Artes visuales y exposiciones

¿En serio? Tonterías y entusiasmo en el arte

Juan Carlos Tellechea
viernes, 9 de diciembre de 2022
ERNSTHAFT?! Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst © 2022 by Distanz ERNSTHAFT?! Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst © 2022 by Distanz
0,0016856

El absurdo, la tontería y el kitsch en el arte es el tema central de una amplia y sumamente interesante exposición que tiene lugar en el prestigioso Centro de Arte y Exposiciones de la República Federal de Alemania (Bundeskunsthalle), en Bonn.

Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst (¿En serio? Tonterías y entusiasmo en el arte) se titula la muestra que tiene lugar desde el 11 de noviembre al 10 de abril de 2023 con más de un centenar de obras de célebres artistas.

Cuando el espectador ingresa al recinto de la exposición no puede evitar una sonrisa de oreja a oreja al admirar las obras aquí exhibidas. 

Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.

A medida que se va acercando a las creaciones de nuestros días los visitantes se encuentran con una realidad esperpéntica que evoca o supera incluso con creces cualquier sátira sobre ella: desde la elección de Donald Trump, en los Estados Unidos, o de Jair Bolsonaro, en Brasil, hasta el Brexit y Boris Johnson, en el Reino Unido, pasando por los crueles dictadores sentados tras larguísimas mesas o escritorios, como Vladimir Putin, en Rusia, Xi Jinping, en China o Kim Jong-un, en Corea del Norte.

Más aún, remontándonos a la época del surrealismo, que surgió sobre todo de los traumas de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), es evidente que en épocas anteriores nos topamos con extrañas combinaciones de crueldad y ridiculez. 

Andreas Schulze, «Sin título», 2012. © 2022 by Andreas Schulze / VG Bild-Kunst, Bonn.Andreas Schulze, «Sin título», 2012. © 2022 by Andreas Schulze / VG Bild-Kunst, Bonn.

El post-surrealismo o post-internet del presente, en todo caso, nos traslada a un mundo contemporáneo en el que la locura de las redes sociales, los fallos extraños y el pastiche digital rodean los absurdos de la política y el capitalismo contemporáneos y parecen una pesadilla de TikTok.

La presentación, comisariada por los historiadores del arte Jörg Heiser y Cristina Ricupero, es un recorrido más que agradable por un parque atracciones de la estulticia y la (des)vergüenza ardiente. 

A lo largo de este divertido paseo uno puede ver a famosos artistas como Pieter Brueghel el Viejo, Marcel Duchamp, George Grosz, René Magritte, Sigmar Polke, Martin Kippenberger, Paul McCarthy, Nicole Eisenman, Fischli & Weiss, Isa Genzken, Pauline Curnier-Jardin, Kiluanji Kia Henda o Ming Wong, manifestando su visión humorística del desastre y el mal gusto.

Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.

No vayan a creer nuestros amigos lectores de que esto abarca íntegramente el amplio espectro en su totalidad. No; de ninguna manera. En esta galería apenas vemos una pequeña muestra de las tonterías y del entusiasmo en el arte, de cuyos ejemplos (cuadros, instalaciones, esculturas y un largo etcétera) está absolutamente permitido reírse a carcajadas desde el principio al fin.

Por supuesto, el de "Dadá" es el periodo clásico del humor en el arte. El tratamiento humorístico de la estupidez está realmente inscrito en la modernidad. Las raíces se encuentran como muy tarde al inicio de la era moderna en el siglo XVII. Los artistas siempre han procedido de forma deliberada para provocar la risa.

El Dr Jörg Heisler, profesor de la Universidad de las Artes, de Berlín, lo explica muy bien:

Un aspecto fundamental de nuestra exposición es la vergüenza entusiasta. Esto implica no sentarse a sonreír irónicamente y hacer una pequeña broma al respecto, sino hacer realmente cosas vergonzosas; y entonces, en lugar de decir 'Dios mío, he hecho algo vergonzoso, prefiero no hacerlo', lo haces aún más y lo repites.

Verbigracia, George Grosz, el gran pintor y caricaturista de la época de la República de Weimar, subtitulaba (y con toda razón) su caricatura de un soldado con una mordaz crítica sobre la uniformidad de su tiempo, tras la catástrofe de la Gran Guerra: Informo muy obedientemente de que soy un estúpido'.

Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.

Por un lado, la exposición va muy en serio, pero por otro es decididamente cómica e ilustra la vergüenza entusiasta del arte moderno y contemporáneo, que no rehúye lo tonto ni lo irrazonablemente estúpido y lo muestra con desparpajo a través de un centenar de artistas de todo el mundo en un lapso que va desde el siglo XVI hasta el presente inmediato.

En el modernismo desde el siglo XIX, y especialmente en las vanguardias clásicas de principios del XX, se puede discernir un rumbo muy específico: por un lado, innovaciones audaces, negación radical y principios estéticos sorprendentes, pero por otro, un tipo especial de risa que constituye la base de este proyecto expositivo. Es una hilaridad que divierte y al mismo tiempo socava todo conservadurismo, moral y creencias vanguardistas. Esta carcajada muestra cómo flaquea la autoridad, cómo se agotan el gesto pomposo y la imagen del héroe.

Erich Spießbach, «Libro vacío y vacío de forma de locura y razón», 1952. © 2022 by Sammlung Prinzhorn, Universitätsklinikum Heidelberg.Erich Spießbach, «Libro vacío y vacío de forma de locura y razón», 1952. © 2022 by Sammlung Prinzhorn, Universitätsklinikum Heidelberg.

La exhibición coquetea con el humor del desastre, la ordinariez, el enfoque camp, la cultura del cine de serie B, la ciencia ficción y el terror, pero también con la inmadurez, la idiotez, la intuición y, por supuesto, la pasión, por no hablar del entusiasmo.

Cristina Ricupero, conservadora independiente asentada en París, quien ya ha contribuido con su experiencia y conocimientos en otras exposiciones de la Bundeskunsthalle, afirma en una breve entrevista con Mundoclasico.com al margen de la conferencia de prensa celebrada un día antes de la apertura al público de la exposición:

Nuestro trabajo es bastante intuitivo, operamos con elementos que son como las piezas de un rompecabezas. Por supuesto, siempre se puede ser estúpidos, hoy como hace tres siglos, pero la estupidez no es siempre la misma; hay variaciones sobre el mismo tema. La idiotez evoluciona y su desenvolvimiento es siempre abordado por el arte en sus diferentes épocas y en sus diversas formas.

En su artículo "La idiotez: una introducción", publicado en el catálogo de la exposición, el escritor y crítico Jean-Yves Jouannais sostiene que:

(…) el arte relevante del siglo XX y la idiotez son una misma cosa (…) "moderno" e "idiota" son sinónimos. Y es que, según el principio de equivalencia, el primero de estos dos términos gana en inocencia, mientras que el segundo gana en seriedad y pasión. Además, hay que señalar que la idiotez no es una subcategoría, no es un signo o caricatura de una contracorriente disidente, una excentricidad, sino que resulta ser el término genérico de lo verdaderamente moderno, haya ocurrido o no en realidad.

En la pintura, la escultura, la fotografía y el cine, el enfoque es un guiño que no responde a conceptos morales, a lo tradicional o a los dogmas de la vanguardia. Al oponerse al uso de la cultura para intimidar, para asegurar privilegios inmerecidos, esta hilaridad muestra cómo la autoridad pierde su control. Entre otras creaciones, en la Bundeskunsthalle se exponen venerables y divertidos retratos de personas con ojos de plata, bodegones con rodajas de salchichas y provocadoras obras dadaístas.

La exhibición, de una riqueza realmente impresionante en cuanto a obras de la historia del arte, nos recuerda que es posible hablar de otra manera: sin seriedad. Lo que todas las piezas expuestas tienen en común es ese aura de "vergüenza entusiasta"; y no se trata en absoluto de un nicho, sino de una preocupación central del arte moderno.

René Magritte, «Sans titre, dit aussi La Pipe-sexe» 1946 (1943). © 2022 by J. Geleyns / VG Bild-Kunst, Bonn .René Magritte, «Sans titre, dit aussi La Pipe-sexe» 1946 (1943). © 2022 by J. Geleyns / VG Bild-Kunst, Bonn .

De René Magritte, por ejemplo, se puede ver un dibujo, la Pipa sexual, una variación de uno de sus cuadros más famosos: En lugar de la boquilla, de la cazoleta de la pipa sale un pene en erección. Se muestra el Aparato de Sigmar Polke con el que una patata puede rodear a otra, así como la serie de salchichas de Fischli & Weiss.

Pero, ¿qué significa ser entusiásticamente vergonzoso? Así lo expresan precisamente al principio de la exposición dos obras desconocidas: Thirsty Duck (Pato sediento), de 1993, de John Miller, y un vídeo de Mika Rottenberg, de 2012, en el que observamos a un individuo trajeado con una larga nariz de plástico pegada a la cara, que se estira hacia el espectador de una forma tan poderosa como tonta.

En la primera hay un pato de arcilla, como los que decoran muchos jardines delanteros en los pueblos. Delante hay un vaso de cerveza (tal vez de plástico) con su espuma blanca incluida en la parte superior; además, a su alrededor hay una lata de cerveza aplastada, varios ladrillos y un pequeño cactus.

Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.Ernsthaft? Albernheit und Enthusiasmus in der Kunst. © 2022 by Mick Vincenz / Kunst- und Ausstellungshalle der Bundesrepublik Deutschland GmbH.

Nuestro presente, tal como ha sido presentado en los últimos años, especialmente en Internet, se ha caracterizado durante demasiado tiempo por figuras de portavoces poco serios. Se puede elegir entre los satíricos liberales de izquierda que, comprometidos con el proyecto de la ilustración, utilizaban todos los medios de exageración y parodia posibles para poner orden; o los troles, que hablan con la misma seriedad, pero se atribuyen fuerzas caóticas oscuras. Mientras el satírico quiere "desenmascarar" a Donald Trump; el troll lo anima, "por el puro placer" de hacerlo.

La vergüenza entusiasta provoca inmediatamente una respuesta que siempre ha acompañado al arte moderno como un eco que parece decir: Bueno, ¡podría haberlo hecho así! De hecho, la exposición también incluye arte basura, camp, outsider: formas de expresión cuya pretensión e intención eran en realidad diferentes o siguen sin estar claras.

Sin embargo, no es fácil dejarse llevar por el entusiasmo. No se podría haber hecho "eso" "también así". Por ejemplo, se puede colocar el pato y el vaso de cerveza de forma que todo parezca ridículo, pero no demasiado. Si el artista hubiera utilizado más objetos, habría degradado su Pato Sediento a una sátira de la sociedad de consumo o algo así; si solo hubiera puesto un ladrillo, la obra aún podría haber pasado por minimalista.

En el vídeo, de repente, el hombre estornuda ruidosamente; después, un conejo, que debe de habérsele caído de la nariz, mastica delante de él. Entre medias, se difuminan las uñas de los pies pintadas de rojo. La obra Estornudo también marca el tono de la exposición porque no hay auriculares colgando de la pantalla. Así que el estornudo de este hombre ruidoso atraviesa constantemente el ámbito más grande de la exhibición.

La vergüenza entusiasta es una forma de humor que surge del hallazgo accidental, de lo desechado, que el artista recoge y no vuelve a dejar caer. Este método apenas se conoce en la comedia actual, pero sí, desde luego, en el teatro contemporáneo, donde el actor vuelve del ensayo con un sombrero tonto o un atrezo traqueteante con el que juguetear todo el día.

Hans-Peter Feldmann, «Pareja bizca», 2012. © 2022 by Jan Windszus / VG Bild-Kunst, Bonn .Hans-Peter Feldmann, «Pareja bizca», 2012. © 2022 by Jan Windszus / VG Bild-Kunst, Bonn .

A condición de que sus colegas lo acojan con entusiasmo, el gracioso sombrero ocupará un lugar destacado más adelante en la obra, sin que el público pueda explicarse realmente por qué. Uno no puede menos que pensar en la película Toni Erdmann, en la que Peter Simonischek se coloca repetidamente dientes postizos y hace gala de ese humor de disfraz, que en un sentido más amplio también incluye muecas y bizqueos.

Jef Geys, «Passport de Vache (Lola)», 1965–2014. © 2022 by Marc Domage / Jef Geys Estate and Air de Paris, Romainville.Jef Geys, «Passport de Vache (Lola)», 1965–2014. © 2022 by Marc Domage / Jef Geys Estate and Air de Paris, Romainville.

De hecho, los comisarios también califican el minimalismo de vergüenza entusiasta, una vergüenza entusiasta de tal envergadura que no puede sacarnos del agotamiento como tampoco la sátira o el trolling. El arte minimalista y el arte conceptual de los años sesenta en adelante establecieron una estética bastante austera dominada por los tonos blancos, grises y negros. Y es precisamente de ahí de donde procede su humor seco. Este capítulo en la exhibición puede describirse como un cubo blanco muy fresco, con paredes móviles y pequeños objetos movedizos de Robert Breer y Sigmar Polke, con retratos de vacas de Jef Geys o las pinturas de los domingos de Lara Favaretto atravesadas por hilos de lana. Juntas, estas obras forman una película (casi) muda de slapstick (payasadas).

Tal vez la tarea actual del arte sería superar lo serio y explorar qué nueva seriedad puede esperarnos más allá de todas las bromas gastadas. Pero vaticinar o filosofar no es tarea propia de los comisarios, quienes tampoco quieren arrogarse esa pretensión, más allá de este acta notarial sobre la historia del arte.

Comentarios
Para escribir un comentario debes identificarte o registrarte.