España - Castilla y León
La entidad de los detalles
Samuel González Casado

Disfrutable concierto extraordinario el celebrado el domingo 29 de mayo en la Sala Sinfónica Jesús López Cobos del Centro Cultural Miguel Delibes, con un programa atractivo interpretado en el Auditorio Nacional el día anterior, en el que el plato fuerte era el Oratorio según imágenes de la Biblia (título inventado) de .
La obra actualmente está publicada en una edición discutible, con partes espurias (se trabajó con un manuscrito incompleto), pero la música es de gran calidad y personalidad, en la que es reseñable el empleo del tritono como recurso expresivo y una clarísima influencia de Bach, que aparece en cualquier lugar felizmente combinado con momentos de ímpetu romántico magníficamente conseguidos; y es que, como dice Richard Oxford History of Western Music, en el vol. 2 de su el Romanticismo es un producto del siglo XVIII.
La estrella indiscutible de este oratorio era el coro, pues a él están reservadas las partes más atractivas de la obra, y El león de oro solventó con buena nota la papeleta. En él destacó el cometido de las mezzos, muy afinadas. Las sopranos, bastante precisas también, se caracterizaron por un exceso de blancura que quita potencia a su trabajo. Los tenores no tienen mucha entidad dentro del conjunto y lo bajos suenan con una presencia suficiente, aunque poco rotunda.
Los solistas en esta obra tienen papeles poco destacados en líneas generales, exceptuando el aria del tenor, en la que la bravura debe unirse a la ausencia de descargas; fue interpretada de forma voluntariosa pero poco ortodoxa por , aunque debe reconocerse la dificultad del contexto, ya que no está introducida por ningún recitativo y es realmente complicada. Bonito sonido el del barítono , con una línea de canto noble aunque poco variada, en un papel que, es cierto, da escasas posibilidades y además es excesivamente grave para él. Algo parecido a las intervenciones de la mezzo ucraniana Olga , un poco monolítica pero con un centro que parece bastante útil. Por su parte, la soprano tiene el mayor número de intervenciones, y en este caso destacó la musicalidad de Eugenia : aunque algún ataque no fuera totalmente preciso, se preocupó continuamente de cantar con línea, y de incluir en su elaborado concepto una permanente justificación entre interpretación y texto, lo que elevó claramente las prestaciones generales del cuarteto solista.
El gesto de Thomas tempo, es poco refinado, y no se preocupó demasiado por los cantantes: hubo mínimas faltas de entendimiento en cuanto al y al final cada cual tuvo que ir a lo suyo. Por otra parte la concertación con el coro fue satisfactoria y equilibrada, y la Sinfonía n.º 5 desplegó grandes dosis de energía, en una estupenda prestación de la cuerda y en general de todas las familias en la que tuvo mucho que ver el concertino, . Fue una interpretación efectiva, de un solo trazo, en la que se habían ido puliendo detalles aquí y allá para lograr un conjunto orgánico que, sin ser el colmo de la variedad, sí se adaptó muy bien a las características de la obra.
Hay algunos detalles
correlativos al concierto que pudieron mejorarse: para empezar, el hecho de que
no hubiera un programa de mano completo, y solo pudiera disponerse de un
pequeño folleto donde ni siquiera aparecían las obras que se iban a
interpretar. Aparte, las notas al programa, que sí se publicaron por internet,
eran un compendio de tópicos absurdos sobre los Mendelssohn, que obvian descubrimientos
que se pusieron de manifiesto en el Congreso Internacional "Los Mendelssohn" de Chicago de 1997 (ya ha
llovido).
Por ejemplo, la Obertura en do mayor, que había sido interpretada por Zehetmair y la OSCyL con el mismo estilo impetuoso que la Quinta, en contraposición a lo que se dice en el programa está perfectamente datada, gracias al epistolario entre los hermanos. Como apunta Xoán Carreira en sus notas al programa nº 2 de 2021 de la temporada de la Sinfónica de Galicia,
La Obertura en do mayor HU 265 fue compuesta entre el 29 de marzo y mayo de 1832 y estrenada bajo su dirección a finales de la primavera de 1834 en el Reckschen Palais según informa Fanny a Felix en una carta fechada el 11 de junio.
Es falso, además, que a Fanny alguien le
prohibiese publicar su música: lo indecoroso era que se lucrase de la
venta de las partituras, al contrario de lo que ocurría con su actividad como
directora y pianista en Berlín, que fue muy intensa y se consideraba aceptable
porque se realizaba en los salones de su casa y no cobraba entrada.
Por tanto, respecto a las notas al programa se trata de otra oportunidad perdida, que quita algo de fuste al evento porque transmiten la sensación de que ciertos aspectos sobre Fanny Mendelssohn no se han tomado en serio, lo cual contradice la propia naturaleza del estreno en España del oratorio y todo el esfuerzo presupuestario y organizativo que supone.
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