Catorce años, y con dos de retraso por efecto de las cancelaciones pandémicas, ha tardado en regresar a la sala principal de Les Arts la ópera barroca en una versión escenificada. Y lo ha hecho con una Ariodante cuyos tres actos (casi cuatro horas con los dos descansos) se nos pasaron en un suspiro. Bueno, a los que nos quedamos hasta el final, porque el aforo, lejos de completarse al inicio, se fue mermando en cada entreacto, si bien de una manera no demasiado escandalosa.
La producción se presentó en el Festival d'Aix-en-Provence en 2014. Sin moverla de Escocia, traslada la acción a los años 60 (más o menos) del siglo pasado. El ambiente parece rural; el rey es lo que podría considerarse un agricultor acomodado que no tiene inconveniente en acudir a abrir a quienes llaman a su puerta (y eso que por la escena pululan abundantes…
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