Discos
Debussy como punto de partida
Nipper Larrañaga
No es fácil para un pianista joven darse a conocer y por otro lado es imprescindible si se quiere desarrollar una carrera de concertista. Es difícil que un sello te grabe un disco y cuando lo consigues a menudo no puedes elegir el repertorio, que depende de unas razones comerciales no siempre comprensibles. Menos habitual es que un joven pianista consiga desarrollar un proyecto discográfico propio, pero esto es lo que parece haberle pasado a Rubén Yessayan Villalobos (Madrid, 1978) con este primer disco de 2012 dedicado al Libro I (1909-10) de los Preludios y Children's Corner (1908) de Debussy, un repertorio del que existen abundantes grabaciones y por tanto referencias, entre las cuales no es fácil hacerse un lugar propio, que luego ha continuado en 2018 con otro dedicado al Libro II de los Preludios junto a los Six Epigraphes Antiques y un tercer disco doble que reúne los dos libros de Preludios de Debussy y que publicó también en 2018 mediante crowdfunding.
Yessayan, de origen hispano-armenio, se formó en el Conservatorio Arturo Soria de Madrid y posteriormente en la Manhattan School of Music de Nueva York (1998-2004), con Nina Svetlanova (Kiev, 1932), alumna de Neuhaus en Moscú y profesora también de Josu de Solaun, al tiempo que realizaba estudios de música de cámara con Isidore Cohen (Nueva York, 1922-2005), violinista del Beaux Arts Trio, y de dirección de orquesta. Interesado también en la gestión musical es director artístico del Festival de Música 'Villa de Medinaceli' desde 2007 y fundador en 2013 de Música Humana. Actualmente y desde 2009 es profesor de piano en la Escuela Municipal de Música de San Sebastián de los Reyes.
Antes de este disco, Yessayan había publicado en 2006 un disco 'debut' titulado Different Perceptions con música de Mozart, Albéniz (Yessayan ha colaborado en la edición de Iberia de Albéniz realizada por la Fundación Albéniz), Jatchaturian, John Cage y Enrique Igoa. Y posteriormente ha desarrollado una segunda línea discográfica, con The Eternal Song (2016), un disco dedicado a la música armenia con obras de Arno Babadjanian (1921-1983), Aram Jatchaturian (1903-1978), Armen Bedrossian, Alexander Arutiunian (1920-2012) y arreglos propios de Komitas (1869-1935), al que siguió Orígenes (2017), un disco dedicado a la música de piano de Armen Bedrossian (Madrid, 1972), un compositor de origen armenio como Yessayan, aunque en su caso formado en París y dedicado principalmente a la composición cinematográfica.
Como intérprete Yessayan se siente muy cercano a Debussy, de quien aprecia principalmente su libertad compositiva, como escribe en el artículo que le dedica en el folleto del disco. Se agradece además que incluya a Debussy entre los artistas simbolistas y no en el impresionismo, movimiento al que se sentía mucho menos vinculado según declaró Debussy en diversas ocasiones. Y es desde esta idea de imaginación, libertad y espontaneidad, del deseo de unir naturaleza e imágenes, de donde parte Yessayan a la hora de enfocar 'su' Debussy.
Los resultados son buenos, pero no excepcionales. Mantiene tempi más bien moderados y bastante flexibles, cuida mucho el sonido, usa un pedal ligero para mantener la claridad melódica, no tiene problemas en hacer rubati: O sea, es un placer escucharlo, pero no deja una huella profunda. Quizá por ello los números que más disfruté fueron los menos frecuentados -la Serenade interrompue, por ejemplo, donde casi asoma el jazz, o La danse de Puck, que suena caprichosa y apasionante- mientras los más trillados me atrajeron menos ... y La Cathedrale engloutie casi me aburrió.
El Children's corner tiene el mismo problema que los Preludes, junto a números interesantes y personales aparecen otros que casi son 'de trámite'. Así el Doctor Gradus ad Parnassum no tiene suficiente sentido del humor, y Jimbo's Lullaby suena soso, mientras The snow is dancing me convenció totalmente por sonido y libertad rítmica, y Golliwogg's Cake-Walk acierta con la cantidad justa de 'desparpajo' jazzístico y 'seriedad' europea.
La calidad de la grabación y del folleto que acompaña al disco es buena, mejor de lo habitual en este tipo de grabaciones. En resumen, disco interesante para conocer a Yessayan como pianista, para los amantes de Debussy y en general de la música para piano. Prescindible para aquellos que deban cuidar su presupuesto.
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