Italia

El poliamor según Mozart y Da Ponte

Jorge Binaghi
miércoles, 7 de abril de 2021
'Così fan tutte' según Bechtolf © 2021 by Michele Monasta 'Così fan tutte' según Bechtolf © 2021 by Michele Monasta
Florencia, domingo, 28 de marzo de 2021. Così fan tutte (Viena, Burgtheater, 26 de enero de 1790). Libreto de Lorenzo Da Ponte y música de W. A. Mozart. Dirección de escena: Sven-Eric Bechtolf. Escenografía: Julian Crouch. Vestuario: Kevin Pollard. Intérpretes: Valentina Nafornita (Fiordiligi), Vasilisa Berzhanskaya (Dorabella), Benedetta Torre (Despina), Matthew Swensen (Ferrando), Mattia Olivieri (Guglielmo) y Thomas Hampson (Alfonso). Orquesta y coro del Teatro (maestro del coro: Lorenzo Fratini). Director: Zubin Mehta
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Desde su estreno la trilogía dapontiana recibió fuertes críticas por su ‘inmoralidad’. Y de las tres la que llevó la peor parte (y así ha sido siempre luego) fue este Così porque seguramente ilustraba una anécdota real, y no un mito famoso o una obra teatral de renombre.

Pero al final compositor y poeta se han salido con la suya. En estos tiempos ‘raros’ en que lo anterior tiene fuerza y lo que viene no acaba de estar claro nos han estallado las barreras de sexos y sentimientos. Y en los polos opuestos están las teorías de que lo mejor es estar casado con uno mismo o de que lo único realmente natural son relaciones sentimentales múltiples contemporáneas en todas sus variantes. Pues miren ustedes, es lo que predica de alguna manera, sin exponerlo con toda crudeza pero insinuándolo o incluso más, esta obra maestra. Que quien tenga razón sea el maduro filósofo de barrio cínico seguido a poca distancia de la criada entrometida (y liberada) no es algo que ocurriera todos los días, ni entonces, ni ahora (mañana no sé). Lo único que en plena filosofía de la Ilustración se pregonaba, de puertas afuera, que quien siguiera los dictados de la diosa Razón ‘bella calma troverà’. De puertas adentro, a don Alfonso se le acaba de escapar que la base (más bien amarga aunque él no PAREZCA quejarse) es el desengaño. Por eso la felicidad final de Così es aún más falsa y forzada que la de Nozze (y es raro que hoy una puesta en escena no termine ‘confundiendo’ las parejas establecidas). Y, por su subtítulo, sabemos que esta y no otra es la escuela de los amantes: por el engaño al desengaño. Súmenle ustedes las prédicas de Despina en sus dos arias y en cuanto tenga que decir, y estamos en la más rabiosa actualidad que parece a su vez dar razón también a Lucrecio cuando habla del ‘amor’, así, con comillas (‘Haec est Venus nobis’). Cuidado con las marionetas de Da Ponte cuando Mozart es el gran titiritero: están siempre un paso más adelante.

De puesta hablando, no es que me haya parecido memorable esta de Bechtolf, pero es más potable que otras. Y el vestuario es estupendo, las luces de Alex Brok adecuadas, y el escenario funcional (que lo que tiene de mejor es que cierra el enorme escenario del Teatro) y telones y demás no será una maravilla, pero mantiene la agilidad, en particular cuando menudean los números cerrados.

'Così fan tutte' de Mozart. Director musical: Zubin Mehta. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. Florencia, Teatro del Maggio, marzo de 2021. © 2021 by Michele Monasta.'Così fan tutte' de Mozart. Director musical: Zubin Mehta. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. Florencia, Teatro del Maggio, marzo de 2021. © 2021 by Michele Monasta.

Estoy hablando como si hubiera visto una función normal, y no. Fue la única de las propuestas que se filmó en directo y se pasará próximamente en streaming, y en presencia de un reducido grupo formado por críticos y otras personas relacionadas con el ambiente (para lo cual hubo que pasar antes un test rápido de tipo serológico). Así y todo, y pese al silencio sólo interrumpido por algunos débiles aplausos en el transcurso de la obra que fueron a más al final (suerte, para esos saludos que si no parecen dirigidos a nadie y causan un efecto demoledor), el espectáculo en vivo funcionó.

En lo musical había algún interrogante y propuestas interesantes. Digamos en primer lugar que Mehta tal vez tenga tiempos muy distendidos (el inicio de la obertura parecía más bien de Don Giovanni) y a veces acelere de golpe (‘Smanie implaccabili’ tuvo la lectura más veloz que recuerde), pero conoce y ama su Mozart, tiene una fantástica relación con la orquesta, y su capacidad para sobreponerse a todos los achaques de la edad y seguir en la brecha es admirable.

No me esperaba yo a un Hampson intacto, pero su Don Alfonso hablado, con alguna laguna de texto, y algunos momentos de emisión forzada y/o incierta superaron de lejos mis expectativas. Es siempre un artista distinguido, pero me pregunto qué otros cometidos líricos puede enfrentar hoy.

La protagonista de Nafornita era lo que más me preocupaba. Y su Fiordiligi demuestra que el papel es demasiado para ella, en especial en los graves y el centro. Cuando la vi en Norina me pareció muy buena, y no sé si no lo sigue siendo, pero en un personaje distinto de éste. Su segunda aria salió mejor que la primera, y la intervención mejoraba en los conjuntos y dúos.

De nada conocía a Swensen, un típico ‘tenorino’ de escuela anglosajona, de agudos fijos y metálicos, color blanquecino, bastante buena dicción, y una respiración decente (que no le bastó del todo para ‘Un’aura amorosa’). Como intérprete es voluntarioso

De Berzhanskaya me habían hablado con entusiasmo tras una Rosina reciente en Roma. La voz es importante, pero la emisión sumamente eslava no es lo ideal para Mozart. Cantó bien, y en particular su segunda aria con difíciles variaciones. Se movió con corrección. 

'Così fan tutte' de Mozart. Director musical: Zubin Mehta. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. Florencia, Teatro del Maggio, marzo de 2021. © 2021 by Michele Monasta.'Così fan tutte' de Mozart. Director musical: Zubin Mehta. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. Florencia, Teatro del Maggio, marzo de 2021. © 2021 by Michele Monasta.

Y vamos a las dos interpretaciones que dieron sentido a la representación. Se podía esperar que Olivieri fuera un excelente Guglielmo, y los que habíamos escuchado a Torre en Martina Franca, pensábamos que saldría airosa de Despina. Craso error. Tras su excepcional Giovanni en Macerata, la voz del joven barítono parece haber cobrado aun mayor consistencia en el centro, y para decirlo pronto, nunca he escuchado en vivo un Guglielmo que llegase con facilidad a llenar una sala como esta y que se oyera prácticamente siempre en los dúos, tríos, cuartetos y concertantes que estaban a su cargo. A la belleza del timbre y la igualdad de registros sin fisura alguna, a la emisión sin esfuerzos, a la dicción irreprochable, a la técnica consumada y al estilo sumó su arrolladora personalidad (lamentablemente entre las pocas tonterías de la puesta en escena tuvo que bailar junto con el coro ‘Bella vita militar’ como si en una discoteca estuviese, y salpicar su primer aria de movimientos de stripper -por cierto muy bien conseguidos, pero que aquí parecen totalmente desplazados). Imposible no señalar ‘Donne mie’ como uno de los puntos culminantes de la velada y de su actuación, pero sólo porque sus cualidades se ponen más de relieve. En mi recuerdo es el único digno de competir con el inmenso Keenlyside. Esperemos que no deje nunca a Mozart aunque queda claro que su evolución lo va a llevar por otros derroteros.

Torre nos dejó con la boca abierta: figura ideal, interpretación de un personaje difícil sin caer en ninguna vulgaridad ni manierismo, siempre en el peligroso filo de la navaja sin caer ni de un lado ni de otro y particularmente en sus dos disfraces, una voz absolutamente indicada para el papel, y un canto consumado, y no sólo en sus dos arias (también la segunda fue uno de los momentos estelares de la noche). Semejante dominio de voz y escena no son usuales, pero a este don Alfonso que firma estas líneas le trajeron tres veces (y una fue en un recitativo) a su primera, insuperable e insuperada Despina, la memorable Graziella Sciutti que debutó en Buenos Aires en 1967 con el mismo papel.

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