Bélgica
Piazzolla, AstorPiazzolla – Rovira, The Edge of Tango
Juan Carlos Tellechea

Eduardo Rovira y Astor Piazzolla, cada uno por su lado y con sus respectivos lenguajes, plasmaron la vanguardia del tango. El primero, con su complejo tratamiento instrumental del género en el plano de la orquesta típica. El segundo con un estilo de contenido revolucionario, temperamental y evolucionista.
El grupo SONICO que lidera el contrabajista Ariel Eberstein ha presentado en un maravilloso concierto en el Teatro Minard, de Gante (Bélgica) los temas que integran su tercer álbum: Piazzolla-Rovira The Edge of Tango que será lanzado en septiembre próximo.
El recital (sin público, por las medidas contra la pandemia), grabado en vídeo el 4 de abril de 2021 y transmitido desde el pasado 30 de mayo por el canal cultural Film & Arts para América Latina, consagra su primera parte al legendario Octeto La Plata, con el que Rovira colaboró primero como arreglista, antes de encabezarlo a partir de 1960.
Esta sección incluye dos de las obras más representativas de Rovira como compositor: Monroe 3307 y Serial dodecafónico, ésta de mayor extensión y fruto de su gran inquietud musical. Las otras interpretaciones son excelentes arreglos de Rovira sobre temas de Piazzolla (Nonino, Tango del Ángel, Melancólico Buenos Aires), Enrique Lanoo (A Horacio Paz) y Julián Plaza (Nostálgico).
La segunda parte del concierto está dedicada al Octeto Buenos Aires, de Astor Piazzolla, con los arreglos que hiciera éste de Taconeando (de Pedro Maffia), Tangology (Horacio Malvicino), Arrabal (José Pascual), Tierra Querida (Julio de Caro), Los mareados (Juan Carlos Cobián), El Entrerriano (Rosendo Mendizábal), y A fuego lento (Horacio Salgán, otro revolucionario innovador de su época y uno de los precursores del tango de vanguardia).
En sus dos primeros álbumes, Eduardo Rovira: la otra vanguardia (2018) y Eduardo Rovira - Inédito e inconcluso (2020), el conjunto internacional encabezado por Ariel Eberstein ya había abundado en otras prodigiosas páginas de Rovira como Azul y Yo, Tristoscuro, Sónico, Que lo paren, A Roberto Arlt, Bandomanía, sin haber agotado su repertorio ni mucho menos.
Aquel mítico Octeto La Plata, formado en 1957 por un núcleo de músicos de la ciudad de La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires) lo integraron, entre otros, Leopoldo Soria (piano), Fernando Romano (contrabajo), Enrique Lanoo (violonchelo), Ernesto Citón (violín), Héctor Ojeda (violín) y Omar Luppi (bandoneón solista y arreglador; tarea en la que colaboró asimismo Rovira). Son nombres poco conocidos fuera del ámbito del Río de la Plata, pero sus integrantes pasaron más tarde a formar parte de otras prestigiosas orquestas porteñas reconocidas en todo el mundo.
Otro tanto ocurrió con el legendario Octeto Buenos Aires, creado en 1955 por inciativa de Astor Piazzolla, recién llegado a Buenos Aires desde París, adonde había acudido a estudiar con Nadia Boulanger, sabia y visionaria maestra de maestros. Aquella formación estuvo originalmente integrada por Piazzolla (bandoneón y arreglos), Roberto Pansera (bandoneón), Enrique Mario Francini (violín) , Hugo Baralis (violín), José Bragato (violonchelo), Aldo Nicolini (contrabajo), Horacio Malvicino (guitarra eléctrica) y Atilio Stampone (piano).
Alternarían más tarde en el conjunto Hamlet Greco (contrabajo) y Juan A. Vasallo (contrabajo), Elvino Vardaro (violín) y Leopoldo Federico (bandoneón). El tango Arrabal, de José Pascual, sería su primera interpretación, a partir de la cual surgiría ese estilo revolucionario espoleado por la búsqueda permanente de nuevas posibilidades rítmicas, armónicas y contrapuntísticas. También estas grandes figuras marcaron y signan aún indeleblemente la historia del tango.
Una nueva generación de excelentes músicos originarios de varios países integra hoy SONICO: Lysandre Donoso (bandoneón, Francia), Carmela Delgado (bandoneón, Francia), Stephen Meyer (violín, Estados Unidos), Daniel Hurtado Jiménez (violín, España), Oscar Quiñonez (viola, México), Guillaume Lagravière (violonchelo, Francia), Ariel Eberstein (contrabajo), Camilo Córdoba (guitarra, Argentina), Ivo De Greef (piano, Bélgica), Gaetan La Mela (glockenspiel, Bélgica).
La orquesta exhala virtuosismo puro y sigue minuciosamente una escritura muy elaborada. El bandoneón solista, con ciertos márgenes de libertad en la improvisación apresura extraordinariamente el tempo en Serial dodecafónico. En algunos pasajes subraya con énfasis incluso el carácter onírico de esta lograda pieza de Rovira.
Nonino, a su vez, conserva acentuado, naturalmente, el carácter rítmico que le imprimiera Piazzolla a este tango dedicado a su padre, antes del elegíaco Adiós Nonino que compusiera en 1959 en Nueva York bajo las dolorosas circunstancias por la muerte de don Vicente Piazzolla.
En el apasionado Melancólico Buenos Aires (al que no se le escapa una hermosa cita de J.S. Bach al final), de Piazzolla, y en el ávido Monroe 3307, de Rovira, el ritmo es más ansioso, sediento, vívido. Pero los matices están a la vista. Sus escuelas son diferentes. Todo lo de temperamental y verista que caracteriza al primero, lo tiene de cerebral, estructurado y técnico el segundo. En El Entrerriano y en el monumental A fuego lento, la guitarra eléctrica gana también su propio espacio. Los músicos, de todas formas, disfrutan tanto con Piazzolla como con Rovira, y le prestan su calidez, su entrega a este trabajo muy bien hecho.
Film & Arts transmitirá nuevamente este vídeo el 26 de junio a las 18 horas de Argentina (23 horas del centro de Europa). En Europa, Asia, Estados Unidos y Canadá puede ser visto por el canal de youtube.
Comentarios