España - Galicia
Miradas sobre la modernidadPerdidos en la Amazonia
Xoán M. Carreira
El programa de debut de Simone con la Real Filharmonía de Galicia es una réplica o consecuencia de un concierto basado en la temática de la selva amazónica que Menezes dirigió a la Philharmonie de París con ocasión de una exposición de . Este origen, vinculado al gran fotógrafo brasileño, condiciona la elección de un programa a modo de banda sonora de las imágenes de Salgado, lo cual representa un problema cuando el público que asiste al concierto no cuenta con este referente visual, el cual no puede ser suplido por un breve discurso de la directora antes del inicio del concierto, indudablemente bien intencionado pero disperso y escasamente informativo.
La confección de este programa, que pretendía ser narrativo, me resultó desconcertante. Cabe suponer que el Preludio (1941) de la Bachiana Brasileira nº 4 (1930-1941) debería ejercer de introducción al concierto a modo de una obertura operística. Sin embargo la radical abstracción de este Preludio, una espléndida parodia de las zarabandas bachianas, poco o nada tiene que ver con el resto del programa, y la ejecución plana, fría y aburrida de Menezes sólo empeoró el problema.
La Suite de Floresta do Amazonas (1958) está extractada de una banda sonora cinematográfica para la película Green Mansions (dirigida por en 1959). carecía de experiencia cinematográfica y entregó la partitura sin haber realizado ningún visionado de la película, aún en proceso de producción, por lo que la Metro Golden Mayer encargó la realización práctica de la banda sonora a uno de sus compositores 'de la casa', Bronislau Kaper (1902-1983), un profesional oscarizado que para entonces ya había firmado las bandas sonoras de Un día en las carreras (1937), Bajo sospecha (1943), Luz de gas (1944), La roja insignia del valor (1951), o Lili (1953, que le valió el Oscar a mejor BSO en 1954) y posteriormente hizo El motín de la Bounty (1962), Lord Jim (1965) o Tobruk (1967).
Aunque las caóticas notas al programa no ayudan a entender la complicada génesis y producción de Floresta do Amazonas, y más bien crean confusión -además de minimizar la tarea de Kaper en la película-, la historia no es tan complicada. En su último año de vida Villa-Lobos reutilizó su fracasada partitura cinematográfica -añadiéndole soprano y coro- para crear una pieza en 23 partes, Floresta do Amazonas, de la que existen dos versiones (una en 74 minutos y otra en 46, ambas grabadas).
Lo que escucharmos a la RFG fue una suite para orquesta sinfónica y soprano realizada por la propia Simon Menezes, quien compila siete movimientos para orquesta y cuatro canciones para soprano y orquesta. En la ejecución de Menezes la suite es una obra retórica y tediosa, con cuatro momentos luminosos que son las canciones. Esa luminosidad se mantuvo incluso en la ejecución de Camila Titinger, una soprano con poca voz y mal proyectada que quedó aplastada por el sonido orquestal y a la que Menezes dejó desatendida. Ello no obsta para que el público, sensible a la belleza de las canciones, premiara generosamente a las intérpretes.
Desconozco el trabajo que Menezes realizó durante los ensayos, pero en el concierto se limitó a marcar el tempo y hacer gestos de impulso para que el discurso musical no decayese. Y eso no es modo de abordar una obra que también es una work-in-progress como Aguas da Amazonia-Metamorphosis nº 1 desde su origen hace treinta años en forma de siete u ocho piezas para un ballet, ampliada posteriormente a doce piezas para ballet (que incorporan la Metamorphosis nº 1 de Glass) y finalmente Aguas da Amazonia, que finaliza con la Metamorphosis nº 1 de Glass - Coleman (2017), estrenada y popularizada por Kristjan Järvi con la Orquesta Sinfónica de la Radio de la MDR de Leipzig.
La belleza simple de esta obra marginal en el catálogo de vio deslucida por las deficiencias de la concertación y la dirección de Menezes, quien por momentos parecía haberse perdido. Evidentemente la intensa emotividad característica de Glass estuvo ausente. No me arrepiento de haber viajado a Santiago para este concierto, atraído por dos compositores que admiro, pero la sensación en el viaje de vuelta fue de una profunda decepción e incluso cansancio. se
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