Entrevistas
Piazzolla, AstorLouise Jallu: ¡Debemos seguir el ejemplo de Martha Argerich!
Juan Carlos Tellechea
La joven bandoneonista Louise Jallu es toda una revelación. Su forma de tocar el instrumento gusta, y mucho, tanto en Europa como en el Río de la Plata. Nació, se crió y se formó en la ciudad de Gennevilliers que, en materia de bandoneón, es nuestro propio Buenos Aires en Francia, como ella misma afirma.
Sus padres eran admiradores de destacados compositores contemporáneos, y entre ellos descubrieron un día al revolucionario Astor Piazzolla, el gran renovador de la música porteña. En ese germinador se despertó en Louise la pasión por el tango y por Piazzolla, en cuyos numerosos homenajes por el centenario de su nacimiento participa activamente y a quien ha dedicado ahora un CD titulado Piazzolla 2021.
Pero Jallu, entretanto profesora de bandoneón del Conservatorio de Gennevilliers, no sigue una línea piazzollana por excelencia; posee ya un lenguaje muy peculiar y propio con visos de alcanzar rumbos inéditos hasta ahora. El pianista y compositor Gustavo Beytelmann nos decía recientemente en otra entrevista y con mucha razón que
el surgimiento de la joven Louise Jallu es una muy buena noticia para el tango.Trae con ella una sólida técnica bandoneonística, una visión original. Seguramente con el tiempo conseguirá materializar una potente opción para nuestra música.
Entre sus proyectos figura el de un concierto con la Orquesta Nacional de Bretaña, pospuesto para 2022, y realizar una gira por Argentina, en el momento en que las condiciones pandémicas lo permitan. Louise Jallu ha tenido la amabilidad de conceder una entrevista por correo electrónico a mundoclasico.com Estas son sus declaraciones exclusivas traducidas al español:
Juan Carlos Tellechea: ¿Qué reflexiones te inspira este parón de actividades culturales en general y musicales en particular por el coronavirus?
Louise Jallu: Sí. Los conciertos han cesado, los teatros han cerrado, el consumismo digital ha aumentado, no podemos enfrentarnos a nuestro trabajo con un público real, y esto me entristece mucho. Sin embargo, todos los agentes culturales, los directores de salas, de conjuntos y orquestas, habían tomado medidas enérgicas para respetar las "distancias sociales". Creo que habríamos sido muy "esenciales" sin ningún problema.
¿Qué balance (positivo y negativo) extraes de la situación?
En esta serie de confinamientos reinó una calma increíble, fue sorprendente, misteriosa y propiciaba una fuerte concentración en el trabajo. Con la vida social en pausa o detenida, pude trabajar con una eficiencia que nunca había encontrado antes y la mayoría de los arreglos para el nuevo álbum Piazzolla 2021 fueron escritos durante este período.
¿Qué proyectos tenías en marcha y cómo has tenido que modificarlos, y cuáles puedes emprender todavía?
Mi proyecto giraba sobre todo en torno a Piazzolla e igualmente en una suerte de concierto para bandoneón, gaita y orquesta (Sonatine Orchestra de Bernard Cavanna) que debía estrenar con la Orquesta Nacional de Bretaña y que tuvo que posponerse para 2022,
¿Dónde vives actualmente? ¿En Gennevilliers, en París o en Buenos Aires?
Vivo en Gennevilliers, nuestro propio Buenos Aires en Francia, para todo lo que tiene relación con el bandoneón.
¿Qué te dice Astor Piazzolla cuando tocas sus obras a tu manera?
Esta pregunta me obsesionó durante todo mi trabajo, ¡no podía dejar de formulármela!
De hecho, ¿qué habría pensado él? Gustavo Beytelmann me dijo que sin duda le habrían gustado todas estas "desviaciones", estas "derivaciones“, estos gestos insólitos. Él mismo había retomado completamente a su manera, y muy lejos de las versiones originales, una serie de títulos de tangos famosos. Me permití incluso retomar uno de sus arreglos de Mi refugio de Juan Carlos Cobián, que modifiqué también un poco a mi manera.
¿Presenciaron tus padres personalmente algún concierto de Piazzolla o solo lo conocieron a través de sus grabaciones?
Mis padres eran aún demasiado jóvenes para asistir al concierto de Astor Piazzolla en París en 1977. Pero hoy en día tienen una muy buena colección de vinilos y por supuesto de CDs de tangos, ¡perlas raras!
¿Por qué admiraban tus padres a Piazzolla y por qué se lo escuchaba tanto en tu casa? Cuéntanos alguna anécdota al respecto.
Siempre estaban a la pesca de viejas grabaciones de Astor Piazzolla. Recuerdo que habían encontrado una de las primeras grabaciones de Sinfonía de Tango, cuyo ejemplar- rarísimo- estaba en Canadá. El vendedor no quería enviarlo a Francia por miedo a que el disco se deteriorara. Recuerdo que mi padre encontró una solución recurriendo a conocidos de conocidos, porque lo querían a toda costa.
¿Cómo denominarías o describirías lo que tú creas: Nuevo Tango Nuevo o recreación de Piazzolla a tu manera?
No me plantee esa pregunta tan directamente, y no creo tener por otro lado la pretensión de encarnar un Tango Nuevo como pude leer en algún lado, en particular en el diario Le Monde. Este proyecto alrededor de Piazzolla vivía dentro de mí desde hacía mucho tiempo. Anteriormente había editado un álbum doble con versiones de un gran compositor de tangos, Enrique Delfino, demasiado poco conocido hoy, y ahora, con el proyecto Piazzolla 2021, me ocupo de un icono del género, célebre en todo el mundo, ¡un compositor exigente, popular e innovador a la vez!
Hay muchos grupos que interpretan admirablemente los arreglos que se encuentran o que se transcriben de algunos conciertos para hacernos revivir, casi de manera idéntica, la música de Astor Piazzolla. Yo no deseaba seguir en esa dirección; más bien me basé en una de sus afirmaciones, verdadera regla de vida de Astor Piazzolla: la de proponer algo distinto. Una posible “extensión”, una suerte de “tango prospectivo”, como él mismo lo hizo con tangos famosos, o al igual que los jazzistas, quienes saben cómo apoderarse de un título que se ha convertido en un estándar para proponer una música personal y diferente.
Los ejemplos más célebres y geniales pueden ser el Porgy & Bess de , el Chim Chim Cheree o My Favorite Things de John y . Obviamente no tengo la pretensión de llegarle a los talones a esas obras maestras, pero a mi manera intenté proponer otro enfoque de Piazzolla en donde los arcanos de la modernidad de su música sean aún más visibles. También establecimos una colaboración con el compositor que aportó elementos esenciales sobre su música.
¿Aprendiste/estudiaste bandonéon desde un comienzo, o fue el piano tu primer instrumento?
Empecé por el bandoneón. Tuve la suerte de vivir en la única ciudad de Francia (y en ese momento de Europa) en donde el Conservatorio daba clases de bandoneón. Si hubiera vivido a 10 kilómetros de aquí, mi vida habría sido, sin duda, muy diferente.
¿Cuándo y cómo llegó el bandoneón a tus manos?
Mi hermana mayor ya tocaba el instrumento. Entró en casa gracias a ella. ¡Una suerte! Enseguida yo también lo elegí, de tanto que me fascinaba esa caja mágica, con ese fuelle misterioso, ese sonido tan dominante.
¿Te ha ocurrido alguna situación cómica o divertida con el bandoneón (antes, cuando estudiabas, u hoy, en nuestros días)?
Sí. Como los instrumentos que prestaba el conservatorio eran bastante viejos, de tanto en tanto una o dos teclas salían volando hacia el público durante las audiciones, lo cual ¡distendía a todo el mundo!
¿Exploras constantemente el bandoneón? ¿Le has descubierto nuevas posibilidades?¿Cuáles?
Como me gusta mucho la música contemporánea y la creación tuve ocasión de colaborar con varios compositores, cosa que siempre me encanta. El instrumento, con su configuración diatónica, ofrece posibilidades sorprendentes y ya en el álbum Francesita, y obviamente también en Piazzolla 2021, desarrollé y utilicé algunas maneras de tocar que creo novedosas. Por ejemplo el cruce de alturas entre los teclados derecho e izquierdo ofrece posibilidades increíbles, también el hecho de que en una misma octava se pueda hacer sonar la misma nota de manera diferente en los cuatro diferentes teclados, y también diferentes formas de vibrato, de vibración del sonido.
Por favor, menciónanos uno por uno a tus maestros (no te olvides de ninguno) y cuéntanos qué te ha aportado cada uno de ellos, ¿cuáles son sus respectivos legados que tú conservas como un tesoro en tu mente?
Los cursos de bandoneón los creó el director del Conservatorio de esa época, Bernard Cavanna, en conjunto con los dos profesores eminentes César Stroscio y Juan José Mosalini. A los chicos nos iniciaban otros profesores, generalmente salidos de la misma escuela: Kristina Kuusisto, Peer Arn Glorvingen y sobre todo Jean-Baptiste Henry.
Kristina me impulsó enseguida a tocar con otros chicos, de una manera muy lúdica. A Jean Baptiste le debo su espontaneidad, su generosidad y el descubrimiento del repertorio. A Peer Arn las ganas de escribir e improvisar. A César, con quien pasé largos años y de quien me siento muy próxima, le debo su musicalidad, la conducción del sonido, el fraseo. Y a Juan José la exigencia y el rigor.
¿Qué marca de bandoneón tocas, y por qué?
Es un Alfred Arnold moderno de la Bandonionfabrick de Klingenthal. Es mi segundo Doble A. Antes, cuando todavía era niña, había estudiado con un de los años 40, un instrumento que todavía tengo y que uso en ciertas situaciones. ¿Por qué este instrumento? Evidentemente por su calidad sonora, la mecánica es formidable, y el cuidado de los luthiers en la fabricación de sus instrumentos, que resultaron en el estándar de los famosos 142 tonos.
¿Prefieres los bandoneones de fabricación antigua o los modernos, y por qué?
La técnica de estos instrumentos evolucionó mucho, el que yo utilizo tiene novedades atractivas en comparación con los antiguos, lo que permite otras cosas. De todos modos me gustan también los instrumentos antiguos, pero en general a la belleza del sonido se le contraponen algunas debilidades mecánicas.
¿Qué es para ti el tango, qué sientes, te son familiares sus códigos?
Es un lenguaje particular, nacido sin embargo de raíces e influencias múltiples, desde la música africana al bel canto de la ópera italiana. Un lenguaje popular pero que también es exigente en lo tocante a la escritura, un estilo en donde el tempo en general es fluctuante, la agógica (las ligeras modificaciones de ritmo o tempo en la interpretación) permite expresar las distintas sensibilidades humanas, y el aporte inconmensurable de Astor Piazzolla, que hizo conocer el tango en el mundo entero hace que hoy el género se haya convertido en un fenómeno planetario, como el jazz.
¿Qué es para ti libertad?
Sin dudas es el poder de actuar, de crear, una cosa que debe ser y que todavía no existe.
¿Hay creación propia de tango en Francia?
Sí. Hay una gran cercanía entre Argentina y Francia. Muchos músicos argentinos viven en Francia y colaboran con músicos franceses salidos del mundo del jazz o del clásico. Uno de los momentos fuertes fue el famoso trío Gustavo Beytelman-Patrice Caratini-Juan José Mosalini. Actualmente se puede afirmar que Gerardo Jeréz Le Cam o Tomás Gubistch, entre otros, figuran como los representantes de la creación del tango en Francia.
¿Es la actual difícil situación en Francia inspiradora para crear un tango?
El tema de Piazzolla Soledad, con esa instrumentación casi “desértica” que elegí se podría asimilar a la situación que vivimos en estos momentos.
¿Dónde te sientes mejor: en el tango, en el jazz, en el rock, en la música clásica o en algún otro género?
Me interesan todas las formas musicales. El rock un poco menos, quizás. Tengo una gran curiosidad por las músicas contemporáneas.
¿Buscas lugares nostálgicos en tus creaciones?
No necesariamente los lugares, pero sí las sensaciones. Como por ejemplo en mi composición A Gennevilliers, que se hace eco de lo que viví en esta ciudad, mi familia, los años practicando bandoneón en el conservatorio con mi hermana, la gente que conocí y el tiempo que pasa ineluctable.
¿Eres curiosa?
En nuestra profesión hay que serlo. No hay que tener ninguna certeza, hay que ir hacia el otro.
¿Cómo preparas tus interpretaciones? ¿Te informas exhaustivamente de la historia del compositor y de las circunstancias en que fueron compuestas sus obras?
Por supuesto. Leo mucho y busco comprender a los protagonistas que están en el corazón de mis proyectos. Enrique Delfino me mantuvo ocupada por años, y Astor Piazzolla lo hace aún hoy.
¿Qué te dice ese lenguaje porteño tan peculiar? ¿Te dice algo hoy, siglo XXI, un intérprete y compositor como Carlos Gardel que tenía raíces francesas?
Es exagerado afirmar que Buenos Aires es una capital europea. Hay costumbres y expresiones que encontramos ahí que también se pueden constatar, expresiones del lunfardo, expresiones de un pueblo. Sí. El lenguaje porteño me habla y me quedan años para profundizarlo.
¿Sientes hoy de alguna manera que el bandoneón ha sido o es todavía un dominio exclusivamente masculino?
Sin duda, lo fue durante mucho tiempo.
Me gusta citar esta anécdota sobre la bandoneonista y compositora, Paquita Bernardo (1900-1925), quien a pesar de su juventud se impuso en los escenarios de Buenos y pese a las prohibiciones de todo tipo, de su entorno familiar que no quería que estudiara este instrumento, de la sociedad de la época que no imaginaba a una mujer ¡con este instrumento! (y esto, por la única razón de que se arriesgó a mostrar ligeramente sus piernas). Por desgracia, no vivió lo suficiente para invertir esta tendencia. Además, tengo en mente la idea de hacerle un homenaje algún día, quizás en un próximo disco.
Afortunadamente, ya no estamos allí, aunque es necesario permanecer alerta, y en Francia como en Argentina, este instrumento es practicado por mujeres. Como profesora del Conservatorio de Gennevilliers, en la región de París, he observado que la proporción es de aproximadamente 1/3 de mujeres por 2/3 de hombres.
¿Qué te llama la atención de la evolución actual?
En Francia, ¡los movimientos feministas están de nuevo en auge! Hubo grandes movimientos feministas después de la Primera Guerra Mundial (las sufragistas en particular), otros movimientos aparecieron después de la Segunda Guerra Mundial (pero todavía estábamos en la Edad Media) y no fue hasta 1968 cuando las mujeres pudieron conseguir un mínimo de autonomía y reparto de poder.
Hoy, lo que me llama la atención en la evolución actual es una verdadera toma de conciencia, incluso por parte de los hombres, de las desigualdades que todas y todos sufrimos. Por ejemplo, en el ámbito cultural, es normal que las directoras de orquesta o las compositoras estén menos programadas que los hombres (lo que ya no es el caso, al menos de las intérpretes). Así pues, esta situación parece equilibrarse progresivamente, aunque las instituciones deben permanecer atentas a la aplicación de algunas nuevas directivas.
De hecho, en el propio vocabulario de nuestra lengua, algunas palabras ya son femeninas, como cheffe o écrivaine, y esto es así desde hace pocos años.Antes, solíamos decir femme chef d’orchestre o une femme écrivain (mujer directora de orquesta o una mujer escritora).
En Argentina, una personalidad como Martha Argerich ha marcado la diferencia en este campo, y sin ninguna directiva, por lo que es y por lo que muestra a todo el mundo. Por lo tanto, sería necesario considerar a todas las mujeres bandoneonistas de la misma manera que consideramos a las mujeres pianistas o violinistas. Todavía queda mucho camino por recorrer ¡Debemos seguir el ejemplo de Martha!
¿Es difícil para una mujer imponerse en este campo y por qué?
Puede que haya un residuo de "superioridad" a los ojos de algunos hombres que haga que se les tenga menos en cuenta, pero de todos modos, ¡el problema es mucho más difícil en la tauromaquia para una mujer que osa enfrentarse al toro!... pero sin llegar a estos extremos, se puede afirmar que la situación de las mujeres de jazz (jazzwomen), las jazzistas, es especialmente difícil.
En Francia conocemos a varias bandoneonistas de renombre que actúan regularmente y que son apreciadas. Pero he experimentado con las solistas de bandoneón, sobre todo en los ensayos, dificultades del tipo: "que no podríamos pretender igualar a los hombres en este instrumento", ¡tanto a los jóvenes como a los más viejos! Así que tenemos que luchar, hacernos respetar -como decimos- y sobre todo oponernos a ellos, por la música, por el toque, por nuestras interpretaciones, que también podemos sorprenderles o incluso superarles... en cualquier caso ¡"hacer algo más"!
¿Qué les dirías a otras mujeres que quieren aprender y estudiar bandoneón y no se han animado todavía a hacerlo?
Como profesora, obviamente las animo y el instrumento las fascina igualmente. Hubo un tiempo en el que existía este prejuicio sobre los instrumentos pertenecientes a la familia de los metales. Hoy tenemos mujeres en la trompa, la trompeta, el trombón e incluso la tuba como solistas en las grandes formaciones sinfónicas. Todavía hay algunos prejuicios, como los que teníamos en la época de Paquita Bernardo. A veces me encuentro con padres de alumnas que piensan que este instrumento ¡no está "adaptado" para una niña! Así que entonces, frente a ello, por supuesto, hay que contraargumentar y demostrar que por el contrario se adapta y ¡sea cual sea el género de la persona!
Muchas gracias Louise Jallu por tan interesantes y amables declaraciones. ¡Y, ojalá puedas concretar tu idea de homenajear en un nuevo CD a Paquita Bernardo como lo merece; en 2020 se cumplieron 120 años de su nacimiento!
Comentarios