Artes visuales y exposiciones

Die Oper ist tot, es lebe die Oper

Juan Carlos Tellechea
viernes, 28 de octubre de 2022
Escenario de La Fenice © 2022 by picture alliance/dpa / Annette Reuther Escenario de La Fenice © 2022 by picture alliance/dpa / Annette Reuther
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Una extraordinaria exhibición que trata de infundir mucho optimismo sobre el futuro de la ópera en estos aciagos tiempos, se realiza desde el 30 de septiembre al 5 de febrero de 2023 en la Bundeskunsthalle (Centro de Arte y Exposiciones de la República Federal de Alemania) en Bonn, con el apoyo del Archivio Storico Ricordi, de Milán, perteneciente al gigante mediático Bertelsmann.

Que hay mucha preocupación por el tema, lo demuestra esta exposición única en su tipo, titulada Die Oper ist tot, es lebe die Oper (La ópera ha muerto, viva la ópera), que, rinde homenaje a los 400 años de existencia del género lírico, reuniendo abundantes testimonios sobre su historia y las importantes formas artísticas que cobija en su núcleo esta fábrica de ilusiones.

Es esta una de las formas de arte más seductoras, por su extremo dramatismo, magia e irracionales fantasías, arropadas con música, canto y poesía, artes visuales, teatro y danza, afirma la historiadora del arte Dra Eva Kraus, directora general de la Bundeskunsthalle.

Las primeras representaciones de ópera tuvieron lugar en la corte de los Medici, en Florencia, hacia 1600. Sirvieron sobre todo para entretener a los aristócratas, ricos y poderosos. Los compositores Jacopo Peri y Giulio Caccini pusieron música a las obras de teatro La Dafne y L'Euridice de Ottavio Rinuccini e inventaron así la ópera. El recitativo, el canto tan típico de las óperas, también se remonta a los dos italianos.

Como la nueva forma de arte fue tan bien recibida por el público y era ideal para que la nobleza europea mostrara su riqueza, poder y superioridad, se extendió rápidamente. Los mejores compositores, cantantes y escenógrafos trabajaron en la corte vienesa en los siglos XVII y XVIII. El emperador Carlos VI de Habsburgo (1685-1740) llegó a empuñar la batuta.

Comienzos

Atelier Feri Schwarz (nacido Lodovico Ottavio Burnacini), Maqueta (1955) de la representación (1668) de «Il pomo d'oro» de Antonio Cesti
1955 (1668). © 2022 by KHM-Museumsverband, Theatermuseum Wien.Atelier Feri Schwarz (nacido Lodovico Ottavio Burnacini), Maqueta (1955) de la representación (1668) de «Il pomo d'oro» de Antonio Cesti 1955 (1668). © 2022 by KHM-Museumsverband, Theatermuseum Wien.

L'Orfeo de Claudio Monteverdi, estrenado en la corte de Mantua en 1607, se considera generalmente como la primera ópera de peso de la historia. Los gobernantes absolutistas utilizaron la nueva forma de arte como medio de autodramatización pomposa: para la obra Il pomo d'oro, de Antonio Cesti, se construyó especialmente un teatro en Viena.

La exposición también muestra el papel especial de Francia en la corte de Luis XIV. El tercer capítulo explora la aparición de la "ópera de compañía" en Venecia: por primera vez, había un público que pagaba y un empresario vigilaba la rentabilidad.

Escenografías de la ópera «Costanza e Fortezza», 1723, de Johann Joseph Fux y Nicola Matteis. © 2022 by KHM-Museumsverband, Theatermuseum Wien.Escenografías de la ópera «Costanza e Fortezza», 1723, de Johann Joseph Fux y Nicola Matteis. © 2022 by KHM-Museumsverband, Theatermuseum Wien.

En consecuencia, se representaron óperas en tres actos en lugar de cinco, y los cantantes, la escenografía y la técnica pasaron a ser el centro de atención. En Londres, la Royal Academy of Music convirtió a los castrati en superestrellas a partir de 1719, pero las caricaturas contemporáneas también muestran el ridículo que acompañaba a esto.

Alemania, país de óperas

“Alemania, con 83 casas de ópera en total, es el país con más escenarios de este tipo en el mundo“, evocaron los comisarios de la exposición, la historiadora del arte Dra Katharina Chrubasik y el dramaturgo Alexander Meier-Dörzenbach en la conferencia de prensa reunida para presentar la muestra. 

Exposición «Die Oper ist tot, es lebe die Oper». © 2022 by Mick Vincenz.Exposición «Die Oper ist tot, es lebe die Oper». © 2022 by Mick Vincenz.

Entre los escenarios más famosos figuran la Staatsoper Unter den Linden y la Deutsche Oper, en Berlín, la Ópera de Hamburgo, la Bayerische Staatsoper, de Múnich, la Ópera de Fráncfort del Meno, y la Ópera de Bayreuth.

Hasta el estallido del coronavirus, unos 3,8 millones de personas al año asistían a la ópera en Alemania. Las cifras se mantuvieron estables durante mucho tiempo. Solo la pandemia provocó un fuerte descenso. "La ópera ha sido declarada muerta una y otra vez y, sin embargo, se ha reinventado, se ha reorganizado, después de todas las crisis, ya sean guerras o revueltas sociales", rememoró Chrubasik.

El negocio

Jacopo Amigoni, Retrato de Carlo Broschi, Farinelli, ca 1734/35. © 2022 by Cameraphoto Arte Venezia / Bridgeman Images.Jacopo Amigoni, Retrato de Carlo Broschi, Farinelli, ca 1734/35. © 2022 by Cameraphoto Arte Venezia / Bridgeman Images.

A partir de la década de 1630, las ricas familias patricias de Venecia fundaron sus primeros teatros de ópera. Les preocupaba menos la ostentación y el esplendor que ganar dinero. Para maximizar los beneficios, se acortaron las representaciones y se redujo el tamaño del coro y la orquesta. Para compensar esto, se compraron estrellas, como el entonces venerado y famoso castrato Farinelli (Carlo Broschi), y se crearon espectaculares decorados. El público asistía así a un gran espectáculo; los astutos patricios aprovechaban en su beneficio una nueva fuente de dinero. "Se trataba de arrastrar a la gente e inspirarla", explicó Chrubasik.

Ser crítica consigo misma

Pieza enlazada

La ópera tendrá futuro, siempre y cuando sea crítica consigo misma, opina una de las intérpretes de nueva generación entrevistadas por los organizadores de la exposición. La formación de cantantes es uno de los aspectos clave en esta estado de cosas, afirma el tenor Martin Muehle, quien en una entrevista con Mundoclasico.com no oculta que "la ópera se encuentra actualmente en su momento más bajo, incierto y duro".

Las óperas de París, Viena, Milán y Nueva York, aseguraron el "crecimiento y el cambio de la institución". El último capítulo de la exhibición también trata del papel especial de Bayreuth, con el Festival de Richard Wagner, y se centra en la Semperoper de Dresde como "sede de importantes estrenos mundiales": entre 1901 y 1938 se estrenaron aquí nueve óperas de Richard Strauss.

El Met

A finales del siglo XIX, la "Academia de la Música" era el teatro de la ópera de Nueva York, pero el espacio de los palcos era tan limitado que no cabían los nuevos millonarios de la ciudad. Magnates como William H. Vanderbilt no lo aceptaron: había que construir una nueva casa, con muchos palcos.

Joseph Keppler, «La guerra operística en Nueva York», 1883. © 2022 by Music Division, The New York Public Library.Joseph Keppler, «La guerra operística en Nueva York», 1883. © 2022 by Music Division, The New York Public Library.

A finales del siglo XIX, 22 nuevos ricos neoyorquinos, entre ellos las familias Rockefeller, Vanderbilt y Roosevelt, que no eran aceptados por la antigua aristocracia adinerada, fundaron su propia ópera: el Metropolitan Opera. Después de 40 años como máximo, estaba a la altura de la Ópera Estatal de Viena y de La Scala de Milán. En sus inicios, representaba todas sus óperas -independientemente de su idioma original- en italiano.

Elitismo

Hasta hoy, la ópera tiene algo de elitista. Ya es hora de cambiar esto, dice la Dra Katharina Chrubasik, quien confía en que la exposición contribuya a ello y abra el apetito de los visitantes por la ópera. 

Por supuesto, la ópera siempre ha sido muy elitista. Al fin y al cabo, es una forma cortesana que se desarrolló entonces. Pero en el siglo XIX también es una forma de arte de la burguesía. La burguesía crea nuevas y grandes casas para sí misma y asume el papel que antes tenía la nobleza.

Félix Vallotton, «Au Francais, 3e balcón», 1909. © 2022 by C. Lancien, C. Loisel / Réunion des Musées Métropolitains Rouen Normandie.Félix Vallotton, «Au Francais, 3e balcón», 1909. © 2022 by C. Lancien, C. Loisel / Réunion des Musées Métropolitains Rouen Normandie.

En principio, la ópera es como el cine, dice. Es un lugar donde se cuentan historias. Historias de cazadores de dragones, de héroes y traidores, de intrigas y de intrigas, de amores realizados y no correspondidos, de poder, de pasión y de abismos humanos, de vida y de muerte inevitable.

La ópera es surrealista, la ópera reúne cosas que no existen. Las películas son como una continuación de la ópera, por así decirlo. 

Quizá lo elitista esté sólo en nuestras cabezas, dice Chrubasik. Por lo tanto, todo el mundo debería dar una oportunidad a la ópera. "La ópera puede inspirarnos, puede desencadenar sentimientos en nosotros como ningún otro género". Por lo tanto, hay que responder a la cuestión de si la ópera tiene su día en estos tiempos.

Momentos estelares

Aunque no sigue un orden cronológico, la presentación arranca con los precursores de la ópera en la corte de los Médici, en Florencia. El recorrido prosigue con el proceso de creación y transformación de la ópera como forma de arte hasta nuestros días y muestra la combinación de las distintas forma de arte (música, canto, actuación, danza) y artesanía (vestuario, escenario, iluminación) para crear una obra artística total.

Exposición «Die Oper ist tot, es lebe die Oper». © 2022 by Mick Vincenz.Exposición «Die Oper ist tot, es lebe die Oper». © 2022 by Mick Vincenz.

Los conservadores han reunido cuadros y carteles de ópera, diseños de vestuario y escenografía, partituras y programas, fragmentos de películas y grabaciones de numerosas obras de ópera. Imponente es el atuendo de “Turandot“ que vistiera en 1961 Birgit Nilsson en la Ópera Estatal de Viena; el de “Tosca“, en el mismo escenario en 1958 que lucieran Renata Tebaldi, Leonie Rysanek y Raina Kabaiwanska; la tiara que llevara Maria Callas en “Turandot“, en la Scala de Milán en 1957, y el disfraz de Canio en el “Pagliacci“, que hiciera famosísimo Enrico Caruso.

A través de una visión colorida de algunas de las casas de ópera más importantes del mundo, incluida la Scala de Milán, se exhibe una imagen bastante completa de este género, desde sus inicios en el siglo XVI hasta las producciones de ópera actuales. Faltarían, aunque uno de los comisarios ha prometido una segunda exposición sobre el tema, las creaciones operísticas de los últimos 50 años.

Exposición «Die Oper ist tot, es lebe die Oper». © 2022 by Mick Vincenz.Exposición «Die Oper ist tot, es lebe die Oper». © 2022 by Mick Vincenz.

"Sacudir profundamente el alma humana es la pretensión de la ópera". Aunque todo lo que el público ve es una ilusión, sigue teniendo efecto sobre él. "Ese efecto es real y verdadero", subrayó Meier-Dörzenbach en la rueda con los medios. El compositor y director de orquesta Gustav Mahler, quien dirigió la recién fundada Ópera de la Corte de Viena a partir de 1897, también buscaba este efecto único en el público.

Bajo su mandato introdujo una innovación que ha perdurado hasta hoy: Hizo que el auditorio se oscureciera y que las puertas se cerraran, tras el comienzo de la representación. La idea era que todo el mundo se concentrara plenamente en los acontecimientos que se desarrollaban en el escenario, que estaban compuestos hasta el último detalle.

Ricordi

El Archivo Ricordi, considerado una de las colecciones musicales más importantes del mundo en manos privadas, ha cedido casi 70 piezas y es, por lo tanto, una de las instituciones que más ha contribuido a la organización de esta muestra.

Cada uno de estos valiosos documentos y artefactos cuenta su propia historia, como el retrato original de Giuseppe Verdi realizado por Leopoldo Metlicovitz, del que cada suscriptor de la revista Ricordi Gazzetta Musicale di Milano recibió una copia como regalo en su momento. También los facsímiles de las escenografías de Turandot de Puccini, que se enviaron a los teatros de ópera para que se crearan allí copias exactas de la escenografía del estreno, o los diseños de vestuario originales de las óperas de Verdi Aida y Falstaff, así como de Turandot y Madama Butterfly, de Giacomo Puccini.

El Belcanto y el Realismo

Giacomo Puccini y Arturo Toscanini, 1910. © 2022 by Music Division, The New York Public Library.Giacomo Puccini y Arturo Toscanini, 1910. © 2022 by Music Division, The New York Public Library.

Junto con Giuseppe Verdi, Gaetano Donizetti, Vincenzo Bellini y Gioachino Rossini, Giacomo Puccini es uno de los cinco grandes nombres de la ópera italiana del siglo XIX cuyas obras han sido publicadas por la Casa Ricordi y documentadas en el Archivio Storico Ricordi. A Puccini se le dedican con especial atención varios capítulos titulados respectivamente: "Vissi d'arte: Tosca de Giacomo Puccini en la Ópera Estatal de Viena", "La Scala de Milán - del fracaso al éxito de taquilla: Madama Butterfly" y "La enigmática ópera de Puccini: Turandot".

La historia de la Scala de Milán también está estrechamente ligada a la Casa Ricordi: pocos años después de la fundación de la editorial, en 1808, el editor Giovanni Ricordi se hizo cargo de los archivos del famoso teatro de ópera y, desde entonces, mantuvo estrechos vínculos con los directores artísticos.

En las décadas siguientes, la editorial se aseguró los derechos de las óperas de los Cinco Grandes, así como los de otros muchos compositores importantes, y fue en parte responsable de la distribución mundial de sus obras. Los directores de la editorial comercializaban con mucho éxito las producciones de ópera y ejercían una gran influencia en las producciones y representaciones.

A lo largo de su historia, la ópera osciló entre diferentes pretensiones: fue utilizada como símbolo de estatus, construida como una empresa comercial y entendida como un refugio de alto arte. En el siglo XIX, la Scala de Milán era la mejor dirección entre los teatros de ópera. La dirigió Domenico Barbaja, un antiguo camarero y jugador de naipes que integró un casino en el teatro de la ópera y tuvo una buena relación con los compositores Gioachino Rossini, Vincenzo Bellini y Gaetano Donizetti. Consiguió convencerles de que le escribieran obras por encargo. La editorial milanesa Ricordi se hizo con los derechos de las óperas y se encargó de su distribución mundial.

Antecedentes

La muestra, cuidadosamente elaborada, ofrece a los visitantes una oportunidad única de conocer directamente 400 años de crecimiento y cambio en la institución de la ópera. La exposición es también un nuevo hito en la presentación pública del archivo Ricordi: Bertelsmann lleva por segunda vez a Alemania valiosos documentos originales de Milán. En 2013, el año de Verdi -el 200 aniversario del nacimiento del compositor-, los tesoros del archivo se presentaron por primera vez en Alemania en el marco de una exposición itinerante europea. El espectáculo de entonces Unternehmen Oper: Verdi. Boito. Ricordi se expuso en Berlín y Gütersloh y, posteriormente, en Bruselas, Milán y Vicenza.

 A esta le siguió en 2019/20 la muestra Verdi: Creating Otello and Falstaff - Highlights from the Ricordi Archive en la reconocida institución neoyorquina The Morgan Library And Museum. El Archivo Ricordi, único en su conjunto, adquiere así una visibilidad y una importancia creciente en el contexto artístico e histórico del arte.

La colección

El Archivio Storico Ricordi alberga un total de unas 7.800 partituras originales de más de 600 óperas y cientos de otras composiciones, unos 10.000 libretos, una gran colección iconográfica con preciosos diseños de escenarios y trajes, así como la extensa correspondencia comercial histórica de la Casa Ricordi. La empresa internacional de medios de comunicación Bertelsmann, que también es propietaria del grupo musical BMG y del grupo editorial de consumo Penguin Random House, con sede en Nueva York, adquirió la Casa Ricordi en 1994, pero volvió a separarse de la empresa musical y de los derechos musicales de Ricordi en los años siguientes.

Solo el Archivio Storico Ricordi, afiliado a la Fundación, permaneció en el grupo. Desde entonces, Bertelsmann ha catalogado, digitalizado y, en muchos casos, restaurado exhaustivamente los archivos. La empresa también se encarga de mantener vivo el patrimonio cultural de la Casa Ricordi y de hacerlo accesible al mayor número de personas posible a través de conciertos y exposiciones.

Acerca de Bertelsmann

Bertelsmann es una empresa de medios de comunicación, servicios y educación que opera en unos 50 países de todo el mundo. El grupo incluye la empresa de entretenimiento RTL Group, el grupo de publicación de libros Penguin Random House, la empresa de música BMG, el proveedor de servicios Arvato, el Bertelsmann Printing Group, el Bertelsmann Education Group y la red internacional de fondos Bertelsmann Investments.

Con 145.000 empleados, la empresa generó unos ingresos de 18.700 millones de euros en el ejercicio 2021. Como empresa de contenidos creativos con una historia de casi 190 años, Bertelsmann está comprometida culturalmente a varios niveles. Las actividades de Culture@Bertelsmann se centran en preservar importantes bienes culturales y hacerlos accesibles a un amplio público, por ejemplo mediante la digitalización o a través de exposiciones y conciertos. Bertelsmann lleva muchos años organizando el popular festival de cine mudo UFA Filmnächte en Berlín y ha actuado en repetidas ocasiones como principal patrocinador de la restauración digital de importantes películas mudas.

El grupo también es propietario del Archivio Storico Ricordi de Milán, que alberga una gran cantidad de testimonios únicos de 200 años de historia de la ópera italiana. Bertelsmann procesa los fondos del archivo de acuerdo con las normas más recientes y hace que miles de partituras digitalizadas, diseños de escenografía y vestuario, libretos y correspondencia comercial sean de libre acceso en línea.

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