España - Cantabria

Festival de Santander

El piano cantante de la Pires

José Amador Morales
jueves, 12 de septiembre de 2019
Maria João Pires © Felix Broede / DG Maria João Pires © Felix Broede / DG
Santander, lunes, 26 de agosto de 2019. Palacio de Festivales de Cantabria. Maria Joao Pires, piano. Ludwig van Beethoven:  Sonata nº 8 en Do menor op.13 “Patética”. Robert Schumann: Arabesque, op. 18; Escenas de niños op. 15. Ludwig van Beethoven: Sonata para piano nº 32 op. 111. Festival Internacional de Santander 2019
0,0001212

 

 

 

 

José Amador Morales


. 26 de Agosto de 2019.

             El Festival Internacional de Santander ha sido uno de los privilegiados escenarios en los que ha recalado Maria Joao Pires en lo que está siendo la supuesta gira de despedida de una carrera tan extensa en lo temporal (su primer concierto público tuvo lugar con siete años) y de profundo calado artístico. Así también pareció entenderlo el público que abarrotó el Palacio de Festivales de Cantabria, en un ambiente de gran expectación perceptible en los minutos previos al comienzo del recital y, si se nos permite la expresión, casi de embeleso durante el mismo.

            No en vano, es el impacto lógico que provoca el hermoso sonido que la pianista portuguesa obtiene de su instrumento. Un sonido nada casual, trabajado, de gran presencia y ligero a un tiempo, pero sobre todo bellísimo que pudimos apreciar desde los primeros compases de la Patética de Beethoven. También ahí apareció ya otra de las legendarias destrezas de Maria Joao Pires, esto es, su impresionante capacidad para hacer cantar al piano. En este sentido, la reexposición del segundo tema del primer movimiento beethoveniano así como el rondó final fueron deliciosos entrantes de unas Escenas de niños de Schumann realmente inolvidables en donde los mencionados aciertos del color y sentido de lo cantable se fusionaron con una creatividad interpretativa admirable.

            Creatividad que, ya a la vuelta del descanso, Pires volvió a transmitir en una reflexiva Sonata nº32 de Beethoven que, con una naturalidad apabullante, fue desgranando y despojando de espurias densidades, haciendo más comprensible que nunca el alcance casi revolucionario que el genio de Bonn alcanzó en su última sonata pianística.

Comentarios
Para escribir un comentario debes identificarte o registrarte.