España - Madrid

Orlinski: más que piruetas

Germán García Tomás
viernes, 29 de abril de 2022
Jakub Józef Orliński © IMG Artists, 2018 Jakub Józef Orliński © IMG Artists, 2018
Madrid, sábado, 23 de abril de 2022. Teatro Real. Jakub Józef Orlinski (contratenor), Il Pomo d’Oro, Francesco Corti (clave y dirección). Obras de Davide Perez, Johann Joseph Fux, Baldassare Galuppi, Jas Dismas Zelenka, Francesco Bartolomeo Conti, Francisco António de Almeida, Georg Reutter, Gaetano Maria Schiassi y Georg Friedrich Händel. Ocupación: 95%.
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El fenómeno de los contratenores en el mundillo de la ópera se encuentra en plena efervescencia. A la estela dejada por los Jaroussky, Fagioli o Cencic, por citar sólo tres de los más afamados del momento, se une ahora otro huracán contratenoril: Jakub Józef Orlinski (Varsovia, 1990). Como todos ellos, el joven polaco está llamado a hacerse un puesto de honor en el campo de la ópera del Setecento

Nos dejó una gratísima impresión su participación en el espectáculo Pasticcio junto a William Christie en los Teatros del Canal el año pasado, y ahora el Teatro Real ha acogido un concierto en solitario de Orlinski, de gira por España, con obras en su mayoría de su reciente lanzamiento discográfico, el tercero, Anima Aeterna, junto al conjunto Il Pomo d’Oro que dirige Francesco Corti desde el clave. 

Con un aforo lleno hasta la bandera, y ya liberados de la obligación de mascarilla, los espectadores del coliseo de la Plaza de Oriente pudieron asistir a las grandes facultades canoras de este ejercitante del break dance que hace furor en las redes sociales con sus aires juveniles a lo Justin Bieber y que tras su interpretación del “Gratias agimus tibi” de la Messa a 5 de Davide Perez, se granjeó la amistad del público saludando con un “Hola, Madrid, ¿Qué tal?”, antes de seguir en inglés presentando su actuación, conformada por un puñado de arias sacras inexploradas de un álbum que precisamente sigue al de Anima Sacra

Esos atributos vocales pasan por el timbre oscuro y muy hermoso de contralto, con graves penetrantes, un exquisito gusto por las medias voces y los filados, aunque enfatizando el volumen expresivamente a voluntad, así como una admirable facilidad para los ornamentos, pura pirotecnia, que desplegó aguerridamente en la vivaldiana "Barbara, dira, effera" de Zelenka con que concluyó la primera mitad. 

Al lado de su coloratura, su canto hipnotiza y trasluce pura emoción en las arias lentas de Il fonte della salute de Fux o La Giuditta de Francisco António de Almeida, con capacidad para estremecer en el “Aleluya” de la Antífona en re mayor de Händel, versiones de pura magia y éxtasis sonoro donde Orlinski dio lo mejor de su arte, llegando a superar incluso sus propias versiones del disco.

Si el lucimiento de nuestro contratenor fue pleno y absoluto, el de la formación que le acompañaba no se quedó atrás, pues demostró que sus instrumentistas, liderados por la concertino Zefira Valova, se encuentran entre los favoritos que secundan a cantantes de repertorio barroco en conciertos y grabaciones discográficas. 

Il Pomo d’Oro brindó sendas páginas instrumentales de Galuppi y Zelenka donde se pudo apreciar el excelente y cuidado sonido de la cuerda -especialmente la magnífica tersura y limpieza de violines y violas, palpable en el espectacular Concerto de Galuppi- y el colorido de las maderas (oboes y fagot barrocos) que se alternaban con el conjunto de cuerdas conducido aquí de manera sensacional por el clavinista Francesco Corti, el más vinculado hasta ahora a esta orquesta con instrumentos de época y demostrando ser un implicadísimo maestro en la distribución precisa de énfasis, matices dinámicos y explosión de ritmos.

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