Una jirafa en Copenhague
Entrevista intrapersonal confrontada: Omar Jerez con Galería Modus Operandi
Omar Jerez

Creo que es la primera vez en mi vida que voy a utilizar un dicho, y posiblemente sea la última vez:
“Cuando el río suena, agua lleva” y es que, cuando escuchas de manera permanente y en cualquier rincón del mundo al que viajes el mismo mantra con las mismas especificaciones, está claro que existe fundamento científico para sustentar una injusticia que se multiplica por creces.
El hecho de nacer con genitales femeninos no solamente te dificulta llegar a ciertos sectores, sino que también es motivo para destruirte con saña.
Laura Darriba (Directora) y Raquel Rico Calleja (Directora adjunta), las protagonistas de *EIC de hoy, generaron un cortocircuito en mi forma de entender la posición de las mujeres en el mundo del arte.
(Que conste que he realizado junto a Julia Martínez dos performances en Ciudad Juárez, ciudad que se refleja en todos los indicadores por los organismos oficiales como la más peligrosa del mundo para nacer mujer).
Pero mientras me encontraba con Laura Darriba y Raquel Rico Calleja, me llevaron a un estado más intuitivo de lo que les sucede continuamente por el hecho de ser mujeres, y es el hecho de tener que demostrar continuamente que no son las secretarias de nadie, que no son hijas “de” y que ellas, se han construido a sí mismas como para que se las ninguneen en un ritual sádico que ya debería haber sido erradicado con el fin de fomentar las buenas prácticas y generar ambientes seguros que ya de por sí son hostiles.
La primera vez que asistí a la galería Modus Operandi me encontré con una sonrisa. ¡Decirme por favor! ¿Quién sonríe en el mundo? algo tan maravilloso e inaudito cómo sonreír, pues está situación y sin tener que salir del planeta tierra me la encontré en la galería Modus Operandi, Laura Darriba y Raquel Rico Callejo son personas que tratan a los demás con suma amabilidad. ¿Os dais cuenta que esto es el nuevo espíritu que tienen que imperar en una galería de arte?
Se puede ser profesional, ser serio para la toma de decisiones, pero sin dejar de ser amable.
Esto que hacen Laura Darriba y Raquel Rico Calleja es un acto revolucionario, es un acto de resistencia, es un acto del profundo respeto que sienten por y para el arte, saben que este es el horizonte que las galerías de arte deben escoger, amor o muerte.
Laura Darriba y Raquel Rico Calleja rechazan la inanición ¿Y tú?
Entrevista Intrapersonal Confrontada-Galería Modus Operandi
¿Como dos personas que no provienen de una familia relacionada con el arte acaban trabajando en una galería de arte?
Laura Darriba. En mi caso, siempre he querido dedicarme al sector cultura, mi idea inicial era dedicarme al cine o periodismo pero varias casualidades me llevaron a acabar viviendo en Barcelona y estudiar historia del arte, allí me encandilé del arte contemporáneo, al terminar la carrera me vine a Madrid a estudiar el máster en ese momento me percaté de lo difícil que iba a ser dedicarme a esto sin una cartera de contactos o muchos recursos económicos, no obstante, acabé en Modus haciendo como becaria, después de 6 meses me contrataron y acabé dirigiendo el proyecto, tuve suerte pero no es lo habitual.
Raquel Rico Calleja. Lo mío no ha sido algo precisamente vocacional. Fue gracias a una profesora que tuve cuando cursaba Bachillerato en la Escuela de adultos. Yo abandoné los estudios bastante jovencita por falta de interés a los 16 años. Desde entonces me incorporé al mundo laboral, desempeñando trabajos bastante duros, el último de ellos estuvo relacionado con el mundo del transporte y estuve desde los 23 a los 29 años trabajando de camionera. Aquellas largas jornadas y jugarme la vida en la carretera me hicieron cuestionarme mi futuro y la vida que esperaba en ese sector. Decidí entonces, retomar mis estudios, desde 4 ESO que es desde los abandoné. Todo ello mientras trabajaba. Lo cogí con muchas ganas, y de después de la ESO decidí cursar Bachillerato, donde conocí a Elena, aquella profesora de Historia del Arte que cambió mi vida. Y gracias a su motivación y ánimos, continué con la carrera y después el Máster de mercado del Arte en Madrid, y voilá, así es como termine trabajando en una galería de arte.
¿Es duro ser mujer y joven dentro del sector?
Laura Darriba. Mucho, yo empecé con 25 años en esto y todo el mundo daba por hecho que era hija, familiar o... de alguien bien posicionado. Nadie creía que mi puesto de trabajo tuviera que ver con mi mérito y valía profesional. Llevo 7 años en esto y desde hace muy poco me toman en serio, he tenido que demostrar que sé desempeñar mi trabajo y hacer de este proyecto algo importante para que se me empezara a tomar en serio.
Raquel Rico Calleja. Es duro ser mujer en cualquier trabajo, por las diferencias que existen en cuanto a salarios, responsabilidades, etc. La verdad que en mis trabajos anteriores como el transporte, siempre tuve que estar demostrando que podía desempeñar el trabajo igual de bien que un hombre, aguantar paternalismos y demás mierdas. Y dentro del sector del mercado del arte ocurre, salvando las distancias, un poco igual… te ven joven y no eres una pija con camisa te tratan como la eterna becaria y no te toman en serio. Pero aquí seguimos, dando guerra y demostrando profesionalidad.
¿Qué es lo que hay detrás de la fachada de lujo y postureo del sector del arte?
Laura Darriba. Mucha precariedad, muchísimo trabajo y mucha ilusión. Es un sector en el que aunque se haga todo bien no hay ninguna garantía de éxito. Es muy triste cuando ves como gente con mucho talento no llega al público o como no pude y posiblemente pueda jamás vivir de su trabajo. Las prensa y las redes sociales no ayudan ni favorecen a que se vea esta realidad, de postea lo supuestamente “guay” y la prensa suele hacerse solamente eco de las propuestas polémicas, por tanto el trabajo real y serio no llega al público.
Raquel Rico Calleja. Detrás del postureo y de la tontería y fachada que hay dentro del sector, hay mucha precariedad, sueldos muy bajos e inestabilidad. Es un sector muy opaco e inestable.
¿Cómo ves el futuro del sector?
Laura Darriba. En este momento lo veo difícil, no creo que haya una conciencia real de la importancia y relevancia de construir un sector accesible al público general, mientras sea elitista y snob, no se creara una red ni tejido sólido. Creo que en general las galerías debemos ser más cooperativas entre nosotras, ser más próximas y construir en común... Mientras esto no suceda creo que seremos espacios aislados. También creo que la galería debe ser un lugar de encuentro, no espacio silencioso en el que poco más hay que pedir permiso para entrar.
Raquel Rico Calleja. Para que el sector siga existiendo como tal debería existir más transparencia y más comunidad entre los diversos agentes que lo componen. Creo que el formato de galería más tradicional está quizá un poco obsoleto. Creo en los proyectos multidisciplinares como en el que yo trabajo, en el que se dan cita varias disciplinas y se crean sinergias. Igualmente creo que una de las funciones que tengo yo como galerista está en intentar que toda persona que entre por la puerta se sienta como en casa para romper esa barrera que existe entre el publico más general y el arte contemporáneo y las galerías de arte, en las que por desgracia, muchas veces, te tratan con mucha distancia y frialdad.
¿Cómo ha sido que se os considere no galería?
Laura Darriba. Antes me enfadaba por ello, ahora me da igual, el proyecto de Modus me ilusiona muchísimo, hemos conseguido crear una red multidisciplinar entre artes plásticas/edición/artes escénicas, es más creo que los espacios con nuestras características son los que más futuro tienen, espacios donde suceden cosas, el espacio estático carece de sentido para mi, creo que en un mundo donde la gente necesita vivir experiencias constantemente haya que hacer algo más. Además los museos hace mucho que han superado esto, me parece que las galerías seamos tan acomplejadas como para no hacerlo.
Raquel Rico Calleja. No ser una galería de arte al uso sino un proyecto multidisciplinar que abarca artes plásticas, artes escénicas y editorial, ha hecho que en numerosas ocasiones se nos vea como un popurrí de cosas y no se nos tome en serio como galería o se nos vea como galería de segunda. Este año el proyecto ha cumplido diez años, siete los que Laura lleva dirigiéndolo y tres yo a su lado como adjunta. La verdad es que el proyecto ha crecido bastante en pocos años y estamos mejor posicionadas y mejor valoradas. Si que es verdad, que hace tres añitos le dimos una vuelta al proyecto, y ahora es más fresco y más actual. En este sentido nuestra filosofía es acoger propuestas más arriesgadas y locas, que son las que nos realmente nos apetecen, con otras más comerciales, por así decirlo. Al fin y al cabo esto es un negocio y hay que encontrar cierto equilibrio para que a final de mes salgan los números.
*Entrevista Intrapersonal Confrontada (O cómo responder y después preguntar)
La entrevista es un género periodístico fundamental. De hecho, se podría considerar su piedra angular, porque permite al periodista confirmar, acceder y conocer los hechos de manera directa, sin intermediarios, hablando con la fuente y estableciendo un diálogo con los protagonistas.
Lamentablemente, y salvo honrosísimas excepciones, la entrevista, ese momento excepcional que combina conversación, reto y seducción, se ha convertido en un acto seco, forzado, en el que demasiado a menudo el entrevistado no quiere responder y al entrevistador le da lo mismo que no quiera. El momento sublime que permite al periodista ejercer su derecho a preguntar se transforma en un trámite, una penitencia o directamente un combate tosco y sin ningún vencedor.
En otras ocasiones, los entrevistados han tenido una clase por parte de sus asesores para evitar, rodear o directamente eliminar preguntas incómodas, que suelen ser precisamente las que el periodismo debe y puede hacer. El resultado, nuevamente, queda en un limbo de medias verdades y frases insulsas. Por no hablar de las entrevistas promocionales asociadas a algún producto cultural, tipo cine, literatura y música, donde la superficialidad es tan apabullante que se podrían mantener las preguntas hechas años antes y tendríamos la certeza de encontrar las mismas respuestas.
Ante este panorama, desolador y habitual en demasía, el artista y creador Omar Jerez propone una nueva fórmula, una nueva aproximación al género que exige una complicidad de ambas partes (tomando como inspiración las entrevistas noveladas que hizo durante años Milan Kundera) para generar un contenido atractivo, valiente, que enriquezca al lector y que suponga una aventura donde ni el camino ni el destino queda prefijado.
El nuevo concepto se llama Entrevista Intrapersonal Confrontada, (EIC), y tiene como cimiento inamovible la siguiente premisa: el entrevistado genera un discurso a priori, provocado y sugerido (o no) por el entrevistador, y posteriormente el periodista edita y da forma periodística a ese contenido. Se crea una arcilla pura que será moldeada por las manos expertas del entrevistador, a posteriori.
A continuación se exponen los 10 puntos que definirán cualquier EIC que se haga a partir de ahora, y que creemos supone una innegable revolución en este género. Es tan sencillo como invertir el orden para recuperar la pureza que nunca debió perder.
Decálogo para una Entrevista Intrapersonal Confrontada (EIC)
1- Cualquier persona, tenga o no relevancia pública, podrá solicitar a un periodista la realización de una EIC. Igualmente, cualquier periodista podrá solicitar la realización de una EIC a cualquier persona o personaje.
2-Cualquier EIC tiene como base fundamental la relación que se establece entre el periodista y el entrevistado, así como la reinterpretación del concepto de entrevista para el siglo XXI.
3- Una vez aceptada la realización de la EIC, se propondrá, por cualquiera de las partes, un tema sobre el que girará la narración, así como su extensión. Igualmente podrá ser de libre elección si así se decide de mutuo acuerdo.
4-El entrevistado construirá libremente una narración sobre la temática escogida, que podrá ser creada en cualquier formato: texto, audio, vídeo, ilustración, así como cualquier combinación entre estos. El periodista no intervendrá nunca en esta parte del proceso.
5-El periodista recibirá esa narración y a partir de ahí construirá una EIC en la que se compromete a mantener el sentido del texto original, y podrá modificar, eliminar, ampliar o extender la entrevista para tratar de llegar a la naturaleza real del entrevistado. Podrá solicitar más información al entrevistado, así como convertirla a otro formato.
6- Bajo ningún concepto el periodista podrá utilizar la información en bruto para difamar o menoscabar la figura o reputación del entrevistado.
7- El periodista deberá entregar una copia de la EIC antes de su difusión al entrevistado para que la confronte y certifique que se ha mantenido el sentido original, no entrando éste en consideraciones de estilo y forma.
8- El periodista puede declarar la EIC nula si percibe que está falseada o que el entrevistado se aleja del objetivo principal, que es un ejercicio de honestidad consigo mismo.
9- El espectador, para poder completar la experiencia, debería tener acceso al discurso en bruto enviado por el entrevistado y la EIC definitiva, para comparar y enriquecer la lectura/visionado/escucha del proceso.
10- Al contrario que en la entrevista clásica, en cualquier EIC la búsqueda de la verdad queda supeditada a la experiencia compartida, confrontada y colaborativa entre las dos partes.
2-Cualquier EIC tiene como base fundamental la relación que se establece entre el periodista y el entrevistado, así como la reinterpretación del concepto de entrevista para el siglo XXI.
3- Una vez aceptada la realización de la EIC, se propondrá, por cualquiera de las partes, un tema sobre el que girará la narración, así como su extensión. Igualmente podrá ser de libre elección si así se decide de mutuo acuerdo.
4-El entrevistado construirá libremente una narración sobre la temática escogida, que podrá ser creada en cualquier formato: texto, audio, vídeo, ilustración, así como cualquier combinación entre estos. El periodista no intervendrá nunca en esta parte del proceso.
5-El periodista recibirá esa narración y a partir de ahí construirá una EIC en la que se compromete a mantener el sentido del texto original, y podrá modificar, eliminar, ampliar o extender la entrevista para tratar de llegar a la naturaleza real del entrevistado. Podrá solicitar más información al entrevistado, así como convertirla a otro formato.
6- Bajo ningún concepto el periodista podrá utilizar la información en bruto para difamar o menoscabar la figura o reputación del entrevistado.
7- El periodista deberá entregar una copia de la EIC antes de su difusión al entrevistado para que la confronte y certifique que se ha mantenido el sentido original, no entrando éste en consideraciones de estilo y forma.
8- El periodista puede declarar la EIC nula si percibe que está falseada o que el entrevistado se aleja del objetivo principal, que es un ejercicio de honestidad consigo mismo.
9- El espectador, para poder completar la experiencia, debería tener acceso al discurso en bruto enviado por el entrevistado y la EIC definitiva, para comparar y enriquecer la lectura/visionado/escucha del proceso.
10- Al contrario que en la entrevista clásica, en cualquier EIC la búsqueda de la verdad queda supeditada a la experiencia compartida, confrontada y colaborativa entre las dos partes.
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