Alemania

Klavier-Festival Ruhr 2021

El hecho de que pueda darles las gracias se debe a la casualidad de que todavía estoy por aquí

Juan Carlos Tellechea
viernes, 1 de octubre de 2021
Alfred y Adrian Brendel, Kit Armstrong y Andrej Bielow © 2021 by Peter Wieler Alfred y Adrian Brendel, Kit Armstrong y Andrej Bielow © 2021 by Peter Wieler
Düsserldorf, martes, 21 de septiembre de 2021. Sala Robert Schumann. Kunstpalast Düsseldorf. Kit Armstrong, piano, Andrei Bielov, violín, y Adrian Brendel violonchelo. Joseph Haydn, Trío en mi mayor para violín y violonchelo y piano Hob. XV:28, Trío en mi bemol mayor para piano, violín y violonchelo Hob. XV:30. Kit Armstrong "Time flies like an Arrow" para trío de piano (encargo del Festival de Piano del Ruhr 2011 con motivo del 80º aniversario de Alfred Brendel), "fast zu ernst“ (“casi demasiado serio") para trío de piano (encargo del Festival de Piano del Ruhr 2021 con motivo del 90 aniversario de Alfred Brendel - estreno mundial). Harrison Birtwistle, "Lied" para violonchelo y piano (encargo del Festival de Piano del Ruhr 2006 con motivo del 75º aniversario de Alfred Brendel). Bis: Joseph Haydn: Finale. Vivace, de: Trío para piano en re menor Hob. XV:23. Klavier-Festival Ruhr 2021. Alfred Brendel zum 90. Geburtstag (Homenaje a Alfred Brendel en su 90º aniversario). Aforo 50%, reducido por las medidas de prevención e higiene contra la pandemia de coronavirus.
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Al igual que a su amado Joseph Haydn, a Alfred Brendel le encantan las sorpresas, le gusta lo absurdo, tiene un exquisito sentido de la contradicción, y un humor enigmático, pero contagioso. Para celebrar su 90º aniversario el Klavier-Festival Ruhr 2021 le rinde homenaje con un ciclo especial de cinco conciertos que reúne a artistas que o bien fueron alumnos suyos o están en contacto con él de alguna u otra forma.

El hecho de que pueda darles las gracias se debe a la casualidad de que todavía estoy disponible por aquí, dice Brendel riendo y tras subir al escenario apoyado en un bastón al concluir el segundo de los recitales este martes en la Sala Robert Schumann, de Düsseldorf, y ante la hilaridad del público por la ocurrencia.

Estoy especialmente agradecido por el honor y el placer que me ha proporcionado esta serie de conciertos. Me da la oportunidad, no de mirar por encima del hombro a los viejos amigos, no, sino de sentarme y maravillarme con la música que me llega con tanta variedad. Doy las gracias a todos los implicados, sobre todo a Kit Armstrong, Andrei Bielov y mi querido hijo Adrian, que han conseguido sorprenderme. Y doy las gracias al público, sin el cual los músicos de concierto no podríamos ser lo que somos

afirma Alfred Brendel desde el escenario.

En la velada el pianista y compositor Kit Armstrongel violinista Andrei Bielov y el violonchelista Adrian Brendel han estrenado mundialmente una pieza en su honor fast zu ernst (“casi demasiado seria“) para trío de piano, encargada por el propio festival.

El programa comienza con Joseph Haydn, termina con Joseph Haydn y por último se extiende en los bises con Joseph Haydn. En el medio fueron colocadas dos obras de Armstrong (además de la antes mencionada, Time flies like an Arrow que le comisionara también el evento para el 80º cumpleaños de Alfred Brendel en 2011), así como Lied, de Harrison Birtwistle, para violonchelo y piano, encargada por este festival en 2006 con motivo del 75º aniversario de Alfred Brendel.

El gran maestro, que se desarrolló como pianista en gran medida de forma autodidacta, pese a su orientación hacia Edwin Fischer y Alfred Cortot, educó a sus alumnos para que fueran independientes y a menudo comparaba la música con el teatro. Cada pieza de piano significa un nuevo papel con personajes cambiantes, les decía. El intérprete debe cantar, hablar, dirigir y orquestar mientras toca el piano. A este homenaje acuden asimismo, en los próximos días, otros alumnos elegidos por el propio Brendel: Anne Queffélec, Imogen Cooper y Francesco Piemontesi.

El trío Armstrong, Bielov, Brendel lleva tiempo ya de tocar juntos y la coordinación es impecable. El Trío en mi mayor de Haydn se oye en una ejecución clara y equilibrada, sin aspavientos. La pulsación en el piano es brillante, pero uno se da cuenta rápidamente de que pese a su enorme sonoridad y potencia, se encuentra muy cómodo y se mueve con mucho gusto a la altura de las dos cuerdas. En el electrizante Allegro moderato prevalece asimismo la asociación entre los tres y el siguiente Allegretto se convierte casi en una passacaglia barroca con su ritmo de bajo sostenido.

En Time flies like an Arrow, Armstrong ha querido subrayar el múltiple significado del tiempo como percepción y urgencia, la impulsividad y la búsqueda de un estilo a través de una carrera loca que inicia el piano, con cascadas de notas, y que sostienen las magníficas cuerdas hasta llegar a un triste lamento del violín.

Mucho más madura suena, por supuesto, Lied, para violonchelo y piano, de Harrison Birtwistle. Originalmente estrenada en este festival con motivo del cumpleaños número 75 de Alfred Brendel, por su hijo Adrian y por el pianista Till Fellner. El compositor británico pronto ampliaría esta canción frágilmente lírica, pero muy expresiva en una obra de cámara más amplia que es la que escuchamos esta tarde con una intervención de ensueño del violonchelista Adrian Bredel.

Juguetona, traviesa, bromista y divertida es fast zu ernst (casi demasiado seria), la pieza que dedicara Armstrong a su maestro y mentor Alfred Brendel para este nonagésimo cumpleaños y cuyo título hace pensar un poco en Robert Schumann. La melodía y la línea de bajo del "casi demasiado serio" de Schumann recorren mi pieza como en una passacaglia, explica Kit Armstrong en el programa de mano de la velada. El tema de la passacaglia, es decir, la unidad básica que se repite, consta de 5 frases - AA'BB'C, u ocasionalmente ABA'B'C - y sus 18 repeticiones determinan el curso de la pieza. El hecho de que el material schumanniano parezca conservar toda su dignidad hace que me dé cuenta de que al final no me estaba burlando de la pieza, sino de mí mismo, agrega el compositor con humor.

Con el Trío en mi bemol mayor de Haydn uno regresa a la Tierra y vuelve a pisar terreno firme en el Allegro moderato. El piano, el violín y el violonchelo mantienen un diálogo estrecho entre sí. El primero desempeña un papel protagónico, pero las cuerdas no le van a la zaga. Los tres músicos disfrutan mucho, se miran y se coordinan muy bien. En el Andante con moto el trío canaliza un largo suspiro, todo es más recoleto, reposado; pero el Presto, tocado con mucho sentimiento y entrega suena ágil, saltarín, divertido,

Dada la abundancia armónica y toda la dulzura vocal seductora que en realidad tiene rasgos mozartianos, uno no puede menos que lamentar que Haydn haya puesto fin con este trío a ese capítulo de su creación. Con la misma tónica concluye también el concierto entre las ovaciones del público. El bis, Finale. Vivace, del Trío en re menor Hob. XV:23 es sumamente alegre, rapidito, efusivo una bellísima música que los tres disfrutan con su erupción de notas, mientras el público permanece hipnotizado en sus butacas.

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