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Recuperada la música de Enrique Escudé Cofiner

Redacción
martes, 4 de febrero de 2020
Enrique Escudé Cofiner © 2019 by Isabel Escudé Cofiner Enrique Escudé Cofiner © 2019 by Isabel Escudé Cofiner
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Enrique Escudé Cofiner (1909-1996) fue un músico de gran éxito en los años 50 y 60. Canciones suyas como Me gusta mi novia o La Portuguesa eran tarareadas por todos y versionadas en varios idiomas, las revistas musicales que componía eran muy populares y él recorría medio mundo, de Suiza a El Cairo, con la banda ”Cofiner y sus chicos”. Lo que pocos conocían es que, al lado a ese exitoso compositor de música ligera, coexistía otro Enrique E. Cofiner con inquietudes musicales diferentes, el que había ya estrenado en Barcelona en 1937 su Oda Sinfónica dedicada a García Lorca, a los pocos meses de la muerte del poeta, elogiada por críticos como Rafael Moragas y que seguía componiendo otras obras, para piano u orquesta, que eran guardadas en los altillos de la casa. 

De ahí las rescató, tras su muerte, su hija Isabel, creando con algunas de ellas el CD Embrujo, donde se incluyen piezas como Estampas Gitanas (Rondó Gitano, Embrujo, Sierra Morena y Nocturno), Improvisación, Juliol, Intermezzo I y II, Poncho, Images d’Espagne o Pasión Tango, que  muestran la faceta menos conocida de este compositor.

Nacido en El Raval de Barcelona, Enrique Escudé Cofiner comenzó sus estudios musicales en la Escolanía de Santa María del Pi y a los 14 años ya tocaba el órgano en oficios religiosos, el piano en salas de cine mudo y se iniciaba en la composición. Posteriormente cursaría estudios de grado superior en la Escuela Municipal de Música de Barcelona, donde estudió armonía, contrapunto y fuga con Enric Morera y Jaume Pahissa y composición, instrumentación y orquestación con Francescs Montserrat  Ayarbe y comenzó a estrenar obras como La Pastoreta y Juliol y a dirigir la Banda Municipal de Barcelona. Fueron los años en los que compuso la Oda Sinfónica, Estampa Gitana nº 1, origen de las más ambiciosas Estampas gitanas. Tras la Guerra Civil se instaló en Madrid y se convirtió en el autor de la música de una veintena de revistas musicales, como Secreto de Estadio, estrenada en el Teatro de la Zarzuela y que rebasó las 200 representaciones, canciones de éxito e incluso alguna banda sonora para el cine.

”Para la grabación de Embrujo he tenido la suerte de contar con el gran pianista Carles Marigó, quien desde el primer momento ha entendido esta música, se ha interesado en el proyecto y lo ha hecho suyo. Este disco es el encuentro de dos músicos en un lugar fuera del tiempo. Autor e intérprete, intérprete y autor… Hay belleza en este juego de espejos”, señala Isabel Escudé, hija del compositor e impulsora del proyecto.

Carles Marigó, formado en la Escuela Superior de Música de Catalunya y en el Conservatorio Estatal Chaicovsqui de Mocú, ha dirigido y creado proyectos de música experimental, clásica, antigua, jazz, funky, música tradicional, teatro y danza, sin perder nunca la esencia como intérprete, creador e improvisador Actualmente compagina su faceta como concertista con la de profesor de improvisación en el Conservatori Superior de Música del Liceu y en la Escola Superior de Música de Catalunya. 

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