Una jirafa en Copenhague
Cuando Omar Jerez tuvo la desgracia de conocer a UTBH
Omar Jerez
Siempre tengo una serie de premisas cuando me presentan a un sujeto que desconozco por completo.
1-Ser respetuoso.
2-Mostrarme interesado en lo que me pueda relatar aunque sea por cortesía y el tema que aborde se aleje en un principio de mis intereses.
3-No subestimar jamás al individuo ya que no sé quién es y que es lo que representa.
¿Observáis algo descabellado en estos tres simples protocolos que trabajan las normas básicas para la convivencia social?
O por el contrario ¿Se hace necesario comportarse como un cretino de concurso con alguien que acabas de conocer de primeras?
He vivido en varios países, conocido a miles personas, me he visto envuelto en situaciones donde me he jugado la vida en más de una ocasión, pero nunca, y cuando digo nunca, alguien me faltó al respeto en tan poco tiempo tanto como lo hizo un tío blanco hetero (UTBH).
Algunos os preguntaréis ¿Pero Omar Jerez que le hiciste a un tio blanco hetero (UTBH) para que te tratara con tanto desprecio?
Tenéis razón, le hice algo sumamente grave, muy grave, y la gravedad de su trato hacia mi persona fue llevarle un regalo para su cumpleaños, ¡diría más! creo que de los 50 invitados que allí había, fui uno de los pocos que le llevó un valioso e impagable regalo que nadie jamás le podrá igualar.
Vamos a retrotraernos y empezar por el principio para poneros en contexto.
Mi pareja y yo aterrizamos en Madrid procedentes de un vuelo de 12 horas de Corea del Sur, y por la tarde sin esperarlo y todo hay que decirlo con un jet lag de campeonato, teníamos invitación a dos cumpleaños, uno de los cumpleaños era el de un tío blanco hetero (UTBH) por medio de una amiga en común que tenemos.
Cuando alguien te abre las puertas de su hogar lo mínimo y más en un cumpleaños de alguien que no conoces como era el caso de un tío blanco hetero (UTBH) es llevarle un detalle para mostrase agradecido e interactuar con el resto de su ecosistema como eje de integración.
Hasta aquí nada fuera de lo ordinario ¿No?
La historia de todo esto, es que me presentan a un tío hetero blanco (UTBH), le saludo cordialmente cómo haría con cualquiera de los presentes, a posteriori le doy mi regalo de cumpleaños y a partir de aquí un tío hetero blanco (UTBH) ejerció un bullying perfectamente sincronizado hacía mi persona.
¡Todo hay que decirlo! Muy bien orquestado como maestro de ceremonias que intuyo que ejerce a las mil maravillas reiteradamente.
¿Recordáis esos films norteamericanos donde el chico nuevo del instituto tiene que atravesar el pasillo si o sí y se encuentra con el tipo popular y capitán del equipo y recibe una paliza de bienvenida para que le quede claro que es lo que le espera?
Sé que es divertido en mi caso por que soy adulto, pero imagínate está situación en un niño o un adolescente que se encuentran en un estado de vulnerabilidad.
Esto es exactamente lo que hizo un tío blanco hetero (UTBH) en diciembre de 2018 conmigo.
Te hago una serie de preguntas para salir de dudas.
¿Es tu modus operandi?
¿Sube tu autoestima por alguna carencia?
¿El ejercicio de humillación hacía el resto es tu zona de confort habitual?
O simplemente, ¿Eres mala persona en toda su extensión?
¡Oye que si es así entonces no sé si debería extenderme mas en el texto acerca de ese episodio que tuve contigo!
Es verdad que no me considero bajo ningún concepto una víctima irreparable con todas las batallas que he pasado, y algunas muy jodidas, y de casa hay que venir llorado, pero admito que ese encuentro contigo me dejó en su momento con unas sensaciones bastantes desagradables y como puedes observar, escribo cuatro años después un artículo de mi fatídico encuentro contigo.
Hablando cómo heterosexual que soy, comprendí con (UTBH) lo que era la masculinidad tóxica, nosotros somos los que realmente tenemos que salir del armario, nosotros somos los que vivimos sumidos en la supresión de las emociones.
¿Te has dado cuenta (UTBH) que no ha sucedido nada por expresar que me noqueaste sin afectar a mi integridad?
Ya sin animadversión y cerrando un capítulo con un tío blanco hetero.
Tratar bien al personal pequeños.
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