Artes visuales y exposiciones
''Die letzten Europäer'', el nacimiento de una idea pacífica
Juan Carlos Tellechea

La ''Casa Europea'' corre peligro de derrumbarse; los nacionalistas y los que desprecian la democracia están aserrando sus cimientos. Una interesante exposición sobre este acuciante tema se realiza en el Museo Judío de Múnich desde el 28 de noviembre al 21 de mayo de 2023 y llega en el momento oportuno. Bajo el título de Die letzten Europäer. Jüdische Perspektiven auf die Krisen einer Idee (Los últimos europeos. Perspectivas judías sobre la crisis de una idea), muestra de forma impresionante en qué se basa Europa y qué pensadores judíos participaron en ella.
¿Qué era el "proyecto europeo", qué ha sido y qué será de él? En tiempos de inquietantes desafíos globales, ¿se ha distanciado aún más la comunidad europea en lugar de acercarse? ¿Se contraponen cada vez más los intereses nacionales a las soluciones europeas?
Traspasar fronteras
Con estos interrogantes como telón de fondo, la exhibición examina a individuos judíos que, ante la destrucción de Europa en el siglo XX, traspasaron las fronteras nacionales y culturales, reivindicaron de nuevo la validez universal de los derechos humanos y persiguieron con vehemencia un sueño europeo.
A través de su compromiso con una Europa unida y en paz, la presentación explora simultáneamente su renovada amenaza. El Museo judío de Múnich se abre como lugar de debate sobre el futuro de Europa, sobre la sustancia real e ideal de la Unión Europea, sobre las amenazas y las oportunidades, sobre los conceptos prospectivos y los obsoletos. Aquí se debate tanto sobre la Ilustración europea como sobre sus hijos: secularización y modernidad, emancipación y participación, nacionalismo y chovinismo, colonialismo y capitalismo.
La muestra se basa -como ocurrió más recientemente en 2019 con el espectáculo luminoso Sag Schibboleth - von sichtbaren und unsichtbaren Grenzen (Dí Schibboleth – de fronteras visibles e invisibles)- en el concepto del Museo Judío Hohenems (Austria) y se ha adaptado a los espacios más grandes de Múnich.
Complejo temático en dos plantas
Las historiadoras del arte Dras Felicitas Heimann-Jelinek y Michaela Feuerstein-Prasser, comisarias de la muestra, presentan su compleja cuestión en dos plantas: En la primera, el público es recibido inicialmente por un gran vacío. Toda la sala es una instalación en la que se puede experimentar el nacimiento de la idea europea a partir de las cenizas de dos guerras mundiales e innumerables conflictos.
Documentación de todos los genocidios
En la pared, además del asesinato de seis millones de judíos a manos de la Alemania nazi, hay documentación escrita de todas las guerras y genocidios en los que participaron los países de Europa, incluidos los del otro lado del continente: Desde el genocidio de los belgas contra diez millones de congoleños como el de los turcos contra los armenios (más de un millón), desde la lucha por la independencia de Túnez y Argelia hasta la guerra de Kosovo.
La exposición va acompañada de la publicación de un catálogo a cargo de Felicitas Heimann-Jelinek, Michaela Feurstein-Prasser y Hanno Loewy, académico de literatura y medios de comunicación, publicista y director del Museo Judío Hohenems.
Historia de la violencia en Europa
Una Europa mejor y más pacífica surgió así, de la fosa común de más de 125 millones de personas, por decirlo de alguna manera más gráfica. Las cifras dejan a uno sin palabras; las proyecciones de fotografías históricas hacen vívida la historia de violencia de Europa. Una pantalla luminosa que cuenta los 125 millones de muertos hasta llegar a cero al final de la exposición nos incita -de forma bastante provocativa- a seguir reflexionando.
La idea de Europa y sus inconvenientes
En la segunda planta, 16 estaciones multimedia iluminan los aspectos esenciales de la idea europea: nobles objetivos como la lucha por los derechos de las mujeres, las minorías y los derechos humanos, el pacifismo y la ecología y el imperativo de "¡No olvidar jamás! Pero también los inconvenientes de la comunidad solidaria, como la expresión a menudo mal empleada del "Occidente judeo-cristiano", que excluye explícitamente al Islam, y la Fortaleza Europa, que se defiende brutalmente de todos los demás.
Personalidades influyentes
La exposición también presenta a personalidades influyentes como la luchadora de la Resistencia y Presidenta del Parlamento Europeo Louise Weiss, el inventor del esperanto Ludwik Zamenhof, el pionero de las agencias de noticias Paul Julius Reuter y el superviviente de la Shoah (Holocausto) y "cazador de nazis" Simon Wiesenthal. Uno se queda estupefacto al leer de que fue objeto de amenazas antisemitas en Austria durante toda su vida, y ello sin que se persiguiera a los autores, entre otros de las filas del FPÖ el Partido de la Libertad de Austria, de extrema derecha y neonazi.
Walter Rathenau
El capítulo sobre el "cerebro" Walther Rathenau, al que la publicación adjunta a la exhibición presenta como "ejemplo paradigmático de la tensión no resuelta entre alemanes y judíos", plantea un interrogante. Hijo de un empresario judío (AEG) participó activamente en la planificación de la Primera Guerra Mundial y apoyó el empleo de trabajadores forzados belgas en las fábricas alemanas de armamento. Ministro de Asuntos Exteriores de la República de Weimar desde principios de 1922, fue asesinado el 24 de junio de ese mismo año por miembros de la organización ultraderechista Cónsul.
Rathenau abogó por una unión aduanera; le interesaba Europa sobre todo como espacio económico. A un idealista como el cosmopolita, escritor y fundador de la Unión Paneuropea Richard Coudenhouve-Kalergi (como no judío) ni siquiera se le menciona de pasada. Esto demuestra también que las versiones de Europa -económica-política e intelectual-cultural- podrían haberse perfilado más claramente.
Falta además esta otra información
Y tampoco se menciona el hecho de que la tropa terrorista de la organización Cónsul, surgida del Reichswehr Negro y dedicado a "combatir todo lo antinacional e internacional, el judaísmo y la socialdemocracia", operaba en toda la República de Weimar desde la Trautenwolfstraße del barrio muniqués de Altschwabing, lo que tendría mucho sentido añadir aquí.
Sin embargo, el ambicioso concepto global del espectáculo convence precisamente por su dialéctica, que no oculta contradicciones, pero al mismo tiempo muestra claramente lo que tenemos que perder si siguen avanzando los tenebrosos nacionalistas, ultraderechistas, fascistas, nazis y simpatizantes del nefasto presidente de Rusia Vladimir Putin (como el ex canciller alemán Gerhard Schröder), representados por figuras como Marine Le Pen, Alice Weidel, Tino Chrupalla, Santiago Abascal, Giorgia Meloni, así como los oportunistas e idiotas útiles que los secundan.
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