Discos

Férrea Escuela de Viena

Paco Yáñez
lunes, 23 de marzo de 2020
Arnold Schönberg: Pelleas und Melisande; Kammersymphonie Nº1 opus 9; A Survivor from Warsaw opus 46; Moderner Psalm opus 50c; Verklärte Nacht opus 4; Begleitungsmusik zu einer Lichtspielscene opus 34; Gurrelieder; Die glückliche Hand opus 18; Fünf Orchesterstücke opus 16; Cuarteto de cuerda Nº2 en fa sostenido menor opus 10; Variationen für Orchester opus 31; Violinkonzert opus 36; Die Jakobsleiter; Kammersymphonie Nº2 opus 38; Kol Nidre opus 39; Klavierkonzert opus 42; Thema und Variationen opus 43b; arreglos de obras de Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Händel y Johann Strauß. Alban Berg: Sieben frühe Lieder; 3 Orchesterstücke opus 6; Kammerkonzert; Der Wein; Sinfonische Stücke aus "Lulu"; Violinkonzert "Zum Andenken eines Engels". Anton Webern: Im Sommerwind; Passacaglia opus 1; Sechs Stücke für Orchester opus 6; Zehn Stücke für Orchester opus 10; Konzert opus 24; Das Augenlicht opus 26; Erste Kantate opus 29; Variationen für Orchester opus 30; Fuga (Ricercata) a 6 voci. James Johnson, Günter Reich y Andreas Schmidt, narradores. Laura Aikin, Melanie Diener, Christiane Oelze, Christine Schäfer y Slavka Taskova, sopranos. Yvonne Naef, mezzosoprano. Thomas Harper, Guy Renard, Gerhard Siegel, Robert Dean Smith y Glenn Winslade, tenores. John Bröcheler, James Johnson y Hanno Müller-Brachmann, barítonos. Ralf Lukas y Günter Reich, bajos. Severino Gazzelloni, flauta. Willy Tautenhahn, clarinete. Christian Ferras, Rudolf Kolisch, Saschko Gawriloff, Wolfgang Marschner, violines. Konrad Lechner, violonchelo. Christoph Eschenbach, Michael Gielen y Claude Helffer, pianos. Anton-Webern-Chor Freiburg. Chor des Bayerischen Rundfunks. MDR Rundfunkchor Leipzig. Rundfunkchor Berlin. SWR Vokalensemble. Radio-Sinfonie-Orchester Frankfurt. Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. SWR Sinfonieorchester Baden-Baden und Freiburg. Michael Gielen, director. Sören Meyer-Eller y Hans-Jörg Müllender, productores ejecutivos. Anton Enders, Ute Hesse, Detlev Kittler, Norbert Klövekorn, Henno Quasthoff, Wolfgang Rein, Frank Richter, Frank Schenold, Josef Schütz, Susanne Vogt, Norbert Vossen y Frank Wild, ingenieros de sonido. 12 CDs ADD/DDD de 757:09 minutos de duración grabados en Baden-Baden, Darmstadt, Fráncfort del Meno, Friburgo, Loffenau, Mannheim, Münster, Stuttgart (Alemania) y Viena (Austria), de 1954 a 2013. SWR Music SWR19063CD
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El 8 de marzo de 2019 fallecía, a los 91 años de edad, el compositor y director austriaco de origen alemán Michael Gielen (Dresde, 1927 - Mondsee, 2019), una de las figuras más importantes en la difusión de la creación musical contemporánea, y director al que el sello discográfico de la radio alemana SWR dedica una importante serie, la Michael Gielen Edition, cuyos últimos lanzamientos ya han sido reseñados en las páginas de mundoclasico.com. Transcurrido, así pues, un año desde la muerte de Michael Gielen, regresamos hoy a esta serie para conocer su octavo volumen, cuyos doce compactos se dedican íntegramente a la Segunda Escuela de Viena: para Michael Gielen, base de las conquistas estéticas logradas en la segunda posguerra, periodo cuya avantgarde enraizó en lo ya avanzado en la primera mitad de la pasada centuria por Arnold Schönberg (Viena, 1874-1951), Alban Berg (Viena, 1885-1935) y Anton Webern (Viena, 1883 - Mittersill, 1945), autores que, por este orden, capitalizan un octavo volumen de la Michael Gielen Edition que diría, a tan sólo dos lanzamientos para que esta serie concluya (volúmenes que serán dedicados a música contemporánea y a Beethoven), el más recomendable de cuantos la SWR ha publicado hasta ahora. 

Comenzamos nuestra incursión en la Segunda Escuela de Viena, precisamente, por su fundador, por un Arnold Schönberg del cual la primera partitura que escuchamos es Verklärte Nacht opus 4 (1899); aquí, en la versión para orquesta de cuerda del año 1917. Se trata de una toma en estudio, registrada en junio de 2008, caracterizada por su lentitud (34:21 minutos) y ecos wagnerianos, así como por su incansable voluntad de individualizar las cuerdas de la SWR Sinfonieorchester Baden-Baden und Freiburg; de ahí, que Gielen hubiese optado por la revisión de 1943, caracterizada por rescatar el balance del sexteto original, claramente audible en una SWR de un lirismo fin de siècle muy acusado, lo que se traduce en cierta languidez y en un halo todavía romántico que ya en el opus 5 Gielen abandona en pos de un Schönberg más moderno. No estamos, por tanto, ante lecturas tan articuladas y contrastantes como las de Pierre Boulez, ya el sexteto, ya la maravillosa grabación de 1973 con Nueva York en la versión orquestal (Sony SMK 48464): en mi opinión, la más completa muestra fonográfica del opus 4. Ésta que hoy reseñamos sorprende por su serenidad, amplitud en el fraseo y aceptación del destino en las voces de los protagonistas del poema de Richard Dehmel, aunque se le podría pedir más de tensión y modernidad; resultando, por tratarse de Michael Gielen, una versión sorprendente debido a su aplomo, pausa y elongación en los temas. 

De Pelleas und Melisande opus 5 (1902-03) se presentan en este cofre dos versiones: la primera de ellas, con Gielen al frente de la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR, en grabación en vivo del 13 de abril de 1973; la segunda, dirigiendo a la SWR Sinfonieorchester, en toma igualmente en directo del 22 de diciembre de 1996. Para Gielen, Pelleas und Melisande era la pieza que ejemplificaba el cambio de siglo, con el fin de la armonía tonal, no sólo por cómo los colores instrumentales se asocian en la dramaturgia orquestal a los personajes de Maeterlinck, sino por cómo Schönberg utiliza la orquesta, apoyándose para crear densidad y violencia, respectivamente, en cuerdas y metales, dando forma a lo que Gielen denominaba «pensamiento constructivo» del vienés en su etapa tardía. La lectura del año 1973 es más aristada, violenta y oscura, de una teatralidad pocas veces escuchada con este vigor. Es un Pelleas nocturnal, de una densidad muy destacable, articulado en un pensamiento camerístico de lo orquestal típico del último Schönberg, por lo que manda el bisturí, así como el realce de cada atril y la colisión de los bloques de color en la orquesta, regalándonos (gran acierto de la SWR, el incluir esta grabación en vivo) una lectura netamente germánica que se vive con total emoción en sus 44 minutos. Mientras, la de 1996 es más impresionista y esfumada: la orquesta está más orgánicamente integrada, y aunque los solistas y las secciones de la SWR Sinfonieorchester me parecen de mayor calidad (y compenetración con Gielen) que los de Stuttgart, el conjunto suena más lírico y afín a otro compositor que puso música a la pieza teatral de Maeterlinck, como Claude Debussy. Así pues, dos Pelleas und Melisande de muy distinta factura, entre lo virulento y germánico del analógico, y lo esfumado y afrancesado del digital: ambas, versiones muy disfrutables, entre lo mejor de la discografía de este opus 5. 

Al igual que ocurre con Pelleas und Melisande, de la Kammersymphonie Nº1 opus 9 (1906) se incluyen dos versiones, aunque respondan a partituras diferentes, pues la primera se basa en la original del propio Schönberg; mientras que la segunda es la transcripción realizada para quinteto por Anton Webern en 1926. Empezamos, por tanto, con la edición original del año 1906, en un registro en estudio de octubre de 1974 con Gielen al frente de la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. Se trata de una lectura punzante y especialmente camerística, de timbres oscuros y desasosegantes, con un carácter más expresionista que la fabulosa versión (veintiún años posterior) del propio Gielen para la Philips (446 683-2); allí, al frente de la SWF Sinfonieorchester Baden-Baden. Si la versión digital es más compacta y redonda, ésta de 1974 no es tan perfecta en su gran forma, pero nos regala incontables detalles de poderío y un estilo aristado muy de los años setenta que se agradece por su ferocidad (en línea con el no menos acerado y violento Moses und Aron (1923-37) que Gielen grabara para la Philips (438 667-2), también en 1974). Mientras, en la transcripción weberniana para quinteto escuchamos la Kammersymphonie Nº1 en manos de Michael Gielen, piano; Rudolf Kolisch, violín; Severino Gazzelloni, flauta; Willy Tautenhahn, clarinete; y Konrad Lechner, violonchelo, en un registro monoaural del 24 de agosto de 1954 cuyo sonido deja que desear, así como no alcanza la perfección de las dos versiones con orquesta de cámara dirigidas por Gielen en 1974 y 1995. Cierto es que destaca en este quinteto, precisamente, el director austríaco por su contundencia desde el piano y por su concepción tan orquestal del mismo, asentando y lanzando tal magnitud (aquí comprimida) desde su instrumento. En todo caso, documento muy valioso, en el que escuchamos a Michael Gielen de la mano de músicos una generación mayor, con los cuales se reúne para efectuar un relevo llamado a conocer en Gielen a uno de los líderes de la interpretación schönberguiana en décadas sucesivas. 

En una selección mayormente orquestal como la de este octavo volumen, resulta una curiosidad la presencia de una partitura como el Cuarteto de cuerda Nº2 en fa sostenido menor opus 10 (1907-08), que aquí escuchamos en su arreglo para orquesta de cuerda del año 1929, versión que Gielen programaba en temporadas sinfónicas, conocedor del mayor público que se reunía en tales conciertos frente a los camerísticos. Vuelve a sorprender cómo en esta grabación en vivo de noviembre de 1975 al frente de la Radio-Sinfonie-Orchester Frankfurt, con Slavka Taskova como soprano, Gielen se esfuerza por mostrar en el opus 10 los rastros del siglo XIX, así como su sentido del humor en el segundo movimiento, más mordiente, en vez de acusar los escalones hacia la atonalidad en pos del «aire de otros planetas» (siguiendo el texto de Stefan George aquí utilizado) que este cuarteto avanza. Si queremos versiones de tal índole, habrá que irse a las más incisivas, armónicamente modernas y progresivas de los cuartetos LaSalle (Deutsche Grammophon 419 994-2) y Arditti (Montaigne MO 782024). 

La modernidad de las Fünf Orchesterstücke opus 16 (1909) es irrebatible, agudizándola Gielen en vivo, el 9 de abril de 2005, al frente de la SWR Sinfonieorchester por medio de una versión especialmente lenta, con sus casi veinte minutos de duración: demora que hace de su batuta un bisturí para diseccionar cada plano, realce dinámico y detalle en tan compleja y abigarrada partitura. Es por ello que se trata de una de las versiones más transparentes y serenas de la discografía; en especial, en los movimientos lentos, con un 'Farben' esplendoroso por su ondulante manejo del color y sus vaivenes cromáticos. Mientras, a los movimientos más impulsivos les falta algo del mordiente y la agresividad que mostraban las versiones de finales del siglo pasado; aunque esa contención no deja de ir en favor de la nitidez y de la claridad, por lo que se trata de una lectura para conocer mejor la propia obra. 

Con Melanie Diener, Yvonne Naef, Robert Dean Smith, Gerhard Siegel y Ralf Lukas como solistas; Andreas Schmidt, como narrador; el Chor des Bayerischen Rundfunks; el MDR Rundfunkchor Leipzig; y la SWR Sinfonieorchester, Gielen registró en estudio, en octubre de 2006, una de las versiones más demoradas de los monumentales Gurrelieder (1900-11), con sus 121:56 minutos de duración, frente a los 100:54 de la ejemplar lectura de Riccardo Chailly para la Decca (430 321-2), o los 115:50 de Pierre Boulez en Sony (SM2K 48459), interpretación que ya sorprendía por su aplomo y sus ecos wagnerianos. Estos reaparecen en una lectura de Gielen en la que lo orquestal adquiere un gran protagonismo, mientras que las voces no logran tanto empaque como en la grabación de Riccardo Chailly, con cantantes referenciales en sus papeles como Siegfried Jerusalem o Hans Hotter. El elenco vocal aquí es más comedido, quedando la versión, en su conjunto, en el terreno de la notabilidad, sin alcanzar las que tengo como podio discográfico para los Gurrelieder: las antes mencionadas, junto con la de Giuseppe Sinopoli para la Teldec (4509-98424-2). 

Mientras, la versión aquí recogida de Die glückliche Hand opus 18 (1913) sí la calificaría de referencial. Registrada en estudio en agosto de 1996, la batuta de Gielen es más enfática y muestra aún la energía de su Moses und Aron para integrar plenamente a solista, John Bröcheler; coro, Rundfunkchor Berlin; y orquesta, la SWR Sinfonieorchester. Es una versión repleta de detalles y energía, más enfática que la de un Pierre Boulez que en 1976, con los músicos de la BBC (Sony SMK 48464), se lo tomaba con mayor distancia y ciertos ecos impresionistas. Gielen apuesta por el expresionismo, así como por mostrar el carácter de página de transición de este oratorio en el catálogo de Arnold Schönberg, sin por ello perder personalidad ni una enorme expresividad y poderío (escúchese el tercer cuadro, que en esta versión prácticamente anticipa a la inacabada ópera schönberguiana). Gran lectura de Die glückliche Hand, por tanto, entre lo mejor de este octavo volumen. 

Durante los mismos días en que se grabó Die glückliche Hand, se registró en Friburgo Die Jakobsleiter (1917-22), igualmente con el Rundfunkchor Berlin y la SWR Sinfonieorchester. Volvemos a estar ante un acercamiento más próximo a la ópera que al oratorio; por momentos, con dejes netamente wozzeckianos, como escuchamos en 'Herr, verzeih meine Überhebung'. La dirección es marcadamente expresionista, haciendo patente su filiación estilística con el Schönberg que comenzó Die Jakobsleiter en el año 1917 (escuchamos aquí la edición de la partitura a cargo de Winfried Zillig). Como en Die glückliche Hand, estupenda está la SWR Sinfonieorchester, así como el coro berlinés, ya sea en lo más espiritual, ya en lo más asertivamente religioso, acusando Gielen especialmente los súbitos y violentos contrastes entre lo personal y lo colectivo, cual si no comprendiera al Schönberg de la segunda década del siglo XX con las filiaciones hebraicas que se agudizarían al final de su vida tras el Holocausto. Aquí, la individualización es todavía mayor: no se da la integración colectiva que escucharemos en el coral del opus 46; cargándose, asimismo, la lectura de sensualidad cuando es preciso, destacando en esa unión con lo espiritual en lo místico los pasajes para voz en los que participa la soprano Laura Aikin, portentosa. También John Bröcheler, como Gabriel, lo borda, adentrándose en el laberinto orquestal marcadamente camerístico en que Gielen convierte a la SWR. Junto con la de Kent Nagano (Harmonia Mundi HMC 801821), versión de referencia. 

Registradas en vivo el 17 de abril de 2005, las Variationen für Orchester opus 31 (1926-28) ofrecen un contraste muy acusado entre las secciones lentas y las rápidas, siendo estas últimas formidables por su precisión rítmica y energía; especialmente, la tercera, la quinta y una octava con ecos, nuevamente, de Moses und Aron. Michael Gielen no carga tanto las tintas en lo analítico, como Boulez en 1976 con la BBC Symphony Orchestra (Sony SMK 48464), lo cual no quiere decir que su versión carezca de detalles, aunque con más sangre y expresividad que la más metálica lectura del francés (en todo caso, en conjunto sigo teniendo a la de Boulez con la BBC como referencia para este opus 31, con Gielen como una estupenda segunda opción). 

Igualmente, para Begleitungsmusik zu einer Lichtspielscene opus 34 (1929-30) me iría a la lectura de Boulez con la BBC Symphony Orchestra (Sony SMK 48462); en este caso, con mayor preferencia para el francés. Gielen no resulta tan transparente y preciso en esta toma en vivo efectuada el 8 de noviembre de 1998 con una SWR Sinfonieorchester que, como en el opus 31, gana bastante en las grabaciones en estudio. Aunque se trata de una versión notable (rara vez Gielen en esta edición baja de este nivel), carece del mecanismo y de la cantidad de matices que muestra la BBC en Sony, donde Boulez confiere verdadero empaque a una partitura, allí, de gran interés. 

La versión del Violinkonzert opus 36 (1934-36) aquí recogida (que aparece en compacto por primera vez) procede de tomas efectuadas en estudio en Loffenau, en 1957, siendo, por tanto, monoaurales y de una calidad técnica bastante inferior a lo habitual en esta edición, si bien se deja escuchar bastante bien. Con Wolfgang Marschner como solista, y pese a tan temprana fecha (Gielen no había cumplido aún los 30 años), resulta revelador comprobar cómo el estilo que habría de caracterizar al director en su madurez se apunta ya en 1957, con una lectura poderosa, vehemente y que enfatiza los aspectos polifónicos y camerísticos del concierto, sin conceder a Marschner el protagonismo que podría sugerir el enorme virtuosismo de la partitura, por lo que su presencia se diluye en el conjunto de la SWR Sinfonieorchester. Es una lectura que, por su agresividad y firmeza, apunta a la dirigida por Esa-Pekka Salonen con Hilary Hahn al violín y la Swedish Radio Symphony Orchestra (Deutsche Grammophon 477 7346), impactante versión que tengo como referencia para este Violinkonzert (y con diferencia). 

La Kammersymphonie Nº2 opus 38 (1906-08, rev. 1939) es otra de las especialidades gielenianas, y aquí se vuelve a demostrar, con una lectura en vivo del 14 de noviembre de 1993 al frente de la SWR Sinfonieorchester que nada tiene que envidiar a la que tengo como referencia discográfica para este opus 38: la registrada por el propio Gielen en 1995 con la misma orquesta para la Philips (446 683-2). El director austriaco comprendía que Schönberg no hubiese llegado a completar el tercer movimiento de la obra, pues consideraba que el material se había agotado en el 'Con fuoco', algo que podríamos compartir por cómo aquí lo apura una SWR plena de detalles y contraste, con unos solistas estupendos, ya en lo más luminoso del primer movimiento, ya en los asomos trágicos de los metales con sordina en el segundo, que en esta toma llegan a ser acongojantes. De este modo, la Kammersymphonie Nº2 acaba constituyendo un viaje desde la luz a la oscuridad, con un final tenebroso que nos deja un sensacional sabor de boca. Junto con la lectura del propio Gielen para la Philips, versión referencial. 

También lo es la lectura en vivo, registrada en Friburgo el 23 de noviembre de 1995, de Kol Nidre opus 39 (1938), con James Johnson como recitador, el Rundfunkchor Berlin y la SWR Sinfonieorchester. A pesar de la profesión de fe hebraica de la partitura, Gielen no deja de acusar la fortísima impronta germánica que la música de Schönberg destila; especialmente, en su introducción orquestal, tan articulada en el trémolo de las cuerdas y en el flatterzunge de los vientos, dibujando un camino tenso, muy direccional y moderno hacia la entrada del recitador (donde Boulez, en su registro de 1984 con la BBC (Sony S2K 44571), se muestra más liviano -aunque deja apuntes instrumentales excepcionales-). El gran sentido de construcción que afianza Gielen en su lectura se va transmitiendo a los pasajes recitados y a los corales; de nuevo, con esa acusada tensión entre el individuo y la colectividad: algo que, según Gielen, muestra las vivencias del compositor derivadas de su tardía aceptación de lo judío (según Gielen, motivada por la guerra). James Johnson está soberbio, con una narración schönberguiana de ley, beneficiándose de una grabación excelente, lo que realza su presencia y, en general, la gran planificación y tensión de esta versión de Kol Nidre, sin duda, referencial. 

Otra de las especialidades schönberguianas de Michael Gielen es el impresionante Klavierkonzert opus 42 (1942), del que en 1993 había firmado la que tengo como más redonda lectura fonográfica de la obra: con Alfred Brendel como solista, acompañado por la SWF Sinfonieorchester Baden-Baden (Philips 446 683-2). La que se incluye en este octavo volumen no se queda atrás, aunque la de 1993 sea ligeramente preferible. Es por ello que resulta difícil entender cómo una versión tan sobresaliente como ésta no había sido nunca publicada. Se trata de un registro en estudio efectuado el 14 de diciembre de 1973, con Claude Helffer al piano y la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. Helffer demuestra aquí el gran especialista que fue en este repertorio, con un piano más marcadamente martellato que el de Brendel, muy aristado y violento, en perfecta línea con una lectura orquestal de una fuerza arrebatadora (¡qué final de 'Andante' y comienzo de 'Molto allegro'!). El 'Adagio' es también portentoso, moviéndose en él Gielen con una enorme libertad y demostrando por qué era su movimiento predilecto de este concierto. La grabación acompaña: detalladísima y muy presente, redondeando un opus 42 entre lo mejor del volumen y de la discografía. 

Afortunadamente, se ha incluido en este cofre una partitura schönberguiana tan poco grabada como Thema und Variationen opus 43b (1943), procedente de un registro en vivo del 24 de mayo de 2012 que se publica por primera vez. De nuevo, Gielen dirige a la SWR Sinfonieorchester, ya en sus últimos años al frente de la orquesta, para regalarnos una joya que no ha de pasar inadvertida por su belleza. Y es que Schönberg aquí pretendió componer una obra más accesible, una partitura 'silbable' en la que se pueden escuchar ecos que van desde Richard Strauss al vals, tirando el vienés sin complejos de recursos tonales y un concepto de la variación más amable que en su opus 31, lo que redunda en una obra luminosa, nada agresiva y plena de encanto, tocada aquí primorosamente con amplio aliento y alegría (y con una grabación excelente). 

En los antípodas anímicos, A Survivor from Warsaw opus 46 (1947) recibe una lectura muy notable en este registro en vivo del 25 de septiembre de 1971, con Günter Reich como narrador, el SWR Vokalensemble y la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. Destaca sobremanera la presencia orquestal en el Shemá Israel, plena de detalles, donde en otras versiones el coro abruma por su potencia. Tal sería el caso de Claudio Abbado en su registro para la Deutsche Grammophon (431 774-2), con una orquesta fabulosa (Wiener Philharmoniker), pero sin el trabajo de detalles de Gielen en esta toma. Günter Reich cumple con su papel, pero no me gusta tanto como Gottfried Hornik en la versión de Abbado; e, incluso, encuentro mejor al propio Reich en su grabación del año 1976 con Pierre Boulez y la BBC Symphony Orchestra (Sony S2K 44571). 

Günter Reich es, igualmente, el solista en Moderner Psalm opus 50c (1950), junto con la misma orquesta y coro que en el opus 46, si bien la grabación (también en vivo) es posterior, del 24 de febrero de 1979. En este Salmo hay un mayor equilibrio entre orquesta, coro y solista, pues en A Survivor from Warsaw Reich quedaba en algún momento en segundo plano, como en la entrada del Shemá Israel. La lectura encierra tintes reivindicativos y hasta políticos, más allá de los puramente religiosos, haciendo de ella Gielen un alegato contra la opresión. Gran lectura, entre las mejores que conozco, junto con la clásica de Pierre Boulez para la Sony (S2K 44571). 

El octavo y último disco dedicado a Schönberg nos muestra la importancia que para el fundador de la Segunda Escuela de Viena tenía la tradición, pues nos encontramos con una serie de arreglos de piezas históricas que no dejan de ser una forma de enraizarse en el tronco musical germánico, con especial mención para las piezas de Johann Sebastian Bach (BWV 552, en arreglo para gran orquesta del año 1928; BWV 654, en arreglo para orquesta del año 1922; BWV 667, en arreglo para orquesta del año 1922) y Georg Friedrich Händel (Concerto grosso opus 6, número 7, en lo que se conoce como Konzert für Streichquartett und Orchester del año 1933). Además, el arreglo para siete instrumentos del Kaiserwalzer opus 437 (1889) de Johann Strauß hijo. Este disco recoge grabaciones con la SWR Sinfonieorchester que van de 1970 (Strauß) a 2013 (Händel), siendo éste el registro más reciente del cofre (con el Quatuor Diotima). Todas ellas son lecturas de una luminosidad encantadora, plenas de delicadeza: tanta, que difícilmente, sin leer los créditos, podríamos imaginar que fuesen Arnold Schönberg y Michael Gielen quienes estuviesen de por medio. Mientras, el Kaiserwalzer suena con un punto más acerado y rítmico, no tan brillante y espontáneo como los arreglos anteriores, cerrando un hermoso disco que completa este repaso tan detallado al Schönberg de Michael Gielen: indispensable desde ahora para conocer tal binomio, pudiéndose añadir para un más aquilatado retrato los registros para la Philips de Moses und Aron, las sinfonías de cámara y el Klavierkonzert, así como su referencial grabación para la CPO (999 532-2) de la ópera Von heute auf morgen opus 32 (1928-29). 

Por el número de compactos recogidos en esta edición (aunque esto también se justifica por al más amplio catálogo musical de Arnold Schönberg), es obvia la especial filiación de Michael Gielen con el padre del dodecafonismo, un compositor cuyo carácter casaba más con el director austríaco que el de Alban Berg, algo que resulta evidente en los dos compactos aquí reunidos del vienés: ambos, notables, pero sin alcanzar ninguna versión tan lograda y referencial como las que vimos en los discos dedicados a Schönberg. Esto es evidente ya en unos Sieben frühe Lieder (1905-08, rev. 1927) en los que falta aroma fin de siècle y perfume straussiano, tanto a la soprano Melanie Diener como a la propia SWR Sinfonieorchester, en una producción en estudio de junio 2008 que se publica por primera vez. Para alcanzar toda la frescura y belleza de estas canciones, uno se iría al registro de Riccardo Chailly para la Decca (466 720-2), con una Barbara Bonney y una Concertgebouworkest Amsterdam muy por encima de esta lectura gieleniana. 

Las cosas mejoran en Der Wein (1929), una partitura más afín a Gielen, que de nuevo con Melanie Diener y la SWR Sinfonieorchester, en grabación del 22 de marzo de 2002 ya publicada por Hänssler, ofrece un caldo que diría tinto por su tono sombrío, aunque no deje de burbujear en los apuntes camerísticos de la SWR. Si bien notable, para alcanzar lo mejor en Der Wein son preferibles una esplendorosa Jessye Norman con Pierre Boulez (Sony SMK 45838), así como la más delicada Anne Sofie von Otter con Claudio Abbado (Deutsche Grammophon 445 846-2). Avanzando un paso más en el Alban Berg vocal recogido en esta edición, nos encontramos con los Sinfonische Stücke aus "Lulu" (1934), en una toma en estudio registrada en Friburgo el 31 de enero de 2007 que se publica por primera vez. De nuevo con la SWR Sinfonieorchester, la soprano es aquí Christine Schäfer, verdadera especialista en estos estudios, aunque me parecen mucho más logrados y convincentes, tanto por voz como por orquesta, los grabados por la propia Schäfer con Pierre Boulez y la Chicago Symphony Orchestra, igualmente en un registro en vivo del año 2000 (TDK DV-MTKBO). 

Pasando al terreno puramente instrumental, las 3 Orchesterstücke opus 6 (1913-15, rev. 1929) muestran aquí, en un registro en estudio de marzo de 1993 (ya publicado por Hänssler), que la SWR Sinfonieorchester y Michael Gielen son dignos sucesores de quien tengo por referencia discográfica en estas piezas: Hans Rosbaud, con la misma orquesta, entonces llamada Sinfonieorchester des Südwestfunks Baden-Baden (Accord 4811510). Aquella grabación del año 1957 me sigue pareciendo la quintaesencia de este opus 6 por su definición orquestal y violencia sin miramientos, de una agresividad rotunda y tenebrosa, convirtiendo a la orquesta en un organismo de cámara a gran escala. Gielen va un tanto por ahí, aunque no alcance semejante nivel, siendo lo mejor su conclusiva 'Marsch', muy contrastada en planos y acentuada en las percusiones. A pesar de que en 1993 la SWR Sinfonieorchester estaba en una estupenda forma, falta algo de definición, no llegando ni a los resultados tan suntuosos de Abbado con Viena (Deutsche Grammophon 445 846-2), ni al bisturí analítico de Boulez con la BBC (Sony SMK 68331), ni a lo superlativo de Rosbaud. 

Por su parte, el Kammerkonzert (1923-25) se sirve en una lectura en vivo del 10 de marzo de 1978. Publicada aquí por primera vez, se trata de una versión con un estupendo Saschko Gawriloff al violín y un más discreto Christoph Eschenbach al piano; ambos, junto a la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. Resulta curioso cómo la intensidad va creciendo a lo largo de sus casi 39 minutos, con una apertura algo desabrida en la exposición de las series generatrices, mientras que los últimos minutos nos sumergen en un Berg desusadamente expresionista en este Kammerkonzert. En todo caso, para conocer el ideal en esta obra, uno se iría, también con Saschko Gawriloff, a su lectura junto con Daniel Barenboim y Pierre Boulez (Sony SMK 68331), o a la otra gran versión del propio Boulez, para la Deutsche Grammophon (447 405-2), más regular y equilibrada que ésta de Gielen. 

La última partitura de Alban Berg presente en este cofre es el Violinkonzert "Zum Andenken eines Engels" (1935), con Christian Ferras como solista y la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR, en una toma en vivo del 27 de noviembre de 1970. De nuevo, una lectura correcta y con todo en su sitio, pero sin mayores alardes ni emoción, con un solista comedido en perfecta línea con lo expuesto por Gielen. Versión descriptiva y escasamente elegíaca, en la que el ángel parece haber trascendido a lo eterno décadas ha, pues resulta más melancólica que trágica, como también muy esfumada en la distancia suena la cita del coral bachiano, completando así un recorrido por seis obras de Alban Berg que no alcanza las excelencias schönberguianas. 

El nivel interpretativo mejora en los dos discos dedicados a Anton Webern, un compositor más cercano a Michael Gielen que el suntuoso, elegante y lírico Alban Berg. Sin embargo, una de las piezas más líricas del propio Webern, la juvenil Im Sommerwind (1904), recibe aquí una lectura excelente, sin rehuir en nada los perfumes straussianos que destila esta partitura. Se trata de una grabación en estudio del 3 de septiembre de 1998 con la SWR Sinfonieorchester, ya publicada previamente, que muestra una delicadeza y un bello color meridional que me han recordado a la que tengo por lectura referencial para esta pieza, la de Riccardo Chailly al frente de la Concertgebouworkest (Decca 436 467-2). Es curioso cómo Gielen, además del aspecto puramente paisajístico, añade un jugueteo más narrativo, con punzantes fraseos que recordarán al Till Eulenspiegels lustige Streiche (1895) de Richard Strauss, cuya vitalidad comparte. 

En otro mundo nos adentramos al transitar una Passacaglia opus 1 (1908) aquí de dramatismo y desgarro, como es de rigor, con una interpretación magnífica efectuada en estudio en noviembre de 1992, con Michael Gielen al frente de una SWR Sinfonieorchester en la que destacan sobremanera sus vientos: marcadísimos en todo momento, siendo fundamentales para articular las diversas secciones de una lectura clarísima en todo momento, muy bien regulada dinámicamente para radiografiar a la orquesta, y no resulta sencillo en una obra tan ciclópea como ésta. Aunque en conjunto no alcanzamos la cima de Pierre Boulez al frente de la Berliner Philharmoniker en la imprescindible (casi) integral del director galo para la Deutsche Grammophon (457 637-2), no cabe duda de que estamos ante una Passacaglia de verdadero nivel, no tan rotunda y progresiva como la de Boulez, habilitando Gielen más resquicios para que el Webern straussiano de Im Sommerwind aún insufle destellos de lirismo al obscuro compositor que, ya más influido por Gustav Mahler, compuso este epifánico opus 1. 

La siguiente propuesta es de lo más particular, pues se trata de una producción en estudio, de septiembre de 1987, en la que Gielen, al frente de la SWR Sinfonieorchester, interpreta conjuntamente las Sechs Stücke für Orchester opus 6 (1909, rev. 1928) de Anton Webern con una Rosamunde D 797 (1823) de Franz Schubert que enmarca las piezas webernianas con una lógica que, si no se escucha, difícilmente se creerá. La clave de este Schubert-Webern-Montage la suministró el propio Gielen en 1981, cuando destacaba la importancia de programar de este modo para iluminar las piezas del siglo XX desde la tradición, y viceversa. Aunque se produce una ruptura de la inherente continuidad de cada partitura, el concepto de montaje incorpora otras perspectivas que, en el caso de Schubert, son bien pertinentes, teniendo en cuenta cuánto amaba Webern la música de su compatriota. El resultado es delicioso y sorprendente, con las piezas webernianas infiltradas entre los entreactos, ballets y melodías de un Schubert que, como su tan recomendable ciclo beethoveniano, Gielen desgrana con carácter, enfoque moderno y bello fraseo; de ahí, que el contraste con el sombrío Webern resulte mayor, pues no escatima Gielen dramatismo ni violencia a las Sechs Stücke. Como en el opus 1, los vientos vuelven a ser fundamentales en la construcción de una lectura notabilísima, con una gran marcha fúnebre muy pausadamente conducida y transida de ecos trágicos en unas percusiones en todo momento amenazantes (gran trabajo de planos y ecos) y unos metales contundentes. Gran versión, así pues, tan sólo superada por un impresionante Hans Rosbaud con la Sinfonieorchester des Südwestfunks Baden-Baden (Accord 4811510) y por un Pierre Boulez que al frente de la Berliner Philharmoniker, en su ciclo weberniano para la Deutsche Grammophon, roza la perfección. 

Las Zehn Stücke für Orchester opus póstumo / opus 10 (1911-13) nos llegan en un registro en vivo del 23 de abril de 1972 con Michael Gielen al frente de la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. Manda aquí lo expresionista y la impronta de Arnold Schönberg, si bien reconcentrada y liberada en esos pequeños destellos que nos van conduciendo al último Webern. La versión es estupenda, sin pega alguna, muy camerística y enormemente articulada, con una atención a los detalles entre lo mejor que conozco para esta página, y no es que ande mal servida: Giulini, Boulez, Abbado... 

Con el Konzert opus 24 (1931-34) alcanzamos el Webern dodecafónico y serial: esas gemas resplandecientes de una expresividad inaudita en la historia de la música. Aunque pudiera parecer que a Gielen le iría mejor lo más musculoso y férreo, también en estas tres miniaturas que conforman el opus 24 alcanza un nivel excelente al frente de un grupo camerístico de la SWR Sinfonieorchester, en una toma de nuevo en vivo del 22 diciembre de 1996. La claridad del método serial es de manual aquí, se escuchan las exposiciones, inversiones y retrogradaciones como si la propia partitura se desplegase frente a nuestros ojos, dotando Gielen al silencio de una presencia importantísima para destacar las melodías tímbricas de este Konzert. Versión estupenda, referencia para esta página, junto con la segunda de Pierre Boulez (DG). 

Pasando al Webern vocal, en primer lugar escuchamos una notable lectura de Das Augenlicht opus 26 (1935), con un registro en vivo del 26 de febrero de 1976 (publicado aquí por primera vez) en el que Gielen se ponía al frente del SWR Vokalensemble y de la Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. Destaca el contraste de lo instrumental con lo coral, brillando los solistas de la orquesta alemana de forma especial, con una presencia que recuerda al opus 24, aunque para un mayor equilibrio global habría que irse, de nuevo, al referencial ciclo bouleziano en Deutsche Grammophon, allí, con unos BBC Singers y una Berliner Philharmoniker insuperables. 

Más equilibrada suena en esta edición la Erste Kantate opus 29 (1939-40), con la soprano Christiane Oelze, el Anton-Webern-Chor Freiburg y la SWR Sinfonieorchester en un registro en estudio del 24 de mayo de 1991. La interpretación puede equipararse perfectamente a la de la propia Oelze con Pierre Boulez, los BBC Singers y la Berliner Philharmoniker en Deutsche Grammophon, también muy cristalina y completa. La de Michael Gielen tiene un plus de expresividad y ecos todavía subyacentes de Arnold Schönberg; destacadamente, en coro y orquesta, lo que se agradece. 

La última partitura íntegramente weberniana aquí recogida son las Variationen für Orchester opus 30 (1940-41), que escuchamos a la SWR Sinfonieorchester en una producción grabada en estudio el 3 de febrero de 1995 que se publica en este cofre por primera vez. Versión analítica, detalladísima y con unas irrupciones tímbricas de gran modernidad, así como incisivamente rítmica, aun dentro del importante papel que Michael Gielen concede al silencio como lienzo para ese realce tímbrico-instrumental. Con la maravillosa versión de Pierre Boulez al frente de la Berliner Philharmoniker para la Deutsche Grammophon, versión referencial. 

Concluye este fascinante recorrido por la Segunda Escuela de Viena mirando al pasado, de la mano de la Fuga (Ricercata) a 6 voci de Johann Sebastian Bach en la orquestación realizada por Anton Webern entre 1934 y 1935. Volvemos a escuchar una producción en estudio, registrada en Baden-Baden el 24 de mayo de 1991 por una SWR Sinfonieorchester en un momento de forma pletórico, lo que depara una versión muy seria, musical y bien calibrada entre lo ecoico y lo moderno, en línea con la de Pierre Boulez en su ciclo postrero weberniano. Para una Fuga algo más liviana y transparente, con mayor de lirismo, melancolía y encanto, me iría a la soberbia lectura de Christoph von Dohnányi al frente de la Cleveland Orchestra (Decca 444 593-2). 

Como hemos venido adelantando a lo largo de esta reseña, las grabaciones son, en su mayoría, sobresalientes, con una (lógica) peor calidad en los registros monoaurales de los años cincuenta del pasado siglo. El resto, ya sean las tomas analógicas de los años setenta, ya las digitales, presentan los habituales estándares de las radios alemanas (fundamentalmente, aquí, la SWR), por lo que la presencia orquestal y vocal es muy buena, y en algunos registros, extraordinaria. Extraordinario es, también, el libreto de este octavo volumen de la Michael Gielen Edition, con 121 páginas bilingües (alemán e inglés) repletas de información de lo más detallado sobre los propios registros, la cronología y la biografía de Michael Gielen, así como ensayos sobre cada una de las obras y textos del propio Gielen en los que valora estas partituras. Los ensayos vienen firmados por Paul Fiebig, Rainer Peters y Elvira Seiwert, ofreciéndonos uno de los libretos más completos sobre las piezas orquestales de la Segunda Escuela de Viena que podamos encontrar en el mercado fonográfico, algo que realza los valores puramente interpretativos que hasta aquí hemos glosado, el rescate de algunas partituras (especialmente, schönberguianas, raras veces publicadas en disco compacto), así como el hecho de que este volumen nos ofrece veintidós primeras ediciones hasta ahora inéditas, por lo cual la recomendación es plena, siendo seguramente la edición orquestal más completa (y de notable calidad interpretativa) que se haya publicado de la Segunda Escuela de Viena en disco compacto, lo cual no es poco. 

Estos compactos han sido enviados para su recensión por la SWR.

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