que, en su locura, expresa su dolor (escena, aria y cabaletta: Rendetemi la speme... Qui la voce sua soave... Vien, diletto). Conmovidos, ambos juran salvar a Arturo -condenado ya por el Parlamento- por amor a la muchacha, siempre que aparezca desarmado.Acto III.Arturo regresa en secreto para volver con Elvira, en medio de una tormenta. Escucha en la lejanía el canto desconsolado de su prometida. Cuando se acerca a ella, la joven lo reconoce, aunque desvaría, y, asustada, llama la atención de los guardias (dúo: Finì... mi lassa!... Sei pur tu?... Nel mirarti un solo istante... Vieni, vieni fra questa braccia). Ricardo arresta a Arturo, que intenta explicar lo sucedido, pero los soldados se disponen a ejecutarlo. Llega entonces providencialmente la noticia de la definitiva derrota de los estuardos y del perdón para todos ellos, a lo que Elvira responde recobrando la razón, provocando la alegría de todos ante el feliz desenlace y la unión de los enamorados (solo y concertante: Ah! Sento o mio bell'angelo)Un final feliz para ElviraEl rol de Elvira es vocalmente complejo, pues su aparente simplicidad esconde un buen número de matices que responden a su proceso de gestación. Al igual que en otras ocasiones, Bellini trabajó pensando en los cantantes disponibles. En un principio se contaba con Maria Malibran, como la Pasta, una soprano con un registro grave propio de una mezzo, que influyó decisivamente en números como Ah, si, son vergin vezzosa, Ah! Sento o mio bell'angelo o la propia escena de la locura. Para ella se concibió el papel de la muchacha angelical, probable hermana de Amina de La Sonámbula. Pero como finalmente Elvira sería Giulia Grisi -hermana de Giuditta Grisi, primera Giulietta-, se hizo énfasis en una escritura que se adaptara mejor a sus medios, con mayor permanencia en el registro superior y abundancia de agilidades.La joven se nos presenta en el dúo con bajo del primer acto Sai com´arde in petto mio... Sorgea la notte folta como una muchacha cándida, pero segura de sus deseos, y de una fragilidad inquietante inmersa como está en un contexto donde dominan las intrigas políticas, los celos y la ambición. Su vivaz intervención Ah, si, son vergin vezzosa, de una difícil coloratura, se produce en el momento trascendental en el que su prometido se dispone a huir para salvar a la prisionera Enrichetta, en un golpe escénico de gran efecto. En ella enseña en su ignorancia su velo nupcial a la mujer que será origen de sus desdichas. Añade de este modo a su carácter aparentemente plácido una dosis de malicia y sensualidad, mostrando igualmente su inestabilidad que, en la escena siguiente, desemboca en la pérdida de la razón. Un ejemplo de la capacidad de Bellini de crear, aun con los argumentos más débiles, un mecanismo teatral eficaz y de gran belleza, como ocurre en estos Puritani.La parte primordial de toda la ópera es la escena de la locura, en la que toda la intimidad de Elvira aflora en el sueño de su mente enajenada. El canto vocalizado implica aquí, como en la escena análoga de Lucia di Lammermoor, una carga dramática muy precisa, que envuelve a la heroína en una delicada aura de evasión a un mundo abstracto en el que los sentimientos se muestran sin el velo alguno. La primera y segunda partes Qui la voce sua soave... Ah! tu sorridi, de tono elegiaco o festivo, son una rememoración de sus días felices junto a Arturo, entrelazados con temas expuestos ya en la introducción, recurso frecuentemente empleado en estas escenas del melodrama italiano. Después viene la cabaletta Vien diletto, è in ciel la luna en el que se profundiza, si cabe, en la sensación de una Elvira alucinada, con la sucesión de grupos de agilidades descendentes, pero en una progresión ascendente, del final de la misma.En el tercer acto se produce el final feliz gracias al retorno de Arturo y la amnistía para los estuardos, después del conmovedor dúo Finì... mi lassa!... Sei pur tu?... Nel mirarti un solo istante... Vieni, vieni fra questa braccia a los que después se añade el coro de los soldados. Los acontecimientos se precipitan de modo bastante brusco en el final de la ópera, lo que hace especialmente agradable la inclusión de la brillante cabaletta conclusiva compuesta para Maria Malibran.Un personaje, en definitiva, que cierra el ciclo de las heroínas de Bellini, mas no por ello se convierte en un referente paradigmático que habría que buscar, preferentemente, en el espectro comprendido entre los polos que representan Norma y Amina. Surge inevitablemente la pregunta vana de cuál podría haber sido la trayectoria de Bellini y la evolución de sus óperas. Es un terreno, en cualquier caso, abierto a la mera especulación, y sobre el mismo nada puede añadir Elvira, pues con ella su creador se despide con iguales dosis de renovación y exacerbación de su particular estilo.Discografía1952 M. Callas, G. Di Stefano, P. Campolonghi, Silva; coro y orquesta del Teatro de las Bellas Artes, director G. Picco. MELODRAM, SAKKARIS y DiVa (grabación en vivo, Méjico)1953 M. Callas, G. Di Stefano, R. Panerai, N. Rossi-Lemeni; coro y orquesta del Teatro alla Scala, director T. Serafin. EMII Puritani es una ópera que está justamente asociada a la leyenda de María Callas, ya que su definitivo lanzamiento se confirmó, precisamente, unas célebres funciones en que asumió el papel de Elvira. Fue en el Teatro La Fenice de Venecia en 1949, sustituyendo a una indispuesta Margherita Carosio y mientras alternaba el papel con... Brunilda de La Walkiria. Una proeza que hizo gritar al milagro y la consagró de la noche al día.Las dos grabaciones disponibles de su Elvira la captan en su mejor momento vocal. En ellas Callas marca un hito histórico en la recuperación de la vocalidad belcantista que señalaría el camino a sus sucesoras. Por la dirección pedestre, la calidad del sonido y un reparto donde sólo brilla Di Stefano es más aconsejable la versión de estudio que la mejicana. En realidad, no es sólo aconsejable sino además imprescindible, pues en ella se puede gozar de la más completa Elvira de la cual se guarda testimonio: ¿dónde puede escucharse una escena de la locura en la que la perfección del canto y una delicada expresión dramática formen un bloque tan indisoluble y afortunado? Lástima que, como ocurriera en otras ocasiones, sus compañeros no siempre estuvieran a semejante altura, a pesar de formar un reparto digno en el que Di Stefano salva el terrible papel de Arturo. La dirección de Serafin tampoco resulta muy brillante, por no entrar el penoso corte de la cabaletta conclusiva de la protagonista Ah! Sento, o mio bell´angelo, que, sin embargo, sí incluiría años después para J. Sutherland en Palermo.1961 J. Sutherland, G. Raimondi, F. Mazzoli, M. Zanasi; coro y orquesta del Teatro Massimo de Palermo, director T. Serafin. OPERA (grabación en vivo, Palermo)1974 J. Sutherland, L. Pavarotti, N. Ghiaurov, P. Cappuccilli; coro del Covent Garden y Orquesta Sinfónica de Londres, director R. Bonynge. DECCAComo ya ocurriera en La Sonámbula, Joan Sutherland supone otro referente indispensable para la Elvira de I Puritani. Sus medios le permiten plasmar a la infortunada muchacha con una línea de canto mórbida, que se expande con perfecta fluidez en los amplios arcos melódicos de la escena de la locura. La insistencia en la ingenuidad y una melancolía casi omnipresente se consigue gracias a un colorido evanescente muy adecuado a las ensoñaciones de su mente turbada, favorecida además por ciertas particularidades del timbre de la australiana. Una clave de interpretación elemental, pero suficiente, compensada como está por una perfección canora que completa un resultado magnífico para la otra gran Elvira de nuestra época.Por lo demás, tuvo la fortuna de contar en el disco de DECCA con las excelentes réplicas de Pavarotti, Ghiaurov y Cappuccilli, amén de la dirección de R. Bonynge, que por primera vez no realizó cortes en la partitura. En cuanto a la grabación en vivo de una joven Sutherland de 1961, si no tan redonda, merece conocerse por los excepcionales momentos de la soprano, con unos agudos estratosféricos al tiempo que consistentes, y por los apuros del siempre sensible G. Raimondi como Arturo.1979 M. Caballé, A. Kraus, M. Manuguerra, A. Ferrin; Ambrosian Opera Chorus y Orquesta Filarmónica de Londres, director R. Muti. EMI1996 E. Gruberova, E. Kim, J. Lavender, F. Ellero d´Artegna, D. Siegle; Coro de la Radio de Baviera y orquesta Sinfónica de la Radio de Munich, director F. Luisi. NIGHTINGALEOtras referencias1978 M. Freni, L. Pavarotti, S. Bruscantini, B. Giaiotti; coro y orquesta de la RAI de Roma, director R. Muti. OPERA D´ORO (grabación en vivo, Roma)1986 K. Ricciarielli, C. Merrit, R. Scandiuzzi, Carmona; coro del Teatro Petruzzelli de Bari y Orquesta Sinfónica de Sicilia, director G. Ferro. CETRA (grabación en vivo, Bari)1989 M. Devia, W. Matteuzzi, T. Robertson, Washington; coro y orquesta del Teatro Massimo 'Bellini' de Catania, director R. Bonynge. NUOVA ERA (grabación en vivo, Catania)
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