Recensiones bibliográficas
¿De comodines a tabúes?
Albert Ferrer i Flamarich

Escritas durante los meses del confinamiento domiciliario de 2020 y publicadas por * del pianista, musicólogo y pedagogo Luca (Milán, 1966) plantean una revisión ontológica de términos de uso frecuente en la jerga musical y artística, cuya problemática radica en uno de los principios de economía de lenguaje: el número de significantes es muchísimo menor que el de significados.
books, estas Malditas palabrasSe trata de un ejercicio tratado tangencialmente por musicólogos de relevancia internacional en artículos y libros, a los que el autor hace referencia (Rubén Daniel o ). Con ello nos sitúa ante una crisis epistemológica que procura deshacer algunos peligros y clichés implícitos, partiendo de un enfoque personal y un ligero tono mayéutico que promueve una actitud performativa de su uso ambiguo, complejo, equívoco y, a menudo, tautológico y para que, tanto aficionados como profesionales de la música, hablemos, escribamos y, sobretodo, pensemos con mayor exactitud.
, Mark Evan ,Desde lo cuantitativo y cualitativo en lo lingüístico, lo filosófico y lo sociológico, Chiantore desenmascara expeditivamente la designación y funcionalidad de unos determinados artificios retóricos muy condicionados por nuestro sistema de categorías, valores, organización perceptiva y de relación con el mundo. Esta higiene conceptual, que resquebraja términos monolíticos, nace de una libertad y diversidad de perspectivas que cotejan los límites del lenguaje. Unos límites que son, a su vez, los del pensamiento. Con ideas y palabras certeras, incluso cuando parece divagar o entrar en aportaciones demasiado subjetivas, todo el libro extiende una desclasificación que cuestiona paradigmas y etiquetas que, en ocasiones, no sobrepasan el mero intento de transcribir sensaciones pero insostenibles en un examen etimológico y musicológico. Algo que para Chiantore significa una derrota de la palabra y del pensamiento.
En aras de una legitimidad y claridad metodológica, al inicio de cada capítulo expone las definiciones de cada vocablo extrayéndolas de tres fuentes distintas: de la edición electrónica del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española; del Diccionario de uso del español de y del Diccionario del Español Actual elaborado por , Olimpia Andrés y Gabino Ramos.
De este modo y en la primera parte, diez capítulos de diferente extensión (desde las cinco páginas de “esencia” y “musicalidad” a las veinte de “Clasicismo” o las veintiocho de “sentimiento”) establecen sinergias que hilvanan una red que correlaciona ideas expuestas en un tono asertivo, coloquial y directo, con un léxico accesible y con una redacción locuaz, fluida y bien construida en la sucesión de argumentos, sin abusar de un estilo retórico/poético fértil en metáforas y metonimias.
Esta especie de suite terminológica también ofrece lecciones de historia de la música en un itinerario que bascula de lo concreto a lo general y de lo general a lo concreto, cimentando un juego de reflejos que ilustran y desmontan un variopinto abanico de cuestiones: desde los automatismos aprendidos por el genio hasta la creatividad asociada a lo nuevo y no al óptimo nivel de lo existente; pasando por la constante mutación de toda esencia, y otros temas como la inspiración, que Chiantore sostiene es algo que viene de dentro y no de fuera.
También desgrana el embrollo entre el sentimiento, el afecto, la emoción y la pasión con el que el autor recuerda la importancia de la inteligencia emocional y la empatía necesarias que genera la música a diferentes niveles.
Igualmente sustanciales son las razones por las que la musicalidad no tiene nada que ver con lo musical, así como las justificaciones contra la regularidad, la simetría y el equilibro de las frases melódicas del Clasicismo en base a numerosos ejemplos de la obra de Mozart. Si por un lado especifica la interrelación y diferencias entre , y , los dos últimos más abundantes en el mundo de la clásica bajo el ropaje de la primera; por otro lado, en el tintero han quedado términos igualmente conflictivos como “lectura” y “ejecución”.
Su denuncia se desmarca de la perspectiva eurocentrista y de la esterilidad autorreferencial de la música clásica. Precisamente define esta música como algo más que un repertorio o una manera de recrearlo, puesto que implica una historia y unas formas de sentir espacios, códigos y valores estéticos.
Además refuta su pretendida superioridad frente otras músicas. Por esta razón, la parte central, "Intermezzo", reflexiona sobre el tópico de la música clásica como música compleja frente a la -supuesta- simplicidad de la música pop urbana. Lo hace a partir del comentario del “exitazo” que obtuvo la canción Despacito de Luis y e en 2017. Con esto, Chiantore afila ese prurito suyo analítico, sagaz y provocador, recordándonos que las preguntas –como las suyas- pueden ser individuales, los debates colectivos y las convenciones son institucionalizadas.
Por último, en el tercer bloque cavila sobre términos que sí considera válidos, como el de "ámbito", y acaba con un alegato a favor de la docencia y las escuelas en su capacidad adaptativa y comprensiva de una pluralidad de prácticas y de conocimientos que ayuden a encajar en un cada vez más difuminado y menos hegemónico mundo de la música clásica.
Aún con un desarrollo que podría condensarse sin perder relieve categórico, Luca Chiantore propone un ejercicio ante el que, a veces, no ofrece más salida que la de prescindir de unas palabras que, malditas o no, pasan de ser comodines a ser posibles tabúes derivados de una posición de escucha y pensamiento de lo sónico. Con ello apela a una ética más generativa y de carácter retroactivo que cuestiona los mecanismos conscientes e inconscientes causantes, a menudo, de una comprensión en falso de lo referido bajo un aparente velo teñido de exactitud.
En este sentido, su deconstrucción es también una acción política por cuánto amplía o restringe los límites semánticos y sociales de la terminología abordada. Es decir, de las estructuras e infraestructuras lingüísticas, cada vez más erosionadas desde nuestra subjetividad y la deformación provocada por la inercia de la lengua como ente vivo.
En conjunto, esta monografía participa de los ejes de transversalidad, novedad y apertura hermenéutica predominantes en parte de la musicología actual de alcance internacional y en la redefinición del marco teórico de significación estética, filosófica, social y cultural de las ciencias de la música.
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