Una jirafa en Copenhague
Delicadamente soberbio
Omar Jerez

Hoy quiero confesaros que yo también tengo un vicio (no, no es mi adorada manzanilla).Tengo una adicción incontrolable, he probado, he buscado,he imaginado, me he autocastigado inclusive pero nada de ello ha funcionado.Hoy quiero confesaros que soy lector compulsivo, un "drogalibros" de primera categoría, un yonki de las letras y las paginas. Hoy quiero confesaros ...
Justo hace ya un año cambie de dealer editorial, por su culpa mi adicción llego a la cúspide sensorial. Óscar García me ofreció "de lo bueno, lo mejor", aún recuerdo ese primer momento, tener entre mis manos algo con la combinación de mis dos adictivas pasiones y obsesiones: Literatura y arte contemporáneo (ya sé que no queda muy destroyer ser un "drogalibros" amante del arte contemporáneo, pero chic@s, es lo que hay, lo de la heroína está sobrevalorado...)
Sólo puedo deciros que ... Dios salve el arte contemporáneo, que de los libros ya me encargo yo.
Dios salve el arte contemporáneo
Óscar García García
Este libro surge a partir de un correo con una propuesta que derivó en un llamada telefónica y que, tras algún quebradero de cabeza, me llevó hasta la aceptación de este reto. Un desafío que me lanzaba nada más y nada menos que la editorial Paidós del Grupo Planeta y del que recogía el guante con incertidumbre y ganas a partes iguales.
Imaginaros recibir una llamada de una de las editoriales más importantes para escribir un libro para ellos. No podía creer que supieran que existía, que me dedicaba al arte y escribía sobre ello. Por supuesto, rápidamente acepté la propuesta, era un gran desafío que no iba a ser nada fácil pero solo podía decir sí, ante esta invitación para escribir sobre mi pasión: el Arte Contemporáneo.
Tras aceptar crear este libro dentro de la colección PARA CURIOSOS, una colección que habla de forma coloquial y cercana de todo tipo de temas, recuerdo como el editor me preguntó qué libro me gustaría escribir. Es de agradecer la libertad que tuve para poder enfocar el libro a mi manera. Tan a mi manera que decidí enfocarlo en los siete pecados capitales dentro del arte más actual.
La idea en la que se basa Dios salve el arte contemporáneo está relacionada con la afirmación: el ser humano es un animal. Sin embargo parece que quiere alejarse lo más posible de estas raíces animales y dominar su pasiones e impulsos más primitivos. Estos deseos o impulsos más reprimidos muchas veces se trasforman en vicios o pecados, ya sean religiosos, morales o éticos. Si tenemos en cuenta que nos valemos del arte para trasmitir nuestras emociones y sentimientos, este se convierte en el canal perfecto para canalizar nuestra pasiones más elementales o animales.
A partir de este concepto se estructura todo el libro, que ademas de un prólogo y una introducción, que nos hablada del paso de lo moderno a lo contemporáneo para ponernos en situación, cuenta con siete capítulos. Cada uno de ellos está protagonizado por un pecado capital y tres artistas, que se relacionan con el pecado en cuestión ya sea por su obra, su forma de trabajar, lo que quieren expresar, contra lo que intentan luchar o porque son unos verdaderos pecadores. Es cierto que cuando presenté esta propuesta, convirtiendo a los protagonistas del arte contemporáneo en unos “pecadores”, el equipo editorial se asustó un poco. Pero tras varias explicaciones detalladas del desarrollo del contenido, les cuadró y me dieron luz verde.
Yo soy mucho de contar historias y anécdotas artísticas y el libro está plagado de ellas. De ese modo, entre una curiosidad y otra, sin darnos cuenta, nos habla de conceptos como la performance, el arte conceptual, la instalación, el hiperrealismo, etc. Entre las numerosas curiosidades Dios salve el arte contemporáneo nos muestra un visión general de lo que está sucediendo en el panorama artístico actual. Algunas de estas anécdotas cuentan como Valerie Solanas disparó tres veces a Andy Warhol, como Jean-Michel Basquiat y Madonna fueron novios durante un tiempo, como Marina Abramovic y Lady Gaga han realizado una performance juntas o como el artista Anish Kappor ha patentado el color negro más negro del mundo para su uso exclusivo.
Algo que tenía claro cuando me embarqué en este proyecto era que quería escribir sobre lo contemporáneo. No quería escribir, como tantas veces se ha escrito de Picasso, Dali o Duchamp, quería hacerlo sobre artistas actuales. Así es como estos 21 artistas se convierte en los protagonistas: Damien Hirst, Jeff Koons, Anish Kapoor, Fernando Botero, Mu Boyan, Erwin Wurm, Ángela de la Cruz, Marina Abramovic, Regina José Galindo, Robert Rauschenberg, Tracey Emin, Wilfredo Prieto, Robert Mapplethorpe, Takashi Murakami, Deborah de Robertis, Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, Keith Haring, Muelle, Shepard Fairey «OBEY» y Banksy.
Pero a su alrededor en el libro aparecen otros muchos artistas que acompañan sus historias como Ai Wei Wei, Jenny Holzer, Jasper Johns, Mr Brainwash, Roy Lichtenstein, Sara Lucas, Mark Rothko o De Kooning. También aparecen como predecesores de lo contemporáneo Duchamp, Dali, Cezane, Van Gogh, Gauguin, Monet, Kandinsky, Malevich, Matisse, entre otros. Al igual que nos introducimos en el Nueva York de la década de 1970, en los comienzos del graffiti en Madrid, el nacimiento de la performance y el arte conceptual o el boom del arte urbano en nuestros días.
En el arte contemporáneo, sin duda, prima la figura del artista, su expresión interior, personalidad, originalidad e innovación; pero también sus vicios, flaquezas, debilidades y excesos. ¡Dios salve el arte contemporáneo!
Prólogo
Introducción. De lo moderno a lo contemporáneo1. La avaricia. Damien Hirst, Jeff Koons, Anish Kapoor
2. La gula. Fernando Botero, Mu Boyan, Erwin Wurm
3. La ira. Ángela de la Cruz, Marina Abramovic, Regina José Galindo
4. La pereza. Robert Rauschenberg, Tracey Emin, Wilfredo Prieto
5. La lujuria. Robert Mapplethorpe, Takashi Murakami, Deborah de Robertis
6. La envidia. Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, Keith Haring
7. La soberbia. Muelle, Shepard Fairey «OBEY», Banksy
Epílogo
Yo he confesado, Óscar nos ha enseñado y ¿tú? (¿a qué esperas para dejar de ser profano?)
Comentarios