Musicología

Breve historia del Himno de Andalucía. 1. Los orígenes

Miguel Arnaiz Molina
viernes, 12 de junio de 2020
Estatua de Blas Infante en Archidona © Dominio público Estatua de Blas Infante en Archidona © Dominio público
0,002646

El himno de Andalucía es obra; la música de los campesinos andaluces quienes desde tiempo inmemorial la cantan durante la siega, a la salida y puesta del Sol, en parte de la cuenca del Guadalquivir; con letra que recuerda un himno primitivo al Sol*.

Con estas palabras se presentó públicamente el nuevo Himno de Andalucía a los asistentes a la Asamblea Regional de Córdoba, celebrada entre el 29 y el 31 de enero de 1933 en el Círculo de la Amistad de dicha ciudad, mediante los dípticos editados a tal efecto por la Junta Liberalista y repartidos el día antes de su inicio*. El principal objetivo de la mencionada asamblea iba a ser la aprobación de un anteproyecto de bases para el futuro Estatuto de Autonomía de Andalucía (que por diversos motivos, incluida la guerra, no saldría adelante), en un intento de aprovechar la misma coyuntura política que había permitido la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía de Cataluña el año anterior.

Sobre el himno nada se menciona en sus actas y el hecho de que la partitura ya estuviera circulando en los dípticos desde al menos el 28 de enero sugiere que la decisión sobre su adopción formal ya había sido acordada con anterioridad. En cualquier caso no debería descartarse que fuera en esta asamblea donde el himno se cantó por primera vez, habida cuenta del especial interés demostrado por la Junta Liberalista para que todos los asistentes contasen previamente con una copia individual de la música y la letra. De esta manera el nuevo himno vendría a sustituir formalmente al que hasta ese momento había sido utilizado por los andalucistas: el famoso pasodoble La Giralda del maestro Eduardo López Juarranz.

La letra del Himno a Andalucía 

[1] La bandera blanca y verde
[2] vuelve, tras siglos de guerra,
[3] a decir paz y esperanza,
[4] bajo el sol de nuestra tierra.

[5] ¡Andaluces, levantaos!
[6] ¡Pedid tierra y libertad!
[7] ¡Sea [Sean, en el original*por Andalucía libre,
[8] España y la humanidad!

[9] Los andaluces queremos
[10] volver a ser lo que fuimos:
[11] hombres de luz, que a los hombres,
[12] alma de hombres les dimos.

[13] ¡Andaluces, levantaos!
[14] ¡Pedid tierra y libertad!
[15] ¡Sea [Sean] por Andalucía libre,
[16] España y la humanidad!*

Escrita por Blas Infante, la letra del nuevo himno resumía de una forma clara algunos de los principios ideológicos fundamentales del andalucismo histórico, hasta el punto de ser tildada de poco menos que panfletaria por parte de algunos de sus detractores*.

Conviene tener presente, a este respecto, que a diferencia de los casos del nacionalismo catalán y vasco el movimiento andalucista nunca gozó de un amplio apoyo social al no contar con una sólida clase media en la que sustentarse (de hecho la creación de una clase media rural a través de la reforma agraria era uno de los objetivos soñados por Infante), por lo que toda vía para la consecución de sus metas políticas pasaba necesariamente por la seducción de unas clases bajas que por lo general, y muy especialmente en el contexto de la Segunda República, estaban más interesadas en el anarcosindicalismo y otros movimientos revolucionarios que en cuestiones regionalistas. Por si esto fuera poco, desde sus inicios el andalucismo histórico había venido afrontando el difícil reto de crear una conciencia andaluza prácticamente desde cero, lo que incluía, por supuesto, sus símbolos, allí donde lo que predominaban eran más bien las identidades provinciales e incluso municipales. Es por ello que no faltaron las críticas ante lo que algunos consideraron una extralimitación por parte del movimiento a la hora de arrogarse la autoridad para elegir y establecer por su cuenta los símbolos que habían de representar a todos, como dejó claro Luis Caballero (delegado de la Sociedad de Amigos del País de Jaén) en su breve pero intensa intervención en la Asamblea de Córdoba:

¿Qué significa el hecho de haber impuesto la bandera blanca y verde como bandera de Andalucía?, ¿con qué autorización ha obrado la Diputación de Sevilla?, ¿con que representación popular de Andalucía obra esa Diputación para imponer la bandera blanca y verde, el himno?, ¿por qué se impone el himno de la Giralda?*

Y es que desde 1932 el andalucismo había empezado a adoptar una estrategia de promoción activa de sus símbolos, con izados de la bandera verdiblanca en los municipios afines como manifestación más visible, en un claro intento de incrementar la proyección social del movimiento y recabar apoyos de cara a su futuro proyecto autonomista*. No debe extrañar, por tanto, que sea precisamente en la Asamblea Regional de Córdoba de 1933 (donde se iba a discutir el tema) cuando los andalucistas decidieron dar a conocer su nuevo himno. Un himno que empieza, justamente, con alusiones a la bandera blanca y verde.

Otras referencias al andalucismo en la letra pueden no ser tan obvias para el lector actual, pero lo eran, sin duda para el contemporáneo, siempre que estuviera mínimamente familiarizado con el programa del movimiento. “¡Tierra y libertad!” es un claro ejemplo de ello, pues se trata del grito con el que Infante acostumbraba a azuzar a las masas al final de sus mítines* y una referencia explícita a su propuesta de reforma agraria. Tierra implicaba libertad en la medida en que para Infante la única manera de terminar con la miseria del jornalero andaluz en un contexto de acaparamiento de tierras improductivas por parte de las élites rurales era impulsar su transformación en pequeño propietario. A tal efecto, la doctrina del Impuesto Único, inspirada en el modelo del economista norteamericano Henry George, supuso para Infante toda una revelación, pues al gravar impositivamente la posesión del terreno pero no su producción se esperaba incentivar a los terratenientes a arrendar o vender las áreas infra explotadas sin tener que recurrir el gobierno a la expropiación de las mismas.

El final del estribillo “¡Sean por Andalucía libre, España y la humanidad!” es otro punto significativo, ya que alude al lema de la Junta Liberalista “Andalucía por sí para Iberia y la humanidad”. El porqué de la discrepancia entre los términos España e Iberia se explica por una preferencia personal de Blas Infante, quien a partir de 1931 utiliza su propia variante del lema: “Andalucía por sí para España y la humanidad”, tal y como queda reflejado en el escudo andaluz que hizo colgar sobre la puerta de su Casa de la Alegría en Coria del Río* y que es, de hecho, la versión que acabaría imponiéndose oficialmente. Conviene aclarar este punto ya que las modificaciones que a este respecto se hagan sobre la letra del himno podrán argumentarse desde un punto de vista ideológico pero no cuentan con ninguna base histórica como a veces se quiere hacer creer.

El lema en sí tiene además sus propias implicaciones filosóficas, que entroncan con el concepto del “Espíritu de la humanidad” propuesto por K. C. Friedrich Krause, filósofo alemán que tuvo una enorme repercusión entre las élites intelectuales regeneracionistas en la España del último tramo del siglo xix, pasando, eso sí, por el filtro del que fuera su traductor y principal intérprete en lengua española: Julián Sanz del Río. Para Krause la humanidad era un ideal de realización vital y al mismo tiempo el fin último de la historia, donde las oposiciones entre lo individual y lo colectivo acabarían por armonizarse en un todo orgánico en el que cada parte constituyente, a modo de esferas superpuestas, sería al mismo tiempo fin en sí misma y medio para alcanzar la siguiente. De esta forma la humanidad en su conjunto y no el hombre, se revelaría como el verdadero reflejo de la perfección de Dios*.

La idea de la humanidad pide al individuo que ante todo sea hombre para sí, esto es, que mire con atento espíritu a toda su vida en idea total y plan práctico y con el sentido de cultivar todas sus facultades, sus órganos y fuerzas para realizar en sí la total humanidad en que él funda su dignidad moral*.

En su obra de juventud Ideal andaluz (1915), cuyo título ya es, de entrada, una alusión a El ideal de la humanidad para la vida (Das Urbild der Menschheit) de Krause, Blas Infante intentaría trasladar estas enseñanzas al contexto de la España de la Restauración, elaborando una particular teoría filosófico/política de las regiones cuyos ecos van a resonar con fuerza en el futuro himno:

[…] porque el alma española no es otra cosa que el resultado de la convergencia, en la suma, de las energías regionales. Cuando estas sean fuertes y definan vigorosamente los imperativos de la propia conciencia, entonces aquella, robustecida, reobrará con aliento poderoso sobre las regiones y se impondrá el imperativo de la conciencia nacional dentro y fuera de España. Las regiones, por tanto, no han de esperar a ser redimidas por la nación, sino que, al contrario, por ellas ha de ascender la fuerza inicial por cuya virtud se redimirá la patria. Suprimida la esperanza de la ayuda ajena, surgirá la confianza en la propia virtud: pero esta no ha de rebasar, al fijar la meta de su desarrollo, el siguiente límite: “Vivir, por sí, para España”*.

A este respecto, y volviendo a la letra, la versión oficial que quedó establecida en la ley 3/1982 de 21 de diciembre alteró involuntariamente el sentido original del estribillo al sustituir la palabra “Sean” por “Sea” (en un intento, quizá, por actualizar el texto a un lenguaje más actual). ¡Andaluces levantaos! ¡Pedid tierra y libertad! ¡Sean [Sed] por Andalucía libre, España y la humanidad!” era una apelación directa a los andaluces en clave krausista e infantiana, la versión actual de la letra, sencillamente, no lo es.

Por último, resulta interesante hacer una comparativa entre la letra de Infante y la de otras propuestas de himnos anteriores, en especial la de Tomás Orellana y Massa (fundador de la Federación Sanitario-Pedagógica Andaluza), que según Pedro Ruiz Berdejo fue presentada y rechazada en la Asamblea de Ronda de 1918*. Blas Infante conoció esta letra (y también a su autor al menos desde 1920*) y no cabe duda de que la usó como inspiración para la elaboración de su propio himno, aunque merece la pena señalar que muchos de los elementos comunes eran ya tópicos ampliamente extendidos dentro del ideario andalucista, algunos de los cuales ya habían sido manejados por Infante en fechas anteriores. Quizá fuera esta percepción de obra colectiva, en un contexto de mutuo intercambio de ideas, lo que hizo que más adelante Infante renunciara a registrar su propia versión.

La verde y blanca (Tomás Orellana)*

[1] La bandera andaluza, por la brisa agitada,

[2] Desde lejos parece un limonero en flor.

[3] Una clásica reja de jazmines orlada

[4] Que promete el misterio de una noche de amor.

[5] De paz y de esperanza, son sus bellos colores,

[6] Poéticos emblemas de algún Ab-der-Ramán [sic]

[7] Que evocan el pasado de grandeza y honores

[8] Que debe Andalucía al pueblo musulmán.

[9] Condena de un presente de oprobio y amargura

[10] Donde la raza sufre la pena de vivir,

[11] Promesa de un mañana de paz y de cultura,

[12] Espera de un grandioso, risueño, porvenir.

[13] Levanta ¡Andalucía! tu bandera de gloria

[14] Con los bellos colores del limonero en flor,

[15] El airón que condujo de victoria en victoria,

[16] La valerosa hueste del Hagib [sic] Almanzor.

[17] ¡Despierta Andalucía! ¡Levántate sultana!

[18] Recobra nuevamente tu personalidad

[19] Y vuelve de tu suelo a ver la soberana

[20] Al grito sacrosanto de ¡tierra y libertad!

[21] Tu mágico conjuro que a la Iberia reaviva,

[22] Prendiéndose las almas al fuego de tu sol

[23] Y brinda a tus hermanos con la rama de oliva

[24] La visión protectora del futuro español

La música

La música del Himno de Andalucía nunca fue planteada como una composición ex novo y así constaba en el díptico de la Junta Liberalista de 1933 anteriormente citado. Fue armonizada por José del Castillo Díaz, director de la Banda Municipal de Sevilla a partir de 1933 (y anteriormente de la Banda del Hospicio), tomando como referencia un canto de siega tradicional. El nombre de dicho canto, que no era en absoluto desconocido, nos lo revela el propio Blas Infante en Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo (1929-1933), aportando además algunas pistas sobre el porqué la Junta Liberalista habría preferido no difundirlo en sus folletos:

[…] “SANTO DIOS”. Este magnífico himno se canta, en algunos pueblos andaluces, por los segadores, a la salida y a la puesta del Sol. La anotación transcrita [perdida] es la de la música que emplean en Cantillana, en cuyo campo hube de escucharle yo. Mejor dicho, que usaban en este pueblo los segadores. Recientemente ha dejado de cantarse porque la letra del himno invoca a Dios y esta es una palabra tabú para el embeleco marxista de los jornaleros andaluces, quienes en mala hora vinieron a denominarse obreros, como en Europa, con detrimento de su rango de andaluces. […] Últimamente, los liberalistas andaluces adoptaron la música de este himno para himno de Andalucía*.

Santo Dios fue, efectivamente, un canto de siega religioso, de autor desconocido y cuyo origen debió remontarse como mínimo a mediados del siglo XIX. En su libro Los cuentos de Andalucía. Cuentos populares y anecdóticos, notas de jácara, tipos, cuadros y escenas de la vida andaluza Luis León Domínguez describe de manera poética los usos de este himno en su contexto original.

Por un estrecho sendero, avanza hacia el sembrado una cuadrilla de jornaleros. Entonces, el capataz descubre solemnemente su cabeza, cual si hubiera entrado en un templo, y, grave y sereno, entona un cántico religioso, sencillo y popular: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal: líbranos Señor de todo mal…”. Levanta luego el sombrero en alto, lo balancea, cual si agitara una bandera, y lo lanza a larga distancia sobre el campo de espigas. Es la señal: los segadores se inclinan sobre la mies y comienzan a cantar y a cortar moviendo las hoces al compás del sagrado cántico. Así van segando hasta el lugar donde cayera el sombrero, reposan y continúan después su labor en silencio […]*

Señala Enrique Iniesta, biógrafo de Blas Infante, que el uso del himno a comienzos del siglo xx ya no se circunscribía solamente al momento de la siega sino que se extendía a otros ámbitos y situaciones, siendo muy destacada su faceta como plegaria de rogativas*. De hecho el primer contacto de Blas Infante con el Santo Dios no habría tenido lugar en un contexto rural sino durante su estancia como interno en el Colegio de las Escuelas Pías de Jesús Nazareno de Archidona (Málaga), donde cursó sus estudios de educación secundaria entre 1896 y 1899.

Según el artículo 132 del Reglamento para los seminarios de las Escuelas Pías, establecido en 1871, estaba prescrito que una vez al mes, el día de comunión, se entonase la Salve y el Santo Dios al piano* (en el caso del Colegio de Archidona seguramente acompañado del antiguo órgano que hoy se conserva en la Iglesia Escolapia de Granada). Ello da pie a pensar que en los años que duró la estancia de Blas Infante con los escolapios no solo tuvo que escucharlo en múltiples ocasiones sino que con toda probabilidad lo cantó. La versión de la letra que allí se manejaba era como sigue:

[1] Santo Dios,

[2] Santo Fuerte,

[3] Santo Inmortal.

[4] Líbranos, Señor,

[5] De todo mal.

[6] Por la sal de nuestra frente.

[7] Danos pan, salud, danos Fe.

[8] Salva al pueblo que perece

[9] Por tu nombre uno en tres*.

Si bien no se conserva ninguna edición del himno que date de esos años Enrique Iniesta señala los siguientes pentagramas, presuntamente manuscritos por un alumno de los escolapios de Archidona a finales del siglo xix (quizá en una clase de solfeo del profesor Jesús Mª Sagredo, cuya firma aparece al dorso), como la transcripción más antigua conservada del Santo Dios*.

Entre 1910 y 1922 Blas Infante se estableció en Cantillana (Sevilla) para ejercer de notario. Allí tuvo ocasión de escuchar nuevamente el himno, según contaba él mismo, por boca de los campesinos de la cuenca del Guadalquivir*. Desgraciadamente no se han conservado ninguna de las transcripciones musicales del Santo Dios de Cantillana que el propio Infante hizo (o al menos dijo haber hecho en Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo*), aunque sí se sabe que la letra en esta región difería con respecto a la versión de los Escolapios de Archidona:

[1] Santo Dios,

[2] Santo Fuerte,

[3] Santo Inmortal.

[4] Líbranos, Señor,

[5] De todo mal.

[6] Los pecadores pedimos

[7] Al Señor continuamente

[8] Y por eso le decimos,

[9] Santo Dios y Santo Fuerte.

[10] Con dolor de nuestro pecho,

[11] Le pedimos al Señor,

[12] Que seamos perdonados

[13] Ante el tribunal de Dios*.

Resulta difícil determinar cuándo y de qué manera se realizó el arreglo del Santo Dios, a pesar de que existe todo un relato oficial al respecto* y popularmente asumido, que es el de Blas Infante y José del Castillo sentados al piano de la Casa de la Alegría, el primero dictando el himno y el segundo armonizando sobre la marcha. El problema de esta historia es que no hay manera de contrastarla, pues no nos han llegado testimonios directos y además los descendientes de los implicados discrepan sobre detalles relevantes*. Por otro lado, el hecho de que ni Infante ni Del Castillo registraran su trabajo dificulta aún más las labores de datación del himno, un punto que a día de hoy sigue siendo objeto de debate entre los historiadores, aunque si se asume que la relación entre ambos no se inició hasta 1931, cuando el segundo fue nombrado presidente musical del Ateneo de Sevilla y del Centro de Estudios Andaluces, tal y como mantiene Pedro Ruiz Berdejo*, la horquilla temporal quedaría reducida, necesariamente, al primer bienio de la Segunda República. José del Castillo realizó dos versiones del himno: la primera para banda (hoy perdida) y la segunda para piano, pero ante la falta de fuentes escritas fiables o registros sonoros del Santo Dios con las que comparar, resulta toda una incógnita hasta qué punto se mantuvo fiel o no a la música de referencia, la cual, a su vez, ya provenía de una fuente secundaria que era el propio Blas Infante.

El estreno oficial del Himno de Andalucía (al menos en su arreglo para banda) tuvo lugar la tarde-noche del 7 de julio de 1936 bajo la batuta de José del Castillo en un concierto público ofrecido por la Banda Municipal de Sevilla en la Plaza de San Lorenzo de esa misma ciudad. Resulta significativo que desde su presentación en la Asamblea de Córdoba en enero de 1933 el himno tardase más de tres años en sonar públicamente, coincidiendo el lapso de tiempo con el transcurso del llamado bienio conservador de la Segunda República, dominado por gobiernos de centro-derecha republicana y derecha católica poco afines a reivindicaciones regionalistas. Después de aquella fecha el himno solo volvería a escucharse una vez más antes de sumirse en un olvido forzado de casi cuarenta años: sería en la Alameda de Hércules, en Sevilla, el 10 de julio del 36, a tan solo ocho días del alzamiento militar y un mes antes de que la voz de Blas Infante fuera silenciada para siempre a la altura del kilómetro 4 de la carretera de Carmona

Bibliografía

Díaz Arriaza, José y Ruiz Romero, Manuel, El proceso autonómico de Andalucía durante la II República, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1991.

Hijano del Río, Manuel y Ruiz Romero, Manuel, El ideal andaluz en la Segunda República: La Asamblea Regional Andaluza de 1933, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1995.

Infante Pérez, Blas, Ideal Andaluz. Varios estudios acerca del Renacimiento en Andalucía. 1915 (reed.), Sevilla, Fundación Blas Infante 2010.

Infante Pérez, Blas, Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo, 1929-1933, reproducción facsímil de la edición de la Junta de Andalucía de 1980, Sevilla, Junta de Andalucía, 2010.

Iniesta Coullaut-Valera, Enrique, Blas Infante. Toda su verdad. Volumen 1, 1885-1919, Sevilla, Signatura Ediciones. 2000.

Iniesta Coullaut-Valera, Enrique, Blas Infante. Toda su verdad. 1931-1936, Córdoba, Almuzara, 2000.

Krause, Karl Christian Friedrich, Ideal de la humanidad para la vida, Madrid, Imprenta de Manuel Galiano, 1860.

Ruiz-Berdejo Gutiérrez, Pedro, “Historia comparada del Himno de Andalucía para su entronque definitivo en el Estatuto de Andalucía”, Actas del XII Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 2008, pp 223 - 237

Ruiz Romero, Manuel, “Los símbolos institucionales de Andalucía (1918-1982): de la marginalidad al pleno reconocimiento institucional”, II Congreso Internacional de Investigadores en Relaciones Públicas [libro de actas], Sevilla, Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, 2005, pp 683-701

Vergara Varela, Jesús P., “Los símbolos en el andalucismo histórico: Trayectoria de nuestra bandera, escudo e himno”, Andalucía en la historia, 2018 pp 40-44

 
Notas

1. “Letra y partitura del himno de Andalucía” [díptico editado por la Junta Liberalista, 1933], Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla (pendiente de signatura).

2. "El Sur", Córdoba, 28 de enero de 1933, p 1.

3. “Letra y partitura del himno de Andalucía” [díptico editado por la Junta Liberalista, 1933], Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla (pendiente de signatura).

4. Letra oficial del himno de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Ley 3/1982, de 21 de diciembre (BOJA nº 1, de 4 de enero de 1983), “Escudo e himno de Andalucía”.

5. "El Sur", Córdoba, 28 de enero de 1933, p 1.

6. Intervención de Luis Caballero (delegado de la Sociedad de Amigos del País de Jaén) en la Asamblea Regional de Córdoba de 1933: “Actas de la primera sesión de la Asamblea Regional de Córdoba”, Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla, Legajo 550, p 23.

7. José Díaz Arriaza y Manuel. Ruiz Romero. El proceso autonómico de Andalucía durante la II República, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1991, p 81.

8. Blas Infante, “Los ideales nuevos. Fragmentos de una conferencia pronunciada en el Centro Obrero de la Cruz Verde”, en Andalucía, 1 de agosto de 1919, pp 4-5.

9. El escudo original puede visitarse en el Museo de la Autonomía de Andalucía entre La Puebla del Río y Coria del Río (Sevilla).

10. C. Cr. Krause, "Ideal de la humanidad para la vida", Madrid, Imprenta de Manuel Galiano, 1860, p 6.

11. C. Cr. Krause, "Ideal de la humanidad para la vida", Madrid, Imprenta de Manuel Galiano, 1860, p 5.

12. Blas Infante Pérez, "Ideal andaluz. Varios estudios acerca del Renacimiento en Andalucía", 1915 (reed.), Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2010, p 24.

13. Pedro Ruiz-Berdejo Gutiérrez, “Historia comparada del Himno de Andalucía para su entronque definitivo en el Estatuto de Andalucía”, Actas del XII Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 2008, p 230.

14. Enrique Iniesta Coullaut-Valera, Blas Infante. Toda su verdad. 1931-1936, Córdoba, Almuzara, 2007, p 213.

15. El manuscrito original puede consultarse en el Centro de Estudios Andaluces (Sevilla).

16. Blas Infante Pérez, Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo, 1929-1933, reproducción facsímil de la edición de la Junta de Andalucía de 1980, Sevilla, Junta de Andalucía, 2010, pp 104-105.

17. Enrique Iniesta Coullaut-Valera, "Blas Infante. Toda su verdad", Volumen 1, 1885-1919, Sevilla, Signatura Ediciones, 2000, p 38. Luis León Domínguez, Los cuentos de Andalucía. Cuentos populares y anecdóticos, notas de jácara, tipos, cuadros y escenas de la vida andaluza, Madrid, Biblioteca Ibérica de Folklore (s.f.), pp 5-6.

18. Enrique Iniesta Coullaut-Valera, "Blas Infante. Toda su verdad", Volumen 1, 1885-1919, Sevilla, Signatura Ediciones, 2000, p 38.

19. Enrique Iniesta Coullaut-Valera, "Blas Infante. Toda su verdad", Volumen 1, 1885-1919, Sevilla, Signatura Ediciones, 2000, p 37.

20. Enrique Iniesta Coullaut-Valera, "Blas Infante. Toda su verdad", Volumen 1, 1885-1919, Sevilla, Signatura Ediciones, 2000, p 37.

21. Enrique Iniesta Coullaut-Valera, "Blas Infante. Toda su verdad", 1931-1936, Córdoba, Almuzara, 2007, pp 217-218.

22. Blas Infante Pérez, "Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo", 1929-1933, reproducción facsímil de la edición de la Junta de Andalucía de 1980, Sevilla, Junta de Andalucía, 2010, pp 104-105.

23. Blas Infante Pérez, "Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo", 1929-1933, reproducción facsímil de la edición de la Junta de Andalucía de 1980, Sevilla, Junta de Andalucía, 2010, pp 104-105

24. Enrique Iniesta Coullaut-Valera, "Blas Infante. Toda su verdad", Volumen 1, 1885-1919, Sevilla, Signatura Ediciones, 2000, p 303.

25. Este relato se ha divulgado por parte de los descendientes a través del Museo de la Autonomía de Andalucía y de él se hizo eco, por ejemplo, la película Una pasión singular (2003).

26. Por ejemplo, en la página web del Museo de la Autonomía de Andalucía se dice explícitamente que el piano sobre el que se compuso el himno permanece hoy en la sala de la música de la casa de Blas Infante, lo cual contradice al sobrino-nieto de José del Castillo quien afirmaba estar en posesión del mismo: “Donado a Granada el piano en el que se compuso el himno andaluz”, Granada Hoy, 25 de enero de 2012, p 43.

27. Pedro Ruiz-Berdejo Gutiérrez, “Historia comparada del Himno de Andalucía para su entronque definitivo en el Estatuto de Andalucía”, Actas del XII Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 2008, p 233.

Comentarios
Para escribir un comentario debes identificarte o registrarte.