España - Cataluña

Dos obras de difícil programación

Jorge Binaghi
viernes, 25 de marzo de 2022
King Arthur © 2022 by Antoni Bofill King Arthur © 2022 by Antoni Bofill
Barcelona, lunes, 14 de marzo de 2022. Palau de la Música. King Arthur (libreto de J. Dryden. Finales de mayo, principios de junio de 1691; Dorset Garden, Queen’s Theatre, Londres, y The fairy queen (libreto anónimo; 2 de mayo de 1692, Dorset Garden Theatre, Londres). Música de H. Purcell. Versión de concierto. Narradores: Pere Arquillué (King Arthur) y Sílvia Bel (The fairy queen). Intérpretes: Vox Luminis. Director artístico: Lionel Meunier.
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El festival de ópera con tres títulos llegó a su término los días 14 y 16 de marzo con dos obras mayores de Purcell de difícil programación debido al carácter fragmentario de estas masques o mascaradas que llegaron importadas del continente y tuvieron mucha aceptación, obras de teatro originales o adaptadas, en prosa naturalmente, pero con ‘ilustraciones’ musicales de envergadura como estos casos que nos ocupan. Aquí se hicieron versiones dramatizadas o semiescénicas (nunca entiendo el uso de palabras distintas que tienden al mismo concepto: versión de concierto en que los artistas entran y salen, se mueven, pero sin trajes, y sólo con luces o vídeos o proyecciones).

Debo decir que desde el punto de vista del texto y de la continuidad dramática impresiona más King Arthur que The fairy queen (nada que ver pues con la calidad de la música). En este caso, además, se ha respetado, a mi entender, el texto de Dryden mientras que en el caso de The fairy queen al texto anónimo inspirado en el Sueño de una noche de verano de Shakespeare (atribuido al actor Thomas Betterton y al escritor Elkanah Settle, en su momento considerado un rival de Dryden) se le ha injertado o simplemente sustituido uno nuevo, de la autora de la dramaturgia, Isaline Claeys, muy políticamente correcto sin duda pero que se da de bofetadas con la música. Y naturalmente por eso me resultó más convincente la actuación como narrador de Arquillué que de Bel, que lo hizo sin duda muy bien, pero más por el cómo que por el qué. Por cierto, de esta última obra fue el estreno mundial en coproducción con el Concertgebouw de Brujas.

King Arthur por Vox Luminis. Director artístico: Lionel Meunier. © 2022 by Antoni Bofill.King Arthur por Vox Luminis. Director artístico: Lionel Meunier. © 2022 by Antoni Bofill.

El conjunto Vox Luminis, creado por el belga Lionel Meunier, viene destacándose como gran intérprete de este período y comprende tanto instrumentistas como cantantes, todos de un nivel extraordinario (como es esperable, cuando los últimos actúan como coro resultan formidablemente homogéneos; cuando se exhiben como solistas por supuesto hay diferencias dentro de un innegable alto nivel). El propio Meunier, que es quien decide al final a quién o quiénes toca recibir los aplausos, actúa como bajo y flautista.

Ambas obras son, como se acostumbraba en la época, en cinco actos y de duración aproximada (aunque es, y se hizo, más larga The fairy queen). Si algo, de entrada, llama la atención en ambas -en un caso el fragmento más conocido (‘What power are thou’, cantado por el genio del frío en el acto 3 de Arthur) y en el otro el más acendradamente poético (‘O let me wheep’ en el acto 5 de Fairie queen, sin un personaje concreto al que atribuir -y aquí se advierte ya lo que más arriba he apuntado sobre las diferencias ‘teatrales’ entre ambas obras)- es que cuando Purcell, soberano en todos los registros, tiene que escribir un lamento o ‘a modo de’ (como es el aria del genio del frío) su inspiración resulta incomparable, como le ocurre en su ‘ópera’ a secas, Dido and Aeneas, toda ella estupenda, pero cuando llegamos a ‘When I’m laid on earth’, la muerte de la protagonista, nos elevamos a la cumbre de la música.

Mucho se podría decir sobre los cantantes, pero señalaré que la más aplaudida en ambas funciones fue Zsuzsi Tóth (lo mejor suyo estuvo en ese mencionado lamento) aunque a mí me pareció superior Anabella Baric (en la segunda ópera Juno y otras dos arias). También merecidamente aplaudidos el bajo (diría bajo-barítono) Sebastian Myrus (en particular en el genio del frío de la primera) y el tenor Jacob Lawrence (en especial ‘How blest are the shepherds’ en la primera y Febo en la segunda). De los demás destacó por su vis cómica el contratenor David Feldmann por su ‘Mopsa’ en Fairy Queen.

En ambos casos la sala distaba de estar llena, pero en conjunto había un buen nivel de asistentes que aplaudieron con mucho calor. 

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