España - Andalucía

De nuevo haciendo historia… con Bach

José Amador Morales
martes, 27 de diciembre de 2022
Carlos Domínguez-Nieto © 2022 by Juan Antonio Partal Carlos Domínguez-Nieto © 2022 by Juan Antonio Partal
Córdoba, viernes, 16 de diciembre de 2022. Gran Teatro. Johann Sebastian Bach: Oratorio de Navidad, BWV.248. Cristina Bayón (soprano), Marifé Nogales (contralto), Juan Sancho (tenor), Javier Povedano (bajo). Sociedad Musical de Sevilla (Juan Ignacio Rodrigo, director del coro). Coro Ziryab (Carlos Castiñeira, director del coro). Orquesta de Córdoba. Carlos Domínguez-Nieto, director musical.
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Las seis cantatas del Oratorio de Navidad de Bach (Nacimiento de Jesús, Anuncio a los pastores, Adoración de los pastores, Circuncisión y Bautismo de Jesús, Huida a Egipto, Adoración de los Reyes Magos) abordan los acontecimientos que narran los evangelios -de Lucas y Mateo básicamente- en torno al nacimiento de Jesús y que litúrgicamente se interpretaban en seis días diferentes entre el veinticinco de diciembre y el seis de enero.

La versión cordobesa que comentamos, la segunda de las dos programadas, contó con una nutrida asistencia de público (alrededor del 90% del teatro) y fue ofrecida en dos partes separadas por un intermedio, con tres cantatas cada una, con excelente traducción simultánea. 

Carlos Domínguez-Nieto, director titular de la Orquesta de Córdoba, declaraba previamente que este Oratorio de Navidad suponía “una ocasión única poder escuchar esta maravillosa historia completa, tal y como Bach la concibió y que rara vez se interpreta así en España”, algo que también destacaba el tenor Juan Sancho, para quien este Oratorio de Navidad es “una obra maestra porque es un microcosmos en sí misma. Tiene prácticamente todos los elementos de la música de su época: momentos corales de extraordinaria belleza, recitativos perfectos, accompagnati melodiosos y expresivos, arias basadas en danzas, arias de bravura…para llevarnos a la atmósfera de profunda y piadosa felicidad de la Navidad luterana”.

No en vano, el mismo Domínguez-Nieto hizo historia con la primera interpretación completa de La Pasión según San Mateo de Bach en la ciudad; lo repitió con la Misa Solemnis de Beethoven; lo está haciendo con un apasionante ciclo con las sinfonías de Anton Bruckner… Y desde luego lo ha vuelto a hacer con esta insólita interpretación completa de las seis cantatas que integran el Oratorio de Navidad de Johann Sebastian Bach. Con ello, el director madrileño vuelve a poner “los puntos sobre las íes” musicalmente hablando en lo que respecta a dar a conocer un importante grupo de obras maestras de la Historia de la Música que nunca se habían interpretado de forma íntegra en Córdoba. 

La profesionalidad y cuidado con la que ha afrontado este proyecto, al igual que el resto de intérpretes, ha sido más que evidente. Y la respuesta de un público que asistió ensimismado (y en un ambiente de especial atención, silencio y comunión) durante más de tres horas de música sublime y bien servida, remató un éxito incuestionable y fácilmente predecible.

El apartado interpretativo qué duda cabe tiene su interés pero en este tipo de acontecimientos musicales queda en un lugar secundario, al menos en los aspectos más analíticos, habida cuenta de la extraordinaria importancia de lo que supone la obra en sí en el desarrollo musical de una ciudad, de prácticamente nula tradición concertística hasta 1992 en que fue creada la Orquesta de Córdoba. 

Aún así señalaremos, a nivel general, la extremada elegancia y sensibilidad de la versión de Carlos Domínguez-Nieto, indiscutible artífice de esta nueva hazaña, al frente de una atentísima Orquesta de Córdoba (con una sección de viento-madera especialmente brillante). Los coros, el local Ziryab y el vecino Sociedad Musical de Sevilla rindieron a la altura de las circunstancias, con plausible entrega y rigor pese a la lógica heterogeneidad, aquí puesta de manifiesto en la precisión de los ataques y en la escasa claridad de algunos pasajes fugados, o a unas cuerdas agudas demasiado mates. 

En cuanto a los solistas, Juan Sancho abanderó de alguna forma la autenticidad estilística, convenciendo sobremanera a lo largo de la función tras un inicio vocalmente inquietante. Cristina Bayón mostró unos medios suficientes a los que faltó una buena dosis de sobriedad. Algo similar nos pareció la prestación de Javier Povedano, musical y expresivo en los pasajes más íntimos y de mayor recogimiento pero demasiado estentóreo y un punto fuera de estilo en los demás. Por su parte, Marifé Nogales terminó convenciendo por su profesionalidad y saber hacer. 

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