Italia

Cuando los dos directores fallan: Don Pasquale en Palermo

Francisco Leonarte
viernes, 10 de marzo de 2023
Michieletto, Don Pasquale © 2023 by Rosellina Garbo Michieletto, Don Pasquale © 2023 by Rosellina Garbo
Palermo, martes, 21 de febrero de 2023. Teatro Massimo di Palermo. Don Pasquale, drama buffo in tre atti. Libreto de Giovanni Ruffini y Gaetano Donizetti, firmado bajo el pseudónimo M. A. y basado en el dramma giocoso Ser Marcantonio de Angelo Anelli. Puesta en escena de Damiano Michieletto, asistido por Danila Grassi. Retomada por Daniel Dooner. Decorados de Paolo Fantin, asisitido por Piero de Francesco. Trajes de Agostino Cavalca, asistido por Camilla Masellis. Luces de Alessandro Carletti, asistido por Ludovico Gobbi. Vídeo de Roland Horvath/Roca Film. Con Michel Pertusi (Don Pasquale), René Barbera (Ernesto), Giuliana Gianfaldoni (Norina), Markus Werba (Dottor Malatesta), Enrico Cossutta (Notaio) Coros y orquesta del Teatro Massimo de Palermo. Director del coro, Salvatore Punturo. Dirección musical, Michele Spotti.
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Palermo es una de las ciudades más fascinantes que existen, no sólo por su historia, de la que quedan magníficos vestigios, sino también por sus peculiares tradiciones, por su cocina, por su ambiente, por la amabilidad de sus gentes, por su sentido del humor, por su hospitalidad... Quien esto escribe considera un privilegio tener amigos sicilianos.

El Teatro Massimo es uno de los emblemas de la ciudad, no sólo por sus dimensiones imponentes (uno de los mayores de Europa) sino también por su particular silueta, popularizada por el famoso Padrino III de Francis Ford Coppola.

Así que una ópera italianísima como Don Pasquale, en el Massimo de Palermo, parece una buena idea. ¿No? Pues según y depende.

Precisamente por su tamaño (imponente, a pesar de contar sólo con 1400 asientos), el Massimo puede no convenir a voces pequeñas y a obras intimistas o simplemente anteriores a los grandes espectáculos verdianos. Don Pasquale es una de estas obras.

Ese escollo puede ser solucionado con una puesta en escena inteligente y con un director musical atento. Desgraciadamente la puesta en escena corría a cargo del insufrible Michieletto y Michele Spotti dirigía la orquesta sin contemplaciones

Solistas desaprovechados

De los cuatro solistas necesarios para llevar adelante la deliciosa partitura de Donizetti, el único que salió airoso fue René Barbera. Para ser un tenor belcantista, Barbera tiene cierto volumen. Y sobre todo tiene squillo, cosa que le permite sobreponerse a la orquesta y aun hacer a veces piani, exhibir sentimientos, crear un personaje. Fuerza es reconocer también que, como su parte es la más lírica, Spotti hace menos chumpa-chumpa con la orquesta. Los agudos de Barbera son además segurísimos y brillantes. Así que Barbera estuvo, eso, sencillamente brillante.Y sospecho que con un público menos apático hubiese dado todavía más, pero bueno.

‘Don Pasquale’ de Donizetti. Dirección musical, Michele Spotti. Puesta en escena, Damiano Michieletto. Teatro Massimo di Palermo, febrero de 2023. © 2023 by Rosellina Garbo.‘Don Pasquale’ de Donizetti. Dirección musical, Michele Spotti. Puesta en escena, Damiano Michieletto. Teatro Massimo di Palermo, febrero de 2023. © 2023 by Rosellina Garbo.

De la pizpireta Norina se encargaba Giuliana Gianfaldoni. Ay, su aria de entrada, ‘Quel guardo il cavaliere’, uno de los fragmentos más famosos de la partitura, fue completamente desaprovechada por culpa de una puesta en escena que le obliga a hacer monerías en vez de concentrarse en el canto. La voz parece ancha y sin brillo, los agudos inseguros, los graves inexistentes... La cosa no mejora mucho en su dúo con Malatesta, mientras la orquesta hace chumpa-chumpa y ella, en vez de dirigirse al público para poder luchar en igualdad de condiciones, mira hacia la cámara para salir en grande en el vídeo idiota que cubre todo el fondo de escenario. En la gran escena del matrimonio y cuando, después, Norina se revela ‘un monstruo’, no sabemos si Gianfaldoni cantaba (aunque movía los labios) porque la orquesta ya se ocupaba de taparla íntegramente, salvo los agudos, que sonaron ácidos. En el tercer acto los graves seguían sin existir, pero los agudos mejoraron un poco. La orquesta seguía haciendo chumpa-chumpa.

Michele Pertusi ha sido un grandísimo cantante, uno de los puntales de la recuperación del estilo rossiniano para la voz de bajo, junto a los maravillosos Ramey y Furlanetto. Nunca ha sido una voz especialmente grande, pero ha sido siempre un cantante inteligente. Aquí el inefable chumpa-chumpa de Spotti impide al cantante matizar. Todo es en forte, y a veces ni aun así se le puede escuchar. Lástima. Seguro que en otro teatro, con otro director, Pertusi nos hubiera dado una lección de buen hacer. Aquí se ha limitado a parecer gracioso haciendo chistes visuales mientras cantaba todo en forte por ver si podía ‘existir’ con esa orquesta invasora.

‘Don Pasquale’ de Donizetti. Dirección musical, Michele Spotti. Puesta en escena, Damiano Michieletto. Teatro Massimo di Palermo, febrero de 2023. © 2023 by Franco Lannino.‘Don Pasquale’ de Donizetti. Dirección musical, Michele Spotti. Puesta en escena, Damiano Michieletto. Teatro Massimo di Palermo, febrero de 2023. © 2023 by Franco Lannino.

Markus Werba, cantante de sólida carrera, no tiene una voz grande tampoco. Tiene, eso sí, facilidad en los agudos, en la coloratura y el canto silábico. Pero apenas tiene graves y carece de autoridad vocal, perdiendo así credibilidad dramática. De todas formas, Michieletto le obliga a hacer un personaje inconsistente, suerte de joven dandy donde no se ve por ninguna parte al médico y que no sé qué ascendiente podría tener sobre el viejo Don Pasquale. La cosa no se sostiene dramatúrgicamente. Tampoco se sostiene musicalmente porque ahí está el chumpa-chumpa de Spotti para que no se sostenga.

El notario, mejor pasar de comentarios, ni desde el punto de vista musical ni desde el punto de vista escénico.

Los distintos miembros del coro que dicen unas notas en el tercer acto movían los labios mientras sonaba el chumpa-chumpa de Spotti.

El coro sonó empastado. Eso sí, escénicamente nadie entendió quiénes eran ni qué hacían en esa casa. No sólo porque no se les entendía muy bien, sino porque además parecían una banda de jóvenes o no tan jóvenes, vestidos como para salir de marcha, que entraban en la casa. Pero nadie sabía ni porqué ni cuándo ni cómo. Otro ‘acierto’ de la puesta en escena del inefable Michieletto.

Y vamos con los ‘responsables’ de la mediocridad

La cosa empezó con una obertura correcta, un poco pasada de rosca, pero por qué no. La orquesta tiene un sonido también correcto. Puede tener su punto por su autenticidad. Preciosa la intervención de la trompa, preciosa la del trompeta. No es una orquesta grande para el teatro (cuatro contrabajos, cinco violonchelos) pero es una orquesta demasiado grande para las voces, que son voces belcantistas, y para la obra, que requiere que los cantantes se encuentren cómodos y puedan concentrarse en el texto y en su aspecto cómico.

En el podio, Spotti hace como que mira a sus huestes, hace como que mira a los cantantes, les da las entradas, mira la partitura, hace como que está entusiasmado... Pero en realidad se siente perfectamente solo con su juguete, que es la orquesta. Y le da a todo trapo a su juguete. Que a los cantantes no se les oiga, ‘chi se ne frega?’. Spotti sigue dándole caña a la orquesta como si la ópera fuera él sólo capitaneando su juguete: un desastre. A los cantantes se les adivina, que para eso es Don Pasquale un puntal del repertorio y todo nos conocemos sus melodías. Porque Don Pasquale, además de ser esa ópera que se sacan los teatros de la manga cuando se quiere hacer una cosa vistosa con cuatro duros, es también una ópera deliciosa.

En cuanto a la puesta en escena uno se pregunta por qué se sigue llamando a Michieletto. ¿Por qué esta penosa puesta en escena suya del Don Pasquale sigue circulando?

Una puesta en escena que impide una correcta representación debiera ser puesta fuera de la circulación, ¿no?

‘Don Pasquale’ de Donizetti. Dirección musical, Michele Spotti. Puesta en escena, Damiano Michieletto. Teatro Massimo di Palermo, febrero de 2023. © 2023 by Rosellina Garbo.‘Don Pasquale’ de Donizetti. Dirección musical, Michele Spotti. Puesta en escena, Damiano Michieletto. Teatro Massimo di Palermo, febrero de 2023. © 2023 by Rosellina Garbo.

Espacios abiertos dejando que las voces se pierdan en bambalinas (pecado en toda ópera, pero pecado mortal en las óperas belcantistas), sinsentidos varios (Malatesta que obra por Ernesto pero que a todas luces intenta acostarse con su novia Norina con el beneplácito de esta; un doctor Malatesta que parece un dandy de barrio que en nada puede ser referente para Dulcamara; unos criados que parecen invitados; unas marionetas que surgen así, para hacer reír al público aunque no tengan sentido alguno...); posiciones que no ayudan a los cantantes (frases cantadas de espaldas, o mirando a bambalinas); acciones varias exigidas a los cantantes cuando hace falta concentración (como el teje-maneje que se le pide a Norina en su aria de entrada); personajes que no tienen nada que ver pero que el Michieletto inserta en los momentos dulces en vez de dejarnos escuchar y concentrarnos en la belleza musical (un niño y una mujer que al final entendemos que son Don Pasquale de niño con su madre, la criada a la que Ernesto canta en vez de dirigir su aria al recuerdo de su amada...)... Alguien que no pueda leer los subtítulos no comprende ‘un piho’ de lo que allí sucede.

¿Un director de casa de ópera es incapaz de ver cuándo una puesta en escena de apariencia anodina está en realidad poniendo en peligro el éxito de la representación? ¿Tan torpes son los directores de casas de ópera? ¿O hay cosas que son más importantes que la satisfacción del público (verbigracia hacer igualito-igualito que las demás casas de ópera para no tomar riesgos ‘saliéndose de la fila’ y no programando a un director de escena de moda)?

Porque si la representación de este martes 21 de febrero de 2023 fue floja, en buena parte es debido a esa puesta en escena idiota. Y a la falta de inteligencia -o el exceso de ego- del director musical, el tal Spotti.

Y como prueba, la tibieza con que la cosa fue recibida. Los intérpretes saludaron como si hubieran conquistado el vellocino de oro, pero aquello no sonaba a delirio de público italiano sino a muelles aplausines de cortesía en residencia de ancianos. Alrededor de quien esto escribe, se contaban con los dedos de la mano las personas que aplaudían...

Con que los intérpretes saludaron uno a uno, luego saludaron dos veces juntos (y de esas dos a todos nos sobraban tres) y todo el mundo a casa a dormir. O a ver la tele, a ver si echan alguna serie americana de esas de muertes y policías. 

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