España - Cataluña

Don Pasquale, a pesar de todo

Josep Mª. Rota
martes, 22 de marzo de 2022
Ortiz, Don Pasquale © 2022 by A Bofill Ortiz, Don Pasquale © 2022 by A Bofill
Tarragona, viernes, 4 de marzo de 2022. Teatre Tarragona. G. Donizetti: Don Pasquale. Carles Ortiz, director de escena. Toni Marsol (Don Pasquale), Manel Esteve (Dottor Malatesta), Pablo Martínez (Ernesto), Marga Cloquell (Norina), Lluís Vergés (Notario). Cor Amics de l’òpera de Sabadell. Orquestra Simfònica del Vallès. Xavier Puig, director. Media entrada.
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La ópera volvió a Tarragona. Se anunció mal y tarde, por lo que no ha de extrañar que el teatro presentara solo media entrada. La ópera no constaba en la programación de los teatros de Tarragona. En la página de Amics de l’òpera de Sabadell sí se anunciaba; significativamente, en todas las otras sedes (Sabadell, Manresa, Lleida, etc.) las entradas ya estaban a la venta con anticipación; en Tarragona, no. ¿Fue decisión de la Consejería de Cultura de Tarragona la de ofrecer la ópera o la decisión vino forzada por instancias más altas? La mala gestión municipal ya se hizo evidente en la primera ópera del ciclo en noviembre. ¿Ineptitud? ¿Mala fe? Semanas antes se había anunciado la cancelación del festival veraniego de ópera que se inició el año pasado con el Rigoletto protagonizado por Àngel Òdena. ¿Hay que buscar argumentos para justificar los recortes en ópera y música clásica? La consejería de Cultura sigue dando tumbos.

El argumento del viejo que pretendía matrimonio con la joven y que resulta burlado va mucho más allá de la ópera bufa napolitana. Nos podemos remontar a Plauto, hace más de dos mil doscientos años, que ya utilizó dicho argumento de manera magistral en sus comedias, donde el senex (el viejo) es engañado por el servus (esclavo), que inventa las mil argucias para ayudar a su amo adulescens (joven) a conseguir a la chica virgo vel meretrix (doncella o meretriz). ¡Y Plauto tomó como modelo a Menandro y la Comedia nueva helenística del siglo IV a.C.! Hoy en día, dicho argumento resulta discutible a la luz de lo “políticamente correcto”. Maltratar así a un pobre mayor… ¿Acaso el viejo no tiene derecho al amor? Por otro lado, ¿cuántas óperas quedarían si sacáramos las tijeras de la censura del siglo XXI?

'Don Pasquale' de Donizetti. Xavier Puig, director musical. Carles Ortiz, director de escena. Teatre Tarragona, marzo de 2022. © 2022 by Fundació Ópera Catalunya.'Don Pasquale' de Donizetti. Xavier Puig, director musical. Carles Ortiz, director de escena. Teatre Tarragona, marzo de 2022. © 2022 by Fundació Ópera Catalunya.

La función fue un éxito, otro más para el ciclo Òpera a Catalunya de los Amics de l’òpera de Sabadell. Y una vez más fue un éxito de conjunto, desde el director hasta el último comprimario. Para el papel protagonista se optó por un barítono y no un bajo (¡qué caro resulta escuchar en vivo a un bajo!), con lo que las escenas de Don Pasquale y Malatesta resultaron poco diferenciadas. Los solistas cantaron con acierto y adecuación al estilo, además de actuar de manera muy convincente. Nada faltó de las agilidades de la soprano, de los agudos del tenor y del canto sillabato de los bufos. El maestro supo mantener el pulso de la obra, sin que decayera en ningún momento. Acaso los dos descansos se hicieron demasiado largos.

'Don Pasquale' de Donizetti. Xavier Puig, director musical. Carles Ortiz, director de escena. Teatre Tarragona, marzo de 2022. © 2022 by A. Bofill.'Don Pasquale' de Donizetti. Xavier Puig, director musical. Carles Ortiz, director de escena. Teatre Tarragona, marzo de 2022. © 2022 by A. Bofill.

El primer acto consta de dos cuadros, la casa de Don Pasquale y la de Norina, lo que presenta una dificultad escénica con los necesarios cambios de decorado. Aquí se resolvió de la siguiente manera: todo el acto transcurre en plena calle, ante la casa de Don Pasquale, de donde sale Ernesto para dar un paseo en bicicleta. A la izquierda, un café, en cuya terraza Don Pasquale y Malatesta ultiman los planes de la boda; a la derecha, un colmado regentado por Norina, al que acude Malatesta para pergeñar su plan. El vestuario situaba la acción en las primeras décadas del siglo XX. El movimiento escénico, como siempre, estuvo cuidadísimo, especialmente durante la obertura, que se dio a telón alzado, y el coro de sirvientes. Todo muy agradable de ver. 

El público aplaudió a rabiar todos los números (arrastrados por la claque que dirigía la mismísima Mirna Lacambra). Durante el fin de semana, la representación y sus avatares siguieron siendo la comidilla de los aficionados locales, que son más de los que algunos creen y menos manipulables de lo que algunos quisieran. 

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