Con una temporada de cuatro títulos al año, es ciertamente complicado contentar a todo tipo de aficionado a la ópera en una sola temporada, por lo que siembre habrá voces que reclamarán un cierto repertorio infrecuente.
Dicho esto, si bien es cierto que, si de títulos del siglo XX no se ha podido lamentar el público del Maestranza en estos últimos años, el repertorio anterior al siglo XIX, e incluso el de las primeras décadas de este, ha sido el más descuidado por los programadores desde el comienzo de las temporadas estables del teatro. Así, es siempre motivo de alegría que aparezca la ópera barroca escenificada, que desde la deliciosa Partenope de 2010 no se disfrutaba en toda su dimensión en el escenario grande del teatro sevillano.
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