Música popular
Piazzolla, AstorEduardo Rovira y Astor Piazzolla, la vanguardia del tango
Juan Carlos Tellechea
Como ocurre con tantos músicos en la historia, también Eduardo Rovira y Astor Piazzolla siguieron rumbos diferentes en el desarrollo del tango de vanguardia. Pero, tras la muerte prematura de Rovira en 1980 su obra sufrió un injusto olvido o la casi total indiferencia del público. Nadie es profeta en su tierra, y a no le dió el tiempo para salir mucho al exterior y conquistar a otras plateas. De haberlo hecho, su música muy probablemente se hubiera universalizado también como hoy la de Piazzolla.
Esa es la impresión que nos deja, tras haber escuchado temas hasta ahora poco conocidos o inéditos, como Calle 6 (lugar de encuentro de Rovira con sus amigos en la ciudad de La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires), La depre (dedicada a su amigo, el psiquíatra Hugo Cacho Spañol), Tango para el profe (en honor al preparador físico del equipo campeón de Estudiantes de La Plata, profesor Jorge Kistenmacher), entre otros.
Desde hace cinco años SONICO, un conjunto de músicos originarios de varios países, liderado por el argentino Ariel Film & Arts. De este magnífico concierto ofreceremos en breve una reseña.
Algo de historia
Al rescate de valiosos registros
Simple, uno de los preciosos temas del álbum Eduardo Rovira - Inédito e inconcluso, es el único arreglo rescatado de un famoso trío con Osvaldo Manzi (piano) y Enrique Kicho Díaz (contrabajo) que no dejó registros fonográficos. Para ello reconstruyeron una cinta magnética que guardaba el productor del disco, Óscar del Priore.
Del Priore, un estudioso de la historia del tango, había logrado grabar una emisión de radio con una precaria instalación que conectaba los cables del receptor a un viejo magnetófono de cinta abierta. Este es el único registro existente de uno de los tríos más revolucionarios de la historia del tango, cuya actividad se remonta a finales del decenio de 1950: Rovira, Kicho Díaz y Manzi.
Valiosos registros
El disco está asentado principalmente en un material que Rovira grabó en noviembre de 1975, cuando entró por última vez a un estudio de grabación para registrar Que lo paren, la que sería su postrera placa. Pocos saben del hermético mundo de este compositor que además grabó otro material que nunca fue editado, perdiendo la posteridad la oportunidad de escuchar una obra tan revolucionaria como ignota. A estas obras grabadas al final de su vida, los músicos de SONICO le agregaron además otra obra única, Solistas, cedida por el violonchelista de Rovira, Enrique Quique Lannoo y arreglada por Camilo Córdoba (integrante original de Sónico)
Este segundo álbum es resultado de un importante proyecto de ardua investigación y transcripción que ha recuperado 14 piezas basadas en manuscritos y grabaciones no comerciales de Eduardo Rovira. Rovira vivió más de diez años en La Plata, hasta su fallecimiento de un ataque cardíaco en la puerta de su casa, en la calle 3, no lejos del punto de cita con sus incondicionales.
The Edge of Tango (El límite del Tango)
El próximo a editarse tercer álbum de SONICO rescata obras desconocidas de Rovira y Piazzolla en los albores del tango de vanguardia a finales del decenio de 1950. Ambos experimentaban un momento del tango en el que inevitablemente tenía que producirse esa gran renovación. Así, al menos, lo sentían en su tiempo los jóvenes de aquellas décadas. Rovira, quien vivió, se formó y trabajó siempre en la Argentina, comenzaría a estudiar a los 15 años de edad (1940) con el maestro Pedro Aguilar las técnicas que después volcaría en su personalísima música: contrapunto, dodecafonismo, diversas formas musicales contemporáneas, composición e instrumentación.
Piazzolla, por su parte, a los 13 años (1934), bajo el influjo de su vida en un barrio pobre y conflictivo de Nueva York (en plena depresión económica), el jazz y los músicos llegados de la Europa de entreguerras tomaba sus primeras clases de música clásica y moderna, conocería a Carlos Gardel (El día que me quieras) y admiraría desde la distancia a los grandes del tango Agustín Bardi, Eduardo Arolas, Julio De Caro, Elvino Vardaro, Osvaldo Pugliese.
En fin, fueron dos destinos muy diferentes, pero con un objetivo común, sacar del estancamiento y paulatino declive a la música típica y hacerla evolucionar, contra la férrea oposición de los tradicionalistas. Una lucha contra viento y marea en la que los dos, partiendo de un mismo vértice, realizan búsquedas diferentes, y hasta complementarias, en la creación de un tango nuevo.
Un lenguaje obsoleto
Los dos músicos despliegan sus primeras armas en la época de oro del tango. Piazzolla con Aníbal Troilo; Rovira con Alfredo Gobbi, Miguel Caló, Osmar Maderna y José Basso. Son testigos del ocaso de la música popular ciudadana, tras el golpe de estado de 1955 contra el presidente Juan Domingo Perón y los cambios que sobrevinieron en las ofertas, las preferencias y los hábitos musicales, tanto en Buenos Aires, como en Montevideo, sobre la otra orilla del Río de la Plata.
Piazzolla, para crear a su Octeto Buenos Aires, su primera formación de vanguardia, se ve fuertemente inspirado por las orquestas de Stan Kenton y Gerry Mulligan, con arreglos muy detallados y margen específico para la improvisación. Para Rovira, el Octeto La Plata resultaba ser un lugar perfecto para experimentar en relación a sus inquietudes que lo llevaban a imbuirse en la vanguardia de las décadas de 1920 y 1930 de la música contemporánea (Igor Stravinski, Béla Bartók, Arnold Schönberg).
Tanto uno como el otro incorporaron elementos que modernizaron el lenguaje del tango: Piazzolla sumó a su conjunto la guitarra eléctrica y sus improvisaciones, Rovira agregó efectos electrónicos al bandoneón. Donde Piazzolla usó fugas, Rovira utilizó el contrapunto. Aún hoy podemos considerar a estas posturas creativas entre la música más interesante jamás producida en la Argentina y un legado que en nuestros días adquiere cada vez mayor importancia para el mundo, explica Eberstein a la prensa internacional.
La idea de explorar los límites
El título del tercer disco, Piazzolla – Rovira: The Edge of Tango no fue elegido al azar, afirma Eberstein. Piazzolla y Rovira suelen presentarse como las dos posibles vanguardias del ‘tango nuevo’. Se dice incluso que pudo haber habido algún enfrentamiento personal entre ellos. No está del todo claro quién fue el primero que modernizó el tango. El prolongado debate generado en torno a esta cuestión tampoco ha resuelto la controversia.
De ahí la importancia de que SONICO haya decidido grabar este álbum para la conmemoración del centenario de Astor, con temas de ambos creadores, demostrando que las revoluciones no son unipersonales, sino colectivas. En este álbum se muestra simultáneamente y frente a frente por primera vez la música de los octetos originales de Rovira y Piazzolla, formaciones fundadoras del tango de vanguardia, con los que ambos exploraron, cada uno por su lado, los límites (The Edge) del género.
El impulso
La idea de concebir el tercer álbum de SONICO surgió en 2018 durante la primera gira por Argentina dentro del programa Ayer Hoy Era Mañana de la emisora de radio porteña 2x4, producido por el contrabajista Ignacio Varchausky, creador y director artístico de la Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce, de Buenos Aires. En la oportunidad, los músicos tomaron contacto con Óscar del Priore, quien es además docente y legendario locutor de radio, además de productor de aquel célebre LP de Rovira.
Del Priore les hizo escuchar una grabación de finales del decenio de 1950 con temas inéditos del Octeto La Plata, desde el cual Eduardo Rovira impulsaría la creación de un tango de vanguardia. Esto ocurría paralelamente a la formación del Octeto Buenos Aires de Astor Piazzolla en 1955, al regresar de sus estudios en París (con Nadia Boulanger).
Repertorio
La aventura de unir el repertorio del Octeto Buenos Aires y del Octeto La Plata implicó tener que utilizar dos formaciones diferentes con un total de 10 músicos para esta producción. Desempeñan un papel destacado el guitarrista eléctrico argentino Camilo Córdoba en el set piazzollano y reemplazarlo por el violista mexicano Óscar Quiñonez para atender la propuesta orquestal de Rovira.
Los 16 temas incluidos en este tercer álbum de SONICO rescatan un repertorio perdido (Astor quemó sus partituras originales; las de Eduardo se dañaron en una inundación) e incorporan cuatro versiones inéditas, conservadas hasta ahora en grabaciones no profesionales (tres piezas de Rovira, y una de Piazzolla).
Cosmopolitismo
Para músicos que provienen de países donde la inmigración y la emigración son cosa normal, hacer música con gente de otras latitudes es lo más natural del mundo. La cuestión de hasta qué punto músicos venidos de otros rincones del planeta sienten o comprenden las claves de la cultura del tango puede responderse solo a través del interés que despierten en estos artistas. Los instrumentistas de SONICO son especialistas en el género; se han dedicado a conocer y a estudiar el tango como parte de sus carreras artísticas que incursionan asimismo por otros rumbos.
Cómo seguirá esta investigación
Con respecto al futuro de SONICO, evidentemente nuestra energía estará centrada en el lanzamiento de nuestro tercer álbum en septiembre. El mismo será presentado en una serie de 20 conciertos en Europa a partir de octubre 2021, declaró Eberstein a mundoclasico.com en respuesta a una breve consulta vía correo electrónico.
Por el otro lado, a futuro tenemos pensado diversas producciones alrededor de Rovira en diferentes formaciones que van desde instrumentos solos hasta versiones orquestales. La obra de Eduardo Rovira resulta una fuente inagotable, tanto en la reconstrucción de su material ya grabado, muchas veces no tan fácil de conseguir, así como material inédito que aún no fue grabado.
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