Reportajes
Un festival a tener en cuenta
Francisco Leonarte

¿Qué le pide uno a un festival de música ?
Tal vez que nos permita asistir a momentos irrepetibles.
Irrepetible por la cantidad de talento que se concentra en el concierto. O por el lugar único en el que lo disfrutamos. O por el programa inusitado. O por el banquete musical que uno puede pegarse en poco tiempo.
O por las cuatro cosas.
En la bonita y tranquila ciudad de Montauban, desde hace ocho años, el festival Passions Baroques, del 1 al 9 de octubre, aúna todos los criterios.
En apenas dos días de apertura de festival, tuvimos ocasión de asistir a tres conciertos, dos documentales y una charla. No está mal, no ?
Dos de los conciertos en el bonito teatro Olympe de Goulges (en honor a la gran feminista de la Revolución Francesa, redactora de La declaración universal de los derechos de la mujer y del hombre, montalbanesa de nacimiento), el tercero en el Château Lamotte de Bardigues,* donde fuimos acogidos por el joven y encantador matrimonio De Boissaison, herederos directos de los primeros propietarios del palacio, con su afabilidad, su simpatía y su montaña de anécdotas.
En la intimidad de un salón «en su jugo», tapizado con sedas que no han sido renovadas desde el siglo XVIII. El marco ideal para un concierto de tiorba (ese gran laúd, cercano del archilaúd y típico del barroco francés) y traverso (la flauta traversa barroca). Máxime cuando esa intimidad propicia también el encuentro con anfitriones, organizadores e intérpretes que nos explicaron mil cosas sobre las uñas largas o cortas para tocar la tiorba, el laúd o la guitarra barroca, como también la evolución de la flauta desde la flauta de pico a la traversa que vemos hoy en día en las orquestas sinfónicas...
En cuanto a los programas inusitados, díganme ustedes si son frecuentes las obras de Cassanéa de Mondonville, de Robert de Visée, de De la Barre, de Pellegrini, de Bodin de Boismortier, de Salomone Rossi, de Lotti, de Moultaka ; obras en occitano, hebreo, griego antiguo, arameo... Y si cito a estos autores es porque para mí sus obras van de hermosas a muy hermosas.
En lo que a talento se refiere, ya hemos alabado en crítica anterior la estupenda recuperación de Daphnis et Alcimadure, de Mondonville.*
Tal vez sea pues éste el momento de hablar del dúo T for Two, formado por Albane Imbs (tiorba y guitarra barroca) que desgranó con primor las obras y de Alice Szymanski al traverso que derrochó dulzura y virtuosismo, en un clima de confianza en que, con una sonrisa, con toda sencillez, ellas mismas iban presentando las obras...
Es también el momento de volver a hablar del coro Les Éléments, esta vez por el concierto que dio el domingo 2 de octubre bajo la dirección de su fundador Joël Suhubiette, un coro que ya hemos tenido el placer de escuchar en la Opéra-Comique de París (La dame Blanche, Boïeldieu ; Hamlet, Thomas ; …), siempre con magníficos resultados, y que en este caso presentó un programa muy variado, destacando el empaste, la calidad de las voces solistas, el hermoso sonido, o la capacidad de adaptarse a los distintos repertorios. Si un momento debiera destacar, sería la interpretación muy sentida del Crucifixus de Lotti.*
Y eso que no podré asistir a los conciertos siguientes que parecen recelar momentos privilegiados, como el 1:1 conciertos (cada espectador pasa diez minutos a solas con un instrumentista en una de las salas del museo Ingres), o como los conciertos en la Iglesia Saint Joseph, o en la Iglesia de Gibiniargues, o en la abadía de Beaulieu-en-Rouergue, éste último con nada menos que Pierre Hantaï...
Si a todo eso añadimos que todo el equipo del festival, desde la presidenta del festival hasta la estupenda relaciones públicas pasando por el administrador o el alma mater y director de la orquesta barroca montalbanesa Les Passions, o el formidable equipo de voluntarios, está compuesto de personas apasionadas, talentosas, inteligentes y sonrientes, propiciando un clima de amable serenidad, entenderán ustedes que, sí, ahí hay un festival que vale la pena.
Notas
1. Bardigues, domingo 2 de octubre de 2022. Castillo de Lamotte de Bardigues. Concierto de T for Two. Obras de Vivaldi, de Visée, de la Barre, Pellegrini y Boismortier, Con Alice Szymanski (traverso) y Abane Imbs (tiorba y guitarra barroca)
2. Montauban sábado 1 de octubre de 2022. Théâtre Olympe de Goulges. Daphnis et Alcimadure, pastorale languedocienne en un prólogo y tres actos creada en 1754 en Fontainebleau. Libreto de Claude Henri Fusée de Voisenon (prólogo en francés) y de Jean-Joseph Cassanéa de Mondonville (tres actos en occitano). Música de Jean-Joseph Cassanéa de Mondonville. Versión de concierto. Consejo linguístico de Muriel Batbie-Castell. Con Elodie Fonnard (Alcimadure), François-Nicolas Geslot (Daphnis), Fabien Hyon (Jeanet) y Hélène Le Corre (Prólogo). Coro Les Éléments. Orquesta Les Passions. Dirección musical de Jean-Marc Andrieu.
3. Montauban, domingo 2 de octubre de 2022. Théâtre Olympe de Goulges. Méditerranée Sacrée. Obras de Salomone Rossi, Tomás Luis de Victoria, Zak Moultaka, Alexandros Markeas, Anónimo (Llibre vermell de Montserrat), Carlo Gesualdo y Antonio Lotti. Choeur de chambre Les Éléments. Dirección de Joël Suhubiette.
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